GRAN GUÍA TEMPLOS ROMÁNICOS
Templo de la Santa Cruz
Tras la restauración que la rescató de su ruina, es un templo románico correspondiente a la época de la reconquista por Fernando III el Santo en 1227, cuando puebla a Baeza de infanzones castellanos y leoneses bajo el caudillaje de D. López Díaz de Haro, señor de Vizcaya.
¡Menudo cabreo que pillé ese día! Resulta que me tienen como un cinguillo parriba y pabajo por to el mundo mundial para que vean románico, y va este tontorrón y me dice que a menos de cuarenta kilómetros de su pueblo, allí en Jaén, que también hay románico porque aunque desconocido, el románico en el Sur también existe.
Después de esta confesión inesperada me negué a acompañarlo mientras mi resistencia no fuera vencida si no cumplía dos condiciones: la primera, que ahora fueran los otros los que viajaran al Sur y que me asegurara una comida en un restaurante estrella.
Cuando ya en Castilla había pasado de moda y el gótico, saliendo de sus balbuceos, comenzaba a mostrarse espléndido, en tierras jiennenses, recién incorporadas al cristianismo, comienza a construirse según cánones rebasados, por el nuevo estilo, hacía más de cien años.
Se trata de un románico superviviente, mantenido por maestros que, desplazados por una nueva estética, se habían unido a las tropas y pobladores de zonas donde su arte, ya anacrónico, podía seguir constituyendo novedad.
Así nace, dentro del recinto amurallado de Baeza, el templo de la Santa Cruz.
En su estado actual, tras la restauración que la rescató de su ruina, es un templo románico correspondiente a la época de la reconquista por Fernando III el Santo en 1227, cuando puebla a Baeza de infanzones castellanos y leoneses bajo el caudillaje de D. López Díaz de Haro, señor de Vizcaya. No existe fuente documental sobre este templo, pero la existencia en el muro sur del edificio y lateral del ábside, de un arco de herradura formado por dovelas lisas con rebaje lineal en las juntas y una arquivolta lisa con impostilla bajo salmeres, permite aventurar la hipótesis de que el actual templo románico no fuese sino ampliación de un primitivo templo visigodo.
Su orientación es ortodoxa, con la cabecera de una sola nave de medio cañón cerrada por ábside semicircular y el cuerpo del templo dividido en tres naves por sendos pares de columnas. La unión de ambas partes del templo, se hace a través de un gran hueco a todo lo ancho de la nave central, con arco de medio punto recortado en el muro, sin que existieran pilares o columnas que lo flanquearan.
Sus columnas son lisos tambores de arenisca local sostenidas por basas de doble plinto superpuesto de mayor dimensión el inferior, un toro grueso con filete que soportan capiteles con collarino donde se esculpen hojas de acanto, palmetas y motivos vegetales, desprovistos de simbología historiada y cristológica.
El artesonado primitivo fue sustituido en 1575 por uno de tirantes dobles y pares acodados.
Posee un ábside semicircular que por todo su contorno exterior está provisto de alero con modillones de tipo zamorano salmantino, rasgado en el centro por pequeño intradós de medio punto abocinado y flanqueado por dos columnillas remetidas en las jambas. El ensamblaje de la bóveda se hace por anillos circulares. Tenía dos puertas, una en el muro sur y otra en el opuesto, ambas carentes de tímpano. La primera se conserva íntegra, con cuerpo saliente y coronada por tejaroz con alero de modillones. Sus jambas alojan tres columnas con capiteles labrados con hojas de acanto, sirviendo de soporte a tres arquivoltas baquetonadas con línea exterior de puntas de clavo. La del lado norte, es del mismo tipo que la anterior y sus capiteles se adornan con ramajes y frutas. En 1930 se abrió el muro oeste una tercera puerta acoplándose a la misma una portada románica de las mismas características que la del lado sur, procedente del templo románico de San Juan, hoy arruinado.
Durante el siglo XV se decoró el interior con pinturas al fresco en casi todos sus paramentos. Hoy podemos apreciar restos de las mismas en el cascarón del ábside y divididas en tres paramentos verticales, cuya parte central está ocupada por una crucifixión y la izquierda por la Santa Cena, según atestiguan leyendas de caracteres góticos.
En el intradós del arco de la capilla del lado del evangelio, aparece a la izquierda un San Sebastián magnífico con coronación de concha, y a la derecha, a la Virgen sedente amamantando al Niño. También en el interior de esta capilla lateral, se conservan restos de la pintura de Santa Catalina en la rueda del tormento, dos sayones o verdugos y personas asomadas de los edificios y angelillos en el cielo.
Me divertí muchísimo porque les costó dios y ayuda poder sacar fotos y tuvieron que recurrir a la técnica del "distraje", pero al final salieron tan contentos por haberlo conseguido
Y no se si fue por el logro de su difícil acción o por cumplir con lo prometido, pero lo que si os puedo decir es que me salí con la mía.
7 comentarios:
Ya era hora de que pusieras condiciones, Mongui. Que te has tirado una vida entera viajando, buscando románico lejos de tus predios, y resulta que, como bien lo expresó don Quijote, “tan buen pan hacen aquí como en Francia”. Me alegra mucho, querido amigo, de que te salieras con la tuya. 👏👏👏👏👏
Llevas toda la razón, Froilán. Como diría Diógenes: " ¿ Es que las hormigas y saltamontes de Atenas son distintos de las del resto de Grecia?". Pero hombre, eso se avisa y hubiésemos empezado de abajo arriba. Al menos conseguí arrancarle otras dos visitas a románico jiennense, ¡ya verás!. Lametones
Por supuesto que el románico sur también existe y además muy chulo, esa es una magnifica prueba de ello. Bravo Mongui!!
Y de la famosa "pipirrana" y de la gallina en pepitoria, ¿qué me cuentas, Baruk?. Por cierto, ¿ has visto la fotazo de portada del Curiosón con el claustro de Alquézar?. Lametoncitos en la nariz
Siii, es lo primero que he visto y reconocido enseguida, faltaría...jeje :-)
Me imagino,Mongui , que pensarían que como lo tenéis casi a tiro de piedra ,podríais visitarlo en cualquier momento,pero,oye,¡lo conseguiste !Románico andaluz y bien cuidado.Y luego a celebrarlo en buena mesa.Te quejas de vicio.😉
Lo aprendí de éste, Margarita. Siempre repetía que "el que no llora, no mama". Lametoncitos
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