Home
Revista-Pernia
Mostrando entradas con la etiqueta Revista-Pernia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Revista-Pernia. Mostrar todas las entradas
La lluvia con la que chapoteábamos
Llovía “a cántaros” sobre la ciudad aquella tarde. La tormenta parecía haberse cebado con la urbe y sus habitantes, y la oscuridad se iba adentrando a marchas forzadas por cada rincón urbano; apoderándose del cielo por momentos y pareciendo querer llevarlo al ocaso de su luz con mucha mayor celeridad que otros días.
La gente que a esas horas transitaba por sus calles, se cobijaba como buenamente podía bajo los balcones de las casas que encontraban a su paso o bajo sus respectivos paraguas; pero ella no… Ella caminaba por la acera con paso firme, como si la lluvia no fuese con su figura, no le importase o, incluso, no le mojase; cosa imposible esta última, pues llovía con increíbles ganas y de una manera insistente. Tanta era la intensidad y tan negro se mostraba el panorama, que pareciese no iba a parar en horas. Vestía pantalón vaquero y cazadora de piel, y calzaba unas botas de cuero que le alcanzaban casi hasta la rodilla. Al caminar, su larga y ensortijada melena se le mostraba libre al aire de la tarde. Y su andar, firme y sensual a un tiempo, atraía la mirada de más de un viandante. Al pasar a su lado, le miré a los ojos y, todo caballeroso, le invité con un gesto de simpatía a que, dada la tromba de agua que estaba cayendo, se cobijase bajo mi paraguas; pero ella, amable y sonriente, rehusó mi invitación. E hizo a la par algún corto comentario, que el ruido de la lluvia y el murmullo de la calle me impidieron discernir. Por lo que, pasados unos segundos, insistí de nuevo en la invitación, ante el evidente diluvio que continuaba descargando sobre la ciudad.
Pero ella, con un gesto de su mano, tras apartarse de la cara un largo mechón de cabello completamente calado, declinó de nuevo mi ofrecimiento; aunque con una mirada y una sonrisa que eran en realidad un sí, fácilmente intuido tan sólo con remachar un poco más en la propuesta, nada pretenciosa por otra parte. Al cabo de unos minutos nos vimos en el interior de una cafetería cercana, sentados frente a frente, charlando amena y distendidamente junto a un café y al lado de un amplio ventanal que nos dejaba percibir con total perfección el movimiento de la calle y la insistente lluvia del exterior, pero ahora a cubierto.
Fuera, el aguacero que la tormenta había propiciado, continuaba en su persistente acción, circunstancia que, pocas veces como en aquel momento, agradecí en mi fuero interno. Y, de igual modo, intuí que ella tampoco desaprobaba el instante y la circunstancia; y que no acariciaba gana alguna de que la lluvia cesase por tan pronto… Y tardaría algún tiempo, en efecto, la tormenta en dejar de mostrarse tan activa, y también la lluvia en amainar lo suficiente como para no empaparnos de agua en exceso porque, abrazados como caminábamos, mirándonos de hito en hito el uno al otro, para nada echábamos en falta el paraguas que, además, debió quedarse olvidado en el bar.
Y así, de esa guisa, recorrimos la ciudad, incluso por calles que ninguno de los dos conocíamos, pues al igual que no nos importaba la lluvia que continuaba cayendo sobre nosotros, tampoco nos importaba cuales eran las calles que cruzábamos; sólo ansiábamos caminar unidos sintiendo nuestros cuerpos juntos. Ya de noche, al final de una de estas calles, un cartel iluminado con una brillante luz de neón nos anunciaba el nombre de un hotel. De común acuerdo, decidimos pasar a su interior y tomar una habitación donde poder secar nuestras ropas; aunque en el fondo, lo que ansiábamos con verdaderas ganas era entregarnos al amor con encendida pasión…
A veces, la lluvia en la ciudad puede ser también una dulce bendición del cielo en el momento más álgido del coqueteo amoroso… Y el paraguas como artilugio, una oportuna disculpa bastante apropiada para propiciar el inicio de ese amor.
Imagen: José Luis Estalayo
Un poeta como vosotros
Un poeta es un hombre o una mujer como vosotros, que es lo mismo que nosotros y elige las palabras, o éstas a él, para expulsarlas de una manera personal. Por eso los poetas, siendo lo mismo, la cantan de distinta manera. Es el yo y la emoción, el canto y el cuento, la forma y la materia.
Mi comienzo
La Poesía
Declaración de intenciones
Infancia, tierra, mujer, muerte, tiempo, estos son los temas por los que me muevo.
En aquel tiempo de espiga y amapola,
de sangre sin valor cuando la fe resbala
hacia lo hondo y cae
buscando una verdad que llene el pecho,
solo la luz del oro consolaba
la voz de la conciencia
encendía la lengua, silenciosa y mortal
de los colores altos.
A Don José María. Presidente. In Memoriam
Como muchas noches esta me cogió con las manos en Antonio Machado, y como la tarde había sido dura, no pude entrar en el palacio porque aún Chema, perdón, estaba de camino a Palencia, siempre volvía porque lo suyo siempre fue volver a casa, busqué consuelo entre unos versos de Palacios, buen amigo, me seco la lágrima en los versos últimos, algo que me ocurre cuando leo el poema que dedicó a Giner de los Ríos:
¿Murió?...Solo sabemos que se nos fue por una senda clara,
diciéndonos: hacedme un duelo de labores y esperanza.
Chema, qué buenos estos versos para ti porque tu vida esa que yo conozco, que no es mucho tiempo, pero duradero, estuvo llena de hacer labores que se repartían por los rincones de la tierra palentina, de crear esperanzas para que la vida duela menos, no pese. Y como estabas abierto a todos los aires sí que te llegaba el de la poesía y así en algún acto cultural si había ocasión me pedías: Marcelino, lee. Y escuchabas, algo que no suelen hacer los políticos. Pero a ti te salía de tus dentros porque los tenías sazonados de respeto. Respeto por la cultura. Sí lo sabe bien la nueva ITTM, tan libre, pero sintiendo el peso de tu mano sobre ella. Respeto a todos.
Sed buenos y no más,
sed lo que he sido entre vosotros alma.
Vivid, la vida sigue.
Los muertos mueren y las sombras pasan,
lleva quien deja y vive el que ha vivido.
Esta mañana volví al Palacio. Ahí estabas tú llenándolo.
Por una vez vi llorar a los políticos. Claro, es natural. Son
hombres y los hombres lloran acompañando a las
mujeres. Cógete el último verso. D. Antonio no va a decir
nada, además está muy lejos, allá en los frescos valles de
Colliure, y, además, lo escribió para ti: "lleva quien deja y
vive el que ha vivido".
Revisión al cuidado de Carmen Arroyo
Chema, qué buenos estos versos para ti porque tu vida esa que yo conozco, que no es mucho tiempo, pero duradero, estuvo llena de hacer labores que se repartían por los rincones de la tierra palentina, de crear esperanzas para que la vida duela menos, no pese. Y como estabas abierto a todos los aires sí que te llegaba el de la poesía y así en algún acto cultural si había ocasión me pedías: Marcelino, lee. Y escuchabas, algo que no suelen hacer los políticos. Pero a ti te salía de tus dentros porque los tenías sazonados de respeto. Respeto por la cultura. Sí lo sabe bien la nueva ITTM, tan libre, pero sintiendo el peso de tu mano sobre ella. Respeto a todos.
Principio elemental de un político
sed lo que he sido entre vosotros alma.
Vivid, la vida sigue.
Los muertos mueren y las sombras pasan,
lleva quien deja y vive el que ha vivido.
Esta mañana volví al Palacio. Ahí estabas tú llenándolo.
Por una vez vi llorar a los políticos. Claro, es natural. Son
hombres y los hombres lloran acompañando a las
mujeres. Cógete el último verso. D. Antonio no va a decir
nada, además está muy lejos, allá en los frescos valles de
Colliure, y, además, lo escribió para ti: "lleva quien deja y
vive el que ha vivido".
Revisión al cuidado de Carmen Arroyo
Cambia la tarde | Teo Revilla
Cambia la tarde
Va mudando la tarde al antojo de inercias
y movimientos calmos. Lo hace con todo
lo que arde y cual llama se va durmiendo
lentamente por los campos soleados
del septiembre —ráfagas de viento
sobre las vides, sobre las mieses—
barruelano, desperfilándose emigrante,
ocultándose entre las tenues veladuras
que generoso ofrece, entre fuegos amarillos
que agitan las sombras, el dorado ocaso.
Si se rompiera este momento mágico
donde la belleza de la tarde se impone,
cuántos tesoros, cuántos sentidos naturales
y carros alados cargados de hermosos
regalos en la nada se volatilizarían.
Y también —vientos del norte, praderías
verdes, altas cumbres— cuántos lloros,
melancolías, palpitaciones, goces y algazaras,
cuántos jardines floreados, árboles y perfumes,
que se encienden y apagan en la opacidad
de un tiempo que a todos, cedidos a lo bello,
en sin igual gozo reconfortan.
EL AUTOR
Nací en Barruelo de Santullán, provincia de Palencia, España.
La atmósfera norteña, los colores del campo y de la sierra, la naturaleza siempre esplendorosa de los contornos cántabros, unido al ambiente rudamente minero, vidas marcadas entre la esperanza y la angustia, hicieron brotar en mí la sensibilidad que muy temprano me llevaría a la poesía y a la pintura como forma de expresión y sentimiento. Más tarde llegaría la posibilidad de que alguno de esos poemas fueran editados en revistas y en algunos libros de antología poética, siendo "Luces y Sombras" un libro de recopilación que ahora presento a través de Bubok.
La atmósfera norteña, los colores del campo y de la sierra, la naturaleza siempre esplendorosa de los contornos cántabros, unido al ambiente rudamente minero, vidas marcadas entre la esperanza y la angustia, hicieron brotar en mí la sensibilidad que muy temprano me llevaría a la poesía y a la pintura como forma de expresión y sentimiento. Más tarde llegaría la posibilidad de que alguno de esos poemas fueran editados en revistas y en algunos libros de antología poética, siendo "Luces y Sombras" un libro de recopilación que ahora presento a través de Bubok.
Actualización Nov2025 | 💥+519👀
@Revista Pernía | Nueva Época | Edita y dirige: Froilán de LózarAllí donde el mar
Allí donde el mar se retira y bate sus olas al morir, regresé de nuevo la otra tarde, cuando el sol se ocultaba ya tras las esbeltas palmeras de nuestra playa favorita y el cielo se tornaba de un color rojizo que nos encandilaba. Y rápidamente, antes de que se pasase el momento y cambiase el color del cielo, saqué mi móvil y tomé unas instantáneas…
![]() |
Pontedeume |
Idílico paraje que siempre nos apasionó –¿recuerdas amor?-; tras descubrirlo un día por casualidad cuando, haciendo caso sólo a nuestro recién estrenado amor, y cuando el sol comenzaba a ocultarse tras aquel amplio palmeral, nos declaramos el uno al otro un sinfín de confidencias; mientras, ora caminábamos por toda la amplia extensión de la playa y las olas al romper en la orilla acariciaban con delicadeza nuestros pies desnudos, ora la brisa del mar removía una y otra vez tu larga y sedosa melena, mientras descansábamos del paseo sentados sobre una de las rocas que, en su conjunto, daban abrigo al pequeño puerto pesquero.
Fueron solo dos veranos los que coincidimos en aquella ciudad junto al mar. Pero devinieron muy intensos sus días y sus horas; apretados los besos y las caricias, y ciertos los sentimientos. Mas, ¡éramos demasiado jóvenes aún!… Junto al mar que ahora contemplo melancólico desde la ventana de mi habitación y sumido en la añoranza del ayer, abrigamos y alimentamos durante unos días, tú y yo, una bonita historia de amor, ¿te acuerdas, amor?.
Fue corta en el tiempo, puede que sí; pero intensa en los sentimientos y las emociones… Y es que nos enamoramos de pronto como adolescentes que éramos. Así nos lo confesamos, al menos, el uno hacia el otro y el otro hacia el uno también, aquella tarde de verano cuando, agotados ya de pasear tomados de la mano, nos salió al encuentro al final del paseo un coqueto banco, que acogió sin rechistar nuestros abatidos cuerpos. De pronto, nos encontramos inmersos en un entorno que emanaba romanticismo por doquier. De frente, disponíamos de toda la inmensidad del mar, con el sol ocultándose tras las montañas del fondo y dejando una estela de un rojo intenso sobre el agua casi a nuestros pies. Justo al lado, rompían con extraordinaria suavidad las escasas olas que el mar llevaba aquella tarde hasta la playa. Y un poco más adentro, en un lateral de la playa, un grupo de gaviotas graznaba con insistencia en torno a un barco de pesca que acababa de arribar a puerto.
Un marco ideal para que, en la tranquilidad de la tarde que declinaba perezosamente, nuestras confidencias se hiciesen más emotivas y sentidas, y el amor surgiese con inusitada fuerza. Un pequeño y acogedor restaurante, al lado del paseo, nos permitió reponer fuerzas y continuar con nuestras confidencias en torno a una mesa apenas iluminada por la llama de una vela, que hacía resaltar aún más el dorado de tu piel. Siendo aquel nuestro refugio hasta bien entrada la noche, ¿te acuerdas?. Los días siguientes discurrieron con el mismo cariz y en el mismo estado de enamoramiento mutuo; finalizando la velada a la luz de una vela en nuestro restaurante preferido y en aquella mesa junto a la ventana.
Todo aquello pudo haber continuado más allá de aquellos veranos, de no haberse cruzado por el medio aquella llamada de teléfono que, inesperadamente, te llegó desde casa y que provocó tu posterior partida hacia ella. Luego, todo fue un continuo buscarte sin obtener resultado positivo… Quién sabe si este verano, porque así lo piensa mi cabeza, no te descubriré caminando entre la gente del paseo, o sentada en nuestro banco de ayer contemplando frente al mar el ocaso de la tarde... Me daría tanta alegría y me haría tan feliz… Ahora, pasados algunos años, y que el azar ha querido que regrese a esta ciudad, sin dudarlo he querido bajar hasta nuestra playa favorita de aquellos dos veranos. Pero nada era igual que en aquel entonces, porque ya no estabas tú…
Y los recuerdos han sido ahora tan prontos en aparecer y tan nítidos al mostrarse, que la emoción me ha
podido a los pocos minutos de pisar su arena… Y por un momento, en la profundidad de la playa, quise adivinar tu figura al fondo corriendo hacia mí con los brazos abiertos…
Revisión del tiempo, Marcelino García Velasco
Nunca nos salva la memoria, vuelve tranquilas las arenas del tiempo
Más de un millón de muertos
Y lo más lamentable, sanguinario y criminal fue que se siguió matando a tiro de fusil después de acabada la guerra. Era la ordenanza del exterminio.
Tiempo atesorado, Marcelino García Velasco
Crítica de Tiempo Atesorado
Opiniones de poetas sobre su obra del poeta palentino Marcelino García Velasco
Hugo Emilio Pedemonte escribe:
Marcelino García Velasco galardonado con el Premio “Ciudad de Palma”, es un poeta de Palencia con varios libros publicados y, desde su fundación, codirector de la revista “Rocamador”. Su obra ha ido creciendo en cantidad y calidad, y más en calidad como lo demuestran sus dos últimos libros: “La jornada” y “Tiempo atesorado”. Lo más entrañable de García Velasco es su cordialidad castellana, porque ser poeta, hoy, es una tarea muy difícil. Más la creación ha tenido continuadores que no dejaron caer el alto nivel de esta lírica. En el caso de García Velasco está presente, un contenido tradicional, una rigurosa formalidad y un contenido que, pese a la angustia de su tiempo, no deja de prolongar los cauces de aquella castellanía. La evocación en “Tiempo atesorado”: la infancia, el regreso a una edad inocente, es lo que, en la superficie parece querer reflejar esta poesía. García Velasco nació con la guerra, y que vuelve a reencontrar la infancia en la de su propio hijo, ahonda su expresión poética y exprime unos versos densos y radicales, donde la imagen y todos los accidentes líricos no son un mero recreo literario, sino un auténtico hallazgo de estilo. Lo más desgarrado y lo más venturoso a la vez, en la poesía de García Velasco es su noble preocupación por España. Esa palpitante preocupación cualifica a “Tiempo atesorado” y es, sin duda, la que hace que trascienda su libro a esencias que, surgidas de lo íntimo e individual, transfieren al lector -y al crítico- una realidad para ser pensada y sentida, más allá del poeta, como una vivencia española.
Y Manuel Ríos escribe del poeta:
Marcelino García Velasco ha denotado desde sus comienzos cierto aire machadiano recorriendo sus versos. Desde “Tristeza, amor acaso”, su primer libro, 1961, hasta “Tiempo atesorado” que hoy nos ocupa, la evolución del poeta es evidente, se comprueba una superación que va desde la motivación del poema -ahora mucho más sopesado- hasta la diafanidad de la forma -que se nos antoja hoy más fluida-. Esta positiva evolución era de esperar en un poeta que desde su primera hora aparece prometedor y constante. En “Tiempo atesorado” hallamos tres partes bien delimitadas. En la primera el poeta recorre desde el recordado olvido una infancia muerta, cuando escribe:
Un día cambiarán
de altura los oteros
y todo nuestro ayer se llegará
a compartir la sed de nuestras manos.
Y no será recuerdo sino carne.
En la segunda sigue el recuerdo, su dolor, la fuente de su cansera lírica, plantada sobre el solar patrio elegíacamente, tratando de explicar unas circunstancias vitales, que al final desembocan en la esperanza: Hay que sacar al aire la alegría, canta. Después es el “tiempo vivo” la razón de su canto, la tierra, la reflexión personal, el amor -madre, hijo, esposa-, la postura íntima
Si no dejo sendero, al menos tuve
miedo de serle al tiempo sombra muda
en una tierra donde el aire abrasa.
Poesía entrañada, pues, en los más ciertos estremecimientos del hombre y su enclave paisajístico.
Homenaje a Antonio Machado en la Real Academia
El pasado 30 de abril, en la Real Academia Española, se realizó un homenaje a los hermanos Machado, y de manera especial a Antonio Machado, que fue elegido académico en 1927, pero por circunstancias políticas no pudo pronunciar su discurso de ingreso y ocupar su silla como miembro de la RAE.
Antonio Machado en el Café de las Salesas, diciembre de 1933. | Foto de Alfonso Sánchez Portela.
Antonio Machado “ingresa” en la Real Academia Española, casi cien años después de su nombramiento.
A Javier Marín De Vega, experto machadiano.
Aparte de los Hermanos Machado, cinco fueron los protagonistas de este acto: Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, quien ensalzó la figura de los poetas, el actor José Sacristán, que leyó un amplio fragmento del discurso inacabado escrito por Machado, el dramaturgo y académico Juan Mayorga, que leyó la contestación del discurso en nombre de Azorín, Alfonso Guerra, comisario de la muestra “Los Machado. Retrato de familia”, que en su intervención dio un mismo valor a Manuel y Antonio Machado, y, por último, el cantante Joan Manuel Serrat, que recitó y cantó poemas del autor de “Campos de Castilla”.
Los hermanos Machado. Alfonso Sánchez Portela
Abrió el acto el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado con una encendida evocación de los hermanos Machado, elegidos académicos en 1927 y 1938, con la diferencia de que Antonio no pudo tomar posesión, sí que la tomó en 1938 su hermano Manuel en el Palacio de San Telmo de San Sebastián. Contó Muñoz Machado las diferentes vicisitudes que sufrieron los hermanos antes de ser elegidos académicos y los posibles motivos por los que Antonio Machado no tomó posesión como académico. «Su ingreso no llegará, pero nada nos impide soñar con lo que no pudo ser, ni hay obstáculo para la esperanza». Para el director de la Real Academia Antonio Machado es "el poeta más celebrado y querido de los últimos 70 años, el pueblo no perdió su referencia, admirado como ningún otro, han sido continuos los homenajes que se le han dedicado".
Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española / RAE
Lectura, por José Sacristán, del discurso de Antonio Machado, el actor José Sacristán leyó una parte del discurso incompleto, nada menos que 94 años después de que Machado lo escribiera en 1931 para su ingreso en la Real Academia de la Lengua. Sacristán puso voz al poeta con estas palabras: “Perdonadme que haya tardado más de cuatro años para presentarme, ando muy flojo de latín porque me lo hizo aborrecer un mal maestro, mi memoria es débil, aunque mucho he leído, a reconocer esta deuda vengo a vuestra casa”.
José Sacristán dando lectura al discurso de Antonio Machado / RAE
Muy aplaudida fue la intervención del gran actor José Sacristán
Sacristán actuó ante las tablas del escenario de la RAE con su consabido oficio de maestro de la escena en su interpretación del papel de Antonio Machado, mediante la lectura de parte de la alocución que el poeta dejó pendiente. La entrega y sentida actuación consiguió la transformación, hizo parecer que verdaderamente era Machado quien pronunciaba su discurso. Se percibía en la puesta en escena la modestia, sencillez y timidez machadiana por parte de quien caracterizaba al poeta en el análisis crítico de las corrientes líricas del siglo XIX, que Machado consideraba superadas y reivindica a figuras como Marcel Proust y James Joyce, "poeta de la memoria", el primero y "poeta de la percepción", el segundo. Estas palabras de Machado, en boca de Sacristán hacen pensar y meditar: “Difundir la cultura no es repartir un caudal limitado entre los muchos, para que nadie lo goce por entero, sino despertar las almas dormidas y acrecentar el número de los capaces de espiritualidad".
Actualización Agosto25 | +636👀Otras lecturas del discurso de Machado
José Sacristán ha tenido antecesores en la lectura de este discurso redactado por Antonio Machado, un grupo de poetas, entre ellos, Caballero Bonal, Celaya, Ferreiro, Rodríguez Puértolas…, en 1979, al cumplirse el 40 aniversario de la muerte del poeta, pretendieron leer en la Academia el discurso de ingreso de Machado, pero no fueron autorizados y el discurso lo leyeron en la calle, a la puerta de la Academia. En 1989 la Academia organizó una sesión especial en la que el poeta y académico García Nieto leyó el discurso con motivo del cincuentenario de la muerte del poeta, el director Manuel Albar dio lectura a la contestación que, como dijo Santiago Muñoz Machado, director de la RAE: "no es costumbre este tipo de respuesta por la crítica literaria al poeta", todo lo contrario que el poeta Ángel González en su discurso de ingreso en la Academia, que realizó un extraordinario análisis de Antonio Machado, y dijo:
Contestación de Juan Mayorga. Tras la lectura de Sacristán, llegó el turno del académico y dramaturgo Juan Mayorga, que eligió un texto de Azorín a quien puso voz y leyó el discurso de contestación a Antonio Machado. Según el director de la Academia, lo escrito por Mayorga “solo parcialmente procede de su pluma”. Azorín no contestó el discurso de Machado porque nunca fue leído, pero fue el académico que más se empeñó en el ingreso de Machado, y seguro que hubiera sido el elegido por la gran amistad y admiración que se tenían, y por ser uno de los firmantes de la candidatura de Antonio Machado que más insistió en su elección. Según Azorín: "Machado y yo coincidimos en la publicación de libros que tienen en común el asombro por lo castellano. Machado publicó 'Campos de Castilla'; yo, 'Castilla'". Mayorga destacó la sintonía literaria entre ambos autores, recitó alguno de esos poemas, analizó el papel de la poesía en un periodo de entreguerras como fue la década de los años 30, y defendió su “escasa inclinación a sacar consecuencias inmediatas de ciertas premisas catastróficas como la guerra europea, la conmociones sociales y políticas, que no son sino fenómenos de superficie”. Una intervención brillante la de Juan Mayorga, capaz de trasladarnos a la época que vivieron Antonio Machado y José Martínez Ruiz, dos grandes escritores de la Generación del 98. Muy aplaudido fue Mayorga que reclamó la presencia de Sacristán para recibir juntos el aplauso del público. José Sacristán y Juan Mayorga. / RAE
Finalizó Guerra su intervención con un bello poema de Manuel Machado, “comprobación hermosa del mucho amor que entre sí se daba entre los hermanos, Manuel toma un poema de Antonio Machado y lo repite en cada estrofa”:
Breves fueron las palabras de Joan Manuel Serrat, que agradeció a la Academia la invitación para participar en este acto de rescate a la memoria y homenaje a los hermanos Machado: “Benditos sean los que hacen de la poesía un arma cargada de futuro”. A continuación, el cantante, acompañado al piano por Ricard Miralles, recitó con su inconfundible voz poemas de Machado: Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla… Mi juventud 20 años en tierras de Castilla… y finalizó con “La saeta”.
Muy aplaudido Joan Manuel Serrat, que, a petición del director de la Academia, volvió al estrado para cantar y recitar el poema que pertenece a la sección "Proverbios y Cantares" del libro Campos de Castilla, publicado en 1912 “Caminante no hay camino”, un clásico de su repertorio que no podía faltar en este histórico homenaje a su autor.
Cerró el acto el director de la Real Academia manifestando que “recordaremos este acto histórico para esta Casa”.
Pocas referencias en la exposición he encontrado sobre Pilar de Valderrama, “Guiomar”, salvo un original del libro escrito por Pilar de Valderrama “Yo soy Guiomar”.
Muchos objetos llaman mi atención, como un retrato de Manuel Machado realizado por el gran pintor palentino Asterio Mañanós.
Junto a este retrato hay una vitrina con diversos escritos del poeta, su máquina de escribir y el citado libro de Pilar de Valderrama. ´La máquina de trovar' es una invención “indirecta” de Antonio Machado, debido a que su personaje apócrifo “Juan de Mairena”, en su inventada biografía, le dice que era discípulo de otro apócrifo “Abel Martín”, cuyas iniciales, AM, coinciden con las de Antonio Machado. A su personaje “Juan de Mairena”, profesor de Gimnasia y Retórica, le atribuye Machado la invención de una máquina de trovar, sueño nacido en la mente de Antonio Machado, que se hace realidad en esta muestra gracias a la inteligencia artificial.
"Ochenta años antes de que conociéramos la Inteligencia Artificial, Antonio Machado se adelantó a todos al concebir una máquina capaz de crear poemas.
Para saber más en Curioson:
“Traer aquí las palabras que fueron escritas para ser aquí leídas es un homenaje, si se quiere mínimo, que yo he querido tributar a quien considero el poeta español más importante de este siglo”.
Contestación de Juan Mayorga. Tras la lectura de Sacristán, llegó el turno del académico y dramaturgo Juan Mayorga, que eligió un texto de Azorín a quien puso voz y leyó el discurso de contestación a Antonio Machado. Según el director de la Academia, lo escrito por Mayorga “solo parcialmente procede de su pluma”. Azorín no contestó el discurso de Machado porque nunca fue leído, pero fue el académico que más se empeñó en el ingreso de Machado, y seguro que hubiera sido el elegido por la gran amistad y admiración que se tenían, y por ser uno de los firmantes de la candidatura de Antonio Machado que más insistió en su elección. Según Azorín: "Machado y yo coincidimos en la publicación de libros que tienen en común el asombro por lo castellano. Machado publicó 'Campos de Castilla'; yo, 'Castilla'". Mayorga destacó la sintonía literaria entre ambos autores, recitó alguno de esos poemas, analizó el papel de la poesía en un periodo de entreguerras como fue la década de los años 30, y defendió su “escasa inclinación a sacar consecuencias inmediatas de ciertas premisas catastróficas como la guerra europea, la conmociones sociales y políticas, que no son sino fenómenos de superficie”. Una intervención brillante la de Juan Mayorga, capaz de trasladarnos a la época que vivieron Antonio Machado y José Martínez Ruiz, dos grandes escritores de la Generación del 98. Muy aplaudido fue Mayorga que reclamó la presencia de Sacristán para recibir juntos el aplauso del público. José Sacristán y Juan Mayorga. / RAE
Alfonso Guerra, comisario de la exposición en el acto de homenaje celebrado en la RAE/Claudio Álvarez, El País.
Intervención de Alfonso Guerra
A continuación intervino Alfonso Guerra, comisario de la exposición Los Machado. Retrato de familia, que se inauguró ese mismo día por la mañana. Según Guerra, esta muestra ha sido concebida "para recuperar el amor por el verso y la poesía y darles a Manuel y Antonio Machado un mismo valor". "En estos días se han apagado las luces, pero no las luces del talento de los hermanos Antonio y Manuel Machado". Guerra sintetizó el contenido de la exposición y recalcó distintos aspectos de la relación de ambos hermanos “por la separación física por una guerra que ambos detestan, que desmonta el mito de enfrentamiento de los dos hermanos como representantes de los dos bandos en los que se divide España durante la contienda bélica”.
Explicó Alfonso Guerra que el objetivo de la exposición es un doble rescate: “el rescate de Manuel del ostracismo que había sido condenado por razones extraliterarias, y el rescate aún más dramático de Antonio con la muchedumbre desamparada que huía de la barbarie buscando el refugio en otro país, a pesar de que el poeta había expresado una premonición”:
Explicó Alfonso Guerra que el objetivo de la exposición es un doble rescate: “el rescate de Manuel del ostracismo que había sido condenado por razones extraliterarias, y el rescate aún más dramático de Antonio con la muchedumbre desamparada que huía de la barbarie buscando el refugio en otro país, a pesar de que el poeta había expresado una premonición”:
"Cuando pienso en un posible destierro en otra tierra tengo la certeza de que el destierro en el extranjero significaría para mí la muerte".
Su ultimo verso, dijo Guerra:
“Estos días azules, y este sol de la infancia, donde acaba el pobre río y la inmensa mar le espera. Ese último verso en la frontera acaba iluminando a toda su obra, su memoria seguirá ya siempre viva, vigilante, ardiendo el grano de pensar que él aportó en el amor”. “Hoy tenemos a los hermanos reunidos en su Academia para la historia y para la eternidad”.
Finalizó Guerra su intervención con un bello poema de Manuel Machado, “comprobación hermosa del mucho amor que entre sí se daba entre los hermanos, Manuel toma un poema de Antonio Machado y lo repite en cada estrofa”:
Chopos del camino blanco,
álamos de la ribera,
qué tiene este verso, madre,
que de ternura me llena.
Chopos del camino blanco,
álamos de la ribera.
Actuación de Joan Manuel Serrat en el homenaje a Antonio Machado / RAE
Joan Manuel Serrat
Tras Alfonso Guerra intervino el director de la RAE para hacer una bella presentación de Joan Manuel Serrat, de quien dijo:
“Ha contribuido a mantener el uso del catalán y ha hecho un servicio extraordinario al castellano, decenas de personas en el mundo se habrán iniciado con Serrat en su conocimiento. Gracias por tu gran trabajo de apoyo a la lengua española y por haber difundido los poemas de Machado por todo el mundo”.
Breves fueron las palabras de Joan Manuel Serrat, que agradeció a la Academia la invitación para participar en este acto de rescate a la memoria y homenaje a los hermanos Machado: “Benditos sean los que hacen de la poesía un arma cargada de futuro”. A continuación, el cantante, acompañado al piano por Ricard Miralles, recitó con su inconfundible voz poemas de Machado: Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla… Mi juventud 20 años en tierras de Castilla… y finalizó con “La saeta”.
Muy aplaudido Joan Manuel Serrat, que, a petición del director de la Academia, volvió al estrado para cantar y recitar el poema que pertenece a la sección "Proverbios y Cantares" del libro Campos de Castilla, publicado en 1912 “Caminante no hay camino”, un clásico de su repertorio que no podía faltar en este histórico homenaje a su autor.
Cerró el acto el director de la Real Academia manifestando que “recordaremos este acto histórico para esta Casa”.
Los hermanos Machado, Antonio y José con su madre y la esposa e hija de José en la terraza de Rocafort (Valencia)/ Joaquín Sanchís Serrano “Finezas”, diciembre de 1936.
'Los Machado. Retrato de familia'
El mismo día de la “aceptación” de Antonio Machado como académico, se inauguró por la mañana la exposición 'Los Machado. Retrato de familia' en la sede de la RAE, tras el éxito en Sevilla y Burgos. La exposición, que se podrá ver hasta el 30 de junio, pretende dar a conocer los antecedentes familiares de los Machado, y la vida y obra de los poetas y dramaturgos andaluces, interesante muestra para celebrar el 150 aniversario del nacimiento de Manuel Machado en 2024 y el 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado en este 2025.
La muestra nos adentra en la vida de la familia Machado, los abuelos de los poetas, sus padres, la infancia de los hermanos, su adolescencia, su traslado a Madrid, su formación en la Institución Libre de Enseñanza, un repaso por la obra de ambos y su estancia en París, además de los años de separación de los hermanos debido a la vida profesional, el alcance de la madurez, las bodas de Antonio y Manuel, y el posterior duelo de Antonio a la muerte de su esposa Leonor, la guerra y la repercusión en la familia con el exilio a Collioure y la muerte de Antonio Machado.
Se exponen paneles con las fechas de las diferentes épocas y los fondos machadianos de la colección de la Fundación Unicaja y la Institución Fernán González, que nos hacen vivir casi un siglo de la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, con sus aconteceres sociales y políticos, y propone rescatar del olvido a Manuel Machado, una gran figura eclipsada por su hermano Antonio.
La exposición consigue que se pueda observar con claridad la admiración y respeto que mantuvieron los Machado a lo largo de su vida, a pesar de que siempre existieron rumores de que había una mala relación entre ellos. Nos muestra la vida de los poetas sevillanos a través de manuscritos originales, textos inéditos escritos por su puño y letra, como el discurso original que Antonio Machado escribió para su ingreso en la RAE, tras el voto unánime de los académicos, y que no pudo leer, ni ingresar como académico por el estallido de la Guerra Civil, su exilio y muerte prematura. En cambio, Manuel Machado entró en la RAE en 1938 en la Palacio de San Telmo de San Sebastián.
Se muestran por primera vez al público efectos personales de los poetas, así como las primeras ediciones originales de los primeros libros publicados de ambos hermanos, ´Soledades´ de Antonio y ´Alma´ de Manuel. Resulta muy curioso observar el ábaco de letras con el que aprendieron a escribir los dos hermanos, así como una pitillera con cigarros de Manuel en perfecto estado. En la Muestra se unen los fondos machadianos de Sevilla y Burgos con el propósito de dar a conocer el legado de la familia Machado, una familia de casta intelectual, con raíces en Antonio Machado Núñez, abuelo de los Machado, sevillano ilustre, rector, alcalde y gobernador de Sevilla, médico, antropólogo, zoólogo y geólogo, además de ser uno de los introductores del darwinismo en España. Machado Núñez, casado con Cipriana Álvarez Durán, pintora y trasmisora del romancero y la literatura oral. Fruto de este matrimonio nació Antonio Machado Álvarez, más conocido por el seudónimo de Demófilo, que heredó de su madre el amor por el folclore, además de ser escritor y antropólogo, y padre de los poetas y dramaturgos Manuel Machado y Antonio Machado y del pintor José Machado.
La exposición es un encuentro con la familia Machado a través de documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a la familia, y la especial comunicación entre los hermanos Machado desde su infancia y su colaboración en obras teatrales, así como un recuerdo especial para sus abuelos y padres. Se exponen fotografías de ambas bodas y de los diferentes destinos de ambos hermanos. Es interesante también ver poemas manuscritos por parte de Antonio Machado, sus tachaduras y correcciones, o cuadernos escritos una página al derecho y otra al revés.
La proclamación de la República, y después la Guerra Civil, conduce a los hermanos a distintos destinos en frentes diferentes, Manuel en Burgos, al sorprenderle en esta ciudad el estallido de la guerra civil, mientras su hermano Antonio tuvo que abandonar Madrid, en noviembre de 1936 con diversos destinos durante su exilio: Rocafort en Valencia (hasta abril del 38), en Barcelona (de abril del 38 hasta enero de 39) y finalmente en Collioure (Francia) un pueblo de pescadores a 25 km. de la frontera con España, donde permaneció desde finales de enero hasta su muerte el 22 de febrero de 1939.
La muestra nos adentra en la vida de la familia Machado, los abuelos de los poetas, sus padres, la infancia de los hermanos, su adolescencia, su traslado a Madrid, su formación en la Institución Libre de Enseñanza, un repaso por la obra de ambos y su estancia en París, además de los años de separación de los hermanos debido a la vida profesional, el alcance de la madurez, las bodas de Antonio y Manuel, y el posterior duelo de Antonio a la muerte de su esposa Leonor, la guerra y la repercusión en la familia con el exilio a Collioure y la muerte de Antonio Machado.
Se exponen paneles con las fechas de las diferentes épocas y los fondos machadianos de la colección de la Fundación Unicaja y la Institución Fernán González, que nos hacen vivir casi un siglo de la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, con sus aconteceres sociales y políticos, y propone rescatar del olvido a Manuel Machado, una gran figura eclipsada por su hermano Antonio.
La exposición consigue que se pueda observar con claridad la admiración y respeto que mantuvieron los Machado a lo largo de su vida, a pesar de que siempre existieron rumores de que había una mala relación entre ellos. Nos muestra la vida de los poetas sevillanos a través de manuscritos originales, textos inéditos escritos por su puño y letra, como el discurso original que Antonio Machado escribió para su ingreso en la RAE, tras el voto unánime de los académicos, y que no pudo leer, ni ingresar como académico por el estallido de la Guerra Civil, su exilio y muerte prematura. En cambio, Manuel Machado entró en la RAE en 1938 en la Palacio de San Telmo de San Sebastián.
Se muestran por primera vez al público efectos personales de los poetas, así como las primeras ediciones originales de los primeros libros publicados de ambos hermanos, ´Soledades´ de Antonio y ´Alma´ de Manuel. Resulta muy curioso observar el ábaco de letras con el que aprendieron a escribir los dos hermanos, así como una pitillera con cigarros de Manuel en perfecto estado. En la Muestra se unen los fondos machadianos de Sevilla y Burgos con el propósito de dar a conocer el legado de la familia Machado, una familia de casta intelectual, con raíces en Antonio Machado Núñez, abuelo de los Machado, sevillano ilustre, rector, alcalde y gobernador de Sevilla, médico, antropólogo, zoólogo y geólogo, además de ser uno de los introductores del darwinismo en España. Machado Núñez, casado con Cipriana Álvarez Durán, pintora y trasmisora del romancero y la literatura oral. Fruto de este matrimonio nació Antonio Machado Álvarez, más conocido por el seudónimo de Demófilo, que heredó de su madre el amor por el folclore, además de ser escritor y antropólogo, y padre de los poetas y dramaturgos Manuel Machado y Antonio Machado y del pintor José Machado.
Fotografías de la boda de Antonio y Manuel Machado/ A. Santamaría
La exposición es un encuentro con la familia Machado a través de documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a la familia, y la especial comunicación entre los hermanos Machado desde su infancia y su colaboración en obras teatrales, así como un recuerdo especial para sus abuelos y padres. Se exponen fotografías de ambas bodas y de los diferentes destinos de ambos hermanos. Es interesante también ver poemas manuscritos por parte de Antonio Machado, sus tachaduras y correcciones, o cuadernos escritos una página al derecho y otra al revés.
La proclamación de la República, y después la Guerra Civil, conduce a los hermanos a distintos destinos en frentes diferentes, Manuel en Burgos, al sorprenderle en esta ciudad el estallido de la guerra civil, mientras su hermano Antonio tuvo que abandonar Madrid, en noviembre de 1936 con diversos destinos durante su exilio: Rocafort en Valencia (hasta abril del 38), en Barcelona (de abril del 38 hasta enero de 39) y finalmente en Collioure (Francia) un pueblo de pescadores a 25 km. de la frontera con España, donde permaneció desde finales de enero hasta su muerte el 22 de febrero de 1939.
Cuaderno de Antonio Machado
Pocas referencias en la exposición he encontrado sobre Pilar de Valderrama, “Guiomar”, salvo un original del libro escrito por Pilar de Valderrama “Yo soy Guiomar”.
Muchos objetos llaman mi atención, como un retrato de Manuel Machado realizado por el gran pintor palentino Asterio Mañanós.
Junto a este retrato hay una vitrina con diversos escritos del poeta, su máquina de escribir y el citado libro de Pilar de Valderrama. ´La máquina de trovar' es una invención “indirecta” de Antonio Machado, debido a que su personaje apócrifo “Juan de Mairena”, en su inventada biografía, le dice que era discípulo de otro apócrifo “Abel Martín”, cuyas iniciales, AM, coinciden con las de Antonio Machado. A su personaje “Juan de Mairena”, profesor de Gimnasia y Retórica, le atribuye Machado la invención de una máquina de trovar, sueño nacido en la mente de Antonio Machado, que se hace realidad en esta muestra gracias a la inteligencia artificial.
"Ochenta años antes de que conociéramos la Inteligencia Artificial, Antonio Machado se adelantó a todos al concebir una máquina capaz de crear poemas.
Para saber más en Curioson:
En las butacas de la Biblioteca disfruté de una representación única, maravillosa manera de vivir el momento, de deleitarse de la biografía y currículo de Javier Marín de Vega, contada con su peculiar forma y manera por Beatriz Quintana, que tiene la facilidad de meterte de lleno en el personaje.
🔖Cartas de amor, Antonio Machado- Pilar de Valderrama
Fue en Burgos donde Manuel tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermano Antonio, a los 63 años, por una carta que le llegó desde Colliure (Francia), donde estaba exiliado.
🔖Los Machado en Burgos
Machado se refugió de la contienda, como él dijo, “en la otra orilla”, en Colliure, un bello pueblo, a 26 kms. de la frontera, que el poeta no pudo disfrutar por su enfermedad, ya que murió el 22 de febrero de 1939, a la edad de 63 años.
🔖Ante la tumba de Antonio Machado en Colliure
🔖Cartas de amor, Antonio Machado- Pilar de Valderrama
Fue en Burgos donde Manuel tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermano Antonio, a los 63 años, por una carta que le llegó desde Colliure (Francia), donde estaba exiliado.
🔖Los Machado en Burgos
Machado se refugió de la contienda, como él dijo, “en la otra orilla”, en Colliure, un bello pueblo, a 26 kms. de la frontera, que el poeta no pudo disfrutar por su enfermedad, ya que murió el 22 de febrero de 1939, a la edad de 63 años.
🔖Ante la tumba de Antonio Machado en Colliure
Pilar de Valderrama llegó a firmar también sus obras con su propio nombre y a alcanzar un éxito imposible para una escritora en aquella España anterior a la guerra civil del 36.
🔖Pilar de Valderrama, memorias de un gran secreto
🔖Pilar de Valderrama, memorias de un gran secreto
Después de tantos y tantos fastos conmemorativos del 98, quiero sin embargo resaltar, a modo de pequeño homenaje, la fecha del 22 de febrero, en que se cumplirán setenta y siete años de la muerte de aquel poeta al que Unamuno denominó “el hombre más descuidado de cuerpo pero el más limpio de alma”.
🔖Antonio Machado
🔖Antonio Machado
La colección de manuscritos de los hermanos Machado fue adquirida en subasta por 625.000 euros en noviembre de 2003, por una persona que no quiso identificarse.
🔖El legado de los Machado
🔖El legado de los Machado
INFORMACIÓN DE VISITAS
La exposición «Los Machado. Retrato de familia» se podrá visitar en la sede de la Real Academia Española (RAE) desde el 30 de abril hasta el 29 de junio de 2025 en los siguientes horarios:
• Lunes. De 11:00 h a 19:00 h
• Martes. De 11:00 h a 19:00 h
• Miércoles. De 11:00 h a 19:00 h
• Jueves. Cerrado, incluidos el 1 y el 15 de mayo
• Viernes. De 11:00 h a 19:00 h
• Sábados. De 11:00 h a 19:00 h
• Domingos y festivos. De 10:00 h a 14:00 h
La entrada de los visitantes se efectuará por la calle Ruiz de Alarcón, 17.El acceso es gratuito y libre hasta completar aforo.
Suscribirse a:
Comentarios
(
Atom
)









































.jpg)


