Navegando por Palencia, Burgos y Valladolid.
Por Javier Castrillo Salvador
Posee mi amigo Eduardo un alma inquieta, casi adolescente, que contagia de ganas a todo aquel que se cruza en su camino. Nuestra común cuna guardense y la debilidad de ambos por cuanto al acervo cultural y patrimonial se refiere, han favorecido el siempre grato encuentro a lo largo de los años.
Como decía, Eduardo, no puede parar, nunca pudo, y es un ejemplo de superación personal en todos los aspectos. Desde joven se apuntó a la revolución tecnológica y en cada una de sus publicaciones nos muestra la evolución de sus planteamientos en el desarrollo de sus obras. Como se diría entre tertulianos televisivos: “Está a la última”. Siguiendo la estela de sus anteriores ediciones “Dentro de mi mochila” y “El viejo camino”, “El canal”es un libro mimado hasta el último detalle. Quien tuvo retuvo, y su dedicación profesional a la Fotografía durante un tiempo, le ha convertido en un excedente cazador de imágenes, como el lector tendrá la ocasión de comprobar. A ello hay que sumar la pericia drónica de su aventajado hijo Aitor, aportando instantáneas imposibles hasta hace muy poco tiempo. De alguna manera, como viajeros que somos a través de estas páginas, se vuelve un placer descansar, pues ando la mirada en las magníficas tomas que ilustran estos textos.
Eduardo es concienzudo y riguroso con la información que ofrece -no sabe hacerlo de otro modo-, por eso, uno acoge con confianza cada reseña, cada cita, cada anécdota con que pincela este cuadro de grandes dimensiones. También le puede, fruto de la total implicación guion —y de la debilidad que arriba mentaba— la exaltación lírica de cuánto cuaja en sus pupilas. Es de agradecer. Todos los platos resultan muy digestivos cuando van convenientemente aderezados. Eduardo demuestra ser un excelente cocinero en esto del narrar y va impregnando sus párrafos de aromas literarios que favorecen la fluidez de su discurso, como las exclusas favorecen el del agua en los puntos más escabrosos del recorrido. Sin duda será un placer para propios y extraños aventurarse en el mítico Itinerario que el canal nos desvela mansamente, a modo de guía ilustrada con generosidad.
Es un viaje de lujo, con las mejores vistas y el más capacitado cicerone que puedan encontrar. No me cabe duda de que, al concluir, y aún antes estas páginas, ustedes, como yo, habrán sentido la imperiosa necesidad de calzarse las botas o subir a la bicicleta para corroborar de primera piel la certeza de cuanto aquí se relata. Ese será, sin duda, el gran éxito y, el más perseguido, de Eduardo Gutiérrez Pérez (divulgador de vocación) con este singular trabajo: El Canal, el sueño ilustrado y sus pueblos ribereños.
No me queda sino agradecer al autor la confianza depositada en un servidor a la hora de prologar este magnífico ejemplar con el que , a buen seguro, disfrutarán de lo lindo. ¡ Pasajeros, a bordo!
Historias de la Montaña Palentina
Eduardo Gutiérrez
Aruz ediciones, 2023
1 comentario:
Tres ciudades que tengo pendientes. Gracias por la información. Un abrazo
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