Home
Revista-Pernia
Mostrando entradas con la etiqueta Revista-Pernia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Revista-Pernia. Mostrar todas las entradas
Más de un millón de muertos
Y lo más lamentable, sanguinario y criminal fue que se siguió matando a tiro de fusil después de acabada la guerra. Era la ordenanza del exterminio.
Tiempo atesorado, Marcelino García Velasco
Crítica de Tiempo Atesorado
Opiniones de poetas sobre su obra del poeta palentino Marcelino García Velasco
Hugo Emilio Pedemonte escribe:
Marcelino García Velasco galardonado con el Premio “Ciudad de Palma”, es un poeta de Palencia con varios libros publicados y, desde su fundación, codirector de la revista “Rocamador”. Su obra ha ido creciendo en cantidad y calidad, y más en calidad como lo demuestran sus dos últimos libros: “La jornada” y “Tiempo atesorado”. Lo más entrañable de García Velasco es su cordialidad castellana, porque ser poeta, hoy, es una tarea muy difícil. Más la creación ha tenido continuadores que no dejaron caer el alto nivel de esta lírica. En el caso de García Velasco está presente, un contenido tradicional, una rigurosa formalidad y un contenido que, pese a la angustia de su tiempo, no deja de prolongar los cauces de aquella castellanía. La evocación en “Tiempo atesorado”: la infancia, el regreso a una edad inocente, es lo que, en la superficie parece querer reflejar esta poesía. García Velasco nació con la guerra, y que vuelve a reencontrar la infancia en la de su propio hijo, ahonda su expresión poética y exprime unos versos densos y radicales, donde la imagen y todos los accidentes líricos no son un mero recreo literario, sino un auténtico hallazgo de estilo. Lo más desgarrado y lo más venturoso a la vez, en la poesía de García Velasco es su noble preocupación por España. Esa palpitante preocupación cualifica a “Tiempo atesorado” y es, sin duda, la que hace que trascienda su libro a esencias que, surgidas de lo íntimo e individual, transfieren al lector -y al crítico- una realidad para ser pensada y sentida, más allá del poeta, como una vivencia española.
Y Manuel Ríos escribe del poeta:
Marcelino García Velasco ha denotado desde sus comienzos cierto aire machadiano recorriendo sus versos. Desde “Tristeza, amor acaso”, su primer libro, 1961, hasta “Tiempo atesorado” que hoy nos ocupa, la evolución del poeta es evidente, se comprueba una superación que va desde la motivación del poema -ahora mucho más sopesado- hasta la diafanidad de la forma -que se nos antoja hoy más fluida-. Esta positiva evolución era de esperar en un poeta que desde su primera hora aparece prometedor y constante. En “Tiempo atesorado” hallamos tres partes bien delimitadas. En la primera el poeta recorre desde el recordado olvido una infancia muerta, cuando escribe:
Un día cambiarán
de altura los oteros
y todo nuestro ayer se llegará
a compartir la sed de nuestras manos.
Y no será recuerdo sino carne.
En la segunda sigue el recuerdo, su dolor, la fuente de su cansera lírica, plantada sobre el solar patrio elegíacamente, tratando de explicar unas circunstancias vitales, que al final desembocan en la esperanza: Hay que sacar al aire la alegría, canta. Después es el “tiempo vivo” la razón de su canto, la tierra, la reflexión personal, el amor -madre, hijo, esposa-, la postura íntima
Si no dejo sendero, al menos tuve
miedo de serle al tiempo sombra muda
en una tierra donde el aire abrasa.
Poesía entrañada, pues, en los más ciertos estremecimientos del hombre y su enclave paisajístico.
Homenaje a Antonio Machado en la Real Academia
El pasado 30 de abril, en la Real Academia Española, se realizó un homenaje a los hermanos Machado, y de manera especial a Antonio Machado, que fue elegido académico en 1927, pero por circunstancias políticas no pudo pronunciar su discurso de ingreso y ocupar su silla como miembro de la RAE.
Antonio Machado en el Café de las Salesas, diciembre de 1933. | Foto de Alfonso Sánchez Portela.
Antonio Machado “ingresa” en la Real Academia Española, casi cien años después de su nombramiento.
A Javier Marín De Vega, experto machadiano.
Aparte de los Hermanos Machado, cinco fueron los protagonistas de este acto: Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, quien ensalzó la figura de los poetas, el actor José Sacristán, que leyó un amplio fragmento del discurso inacabado escrito por Machado, el dramaturgo y académico Juan Mayorga, que leyó la contestación del discurso en nombre de Azorín, Alfonso Guerra, comisario de la muestra “Los Machado. Retrato de familia”, que en su intervención dio un mismo valor a Manuel y Antonio Machado, y, por último, el cantante Joan Manuel Serrat, que recitó y cantó poemas del autor de “Campos de Castilla”.
Los hermanos Machado. Alfonso Sánchez Portela
Abrió el acto el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado con una encendida evocación de los hermanos Machado, elegidos académicos en 1927 y 1938, con la diferencia de que Antonio no pudo tomar posesión, sí que la tomó en 1938 su hermano Manuel en el Palacio de San Telmo de San Sebastián. Contó Muñoz Machado las diferentes vicisitudes que sufrieron los hermanos antes de ser elegidos académicos y los posibles motivos por los que Antonio Machado no tomó posesión como académico. «Su ingreso no llegará, pero nada nos impide soñar con lo que no pudo ser, ni hay obstáculo para la esperanza». Para el director de la Real Academia Antonio Machado es "el poeta más celebrado y querido de los últimos 70 años, el pueblo no perdió su referencia, admirado como ningún otro, han sido continuos los homenajes que se le han dedicado".
Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española / RAE
Lectura, por José Sacristán, del discurso de Antonio Machado, el actor José Sacristán leyó una parte del discurso incompleto, nada menos que 94 años después de que Machado lo escribiera en 1931 para su ingreso en la Real Academia de la Lengua. Sacristán puso voz al poeta con estas palabras: “Perdonadme que haya tardado más de cuatro años para presentarme, ando muy flojo de latín porque me lo hizo aborrecer un mal maestro, mi memoria es débil, aunque mucho he leído, a reconocer esta deuda vengo a vuestra casa”.
José Sacristán dando lectura al discurso de Antonio Machado / RAE
Muy aplaudida fue la intervención del gran actor José Sacristán
Sacristán actuó ante las tablas del escenario de la RAE con su consabido oficio de maestro de la escena en su interpretación del papel de Antonio Machado, mediante la lectura de parte de la alocución que el poeta dejó pendiente. La entrega y sentida actuación consiguió la transformación, hizo parecer que verdaderamente era Machado quien pronunciaba su discurso. Se percibía en la puesta en escena la modestia, sencillez y timidez machadiana por parte de quien caracterizaba al poeta en el análisis crítico de las corrientes líricas del siglo XIX, que Machado consideraba superadas y reivindica a figuras como Marcel Proust y James Joyce, "poeta de la memoria", el primero y "poeta de la percepción", el segundo. Estas palabras de Machado, en boca de Sacristán hacen pensar y meditar: “Difundir la cultura no es repartir un caudal limitado entre los muchos, para que nadie lo goce por entero, sino despertar las almas dormidas y acrecentar el número de los capaces de espiritualidad".
Actualización Jun25 | +495👀Otras lecturas del discurso de Machado
José Sacristán ha tenido antecesores en la lectura de este discurso redactado por Antonio Machado, un grupo de poetas, entre ellos, Caballero Bonal, Celaya, Ferreiro, Rodríguez Puértolas…, en 1979, al cumplirse el 40 aniversario de la muerte del poeta, pretendieron leer en la Academia el discurso de ingreso de Machado, pero no fueron autorizados y el discurso lo leyeron en la calle, a la puerta de la Academia. En 1989 la Academia organizó una sesión especial en la que el poeta y académico García Nieto leyó el discurso con motivo del cincuentenario de la muerte del poeta, el director Manuel Albar dio lectura a la contestación que, como dijo Santiago Muñoz Machado, director de la RAE: "no es costumbre este tipo de respuesta por la crítica literaria al poeta", todo lo contrario que el poeta Ángel González en su discurso de ingreso en la Academia, que realizó un extraordinario análisis de Antonio Machado, y dijo:
Contestación de Juan Mayorga. Tras la lectura de Sacristán, llegó el turno del académico y dramaturgo Juan Mayorga, que eligió un texto de Azorín a quien puso voz y leyó el discurso de contestación a Antonio Machado. Según el director de la Academia, lo escrito por Mayorga “solo parcialmente procede de su pluma”. Azorín no contestó el discurso de Machado porque nunca fue leído, pero fue el académico que más se empeñó en el ingreso de Machado, y seguro que hubiera sido el elegido por la gran amistad y admiración que se tenían, y por ser uno de los firmantes de la candidatura de Antonio Machado que más insistió en su elección. Según Azorín: "Machado y yo coincidimos en la publicación de libros que tienen en común el asombro por lo castellano. Machado publicó 'Campos de Castilla'; yo, 'Castilla'". Mayorga destacó la sintonía literaria entre ambos autores, recitó alguno de esos poemas, analizó el papel de la poesía en un periodo de entreguerras como fue la década de los años 30, y defendió su “escasa inclinación a sacar consecuencias inmediatas de ciertas premisas catastróficas como la guerra europea, la conmociones sociales y políticas, que no son sino fenómenos de superficie”. Una intervención brillante la de Juan Mayorga, capaz de trasladarnos a la época que vivieron Antonio Machado y José Martínez Ruiz, dos grandes escritores de la Generación del 98. Muy aplaudido fue Mayorga que reclamó la presencia de Sacristán para recibir juntos el aplauso del público. José Sacristán y Juan Mayorga. / RAE
Finalizó Guerra su intervención con un bello poema de Manuel Machado, “comprobación hermosa del mucho amor que entre sí se daba entre los hermanos, Manuel toma un poema de Antonio Machado y lo repite en cada estrofa”:
Breves fueron las palabras de Joan Manuel Serrat, que agradeció a la Academia la invitación para participar en este acto de rescate a la memoria y homenaje a los hermanos Machado: “Benditos sean los que hacen de la poesía un arma cargada de futuro”. A continuación, el cantante, acompañado al piano por Ricard Miralles, recitó con su inconfundible voz poemas de Machado: Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla… Mi juventud 20 años en tierras de Castilla… y finalizó con “La saeta”.
Muy aplaudido Joan Manuel Serrat, que, a petición del director de la Academia, volvió al estrado para cantar y recitar el poema que pertenece a la sección "Proverbios y Cantares" del libro Campos de Castilla, publicado en 1912 “Caminante no hay camino”, un clásico de su repertorio que no podía faltar en este histórico homenaje a su autor.
Cerró el acto el director de la Real Academia manifestando que “recordaremos este acto histórico para esta Casa”.
Pocas referencias en la exposición he encontrado sobre Pilar de Valderrama, “Guiomar”, salvo un original del libro escrito por Pilar de Valderrama “Yo soy Guiomar”.
Muchos objetos llaman mi atención, como un retrato de Manuel Machado realizado por el gran pintor palentino Asterio Mañanós.
Junto a este retrato hay una vitrina con diversos escritos del poeta, su máquina de escribir y el citado libro de Pilar de Valderrama. ´La máquina de trovar' es una invención “indirecta” de Antonio Machado, debido a que su personaje apócrifo “Juan de Mairena”, en su inventada biografía, le dice que era discípulo de otro apócrifo “Abel Martín”, cuyas iniciales, AM, coinciden con las de Antonio Machado. A su personaje “Juan de Mairena”, profesor de Gimnasia y Retórica, le atribuye Machado la invención de una máquina de trovar, sueño nacido en la mente de Antonio Machado, que se hace realidad en esta muestra gracias a la inteligencia artificial.
"Ochenta años antes de que conociéramos la Inteligencia Artificial, Antonio Machado se adelantó a todos al concebir una máquina capaz de crear poemas.
Para saber más en Curioson:
“Traer aquí las palabras que fueron escritas para ser aquí leídas es un homenaje, si se quiere mínimo, que yo he querido tributar a quien considero el poeta español más importante de este siglo”.
Contestación de Juan Mayorga. Tras la lectura de Sacristán, llegó el turno del académico y dramaturgo Juan Mayorga, que eligió un texto de Azorín a quien puso voz y leyó el discurso de contestación a Antonio Machado. Según el director de la Academia, lo escrito por Mayorga “solo parcialmente procede de su pluma”. Azorín no contestó el discurso de Machado porque nunca fue leído, pero fue el académico que más se empeñó en el ingreso de Machado, y seguro que hubiera sido el elegido por la gran amistad y admiración que se tenían, y por ser uno de los firmantes de la candidatura de Antonio Machado que más insistió en su elección. Según Azorín: "Machado y yo coincidimos en la publicación de libros que tienen en común el asombro por lo castellano. Machado publicó 'Campos de Castilla'; yo, 'Castilla'". Mayorga destacó la sintonía literaria entre ambos autores, recitó alguno de esos poemas, analizó el papel de la poesía en un periodo de entreguerras como fue la década de los años 30, y defendió su “escasa inclinación a sacar consecuencias inmediatas de ciertas premisas catastróficas como la guerra europea, la conmociones sociales y políticas, que no son sino fenómenos de superficie”. Una intervención brillante la de Juan Mayorga, capaz de trasladarnos a la época que vivieron Antonio Machado y José Martínez Ruiz, dos grandes escritores de la Generación del 98. Muy aplaudido fue Mayorga que reclamó la presencia de Sacristán para recibir juntos el aplauso del público. José Sacristán y Juan Mayorga. / RAE
Alfonso Guerra, comisario de la exposición en el acto de homenaje celebrado en la RAE/Claudio Álvarez, El País.
Intervención de Alfonso Guerra
A continuación intervino Alfonso Guerra, comisario de la exposición Los Machado. Retrato de familia, que se inauguró ese mismo día por la mañana. Según Guerra, esta muestra ha sido concebida "para recuperar el amor por el verso y la poesía y darles a Manuel y Antonio Machado un mismo valor". "En estos días se han apagado las luces, pero no las luces del talento de los hermanos Antonio y Manuel Machado". Guerra sintetizó el contenido de la exposición y recalcó distintos aspectos de la relación de ambos hermanos “por la separación física por una guerra que ambos detestan, que desmonta el mito de enfrentamiento de los dos hermanos como representantes de los dos bandos en los que se divide España durante la contienda bélica”.
Explicó Alfonso Guerra que el objetivo de la exposición es un doble rescate: “el rescate de Manuel del ostracismo que había sido condenado por razones extraliterarias, y el rescate aún más dramático de Antonio con la muchedumbre desamparada que huía de la barbarie buscando el refugio en otro país, a pesar de que el poeta había expresado una premonición”:
Explicó Alfonso Guerra que el objetivo de la exposición es un doble rescate: “el rescate de Manuel del ostracismo que había sido condenado por razones extraliterarias, y el rescate aún más dramático de Antonio con la muchedumbre desamparada que huía de la barbarie buscando el refugio en otro país, a pesar de que el poeta había expresado una premonición”:
"Cuando pienso en un posible destierro en otra tierra tengo la certeza de que el destierro en el extranjero significaría para mí la muerte".
Su ultimo verso, dijo Guerra:
“Estos días azules, y este sol de la infancia, donde acaba el pobre río y la inmensa mar le espera. Ese último verso en la frontera acaba iluminando a toda su obra, su memoria seguirá ya siempre viva, vigilante, ardiendo el grano de pensar que él aportó en el amor”. “Hoy tenemos a los hermanos reunidos en su Academia para la historia y para la eternidad”.
Finalizó Guerra su intervención con un bello poema de Manuel Machado, “comprobación hermosa del mucho amor que entre sí se daba entre los hermanos, Manuel toma un poema de Antonio Machado y lo repite en cada estrofa”:
Chopos del camino blanco,
álamos de la ribera,
qué tiene este verso, madre,
que de ternura me llena.
Chopos del camino blanco,
álamos de la ribera.
Actuación de Joan Manuel Serrat en el homenaje a Antonio Machado / RAE
Joan Manuel Serrat
Tras Alfonso Guerra intervino el director de la RAE para hacer una bella presentación de Joan Manuel Serrat, de quien dijo:
“Ha contribuido a mantener el uso del catalán y ha hecho un servicio extraordinario al castellano, decenas de personas en el mundo se habrán iniciado con Serrat en su conocimiento. Gracias por tu gran trabajo de apoyo a la lengua española y por haber difundido los poemas de Machado por todo el mundo”.
Breves fueron las palabras de Joan Manuel Serrat, que agradeció a la Academia la invitación para participar en este acto de rescate a la memoria y homenaje a los hermanos Machado: “Benditos sean los que hacen de la poesía un arma cargada de futuro”. A continuación, el cantante, acompañado al piano por Ricard Miralles, recitó con su inconfundible voz poemas de Machado: Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla… Mi juventud 20 años en tierras de Castilla… y finalizó con “La saeta”.
Muy aplaudido Joan Manuel Serrat, que, a petición del director de la Academia, volvió al estrado para cantar y recitar el poema que pertenece a la sección "Proverbios y Cantares" del libro Campos de Castilla, publicado en 1912 “Caminante no hay camino”, un clásico de su repertorio que no podía faltar en este histórico homenaje a su autor.
Cerró el acto el director de la Real Academia manifestando que “recordaremos este acto histórico para esta Casa”.
Los hermanos Machado, Antonio y José con su madre y la esposa e hija de José en la terraza de Rocafort (Valencia)/ Joaquín Sanchís Serrano “Finezas”, diciembre de 1936.
'Los Machado. Retrato de familia'
El mismo día de la “aceptación” de Antonio Machado como académico, se inauguró por la mañana la exposición 'Los Machado. Retrato de familia' en la sede de la RAE, tras el éxito en Sevilla y Burgos. La exposición, que se podrá ver hasta el 30 de junio, pretende dar a conocer los antecedentes familiares de los Machado, y la vida y obra de los poetas y dramaturgos andaluces, interesante muestra para celebrar el 150 aniversario del nacimiento de Manuel Machado en 2024 y el 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado en este 2025.
La muestra nos adentra en la vida de la familia Machado, los abuelos de los poetas, sus padres, la infancia de los hermanos, su adolescencia, su traslado a Madrid, su formación en la Institución Libre de Enseñanza, un repaso por la obra de ambos y su estancia en París, además de los años de separación de los hermanos debido a la vida profesional, el alcance de la madurez, las bodas de Antonio y Manuel, y el posterior duelo de Antonio a la muerte de su esposa Leonor, la guerra y la repercusión en la familia con el exilio a Collioure y la muerte de Antonio Machado.
Se exponen paneles con las fechas de las diferentes épocas y los fondos machadianos de la colección de la Fundación Unicaja y la Institución Fernán González, que nos hacen vivir casi un siglo de la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, con sus aconteceres sociales y políticos, y propone rescatar del olvido a Manuel Machado, una gran figura eclipsada por su hermano Antonio.
La exposición consigue que se pueda observar con claridad la admiración y respeto que mantuvieron los Machado a lo largo de su vida, a pesar de que siempre existieron rumores de que había una mala relación entre ellos. Nos muestra la vida de los poetas sevillanos a través de manuscritos originales, textos inéditos escritos por su puño y letra, como el discurso original que Antonio Machado escribió para su ingreso en la RAE, tras el voto unánime de los académicos, y que no pudo leer, ni ingresar como académico por el estallido de la Guerra Civil, su exilio y muerte prematura. En cambio, Manuel Machado entró en la RAE en 1938 en la Palacio de San Telmo de San Sebastián.
Se muestran por primera vez al público efectos personales de los poetas, así como las primeras ediciones originales de los primeros libros publicados de ambos hermanos, ´Soledades´ de Antonio y ´Alma´ de Manuel. Resulta muy curioso observar el ábaco de letras con el que aprendieron a escribir los dos hermanos, así como una pitillera con cigarros de Manuel en perfecto estado. En la Muestra se unen los fondos machadianos de Sevilla y Burgos con el propósito de dar a conocer el legado de la familia Machado, una familia de casta intelectual, con raíces en Antonio Machado Núñez, abuelo de los Machado, sevillano ilustre, rector, alcalde y gobernador de Sevilla, médico, antropólogo, zoólogo y geólogo, además de ser uno de los introductores del darwinismo en España. Machado Núñez, casado con Cipriana Álvarez Durán, pintora y trasmisora del romancero y la literatura oral. Fruto de este matrimonio nació Antonio Machado Álvarez, más conocido por el seudónimo de Demófilo, que heredó de su madre el amor por el folclore, además de ser escritor y antropólogo, y padre de los poetas y dramaturgos Manuel Machado y Antonio Machado y del pintor José Machado.
La exposición es un encuentro con la familia Machado a través de documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a la familia, y la especial comunicación entre los hermanos Machado desde su infancia y su colaboración en obras teatrales, así como un recuerdo especial para sus abuelos y padres. Se exponen fotografías de ambas bodas y de los diferentes destinos de ambos hermanos. Es interesante también ver poemas manuscritos por parte de Antonio Machado, sus tachaduras y correcciones, o cuadernos escritos una página al derecho y otra al revés.
La proclamación de la República, y después la Guerra Civil, conduce a los hermanos a distintos destinos en frentes diferentes, Manuel en Burgos, al sorprenderle en esta ciudad el estallido de la guerra civil, mientras su hermano Antonio tuvo que abandonar Madrid, en noviembre de 1936 con diversos destinos durante su exilio: Rocafort en Valencia (hasta abril del 38), en Barcelona (de abril del 38 hasta enero de 39) y finalmente en Collioure (Francia) un pueblo de pescadores a 25 km. de la frontera con España, donde permaneció desde finales de enero hasta su muerte el 22 de febrero de 1939.
La muestra nos adentra en la vida de la familia Machado, los abuelos de los poetas, sus padres, la infancia de los hermanos, su adolescencia, su traslado a Madrid, su formación en la Institución Libre de Enseñanza, un repaso por la obra de ambos y su estancia en París, además de los años de separación de los hermanos debido a la vida profesional, el alcance de la madurez, las bodas de Antonio y Manuel, y el posterior duelo de Antonio a la muerte de su esposa Leonor, la guerra y la repercusión en la familia con el exilio a Collioure y la muerte de Antonio Machado.
Se exponen paneles con las fechas de las diferentes épocas y los fondos machadianos de la colección de la Fundación Unicaja y la Institución Fernán González, que nos hacen vivir casi un siglo de la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, con sus aconteceres sociales y políticos, y propone rescatar del olvido a Manuel Machado, una gran figura eclipsada por su hermano Antonio.
La exposición consigue que se pueda observar con claridad la admiración y respeto que mantuvieron los Machado a lo largo de su vida, a pesar de que siempre existieron rumores de que había una mala relación entre ellos. Nos muestra la vida de los poetas sevillanos a través de manuscritos originales, textos inéditos escritos por su puño y letra, como el discurso original que Antonio Machado escribió para su ingreso en la RAE, tras el voto unánime de los académicos, y que no pudo leer, ni ingresar como académico por el estallido de la Guerra Civil, su exilio y muerte prematura. En cambio, Manuel Machado entró en la RAE en 1938 en la Palacio de San Telmo de San Sebastián.
Se muestran por primera vez al público efectos personales de los poetas, así como las primeras ediciones originales de los primeros libros publicados de ambos hermanos, ´Soledades´ de Antonio y ´Alma´ de Manuel. Resulta muy curioso observar el ábaco de letras con el que aprendieron a escribir los dos hermanos, así como una pitillera con cigarros de Manuel en perfecto estado. En la Muestra se unen los fondos machadianos de Sevilla y Burgos con el propósito de dar a conocer el legado de la familia Machado, una familia de casta intelectual, con raíces en Antonio Machado Núñez, abuelo de los Machado, sevillano ilustre, rector, alcalde y gobernador de Sevilla, médico, antropólogo, zoólogo y geólogo, además de ser uno de los introductores del darwinismo en España. Machado Núñez, casado con Cipriana Álvarez Durán, pintora y trasmisora del romancero y la literatura oral. Fruto de este matrimonio nació Antonio Machado Álvarez, más conocido por el seudónimo de Demófilo, que heredó de su madre el amor por el folclore, además de ser escritor y antropólogo, y padre de los poetas y dramaturgos Manuel Machado y Antonio Machado y del pintor José Machado.
Fotografías de la boda de Antonio y Manuel Machado/ A. Santamaría
La exposición es un encuentro con la familia Machado a través de documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a la familia, y la especial comunicación entre los hermanos Machado desde su infancia y su colaboración en obras teatrales, así como un recuerdo especial para sus abuelos y padres. Se exponen fotografías de ambas bodas y de los diferentes destinos de ambos hermanos. Es interesante también ver poemas manuscritos por parte de Antonio Machado, sus tachaduras y correcciones, o cuadernos escritos una página al derecho y otra al revés.
La proclamación de la República, y después la Guerra Civil, conduce a los hermanos a distintos destinos en frentes diferentes, Manuel en Burgos, al sorprenderle en esta ciudad el estallido de la guerra civil, mientras su hermano Antonio tuvo que abandonar Madrid, en noviembre de 1936 con diversos destinos durante su exilio: Rocafort en Valencia (hasta abril del 38), en Barcelona (de abril del 38 hasta enero de 39) y finalmente en Collioure (Francia) un pueblo de pescadores a 25 km. de la frontera con España, donde permaneció desde finales de enero hasta su muerte el 22 de febrero de 1939.
Cuaderno de Antonio Machado
Pocas referencias en la exposición he encontrado sobre Pilar de Valderrama, “Guiomar”, salvo un original del libro escrito por Pilar de Valderrama “Yo soy Guiomar”.
Muchos objetos llaman mi atención, como un retrato de Manuel Machado realizado por el gran pintor palentino Asterio Mañanós.
Junto a este retrato hay una vitrina con diversos escritos del poeta, su máquina de escribir y el citado libro de Pilar de Valderrama. ´La máquina de trovar' es una invención “indirecta” de Antonio Machado, debido a que su personaje apócrifo “Juan de Mairena”, en su inventada biografía, le dice que era discípulo de otro apócrifo “Abel Martín”, cuyas iniciales, AM, coinciden con las de Antonio Machado. A su personaje “Juan de Mairena”, profesor de Gimnasia y Retórica, le atribuye Machado la invención de una máquina de trovar, sueño nacido en la mente de Antonio Machado, que se hace realidad en esta muestra gracias a la inteligencia artificial.
"Ochenta años antes de que conociéramos la Inteligencia Artificial, Antonio Machado se adelantó a todos al concebir una máquina capaz de crear poemas.
Para saber más en Curioson:
En las butacas de la Biblioteca disfruté de una representación única, maravillosa manera de vivir el momento, de deleitarse de la biografía y currículo de Javier Marín de Vega, contada con su peculiar forma y manera por Beatriz Quintana, que tiene la facilidad de meterte de lleno en el personaje.
🔖Cartas de amor, Antonio Machado- Pilar de Valderrama
Fue en Burgos donde Manuel tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermano Antonio, a los 63 años, por una carta que le llegó desde Colliure (Francia), donde estaba exiliado.
🔖Los Machado en Burgos
Machado se refugió de la contienda, como él dijo, “en la otra orilla”, en Colliure, un bello pueblo, a 26 kms. de la frontera, que el poeta no pudo disfrutar por su enfermedad, ya que murió el 22 de febrero de 1939, a la edad de 63 años.
🔖Ante la tumba de Antonio Machado en Colliure
🔖Cartas de amor, Antonio Machado- Pilar de Valderrama
Fue en Burgos donde Manuel tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermano Antonio, a los 63 años, por una carta que le llegó desde Colliure (Francia), donde estaba exiliado.
🔖Los Machado en Burgos
Machado se refugió de la contienda, como él dijo, “en la otra orilla”, en Colliure, un bello pueblo, a 26 kms. de la frontera, que el poeta no pudo disfrutar por su enfermedad, ya que murió el 22 de febrero de 1939, a la edad de 63 años.
🔖Ante la tumba de Antonio Machado en Colliure
Pilar de Valderrama llegó a firmar también sus obras con su propio nombre y a alcanzar un éxito imposible para una escritora en aquella España anterior a la guerra civil del 36.
🔖Pilar de Valderrama, memorias de un gran secreto
🔖Pilar de Valderrama, memorias de un gran secreto
Después de tantos y tantos fastos conmemorativos del 98, quiero sin embargo resaltar, a modo de pequeño homenaje, la fecha del 22 de febrero, en que se cumplirán setenta y siete años de la muerte de aquel poeta al que Unamuno denominó “el hombre más descuidado de cuerpo pero el más limpio de alma”.
🔖Antonio Machado
🔖Antonio Machado
La colección de manuscritos de los hermanos Machado fue adquirida en subasta por 625.000 euros en noviembre de 2003, por una persona que no quiso identificarse.
🔖El legado de los Machado
🔖El legado de los Machado
INFORMACIÓN DE VISITAS
La exposición «Los Machado. Retrato de familia» se podrá visitar en la sede de la Real Academia Española (RAE) desde el 30 de abril hasta el 29 de junio de 2025 en los siguientes horarios:
• Lunes. De 11:00 h a 19:00 h
• Martes. De 11:00 h a 19:00 h
• Miércoles. De 11:00 h a 19:00 h
• Jueves. Cerrado, incluidos el 1 y el 15 de mayo
• Viernes. De 11:00 h a 19:00 h
• Sábados. De 11:00 h a 19:00 h
• Domingos y festivos. De 10:00 h a 14:00 h
La entrada de los visitantes se efectuará por la calle Ruiz de Alarcón, 17.El acceso es gratuito y libre hasta completar aforo.
Tristeza, amor acaso, primer libro de Marcelino García Velasco
El primer libro que el poeta publica es "Tristeza, amor acaso" en la Colección Rocamador revista de la que había sido cofundador junto a José María Fernández Nieto y Carlos Urueña. Obtuvo buenas críticas. Transcribo la de Juan Rúiz Peña, aparecida en Diario de Burgos con fecha 16-abril-1962.
“Estaba allí, frente a mí, con su breve estatura, su cuerpo enjuto, la cara pálida y los ojos negros, ardientes, como brillándole de fiebre. Un castellano neto, con acero interior y un poeta triste, sincero y amargo; yo amaba su poesía por su ardorosa sequedad de páramo verdecido en primavera y me gustaba como crítico de libros de aquella revista palentina “Rocamador”, por su justicia y dureza en manejar la tralla contra el poeta joven, potro orgulloso y sin desbravar, y a veces contra los pusilánimes, maduros ya. (Su intención era honrada y buena, siempre que en el poeta criticado existiera el necesario espíritu de humildad). Era el poeta García Velasco y era Marcelino que hablaba ahora con voz apagada, un poco sorda pero firme, exponiendo su justo parecer pues detrás de aquel semblante serio y espiritualizado, resonaba un corazón adusto en lucha con la vida. ¿Cuántos años han pasado después de esta entrevista? No sé, Marcelino y yo hemos seguido escribiéndonos sin cesar, y he ido sabiendo de su obra poética en marcha, de la alada aparición del primer amor, del ejercicio de la docencia practicado con devoción, de su lírico vibrar frente al paisaje castellano y de su abandono a la tristeza. La tristeza es compañera inseparable de la juventud de un poeta, como la melancolía suele ser el hada negra de la adolescencia: para un joven, la tristeza es lluvia y monotonía, cerrazón de horizonte y cargazón de agua en el corazón; es un sentimiento que al que se apega. Esto le ha sucedido al poeta palentino Marcelino García Velasco, del que acaba de aparecer en Palencia, editado por Rocamador “Rocamador”, su primer libro de versos: “Tristeza, amor acaso”. Este libro es como un arca de roble castellano, secreto y confidencial. Cuando se abre, dentro hallamos al corazón del poeta que nos dice: “Por esta tristeza me conoceréis, por otra cosa, no”. Detrás, resonando, una insistencia rítmica de lluvia, o vibración de nieve en el cristal. Es como una tristeza que humedece al alma, que ablanda al corazón. La tristeza va dentro del poeta, pero siguiéndole los pasos del amor verdadero. Este libro se ha escrito para denunciar a la tristeza, pero también para descubrir el amor. La necesidad de este libro la justifica esa doble vertiente en que se divide el corazón del poeta. Desplegada el ala de la tristeza, acude al amor a mitigar las lágrimas, y se inclina el poeta como un ángel al que tirarán de un ala, hacia el lado en sombra del amor, que sólo posee su dolida sonrisa. El ala del amor se lleva por la tierra. ¡Cómo le duele, cómo siente el poeta, a esta tierra palentina: Tanta tierra para llorar, y haberse visto encadenado a la más pobre, páramo de llanto y greda. Tierra enraizada en su corazón como el amor con cuya sombra se entrelaza. Dice: “Aquella tierra blanca cada tarde se viene -a mis latidos- y sube con mi sangre -hasta el borde mismo de la pena”. Son los poemas de este libro, largos, de musical ondulación, con un verso libre rítmicamente ajustado al latir del corazón del poeta. Poesía nueva, pero de raigambre romántica, tanto por la forma libérrima, como por el sentimiento. Hay en ellos, versos de maravilla, así cuando nos dice: “que la luz nos sorprende como el vuelo de un águila en el soto” o nos describe a su “madre, bella y pequeña, tú, como cañuela” o recordando a la mujer amada: “Estoy oyendo tu voz –mientras sujeto la tristeza con los dientes” Sí, una especie de desolación, de blanca tristeza de páramo, nubla el corazón del poeta: “Roca triste, rojo páramo, cuántos caminos me sé ya para sentirme solo” Paisaje palentino de Castilla, y hasta el final la tristeza como endulzando la amarga soledad herida del poeta, y el ala cálida del amor, en presencia o en ausencia, como un lenitivo. Con este libro de versos, “Tristeza, amor acaso”, el poeta palentino Marcelino García Velasco, se reafirma en su valía y se coloca en vanguardia, en primerísima línea, entre los mejores poetas jóvenes de Castilla.
Recojo otra opinión, es la de Joaquín Caro Romero, en Ágora, Madrid, número seis, 61/62 en el año 1961. Transcribo:
“El crítico palentino de poesía Marcelino García Velasco libro (Tristeza, amor acaso…Col. “Rocamador”, Palencia, 1961) una vez encallecido por las musas en periódicos y revistas. Su voz no vacila. Hay poemas, como el de la penúltima agrupación de “Muchacha en primavera” que, a partir de un determinado verso, presentimos un avance de calidades: “Esta noche pondré tu nombre junto al pan”. Tristeza, amor acaso… es como un largo peregrinaje dolorido plasmado en veinticinco confesiones. De súbito amanece Antonio Machado: “…no a la vida, al amor…” o se asoma a Aleixandre: “Niños como llanto, mujeres como maldiciones…
Tello Téllez de Meneses
Cuando Manuel Alcántara era Manolito, dejó en su primer libro este verso embaucador:
“Lo mejor del recuerdo es el olvido…”
Menos mal que en el mismo poema tendió una media verónica de buen torero malagueño para remediarlo y aclararlo:
“Ser hombre es ir andando hacia el olvido
haciéndose una patria en la esperanza…”
No es el recuerdo lo que se olvida, sino el hombre en su caminar, donde va construyendo la esperanza. Yo nunca esperé este homenaje a mi persona. ¡Si yo he sido sólo un maestro de escuela que aprendió a enseñar juntando palabras en el encerado verde y en las mentes blancas de los niños! Pero bien, aquí estoy. Os lo agradezco desde los dentros, que diría Juan José Cuadros, de no haberse ido tan pronto a la otra orilla, frase de Manuel Carrión. Y en los dentros no hay olvido y sí agradecimiento.
Gracias a la Institución Tello Téllez de Meneses que lo ha promovido y, en esta ocasión, sin contar con el “hágase según fórmula” por boca del director, que es expresión boticaria y se la dejamos para uso de José María Fernández Nieto en su nube de poeta.
Gracias a los compañeros académicos que escribieron palabras sobre mí y a los que, no siéndolo, también las llevaron al papel para recuerdo de muchos y nunca para el olvido. Y, sobre todo, a Julián Alonso y a los Rafaeles -valga el vocablo- Martínez y del Valle, viejos en la amistad y el conocimiento, que cuidaron de avisos y trabajos para que este acto se hiciera como manda el cariño.
“Ser hombre es ir andando hacia el olvido
haciéndose una patria en la esperanza…”
No es el recuerdo lo que se olvida, sino el hombre en su caminar, donde va construyendo la esperanza. Yo nunca esperé este homenaje a mi persona. ¡Si yo he sido sólo un maestro de escuela que aprendió a enseñar juntando palabras en el encerado verde y en las mentes blancas de los niños! Pero bien, aquí estoy. Os lo agradezco desde los dentros, que diría Juan José Cuadros, de no haberse ido tan pronto a la otra orilla, frase de Manuel Carrión. Y en los dentros no hay olvido y sí agradecimiento.
Gracias a la Institución Tello Téllez de Meneses que lo ha promovido y, en esta ocasión, sin contar con el “hágase según fórmula” por boca del director, que es expresión boticaria y se la dejamos para uso de José María Fernández Nieto en su nube de poeta.
Gracias a los compañeros académicos que escribieron palabras sobre mí y a los que, no siéndolo, también las llevaron al papel para recuerdo de muchos y nunca para el olvido. Y, sobre todo, a Julián Alonso y a los Rafaeles -valga el vocablo- Martínez y del Valle, viejos en la amistad y el conocimiento, que cuidaron de avisos y trabajos para que este acto se hiciera como manda el cariño.
Gracias a la Diputación por prestar este magnífico y alto recinto de techo admirable -consérvese muchos años- y gracias a los asistentes, y, especialmente, a quienes desde Perazancas, pueblo donde fui maestro durante tres años, han recorrido 100 kilómetros para estar hoy conmigo en esta noche inolvidable. Y, cómo no, a mis hermanos coruñeses, unidos en el dolor de Coria y en la alegría de hoy.
Gracias a mis hijos que venciendo formalidades del trabajo y kilómetros me acompañan desde el corazón y la presencia y uno de ellos extendió sus dedos para que la Música llenara el aire de este recinto.
Gracias a los amigos, y gracias para mis muertos, tantos, que estarán volando sin palomas por sus altos sitios claros.
Y como la emoción me va venciendo, vaya mi abrazo para todos vosotros y para los ausentes que habrían querido ocupar una de esas butacas vacías.
Y como en el hombre todo es infancia, que querían Rilke y Claudio Rodríguez, dejadme que recuerde al niño aquel que en Astudillo, a la vez que nidos cogió las palabras con que escribo. Y puesto que empecé este sermonciello con Manolito Alcántara bueno será que con él acabe:
“Tengo un niño olvidado en la memoria
antiguamente joven como un río;
regresa de un remoto tiempo mío
tan lejano y azul como la gloria.”
Palencia 27 de enero de 2018
Dichos y refranes sobre el vino
Refranes y consejos sobre el vino
Con vino o sin vino, se va al quinto pino.
Uldale folos censuros
💨 Ninguno que beba vino le llame a otro borracho.
💨 Más vale estar entre dos luces que entre cuatro.
💨 Se rasca los Domingos y la empata los Lunes.
💨 El amor y el vino sacan al hombre de tino.
💨 El vino que sepa a vino, se ha de beber con un amigo y buen tino.
💨 El arroz, el pez y el pepino nacen en agua y mueren en vino.
💨 Quien bebe poco, bebe más.
💨 Si por beber no he de ver, ¡Adios luz!.
💨 Esta vida se ha de pasar a tragos.
💨 Quien mucho vino bebe, a si se daña y a los otros hiere.
💨 Agua detenida es mala para bebida.
💨 Después de beber, cada uno dice su parecer.
💨 Media vida es la candela; pan y vino la otra media.
💨 Al pan, pan y al vino, vino.
💨 Clarete, bien claro y con agua, como en la taberna de la Clara.
💨 El vino como rey y el agua como buey.
💨 El vino demasiado, ni guarda secretos ni cumple palabras.
💨 El vino desde que lo pisaron, por huir de los pies se sube a la cabeza.
💨 Tras caracoles, setas, higos, hongos y peras, agua no bebas sino vino; y que sea tanto, que: caracoles, setas, higos, hongos y peras anden nadando.
💨 Agua de cepas y sonido de tejas.
💨 Buenos pagan el vino.
💨 Tabaco, vino y mujer, echan al hombre a perder.
💨 Fuerte desgracia no tener para vino y beber agua.
💨 A mucho vino, no hay cabeza.
💨 El mejor vino se vuelve vinagre.
💨 Cuando se remata el vino, ya no hace falta la bota.
💨 Lo que no se va en vino, va en lágrimas y suspiros.
💨 Pan y vino y carne, a secas.
💨 Aceite, vino y amigo, antiguo.
💨 Ni de vino, ni de oro, hagas tesoro.
💨 Pensaba el necio que tenía amigos, y eranlo de su vino.
💨 En el vino está la verdad, “In vino veritas”.
💨 Ni almorzar sin vino, ni andar a pie largo camino.
💨 Mal para beber me apaño; el vino me cuesta dinero, el agua me hace daño.
💨 La cuba huele al vino que tiene.
💨 Mas vale vino maldito, que agua bendita.
💨 Al hombre duro, lanza en mano y vino puro.
💨 Beber buen vino no es desatino; lo que es malo es beber vino malo.
💨 El buen vino es oro fino.
💨 El buen vino hace mala cabeza.
💨 Caldo de parras, mejor que el de gallina y de mas sustancia.
💨 Al catarro con el jarro.
💨 Vino por fuera, vino por dentro, contra todos los males al momento.
💨 Con vino o sin vino, se va al quinto pino.
💨 ¡Ay con tu madre!, ¡Creíste que era vino y era vinagre!.
💨 ¡A beber y apurar las copas del licor, que el vino hará olvidar las penas del amor!.
💨 ¡Venga vino!; ¡Ven Gabino!.
💨 El día que me muera ya tengo dispuesto donde me han de enterrar: en una bodega, al lado de una cuba y con un racimo de uvas en el paladar...
Última actualización, Abr2025 | 975👀
PAREMIOLOGÍA
Revista Pernía, núm 15, Diciembre de 1985. Edita y dirige: Froilán de Lózar
Imagen: Cuadro del pintor palentino "Simal".
Los Machado y Burgos
Los Machado, retrato de familia
Llegar a Burgos y pasear por la ciudad con dos buenos fotógrafos, uno experto en Machado, Javier Marín, otro experto en Burgos, Ángel Herráiz y recorrer el centro de su mano, fue para mí un placer, además de ir en busca de lugares de la ciudad en los que estuvo Manuel Machado, como la “Pensión Filomena”, en la que residió de 1936 a 1939, junto a su esposa Eulalia Cáceres, que años después donó a la ciudad de Burgos el importante fondo documental machadiano.
ALFONSO SANTAMARÍA DIEZ | BURGOS
Nos acercamos al convento de las “Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús”, en el que residió Carmen Cáceres, la cuñada religiosa de Manuel Machado, y al edificio del antiguo periódico `El Castellano´ en el que trabajó Manuel Machado como redactor. Mis amigos me contaron el motivo por el que el matrimonio formado por Manuel Machado (1874-1947), y Eulalia Cáceres (1879-1974) vinieron a Burgos. Vinieron, como cada año, a pasar unos días por la festividad del Carmen para felicitar por su cumpleaños a sor Carmen, hermana de Eulalia.
En el Convento de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús estuvieron el 16 de julio de 1936 y pasaron el día con la religiosa. Al día siguiente corrió el rumor de un golpe de Estado inminente, por lo que el matrimonio decidió abandonar Burgos con destino a Madrid, su lugar de residencia, con la mala suerte de que el tren salió de la estación con media hora de adelanto, por lo que se vieron obligados a volver a la pensión. La guerra estalla al día siguiente y aquel viaje cambió para siempre el destino de Manuel, de su esposa y de toda la familia Machado. Los primeros días de la contienda Manuel tuvo contacto telefónico con su querido hermano Antonio, a quien no volvería a ver, después de tantas obras compartidas y encuentros en Madrid con reconocidos intelectuales republicanos.
La estancia en Burgos, por imperativo de la guerra civil, de un republicano que estaba en el punto de mira, obligó a Manuel, que tenía 64 años, a relacionarse con el círculo conservador de Burgos, para no levantar sospechas, y a cambiar sus principios y valores. Comenzó a colaborar como redactor del periódico conservador `El Castellano´ y compaginó este trabajo con el de archivero en la Delegación de Hacienda de Burgos. Esta tranquilidad relativa, al “cambiar de bando”, se vio alterada después de la publicación, el 29 de septiembre de 1936, de una crónica en la que se denunciaba el desafecto de Manuel con el movimiento nacional. Ante esta denuncia, pocos días después Manuel Machado ingresaba en el penal de Burgos, junto a cientos de acusados republicanos.
![]() |
Manuel Machado y Eulalia Cáceres | |
La vida de Manuel Machado en Burgos
La estancia en Burgos, por imperativo de la guerra civil, de un republicano que estaba en el punto de mira, obligó a Manuel, que tenía 64 años, a relacionarse con el círculo conservador de Burgos, para no levantar sospechas, y a cambiar sus principios y valores. Comenzó a colaborar como redactor del periódico conservador `El Castellano´ y compaginó este trabajo con el de archivero en la Delegación de Hacienda de Burgos. Esta tranquilidad relativa, al “cambiar de bando”, se vio alterada después de la publicación, el 29 de septiembre de 1936, de una crónica en la que se denunciaba el desafecto de Manuel con el movimiento nacional. Ante esta denuncia, pocos días después Manuel Machado ingresaba en el penal de Burgos, junto a cientos de acusados republicanos.
Tuvo suerte y fue puesto en libertad el 1 de octubre y se libró de acabar en el paredón como algunos de sus compañeros madrileños, gracias a su esposa, Eulalia Cáceres, que hizo gestiones a través de José María Pemán, Presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado con sede en Burgos, importante también fue la mediación de la congregación de su cuñada con el arzobispo de Burgos monseñor Manuel de Castro Alonso.
Tres años pasó Manuel en Burgos que marcaron para siempre su vida. Para hacer olvidar su pasado republicano se vio obligado a hacer una defensa absoluta del nuevo régimen con la colaboración en tareas propagandísticas y exaltación de la figura de José Antonio Primo de Rivera y del Caudillo, su participación en programas de radio, y relacionarse muy bien para hacer muchos y buenos amigos en la ciudad, además de formar parte de la plana mayor de poetas de la guerra, bajo la dirección de Eugenio D´Ors, con sede en el Hotel Londres de Burgos; escribían de forma colectiva, con seudónimo, para las trincheras y acudían a cualquier lugar que fueran requeridos por la Propaganda del Régimen. Junto a Manuel Machado, participaban entre otros: Luis Rosales, Agustín de Foxá, José María Pemán, Dionisio Ridruejo y Luis Felipe Vivanco.
Fue en Burgos donde Manuel tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermano Antonio, a los 63 años, por una carta que le llegó desde Colliure (Francia), donde estaba exiliado. Manuel viajó hasta Colliure con su esposa y al llegar a la ciudad francesa se enteró de que, además de su hermano, a los dos días había fallecido su madre. La muerte de su madre y hermano marcó para siempre al escritor.
Manuel Machado falleció en Madrid en 1947 y su viuda Eulalia Cáceres, por expreso deseo de su marido, legó todo su patrimonio a sus amigos burgaleses Bonifacio Zamora y José María Zugazaga. Decenas de documentos, libros, cartas y expedientes de su etapa como crítico teatral llegaron al Burgos de finales de los años 40: más de 600 cartas, dirigidas a Antonio y a Manuel por escritores (Pío Baroja, Unamuno, Gregorio Marañón, Valle Inclán, Azorín, Luis Rosales, Menéndez Pidal, Carlos Arniches…), intelectuales, juristas, políticos (Mateo Sagasta, Antonio Maura…), y de pintores como Julio Romero de Torres, y alrededor de 1.600 libros de la biblioteca personal de Manuel Machado, teniendo en cuenta que Manuel era considerado uno de los mejores poetas del siglo XX, mientras que su hermano Antonio había sido borrado del mapa de las letras por la dictadura. El de Burgos se considera el fondo machadiano más completo que existe, en el que se incluyen obras de Unamuno, Pio Baroja o Valle Inclán y obras pictóricas de Julio Romero de Torres.
Este legado pasó después a custodia de la Institución Fernán González que no solo mantiene vivo el legado, sino que está digitalizando el fondo, y recientemente se ha hecho cargo de pertenencias donadas por Eulalia Cáceres, viuda de Manuel Machado.
Tras su paso por Sevilla el pasado otoño, con más de 60.000 visitas, la muestra llegó a Burgos con el objeto de dar a conocer los antecedentes familiares de los Machado, y la vida y obra de los poetas y dramaturgos andaluces. Esta exposición estará abierta hasta el 30 de marzo, y su próximo destino será La Real Academia Española de la Lengua. Interesante muestra para celebrar el 150 aniversario del nacimiento de Manuel Machado en 2024 y el 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado en este 2025.
A las 6 de la tarde entramos en la exposición, entrada gratuita con una buena guía que nos lleva y explica la muestra desde la vida de la familia, los abuelos de los poetas, a sus padres, la infancia de los hermanos, su adolescencia, su traslado a Madrid, su formación en la Institución Libre de Enseñanza, un repaso por la obra de ambos y su estancia en París, además de los años de separación de los hermanos debido a la vida profesional, el alcance de la madurez, las bodas de Antonio y Manuel, y el posterior duelo de Antonio a la muerte de Leonor, la guerra y la repercusión en la familia con el exilio a Colliure y la muerte de Antonio Machado, todo ello expuesto en paneles con las fechas de las diferentes épocas y los fondos machadianos de la colección de la Fundación Unicaja y la Institución Fernán González, que nos hacen vivir casi un siglo de la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, con sus aconteceres sociales y políticos, y rescatar del olvido a Manuel Machado, una gran figura eclipsada por su hermano Antonio.
La exposición consigue que se pueda observar con claridad la admiración y respeto que mantuvieron los Machado a lo largo de su vida, a pesar de que siempre existieron rumores de que había una mala relación entre ellos. Nos muestra la vida de los poetas sevillanos a través de manuscritos originales, textos inéditos escritos por su puño y letra, como el discurso original que Antonio Machado escribió para su ingreso en la RAE, tras el voto unánime de los académicos, y que no pudo leer, ni ingresar como académico por el estallido de la Guerra Civil, su exilio y muerte prematura. En cambio, Manuel Machado entró en la RAE en 1938 en la Palacio de San Telmo de San Sebastián.
Se muestran por primera vez al público efectos personales de los poetas, así como las primeras ediciones originales de los primeros libros publicados de ambos hermanos, Soledades de Antonio y Alma de Manuel. Resulta muy curioso observar el ábaco de letras con el que aprendieron a escribir los dos hermanos, así como una pitillera con cigarros de Manuel en perfecto estado. En la Muestra se unen los fondos machadianos de Sevilla y Burgos con el propósito de dar a conocer el legado de la familia Machado, una familia de casta intelectual con raíces en Antonio Machado Núñez, abuelo de los Machado, sevillano ilustre, rector, alcalde y gobernador de Sevilla, médico, antropólogo, zoólogo y geólogo, además de ser uno de los introductores del darwinismo en España. Machado Núñez, casado con Cipriana Álvarez Durán, pintora y trasmisora del romancero y la literatura oral. Fruto de este matrimonio nació Antonio Machado Álvarez, más conocido por el seudónimo de Demófilo, que heredó de su madre el amor por el folclore, además de ser escritor y antropólogo, y padre de los poetas y dramaturgos Manuel Machado y Antonio Machado y del pintor José Machado.
La exposición es un encuentro con la familia Machado a través de documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a la familia, y la especial comunicación entre los hermanos Machado desde su infancia y su colaboración en obras teatrales, así como un recuerdo especial para sus abuelos y padres. Se exponen fotografías de ambas bodas y de los diferentes destinos de ambos hermanos. Es interesante también ver poemas manuscritos por parte de Antonio Machado, sus tachaduras y correcciones, o cuadernos escritos una página al derecho y otra al revés. La proclamación de la República y después la Guerra Civil, conduce a los hermanos a distintos destinos en frentes diferentes, Manuel en Burgos, al sorprenderle en esta ciudad el estallido de la guerra civil, mientras su hermano Antonio tuvo que abandonar Madrid, en noviembre de 1936 con diversos destinos durante su exilio: Rocafort en Valencia (hasta abril del 38), en Barcelona (de abril del 38 hasta enero de 39) y finalmente en Collioure (Francia) un pueblo de pescadores a 25 km. de la frontera con España, donde permaneció desde finales de enero hasta su muerte el 22 de febrero de 1939.
Pocas referencias en la exposición he encontrado sobre Pilar de Valderrama, “Guiomar”, salvo un original del libro escrito por Pilar de Valderrama “Yo soy Guiomar”.
Muchos objetos llaman mi atención, como un retrato de Manuel Machado realizado por el gran pintor palentino Asterio Mañanós.
Junto a este retrato hay una vitrina con diversos escritos del poeta, su máquina de escribir y el citado libro de Pilar de Valderrama. La Máquina de Trovar de Antonio Machado. 'La máquina de trovar' es una invención “indirecta” de Antonio Machado, debido a que su personaje apócrifo “Juan de Mairena”, en su inventada biografía, le dice que era discípulo de otro apócrifo “Abel Martín”, cuyas iniciales, AM, coinciden con las de Antonio Machado. A su personaje “Juan de Mairena”, profesor de Gimnasia y Retórica, le atribuye Machado la invención de una máquina de trovar, sueño nacido en la mente de Antonio Machado, que se hace realidad en esta muestra gracias a la inteligencia artificial.
Con tres palabras que dije a la máquina: amor, corazón y sueños compuso este poema:
En la sombra danza el olivo
![]() |
Fachada del antiguo periódico El Castellano | |
Tres años pasó Manuel en Burgos que marcaron para siempre su vida. Para hacer olvidar su pasado republicano se vio obligado a hacer una defensa absoluta del nuevo régimen con la colaboración en tareas propagandísticas y exaltación de la figura de José Antonio Primo de Rivera y del Caudillo, su participación en programas de radio, y relacionarse muy bien para hacer muchos y buenos amigos en la ciudad, además de formar parte de la plana mayor de poetas de la guerra, bajo la dirección de Eugenio D´Ors, con sede en el Hotel Londres de Burgos; escribían de forma colectiva, con seudónimo, para las trincheras y acudían a cualquier lugar que fueran requeridos por la Propaganda del Régimen. Junto a Manuel Machado, participaban entre otros: Luis Rosales, Agustín de Foxá, José María Pemán, Dionisio Ridruejo y Luis Felipe Vivanco.
La muerte de su hermano Antonio
Fue en Burgos donde Manuel tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermano Antonio, a los 63 años, por una carta que le llegó desde Colliure (Francia), donde estaba exiliado. Manuel viajó hasta Colliure con su esposa y al llegar a la ciudad francesa se enteró de que, además de su hermano, a los dos días había fallecido su madre. La muerte de su madre y hermano marcó para siempre al escritor.
![]() |
|Foto actual del antiguo Hotel Bougnol Quintana de Colliure en el que estuvo hospedado Antonio Machado y su familia. |
![]() |
El féretro de Machado por las calles de Colliure camino del cementerio a hombros de soldados republicanos. | |
El legado de Manuel Machado a la ciudad de Burgos
Manuel Machado falleció en Madrid en 1947 y su viuda Eulalia Cáceres, por expreso deseo de su marido, legó todo su patrimonio a sus amigos burgaleses Bonifacio Zamora y José María Zugazaga. Decenas de documentos, libros, cartas y expedientes de su etapa como crítico teatral llegaron al Burgos de finales de los años 40: más de 600 cartas, dirigidas a Antonio y a Manuel por escritores (Pío Baroja, Unamuno, Gregorio Marañón, Valle Inclán, Azorín, Luis Rosales, Menéndez Pidal, Carlos Arniches…), intelectuales, juristas, políticos (Mateo Sagasta, Antonio Maura…), y de pintores como Julio Romero de Torres, y alrededor de 1.600 libros de la biblioteca personal de Manuel Machado, teniendo en cuenta que Manuel era considerado uno de los mejores poetas del siglo XX, mientras que su hermano Antonio había sido borrado del mapa de las letras por la dictadura. El de Burgos se considera el fondo machadiano más completo que existe, en el que se incluyen obras de Unamuno, Pio Baroja o Valle Inclán y obras pictóricas de Julio Romero de Torres.
Este legado pasó después a custodia de la Institución Fernán González que no solo mantiene vivo el legado, sino que está digitalizando el fondo, y recientemente se ha hecho cargo de pertenencias donadas por Eulalia Cáceres, viuda de Manuel Machado.
Los Machado. Retrato de familia. Exposición
![]() |
Los hermanos Machado, Antonio y José con su madre y la esposa e hija de José. | |
Tras su paso por Sevilla el pasado otoño, con más de 60.000 visitas, la muestra llegó a Burgos con el objeto de dar a conocer los antecedentes familiares de los Machado, y la vida y obra de los poetas y dramaturgos andaluces. Esta exposición estará abierta hasta el 30 de marzo, y su próximo destino será La Real Academia Española de la Lengua. Interesante muestra para celebrar el 150 aniversario del nacimiento de Manuel Machado en 2024 y el 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado en este 2025.
A las 6 de la tarde entramos en la exposición, entrada gratuita con una buena guía que nos lleva y explica la muestra desde la vida de la familia, los abuelos de los poetas, a sus padres, la infancia de los hermanos, su adolescencia, su traslado a Madrid, su formación en la Institución Libre de Enseñanza, un repaso por la obra de ambos y su estancia en París, además de los años de separación de los hermanos debido a la vida profesional, el alcance de la madurez, las bodas de Antonio y Manuel, y el posterior duelo de Antonio a la muerte de Leonor, la guerra y la repercusión en la familia con el exilio a Colliure y la muerte de Antonio Machado, todo ello expuesto en paneles con las fechas de las diferentes épocas y los fondos machadianos de la colección de la Fundación Unicaja y la Institución Fernán González, que nos hacen vivir casi un siglo de la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, con sus aconteceres sociales y políticos, y rescatar del olvido a Manuel Machado, una gran figura eclipsada por su hermano Antonio.
La exposición consigue que se pueda observar con claridad la admiración y respeto que mantuvieron los Machado a lo largo de su vida, a pesar de que siempre existieron rumores de que había una mala relación entre ellos. Nos muestra la vida de los poetas sevillanos a través de manuscritos originales, textos inéditos escritos por su puño y letra, como el discurso original que Antonio Machado escribió para su ingreso en la RAE, tras el voto unánime de los académicos, y que no pudo leer, ni ingresar como académico por el estallido de la Guerra Civil, su exilio y muerte prematura. En cambio, Manuel Machado entró en la RAE en 1938 en la Palacio de San Telmo de San Sebastián.
Se muestran por primera vez al público efectos personales de los poetas, así como las primeras ediciones originales de los primeros libros publicados de ambos hermanos, Soledades de Antonio y Alma de Manuel. Resulta muy curioso observar el ábaco de letras con el que aprendieron a escribir los dos hermanos, así como una pitillera con cigarros de Manuel en perfecto estado. En la Muestra se unen los fondos machadianos de Sevilla y Burgos con el propósito de dar a conocer el legado de la familia Machado, una familia de casta intelectual con raíces en Antonio Machado Núñez, abuelo de los Machado, sevillano ilustre, rector, alcalde y gobernador de Sevilla, médico, antropólogo, zoólogo y geólogo, además de ser uno de los introductores del darwinismo en España. Machado Núñez, casado con Cipriana Álvarez Durán, pintora y trasmisora del romancero y la literatura oral. Fruto de este matrimonio nació Antonio Machado Álvarez, más conocido por el seudónimo de Demófilo, que heredó de su madre el amor por el folclore, además de ser escritor y antropólogo, y padre de los poetas y dramaturgos Manuel Machado y Antonio Machado y del pintor José Machado.
La exposición es un encuentro con la familia Machado a través de documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a la familia, y la especial comunicación entre los hermanos Machado desde su infancia y su colaboración en obras teatrales, así como un recuerdo especial para sus abuelos y padres. Se exponen fotografías de ambas bodas y de los diferentes destinos de ambos hermanos. Es interesante también ver poemas manuscritos por parte de Antonio Machado, sus tachaduras y correcciones, o cuadernos escritos una página al derecho y otra al revés. La proclamación de la República y después la Guerra Civil, conduce a los hermanos a distintos destinos en frentes diferentes, Manuel en Burgos, al sorprenderle en esta ciudad el estallido de la guerra civil, mientras su hermano Antonio tuvo que abandonar Madrid, en noviembre de 1936 con diversos destinos durante su exilio: Rocafort en Valencia (hasta abril del 38), en Barcelona (de abril del 38 hasta enero de 39) y finalmente en Collioure (Francia) un pueblo de pescadores a 25 km. de la frontera con España, donde permaneció desde finales de enero hasta su muerte el 22 de febrero de 1939.
Pocas referencias en la exposición he encontrado sobre Pilar de Valderrama, “Guiomar”, salvo un original del libro escrito por Pilar de Valderrama “Yo soy Guiomar”.
Muchos objetos llaman mi atención, como un retrato de Manuel Machado realizado por el gran pintor palentino Asterio Mañanós.
Junto a este retrato hay una vitrina con diversos escritos del poeta, su máquina de escribir y el citado libro de Pilar de Valderrama. La Máquina de Trovar de Antonio Machado. 'La máquina de trovar' es una invención “indirecta” de Antonio Machado, debido a que su personaje apócrifo “Juan de Mairena”, en su inventada biografía, le dice que era discípulo de otro apócrifo “Abel Martín”, cuyas iniciales, AM, coinciden con las de Antonio Machado. A su personaje “Juan de Mairena”, profesor de Gimnasia y Retórica, le atribuye Machado la invención de una máquina de trovar, sueño nacido en la mente de Antonio Machado, que se hace realidad en esta muestra gracias a la inteligencia artificial.
"Ochenta años antes de que conociéramos la Inteligencia Artificial, Antonio Machado se adelantó a todos al concebir una máquina capaz de crear poemas. Pruebe a dar la máquina de trovar unos conceptos o palabras y pídale que compongan poema. La máquina se lo entregará".
Con tres palabras que dije a la máquina: amor, corazón y sueños compuso este poema:
Su soneto
En la sombra danza el olivo
que el viento mece en su candor:
revives ecos de un amor
que el paso del tiempo no olvidó.
Río de luna, brillo altivo,
Río de luna, brillo altivo,
mi corazón, eterno clamor.
Detrás de la flor y el dolor,
hay un susurro que es divino.
Caminos de luz nos dejaron,
en la brisa suave y constante,
sueños dorados en la cata.
Recorrer la exposición junto a mi amigo Javier Marín de Vega, experto en Machado, y poder ver sus reacciones, emociones y entusiasmo ante el legado, fue algo que disfruté tanto como ver la exposición. Para su sorpresa, se encontró en la sala con la escritora machadiana Monique Alonso, que una hora más tarde iba a pronunciar la conferencia sobre Machado en la Diputación de Burgos, la alegría de Javier Marín al conocer por fin a la experta en Machado fue emocionante.
Recorrer la exposición junto a mi amigo Javier Marín de Vega, experto en Machado, y poder ver sus reacciones, emociones y entusiasmo ante el legado, fue algo que disfruté tanto como ver la exposición. Para su sorpresa, se encontró en la sala con la escritora machadiana Monique Alonso, que una hora más tarde iba a pronunciar la conferencia sobre Machado en la Diputación de Burgos, la alegría de Javier Marín al conocer por fin a la experta en Machado fue emocionante.
![]() |
Monique Alonso durante la conferencia | |
![]() |
Javier Marín con Monique Alonso| |
Machado: Miscelánea no Apócrifa
Dentro de las Jornadas Literarias organizadas con motivo de la exposición, ese mismo día tuvo lugar, en el Salón de Estrados de la Diputación de Burgos, la conferencia “Machado: Miscelánea no Apócrifa”, a cargo de Monique Alonso, de la Universidad Abierta de Cataluña, filóloga y académica correspondiente de la Real Academia Burgense, que nació en Francia y es hija de exiliados, experta en Machado y conocedora de primera mano del exilio del poeta desde Madrid a Colliure, autora de varios libros y estudios, entre ellos 'Antonio Machado, el largo peregrinar hacia la mar', con prólogo de Alfonso Guerra. Monique defendió en su charla la buena hermandad de los hermanos, a pesar de los falsos testimonios en contra, y lo demostró ampliamente desvelando sus investigaciones a lo largo de su intervención.
El encuentro de dos expertos machadianos.
Tras la brillante conferencia de Monique Alonso, el fotógrafo Javier Marín, que realizó el reportaje del acto y es un experto en Antonio Machado, pidió a Monique que le dedicase dos libros escritos por la autora francesa y le entregó su trabajo sobre los 150 años del nacimiento de Antonio Machado y la vida de un gran poeta, que expuso recientemente en la localidad palentina de Herrera de Pisuerga. Un día completo, este 27 de febrero, para Javier Marín, después de haber sido invitado a la inauguración de la exposición de los Machado el pasado 23 de enero, por su encuentro con Monique Alonso. Dos expertos machadianos al final se conocieron.
Información:
- La exposición estará abierta hasta el día 30 de marzo.
- Sala de Exposiciones Pedro Torrecilla, Plaza de España, 3.
- Público general: de martes a viernes a las 18:00, 19:00 y 20:00 h. y sábados a las 12:00, 13: 00h, 18:00, 19:00 y 20:00 h. (los festivos sin visitas).
- Grupos: de martes a viernes a las 11.00, 12.00 y 13.00 h., y martes a jueves a las 17.00 h.
Mi agradecimiento a mi amigo Javier Marín por sus fotografías y aportación de datos de los Machado, y a Ángel Herráiz por hacerme disfrutar de su compañía, de la ciudad, y de los secretos ocultos de la catedral.
San Salvador de Cantamuda
Uno recuerda de San Salvador de Cantamuda: un rollo al aire, una iglesia, que durante muchos años no consiguió ver más que por fuera, y un puentecito de belén casero. Y por tenerlos tan lejanos en el tiempo y en la memoria, vuelve al lugar para acercárselos . Demasiado, ¿no? No, señor, que los hay que vuelven por un botón de la camisa al corral en que lo perdieron. También es verdad, oiga. ¿Y lo encontró igual? Me refiero al pueblo, claro. Sí, pero más triste. Todo era y no era. Hasta la carretera parecía más ancha que ya, si te cruzaras con la policía, no tendrías que hacerte a la cuneta, como en aquel cincuenta y tantos en que había gente que se había echado a sus montes y bajaba hasta Perazancas, que ya es bajar, por comida para resistir.
Por Marcelino García Velasco
In Memoriam
No ha desaparecido la Venta Campa, pero es otra o, al menos, preparada para otras gentes. La última vez que entré en ella, parecía una ermita donde alimentar la añoranza de algunos devotos por un ayer de firmesaltos camaradas, felizmente arrumbado, para quienes, como si fueran exvotos en vitrinas y colgados de las paredes se ofrecían llaveros, vinos, licores, usurpando colores nacionales, dijes y falsos relicarios en que guardar recuerdos prestados, o vividos, de un hombre Salvador nacido un primero de octubre de un año triunfal cuando ya contaba con 40 años o así.. Antes en la Venta Campa se reunía con otra cordialidad alrededor del vino, que se sabía de Becerril, por más que lo llamaron manchego o de tierras de Peñafiel o de la copa del genuino orujo de Potes, según horas, mucho antes de que Potes sospechase siquiera que iba a llegar a ser lo que hoy es.
Eran años de compras y venta de alimentos necesarios por aquello del racionamiento y sus secuelas, y que hacían que el dinero corriese y se gastase a ríos, decían, en Cervera y Potes, por más que el manantial tuviera su hueco y turbulencias en San Salvador, más que nada por su estratégica situación en el puerto de Piedrasluengas.
La antesala de San Salvador, apenas se abría en mayo, era, dejado atrás el Vallegón, una sucesión de prados verdes, amarilleando lirones, mientras en las laderas cercanas alguna bocamina señalaba su oscuridad y sus escombros. Estarían llenos de vacas, ¿no? Me refiero a los prados, oiga. Pues mire, no, nunca vi una vaca en ellos, aunque sí que las había, y buenas, por aquellos lugares, sobre todo hechas filetes. Pues ahora se llegan hasta la iglesia y pastan en la pradera sobre la que se alza, y no creo que sea por la devoción del dueño. Qué tiempos ¿verdad? Que ya ni siquiera el ganado guarda compostura ni respeto, ni sabe distinguir un prado de una iglesia. Verde veo, verde como, y si está cercano, mejor que mejor, que hasta los animales se han hecho cómodos. Aunque también tendrán derecho, ¿no cree usted? De todos modos aquí se han perdido muchas cosas, hasta el verdadero nombre, oiga, que por mucho que lo pregone el que usamos hoy, ni canto una muda ni nada de nada, sino que como resultaba muy largo el de San Salvador de Cantamuradales de Pernia, los de dentro y los de afuera le fueron quitando sílabas hasta dejarlo tal y como suena hoy. Qué bonito, oiga, hasta ganaba en sílabas y en música a ese otro de Segovia, tan cantarín: Santa María, la Real de Nieva, o al pomposo de Ávila, mis ojos, Madrigal de las Altas Torres.
Última actualización: Abr2025 |💥1541👀
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)