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Casa de Palencia en Madrid
En junio de este año, hace unas semanas, viajé a Madrid en compañía de José Luis Estalayo. Íbamos al encuentro de Miguel De Santiago, laureado poeta y miembro de la Tello Téllez que organiza en la Casa de Palencia en Madrid las correspondientes jornadas culturales. Allí nos encontramos con paisanos de la montaña, con amigos de Soria, en cuya casa tiene su voz ahora Palencia, a la espera de unas obras que mejoren el local y acojan, si se organiza bien, que sería lo suyo, al resto de provincias de la Comunidad.
Antes de dar paso al vídeo hice un recorrido por los libros publicados. Damián, oriundo de Lores, traía en su bolso un libro que había adquirido en la Feria de Madrid, “La más bella canción de la Naturaleza”, donde hacemos un recorrido por los 250 pueblos que integran nuestro territorio y que se publicó también cada domingo, durante tres años , en Diario Palentino.
Unos años después volvimos semanalmente con los lugares de la montaña palentina, repetimos con los templos del norte y no contentos, Jorge Cancho, que había estudiado y corregido nuestros envíos, nos lleva este año como director a la contraportada con la semblanza de un buen número de animales que componen la Fauna de la Montaña Palentina. Aquella tarde recordé a Félix Buisán, Gonzalo Ortega Aragón, Antonio Álamo Salazar, periodistas que estaban al frente del diario cuando yo logré poner un pie en él, motivado por una gran nevada y nuestro compromiso de llegar como fuera hasta la mina Eugenia para dar de comer a las mulas que hacían su vida bajo tierra, ayudando a sacar a la rampa los vagones de carbón. Recordé también a Claudio Prieto, Luis Guzmán Rubio, Miguel Ruiz Ausín y Felipe Calvo, compañeros de jurado en el Primer Festival de Canciones y Bailes de La Montaña Palentina celebrado en Cervera de Pisuerga a finales de la década de los ochenta. Y dije lo que pensaba de nuestra sociedad que tantos frutos ha sembrado para que germine esa historia que decoramos con palabras e imágenes y sirva de empuje para quienes todavía nos desconocen.
Estamos contentos de estar disfrutando de nuestro tiempo y haciendo disfrutar a nuestros seguidores de todo lo que nos ofrece nuestra tierra, nuestra montaña palentina. Y eso sí que nos convoca ahora, eso nos trae aquí y eso nos lleva al encuentro de la gente que recuerda y añora su tierra. Ahí sí que insistimos y resistimos.
Unos años después volvimos semanalmente con los lugares de la montaña palentina, repetimos con los templos del norte y no contentos, Jorge Cancho, que había estudiado y corregido nuestros envíos, nos lleva este año como director a la contraportada con la semblanza de un buen número de animales que componen la Fauna de la Montaña Palentina. Aquella tarde recordé a Félix Buisán, Gonzalo Ortega Aragón, Antonio Álamo Salazar, periodistas que estaban al frente del diario cuando yo logré poner un pie en él, motivado por una gran nevada y nuestro compromiso de llegar como fuera hasta la mina Eugenia para dar de comer a las mulas que hacían su vida bajo tierra, ayudando a sacar a la rampa los vagones de carbón. Recordé también a Claudio Prieto, Luis Guzmán Rubio, Miguel Ruiz Ausín y Felipe Calvo, compañeros de jurado en el Primer Festival de Canciones y Bailes de La Montaña Palentina celebrado en Cervera de Pisuerga a finales de la década de los ochenta. Y dije lo que pensaba de nuestra sociedad que tantos frutos ha sembrado para que germine esa historia que decoramos con palabras e imágenes y sirva de empuje para quienes todavía nos desconocen.
Estamos contentos de estar disfrutando de nuestro tiempo y haciendo disfrutar a nuestros seguidores de todo lo que nos ofrece nuestra tierra, nuestra montaña palentina. Y eso sí que nos convoca ahora, eso nos trae aquí y eso nos lleva al encuentro de la gente que recuerda y añora su tierra. Ahí sí que insistimos y resistimos.
Actualización Jul2025 | 195👀
LA MADEJA
Cada viernes en la tercera de Diario Palentino
Curavaqueando
Fue un fin de semana frenético, como si se acabara el mundo, como si no se nos concediese la dicha de volver con serenidad al paraíso terrenal que empieza en aquel pozo que tanto simbolismo nos depara a todos los palentinos y que, a Estalayo, que lo ha visto cientos de veces y al que ha llegado desde todos los puntos imaginables, le parece un paseo de lo más natural del mundo.
Aquel sábado, que arrancó en Bilbao a primera hora de la mañana, la lluvia nos acompañaría hasta la entrada de La Olmeda en Saldaña. Como he contado días atrás, nuestro romero encontró en aquella villa, aquellos restos que le transportaron a otros momentos de la historia. No era viajar por viajar. Aquello fue como formar parte de una investigación que descubre la explotación agrícola, la primitiva villa fundada a finales del siglo I, y que después de recuperarse y reedificarse en siglos posteriores queda al fin abandonada a mediados del siglo VI. Gotzon no solo conoció la villa y su historia, también el Museo de Saldaña, que complementa la visita, y la casa de su descubridor, Javier Cortés. Con la emoción a flor de piel, tomamos un respiro recorriendo los lugares más representativos de la Villa y reponemos fuerzas en la Casa Torcida con un lechazo que supo a gloria. Ha dejado de llover y cumplimos con el segundo encargo, que es la visita a San Pedro Cultural en Becerril de Campos. Cuando vienes con un amigo que a todo dice sí, que de todo saca una lección, tienes que venir con armamento.
Con esa premisa, a primera hora del domingo, salimos de San Salvador y llegamos por Resoba hasta las escaleras del Curavacas. La niebla asoma por los picos. Hay nieve por la cumbre. Reponemos fuerzas en uno de los chozos. Somos conscientes de que estamos a otro nivel, en otra dimensión. Hemos dejado atrás una maleta llena de ruido y de maleza. Aquí el silencio es rey. La Naturaleza encierra ese secreto que palpas si te acercas, pero que no puedes abrir como si la montaña recelase de nuestras intenciones. Lo cierto es que tanta grandeza y serenidad nos devuelve las fuerzas. Junto al lago rememoramos la leyenda del monstruo que vive en su interior y que aseguran que se agita cuando hay tormenta. Sirve también para determinar ciertas conductas, cómo la vio emerger el carretero, prometiendo a San Lorenzo diez libras de cera para salvarse.
Mientras Estalayo examina el tiempo de exposición que prefiere para tomar unas fotografías, y Gotzon se queda embelesado con la estampa, yo imagino esa conexión del pozo con el mar que dicen. No me canso de verlo. Me persigue aquella estampa de paz y de silencio.
Mientras Estalayo examina el tiempo de exposición que prefiere para tomar unas fotografías, y Gotzon se queda embelesado con la estampa, yo imagino esa conexión del pozo con el mar que dicen. No me canso de verlo. Me persigue aquella estampa de paz y de silencio.
Actualización: Jul2025 | 199👀
LA MADEJA
Cada viernes en la tercera de Diario Palentino
Como en Canarias
Llevo cuarenta y cinco años colaborando en prensa. Y se va acercando el momento de cerrar esta madeja definitivamente. Aunque ya he tenido sonoros tirones de orejas por los colaboradores de este diario, no han faltado felicitaciones de amigos desde todos los ámbitos, sin imaginar que esto fuera como un cumpleaños o un aniversario de bodas.
Lo cierto es que, los compañeros de la empresa de deporte donde he trabajado los últimos quince años, que son como hijos para mí, decidieron hacerme una despedida. ¡Te vamos a llevar a Canarias! No, olvidaros que yo no voy a ningún lado. Comemos en algún sitio, vamos a bailar al Moma y con eso ya me doy por satisfecho. Que va. Ellos a lo suyo. Tú prepara la maleta con algo de ropa, coge un bañador y allí ya tendremos lugares para comer y bailar. Yo intuía que aquel viaje no iba a producirse, pero algunos son muy traviesos y no las tenía todas conmigo. Ahora ya saben que las despedidas se celebran lo más lejos posible, y aunque les dejé claro que yo no era un muñeco, ellos siguieron amenazándome a diario con un viaje. El 12 de abril, un sábado cualquiera, yo me levanté a las nueve como cada día de mi nueva vida, bajé a desayunar y después me fui a hacer mi paseo diario de 5 kilómetros, que es lo que me mantiene en forma. A las 14, cuatro compañeros a la puerta de casa. Coge la bolsa que nos vamos. No tengo ninguna bolsa. En San Mamés, después de sortear a otro grupo que venía con una pancarta para desearme buen viaje, bajamos al andén y cogimos el autobús al aeropuerto. No lo tenía claro, porque me dijeron que otros dieciséis compañeros viajaban con nosotros. La duda crecía porque me iban ofreciendo rutas por Canarias y centros de ocio para los cuatro días. Pero bueno, se arrepintieron y nos apeamos en la Plaza Moyua, porque llegaba la hora de comer y ahí quedó el sueño tan amenazante de Canarias.
Por qué les cuento esto. Pues sencillo. Estamos hartos de ver cada día puñaladas, muertes sin sentido, odio por doquier, rivalidad política. Y esto me pareció la gloria. Llegar a Indautxu y encontrarme a mogollón de amigos y compañeros fue mejor que cualquier viaje a ningún sitio. Allí estaban los que se fueron a otras instalaciones, los que cambiaron de trabajo y quienes siguen en Azkuna actualmente. Ya se pueden imaginar ustedes la sensación tan placentera encontrarte con tantas personas que te valoran y te quieren. Quiero desde esta madeja dar las gracias por tanto cariño, por tanta amistad, por tanto amor. Es evidente que os quiero un montón. Sois mis hijos. Perdonar los días que no estuve a la altura. A vuestro lado he vivido los mejores momentos y así no cuesta ir a trabajar. Que os quiero, coño. Que sois el mejor equipo que uno podría tener. Que la vida sin estos detalles no tendría aliciente. Gracias.
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Capitulaciones, 1895
El municipio de Guernica y Luno surge en el siglo XIX cuando se unen administrativamente la anteiglesia de Luno y la villa de Guernica, fundada en terrenos pertenecientes a Luno, si bien cada entidad conservaría su derecho propio; la anteiglesia el derecho foral de la Tierra Llana de Vizcaya, y la villa el derecho común castellano. Esa es la nota que a groso modo cuentan los rincones donde se habla de la historia de este lugar. Pero cada pueblo tiene a su vez pequeñas y curiosas historias que te ayudan a comprender lo que preocupaba en aquel tiempo.
Entre los muebles y utensilios que reciben los herederos se citan varias camas con sus mudanzas; seis sábanas valoradas en 42 pesetas; ocho camisas en 32 pesetas, además de varios vestidos y toquillas. Se cita unos corsés valorados en diez pesetas; mantillas, dieciocho; tres pares de zapatos, doce; un paraguas, seis; seis estampas valoradas en nueve pesetas, una saya, dos cestillas y entre la numerosa cacharrería, un barreño valorado en 6 pesetas; una artesa, cuarenta y cinco; una cómoda, setenta; una balda, cuarenta; y una mesa de alcoba entre otras muchas bagatelas. Dice el Notario: “a mi lectura íntegra y en voz alta y enterados de su contenido lo aprueban en todas sus partes, firmando con los testigos los que saben, y no firmando cuatro de los presentes que manifiestan ser analfabetos”. Parece que fue ayer y qué vuelta ha dado todo en ciento veinte años.
Paseo por el Pisuerga
Cualquier momento es bueno para dar un paseo siguiendo el curso del Pisuerga desde la Cueva Cobre. Ahora que tanto se prodiga el senderismo, ejercitarse siguiendo la trayectoria de este rio español, afluente del Duero, que nace en la Pernía y llega hasta Geria, en la provincia de Valladolid, es un placer para los sentidos, sobremanera en los primeros kilómetros, bajo la batuta del valle encantado de los Redondos. Lo es de manera especial para los pernianos, cuyos ríos de Lores, Areños y Castillería contribuyen a engordar su caudal. Y lo es, de igual modo, para muchos rincones palentinos que llevan sus ríos como afluentes del Pisuerga: Resoba, Rivera, Vaillo, Camesa, Ritobas, Monegro, Sauguillo, Burejo, Valdavia, Vallarna, Odra, Arlanza, Carrión y Esgueva.
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Primeros kilómetros del Pisuerga | José Luis Estalayo |
Doscientos ochenta y tres kilómetros de recorrido, marcando en muchos tramos la frontera con Burgos, desviándose en Alar para alimentar el Canal de Castilla, sin olvidar los dos grandes embalses que le preceden: el de Requejada y el de Aguilar de Campoo.
Pero vuelvo al inicio, a la sensación de seguirlo en los primeros kilómetros, tal y como hizo José Luis Estalayo, mi compañero en los reportajes del Diario. ¿Sabes lo que es caminar por la vereda del río Pisuerga, casi en su nacimiento, con sus aguas prístinas y relucientes, bajo la sombra de los frondosos árboles? Recibiendo a cada paso el sonido del agua cristalina, que interpreta cual humano emocionado este paisano de Tremaya. Por momentos el río guarda silencio para salir airoso unos metros más adelante, como si lo estuvieras persiguiendo, como se desconocieras esa canción repetida hasta la saciedad. Paco Vighi, ya retrataba esa estampa en uno de sus libros:
Siempre hay aquí rumor de panderetas,
y llega hasta el camino algún cantar
mientras pasan chirriando las carretas
de Potes, de Cervera, de Aguilar.
Y nuestro poeta Gabriel González, el “dios de la Pernía”:
Y nuestro poeta Gabriel González, el “dios de la Pernía”:
Y es que es bonito navegar
entre el Pisuerga y el Carrión,
viendo la tierra sucumbir,
a impulsos suaves de azadón..."
Querencia del silencio
IN MEMORIAM
Marcelino García Velasco
Es que por aquí no hemos sabido conservar lo nuestro tal cual. ¡Como la gente se iba de la tierra, que esa es otra, pues, velay! Los palentinos es que somos muy despeinados, oiga, y poco cariñosos con lo que encontramos de herencia. Y es que no le damos importancia nada hasta que vienen de afuera a valorarlo. Entonces sí, oiga, nos deshacemos en alabanzas y defensa. ¿Se ha fijado en la iglesia de este pueblo?
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Colegiata San Salvador, siglo XII | @Estalayo |
Parece como si la hubieran colocado en un sitio para ver mejor a Dios: abierta a un valle, sosegada por el cantar de un río niño y cerrada por montañas, que verdean los robles a su tiempo. ¿Y se sabe quién la puso en este lugar? Los documentos cuentan de una doña Elvira, mujer del conde Saldaña, Munio Gómez, que fundó una iglesia en este sitio, pero no debía ser la que vemos hoy, pues la tal doña Elvira vivió mucho antes de cuando se data este templo; pero bien pudo ser carne de aprovechamiento, porque la traza recuerda fácilmente a esas que llaman prerrománicas y que tanto abundan en Asturias.
Para mí que hay aquí dos iglesias. Una, la que se alza, tosca, de piedra arenisca y roja, con su perfecta espadaña, calada por cuatro ventanales para campanas, paralelos dos a dos, y un gran arco insinuado en su primera mitad por albergar la puerta, y sobre ella otra ventana que da luz al coro. Y otra iglesia, o lo que queda de ella, que se conserva hoy como mesa de altar sostenida por siete columnas completas, con sus bases, sus fustes y capiteles labrados, todos distintos y perfectos, fruto de un cincel maestro y que nunca tantos, en ningún sitio, sostuvieron la mesa de un altar. Desde luego, que si no son de épocas distintas, si son de artistas diferentes. Y como el paraje en que se alza es casi el vestíbulo para la felicidad, hubo un tiempo en que amaneció Colegiata, con canónigos y todo, y con un abad que el obispo de Palencia, a la vez conde de Pernía, nombraba, según guisa y criterio, y que, a mediados del siglo XVI consiguió jurisdicción civil y Criminal del lugar como lo atestiguo el rollo.
Pero todo esto es ayer. Hoy es solo belleza. Y no sé si este esplendor para la paz y el ojo tendrá mañana, por mucho que los políticos se aseguren que creer y decir esto es derrotismo. ¿Será por derrotismo por lo que estos lugares están cada año más silenciosos, y ya no saben dar de comer ni al cuerpo ni al espíritu de sus gentes, que se van, querido Juan José cuadros, de estas tus solas, desoladas tierras? Y mira que hay verdor para los ojos.
Estas tierra se están acostumbrando a ser gula del ojo, querencia del silencio, algo así como un museo vivo por el que, como museo, pasa la gente y no puede quedarse. Oiga, ¿y esto es bueno?
Pero todo esto es ayer. Hoy es solo belleza. Y no sé si este esplendor para la paz y el ojo tendrá mañana, por mucho que los políticos se aseguren que creer y decir esto es derrotismo. ¿Será por derrotismo por lo que estos lugares están cada año más silenciosos, y ya no saben dar de comer ni al cuerpo ni al espíritu de sus gentes, que se van, querido Juan José cuadros, de estas tus solas, desoladas tierras? Y mira que hay verdor para los ojos.
Estas tierra se están acostumbrando a ser gula del ojo, querencia del silencio, algo así como un museo vivo por el que, como museo, pasa la gente y no puede quedarse. Oiga, ¿y esto es bueno?
Para saber más:
Actualización: Abr2025 | 491👀
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Marcelino era Académico de la Tello Téllez y poeta. En nuestro blog pueden encontrar un homenaje a su quehacer e interesantes textos publicados en nuestra Revista Literaria Pernía.
Una feria de Cerveza
Hace algunos meses conocí a José Ramón García, un emprendedor que vino a establecer su segunda residencia en San Salvador, adquiriendo la antigua casa de Don Marcial, el médico. Su inquietud le lleva a refundar, junto a otros vecinos, la Asociación de La Pernía, con la idea de llevarla lejos, dotarle de unos mecanismos que no le hicieran perder su esencia a las primeras de cambio. Pero esto de las asociaciones es muy complejo, por fácil que parezca. Y no tiene largo recorrido, porque implica compromisos, gastos, desgaste físico y emocional y poco ayuda por parte de socios y vecinos. No es apuntarse y aquí me las den todas. Que es loable, que es aceptable, sin duda; incluso, necesario. Pero, ni independizándose económicamente, como él sugiere, se lograría mantener más allá de un tiempo prudencial.
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Cartel definitivo de la Feria que se celebrará en Cervera de Pisuerga |
En esos planteamientos, con esa independencia se pretendía una feria de la cerveza en La Pernía que hubiera dado un buen meneo al contorno, amén de abrir aquí un acontecimiento atractivo, con ingresos para la Asociación e ingresos para el municipio para levantar un turismo a falta todavía de iniciativas que muestren los valores de estas tierras. Como ocurre con los emprendedores de corazón, José Ramón ya había adelantado dinero de su bolsillo para crear el logo marca, cartelería, merchandising... Había remitido el proyecto buscando la participación del ayuntamiento, que le ofrece el terreno, el uso de los baños y la instalación eléctrica, pero no la distribución a las casetas, por lo que entiende que no tiene sentido arriesgarse a sabiendas de que las primeras convocatorias no tienen garantizados los ingresos. Me adjunta el cartel preparado por una pequeña y reconocida empresa de diseño gráfico que podrán ver, con los cambios oportunos, si se llega a un acuerdo y se celebra en Cervera, con la colaboración del Ayuntamiento, que ha puesto buena cara, porque hay que reconocer que su alcalde no deja pasar una oportunidad para llevar cultura y espectáculo a su pueblo.
Pero ese es uno de los viejos cuentos que no terminan de encajar aquí. Y no termina bien porque cada parte se aferra a lo suyo como si se lo fueran a quitar. No hay consenso de gremios. Nadie lo va a tener fácil si busca ayuda económica para un evento aunque, como las distintas ferias que se celebran y se mantienen en el municipio a costa de mucho más dinero, sirvan para convocar a tanta gente que viene desde todos los sitios y ayuda a mantener costumbres y tradiciones en esta parte de la montaña palentina.
“Hace poco me dijeron que hay países fallidos, como Haiti, y municipios fallidos, como La Pernía. Me impresionó el fatalismo. Personalmente creo que se pueden remover conciencias e iniciar un cambio sin agredir a lo ya existente en ganadería y hostelería.”
Pero ese es uno de los viejos cuentos que no terminan de encajar aquí. Y no termina bien porque cada parte se aferra a lo suyo como si se lo fueran a quitar. No hay consenso de gremios. Nadie lo va a tener fácil si busca ayuda económica para un evento aunque, como las distintas ferias que se celebran y se mantienen en el municipio a costa de mucho más dinero, sirvan para convocar a tanta gente que viene desde todos los sitios y ayuda a mantener costumbres y tradiciones en esta parte de la montaña palentina.
Aquel Pozo del Ves
He llegado al Curavacas desde casi todos los puntos. Por Resoba, cuando Marta Redondo llevaba la corresponsalía del Diario Palentino en Aguilar; por Polentinos, hasta tocar las escaleras, pasando noche en uno de los chozos; Desde Cardaño, en otoño del pasado año, guiados por Shaila Pereira, la rutera de mi blog; varias veces por Lores, varias por Casavegas para encontrarnos en el camino con el Bocarón del Cerraíllo, también conocido como Bocarón de Casavegas, Ojo de Casavegas o de Caloca, si bien el primer término es el que citan y prefieren los habitantes del pueblo; también por Vidrieros e, incluso, en varias ocasiones, hemos superado nuestro puerto y hemos llegado a Potes siguiendo una de las pistas, al borde de un enorme precipicio.
En casa de Rosalía
En la última visita a Galicia recalamos de nuevo en Padrón. El topónimo de la villa procede de la palabra "pedrón", según los filólogos, una interpretación en la lengua gallega de la palabra piedra, que será fuente de inspiración para denominar así a la villa y al municipio. El pedrón es un altar de orígen latino dedicado al dios Neptuno que se localizaba en la margen izquierda del río Sar y que anteriormente fue reinterpretado como la piedra donde quedó amarrada la barca que traía el cuerpo del apóstol Santiago.
Estar en Babia
Después de una vida entera llevándolos por el camino de la montaña, es normal toparse de nuevo con un valle irresistible al senderismo como Babia. Tal debe ser el ensimismamiento, que aquella mirada perdida, como en otro lugar, ajeno a todo lo que te rodea, da como resultado esa sensación tan nombrada en todas partes, incluso por aquellos que desconocen la riqueza que encierra en todas las estaciones del año este valle leonés.
Desde Peñalabra | Palencia
Nunca le había puesto cara a la montaña desde la cima de Peñalabra. Lo he visto desde casa cada día y un poco más cerca desde Piedrasluengas, pero quería tocar su cima. Era una vieja promesa que se cumplió en mayo de este año, en compañía de José Luis Estalayo, el mexicano oriundo de Tremaya que desde enero no ha dejado ni un día de caminar por pistas y veredas, llenando su equipaje y las redes sociales de instantáneas hermosas.
La ruta del Flysch
Asomarse al mar en Zumaia es otra historia. Y eso ya lo imaginaron con anterioridad los promotores de Juego de Tronos, que una de las últimas temporadas la rodaron en la costa vasca.
Excursión a San Jorde
El día 21 de abril recibí un mensaje de Amando Vega, oriundo de La Ojeda, profesor en la Universidad del País Vasco, involucrado en lo que puede para que no se eche en saco roto todo lo que llevamos anotado sobre la necesidad de un revulsivo que devuelva la luz a estos rincones amenazados por la despoblación.
Un mundo a la deriva
Vivimos tiempos convulsos. No podemos cerrar los ojos a tanta acritud como se nos muestra cada día. Hay un hilo diario de violencia y muerte por doquier, que no podemos obviar, como si la muerte, que es un hecho palpable y ocurre cada día, no fuera con nosotros.
“No hay motivos para la esperanza, sólo para la resistencia. Nuestra obligación es aguantar los vientos fétidos de la idiotez y el pudrimiento del mundo», así se expresa el filósofo Félix de Azúa, estudioso de la obra de Baudeleaire, que lo dirá, seguramente, por tantas cosas que a diario, en todos los frentes, entorpecen el ritmo de la vida, nos desalientan, nos deprimen y desgraciadamente influyen después en las decisiones que tomamos. Lo increíble es que cientos de personas sigan enganchados a esos programas del famoseo, “algo habrá que ver”, “con algo me tendré que entretener", te dicen y enseguida se les pega ese mal de juzgar a todo el mundo por lo que dicen de ellos estos chiquilicuatres, que ejercen de periodistas sin haber estudiado para ello.
Es la educación que recibimos, lo que luego encontramos a espuertas en cualquier sitio, sin entender bien hasta donde llega lo de cada uno y quien nos defiende de los bárbaros. No creo, como dice Felix, que no haya esperanza; lo que no hay es tiempo para cambiarlo todo y que se entienda. Pero también es verdad que todo pasa, como dijo el poeta, y que estamos obligados a buscar lo bello sin abandonarnos a ese pesimismo que por momentos no deja ver el cielo. Del pesimismo extrajo Baudelaire la poesía más grande de su siglo. Durante ocho años trabajó minuciosamente en “Las flores del mal”, lo que constituyó su principal obra y marcó un hito en la poesía francesa.
Actualización, Agosto2025 | 435👀
LA MADEJA
Cada viernes en la tercera de Diario Palentino
Un escultor, un Patrimonio
El último sábado de febrero, con un tiempo propio de otros inviernos, acudimos a Villabellaco, aquel rincón de la montaña palentina con su senda y su arte, patria de dos grandes escultores palentinos: Herminio y Ursi. El camino más corto viniendo de Bilbao, es una ruta de montaña que se inicia en Reinosa, sube por el Alto del Bardal y atraviesa Olea y Valberzoso. Apenas hay circulación, la carretera no es mala y te permite conocer pueblos y valles preciosos a un lado y otro de la línea que separa ambas Comunidades.
Con Domingo en Casavegas
En junio de 1994, que ya llovió, como suele decirse, en la cocina de su casa Domingo me hablaba de un gran sueño. Un sueño que había tenido en la localidad de Casavegas, un pueblo con mucho encanto, cuya pista nos lleva hacia Pineda, con una parada obligada en el ojo de bistruey o mirador de Cerraíllo. Uno de esos lugares heridos de muerte por la despoblación, pero que milagrosamente resiste los embates del olvido.
Josefina Párkinson
Pasados los años, porque la memoria se va acopiando de otros datos, o porque comienzan las lagunas y te olvidas por momentos del nombre de las cosas, de las herramientas que manejas a diario; como te olvidas del nombre de las personas con las que hacía mucho tiempo que no te encontrabas, de la misma forma te olvidas también, un poco, de tu madre, que era, como la de cada uno, la mejor madre del mundo.
Volver a Galicia
Desde antes de la pandemia y ahora con más motivo, porque estamos vivos y hay que celebrarlo cada día, todos los años en enero viajo a Galicia.
Viento gallego
Dicen que desde Tapia de Casariego, un Concejo de la costa occidental asturiana, hasta Hondarribia, localidad situada a veinte kilómetros de Guipúzcoa, en la desembocadura del río Bidasoa, se dice “viento gallego” al viento del oeste.
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