España huele a pueblo
Benito Moreno le escribió una canción a Manolo Escobar que alcanzó cierta fama en 1991. España huele a pueblo, -decía-, a descalzo y a fuente, a trabajo y a queso, a arrugas en la frente. España huele a pueblo, a copita de vino, a mañana de invierno…
Hace unos días, en nuestro Diario, el alcalde de Pedrosa De la Vega, localidad ubicada en la comarca de Páramos y Valles, en cuyos dominios se localiza la Villa Romana de la Olmeda, después de veinte años al frente del consistorio, repetía lo que está en boca del mundo, que los pueblos se apagan. “El mayor problema es que los pueblos se van quedando sin gente, casi no hay niños, todos somos mayores y a nuestra edad no se participa con el mismo garbo en actividades y trabajos que los pueblos necesitan para seguir latiendo.
En ese mismo diario, de primeros de diciembre, en la sección de cartas al director, Elías Martín nos deja un mensaje memorable, a propósito de las charlas que el CEAS de Aguilar proporcionó a vecinos de Mave, Olleros y Santa María de Mave y que todo fue bien hasta que salió ese asunto de vivir en los pueblos, para que se certifique su progresión, la necesidad de que se comience a entender esa labor que hacen los que viven allí, en medio de la nada, apenas sin servicios, lejos de casi todo. Porque nos hemos habituado a surtirnos de tantas cosas innecesarias, que parece que el silencio y la ausencia de tanto adorno nos condenan ya al ostracismo. Elías es consciente de que aquellas pautas son como juguetes en manos de los niños, que estamos jugando a defendernos, que debemos aprender a suplir las carencias porque la tarea de hacer realidad este sueño de revivir los pueblos es propia de un Gobierno Autonómico, qué digo, del Gobierno de la Nación, todo el día entretenido en guerras internas, en ponerle cara a los acosadores y ladrones propios y buscar traidores en las filas contrarias, que parece que estamos jugando a la Guerra Civil.
Luego, también, los pueblos se mantienen y crecen por la constancia y el esfuerzo de quienes siguen viviendo en ellos. Quienes están, quienes sopesan venir a vivirlos, todos debemos acercar posturas para que esa repoblación que con tanto empeño intentan por Barruelo y Brañosera, se expanda a otros lugares de nuestra tierra. Pero eso se lo cuento el próximo año. Felices fiestas.
En ese mismo diario, de primeros de diciembre, en la sección de cartas al director, Elías Martín nos deja un mensaje memorable, a propósito de las charlas que el CEAS de Aguilar proporcionó a vecinos de Mave, Olleros y Santa María de Mave y que todo fue bien hasta que salió ese asunto de vivir en los pueblos, para que se certifique su progresión, la necesidad de que se comience a entender esa labor que hacen los que viven allí, en medio de la nada, apenas sin servicios, lejos de casi todo. Porque nos hemos habituado a surtirnos de tantas cosas innecesarias, que parece que el silencio y la ausencia de tanto adorno nos condenan ya al ostracismo. Elías es consciente de que aquellas pautas son como juguetes en manos de los niños, que estamos jugando a defendernos, que debemos aprender a suplir las carencias porque la tarea de hacer realidad este sueño de revivir los pueblos es propia de un Gobierno Autonómico, qué digo, del Gobierno de la Nación, todo el día entretenido en guerras internas, en ponerle cara a los acosadores y ladrones propios y buscar traidores en las filas contrarias, que parece que estamos jugando a la Guerra Civil.
Luego, también, los pueblos se mantienen y crecen por la constancia y el esfuerzo de quienes siguen viviendo en ellos. Quienes están, quienes sopesan venir a vivirlos, todos debemos acercar posturas para que esa repoblación que con tanto empeño intentan por Barruelo y Brañosera, se expanda a otros lugares de nuestra tierra. Pero eso se lo cuento el próximo año. Felices fiestas.
Actualización Dic2025 | 💥+322👀
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