Edén en Pedrosa de Tobalina
El valle de Tobalina se localiza en el sector más suroriental de todas la Merindades burgalesas. Su nombre proviene de la abundancia de toba, roca caliza porosa utilizada en construcción. Pedrosa de Tobalina es una pequeña localidad que se sitúa al lado del río Jerea que lo divide en dos barrios: el moderno junto al río y el antiguo a ambos lados de una cuesta que en 2011 nos condujo hasta el templo románico de San Andrés situado en el casco viejo consagrado en 1221, según inscripción.
Templo de San Andrés
Pedrosa de Tobalina | Burgos
Citado ya en el siglo XI, las remodelaciones sufridas restan interés a su portada.
No obstante, conserva en su parte meridional del ábside un interesante ventanal románico que resulta poco estudiado por las abundantes y clásicas publicaciones sobre este arte.
Se trata de un vano en arco de medio punto con cimacios ajedrezados que apoyan en dos columnas rematadas en sendos capiteles decorados con dos ángeles y bola el de la derecha y una arpía y un león el de la izquierda.
En el fuste de la derecha, una Virgen coronada que porta en su mano una flor de lis teniendo en su regazo un Niño.
El fuste de la izquierda, un personaje con túnica corta porta un objeto en la mano.
Si tienes la tentación de comprobar su interpretación en redes sociales o alguna publicación al uso, encontrarás interpretaciones como éstas: “Parte izquierda de la ventana. En el fuste izquierdo, observamos un personaje con un objeto en la mano, tal vez una ofrenda. El capitel se decora con un león y una arpía” O éste: “Virgen con el Niño”. Y así, por el estilo… A mí, como perrito “Curioson” un día que quise conocer el templo románico de Teza de Losa, su cura jubilado me impuso una condición para acompañarnos: que teníamos que intentar explicarle la simbología completa de la ventana del templo de San Andrés de Pedrosa. Y allí nos fuimos. Cumplimos con nuestra promesa y mi madrina Laura le envió, por escrito, el “recao”. Nuestro criterio que no afirmo que sea mejor ni peor que los existentes, al menos intenta abordar el mensaje del contexto arquitectico en su totalidad. Y ahí lo tenéis por si tuvieseis curiosidad de conocer nuestra opinión:
“En el fuste derecho, muy toscamente labrada, aparece la representación de la Virgen y el Niño. La corona de la Virgen esta sencillamente perfilada, en cuanto la del Niño apenas se distingue. La Virgen rodea con su brazo derecho al Niño, mientras sostiene en la mano izquierda una flor de lis. El Niño, cuyos pies se aprecian bajo el brazo que lo sujeta, levanta el brazo en señal de bendición, y en la otra mano parece distinguirse una especie de esfera.
En el fuste izquierdo esta tallado un hombre que viste corta túnica con básicos pliegues, sujeta en la mano algo parecido a un cofrecillo.
Por la equiparación de las dos figuras, seguramente se trate de la adoración de los magos, aunque aquí –por problemas de espacio-, sea escenificado sólo uno. Encima de cada fuste se ha trabajado una sencilla banda esculpida con animales fantásticos de ánimo ornamental. En definitiva, lo más seguro es que se trate de una primitiva y esquemática representación de la Epifanía, obra de un cantero del que no se conocen otros ejemplos, tosco y elemental, que a buen seguro corresponde al candor y a la ingenuidad propia del artista”.
En el fuste de la derecha, una Virgen coronada que porta en su mano una flor de lis teniendo en su regazo un Niño.
El fuste de la izquierda, un personaje con túnica corta porta un objeto en la mano.
Si tienes la tentación de comprobar su interpretación en redes sociales o alguna publicación al uso, encontrarás interpretaciones como éstas: “Parte izquierda de la ventana. En el fuste izquierdo, observamos un personaje con un objeto en la mano, tal vez una ofrenda. El capitel se decora con un león y una arpía” O éste: “Virgen con el Niño”. Y así, por el estilo… A mí, como perrito “Curioson” un día que quise conocer el templo románico de Teza de Losa, su cura jubilado me impuso una condición para acompañarnos: que teníamos que intentar explicarle la simbología completa de la ventana del templo de San Andrés de Pedrosa. Y allí nos fuimos. Cumplimos con nuestra promesa y mi madrina Laura le envió, por escrito, el “recao”. Nuestro criterio que no afirmo que sea mejor ni peor que los existentes, al menos intenta abordar el mensaje del contexto arquitectico en su totalidad. Y ahí lo tenéis por si tuvieseis curiosidad de conocer nuestra opinión:
“En el fuste derecho, muy toscamente labrada, aparece la representación de la Virgen y el Niño. La corona de la Virgen esta sencillamente perfilada, en cuanto la del Niño apenas se distingue. La Virgen rodea con su brazo derecho al Niño, mientras sostiene en la mano izquierda una flor de lis. El Niño, cuyos pies se aprecian bajo el brazo que lo sujeta, levanta el brazo en señal de bendición, y en la otra mano parece distinguirse una especie de esfera.
En el fuste izquierdo esta tallado un hombre que viste corta túnica con básicos pliegues, sujeta en la mano algo parecido a un cofrecillo.
Por la equiparación de las dos figuras, seguramente se trate de la adoración de los magos, aunque aquí –por problemas de espacio-, sea escenificado sólo uno. Encima de cada fuste se ha trabajado una sencilla banda esculpida con animales fantásticos de ánimo ornamental. En definitiva, lo más seguro es que se trate de una primitiva y esquemática representación de la Epifanía, obra de un cantero del que no se conocen otros ejemplos, tosco y elemental, que a buen seguro corresponde al candor y a la ingenuidad propia del artista”.




















