Las caídas de la máxima prosperidad a lo más hondo de la desgracia, es una cosa que se va repitiendo con gran frecuencia después de la guerra, debido tal vez a la inestabilidad de los negocios y adversidades irreparables de fortuna.
Hace unos meses los periódicos nos dieron la noticia de una ex reina de los Balcanes que pedía limosna por los bulevares de París, Nada digamos de los numerosos príncipes y archiduques rusos que encuentran su sustento como mecánicos, cocineros,... etc, en París, Burdeos, etc...
El último ejemplo de la rapidez con que pasa la gloria del mundo, nos lo da la viuda del archimillonario Oscar Hammerstein, propietario que fue del magnífico teatro de Manhattan, de la Ópera de Londres, y de numerosas fincas urbanas de la City. Esta pobre viuda ha sido hallada en la mayor pobreza, vendiendo manzanas en una esquina de una de las más retiradas calles de Nueva York.
4 comentarios:
Hoy sigue sucediendo pero ahora en vez de a la aristocracia, a los premiados en la Primitiva :)
Como diría Nuria Fergó en una de sus canciones, "las vueltas que da la vida"
Saludos.
las vueltas que da la vida, hoy estamos arriba y mañana quioen sabe, un abrazo.
Sic transit gloria mundi.
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