El valor de la memoria
Beatriz Quintana Jato
Apuntes literarios y personales
La lucense Beatriz Quintana Jato, catedrática de literatura y flamante miembro de la Institución Tello Téllez de Meneses, durante varios años nos fue ilustrando en Curiosón sobre los Autores de Nuestra Historia, que ahora ha decidido encuadernar en este bello libro. El prólogo de Carmen Arroyo viene a pedir de boca en este día de Reyes. Enhorabuena a ambas.
Carmen Arroyo
Presentar este libro es para mí un honor. Leer y disfrutar de la palabra de Beatriz Quintana, amiga de siempre, en estos artículos que ella ha reunido bajo el nombre de charlas literarias (en realidad, mini lecciones magistrales) y que expuso en la Biblioteca Pública, siempre, como un buen torero, “con lleno hasta la bandera”, me ha permitido entrar de un modo más íntimo en ese mundo en el que ella se desenvuelve a placer y refleja su personalísima visión crítica e histórica de unos personajes que vivieron en distintas épocas y destacaron con cualidades innegables. La autora nos acerca estas grandes figuras con el fresco lirismo que ella imprime a su narrativa didáctica y despierta en nosotros un vivo deseo de conocerlos en profundidad en su doble faceta literaria y humana. Ambas definen a la persona haciéndola única y digna de reconocimiento. Podría quedarme con cualquiera de sus charlas pues, mujer positiva, en todas ellas analiza, busca y encuentra el lado valioso de estas personalidades ricas y nobles que dejaron tras de sí vivencias inolvidables en la ternura de sus poemas o en los personajes que inventaron y crearon para nosotros.
Gabriela Mistral es, en palabras de la autora, “una mujer progresista y muy preocupada por el desprecio hacia la mujer que percibía en la sociedad”. Dice de ella que “su poesía es austera, de una gravedad profunda, casi mística. Amaba a los niños y era maestra”. Yo recuerdo que en uno de sus poemas pide: “Dame el amor único de mi escuela…”
Otra mujer por la que siente especial aprecio es Rosalía de Castro y nos habla de su infelicidad por no vivir en su tierra y cómo sus poemas se llenan de saudade porque añora los lugares de su infancia, pese a que estuvo rodeada del estigma de su origen ilegítimo: hija de un cura y una hidalga venida a menos. Veo en Rosalía la soledad inmensa en una persona que nació para el amor, nos dirá Beatriz. Su marido, el periodista Manuel Murguía fue quien la animó a escribir y creyó en sus cualidades literarias. Era una mujer sensible que, aunque escribía en castellano, elige el gallego para algunas de sus obras como “Cantares gallegos” que está llena de nostalgia y denuncia valiente por las malas condiciones con las que eran tratados en el trabajo sus paisanos.
No podía olvidar a doña Emilia Pardo Bazán, y la señala como “una feminista de excepción que se lanzó al mundo de la cultura con avidez, con la curiosidad y la humildad del que desea saberlo todo y empieza desde el principio”. “También fue siempre una excelente pedagoga que quería que sus conocimientos llegasen a los demás, y a esto dedicó muchas páginas”.
Y encontrará en Santa Teresa “una personalidad rebelde y valiente, mujer culta que procuraba no parecerlo para evitar problemas con los jueces varones”.
En Palencia vive, contando años y cariño, la profesora de música Tina Riol que lo fue de Beatriz, de dos de mis hijos y mía. Beatriz rinde “un homenaje lleno de admiración hacia la violinista y la mujer, pero también hacia la profesora y la amiga… Por su discreción, su sencillez y su deseo de pasar desapercibida”. “Como alumna suya durante muchos años, puedo decir que me resultan verdaderamente admirables tanto su criterio pedagógico, como su entrega y eficacia siempre”.
También su juicio sobre el poeta Zorrilla es acertado, “el poeta despreciado por un padre autoritario y que se siente incomprendido y poco reconocido en cuanto a su quehacer poético”.
Tampoco Bécquer conseguirá, según Beatriz, alcanzar sus sueños.
Y destaca del Principito, de Antoine de Saint Exúpery, cómo el autor traza el camino de “la libertad del hombre buscando huir de lo anodino”.
Revaloriza la figura de Enrique Gil y Carrasco cuya “poesía es intimista, subjetiva, soñadora y cargada de nostalgia”.
Son muchos más los personajes que desfilan en este libro bajo la atenta mirada de su autora. Pero no podía faltar el recuerdo entrañable hacia el abuelo Ramón, “el mayor de 13 hermanos y que a sus 12 años dejó la aldea natal para embarcarse en la aventura de llegar a Cuba donde, gracias a su inteligencia y tenacidad, se abrió camino y prosperó, y fue llevándose a sus hermanos varones, que medraron allí”.
Nos dejará, justamente, la valía personal de un hombre culto que, con mano izquierda, supo llevar adelante las negociaciones pertinentes para que en 1.983, en Palencia, pudiéramos disfrutar de una magnífica exposición con gran parte de la obra de Victorio Macho. Aclara tajante: “La Exposición Antológica que resultó una memorable exposición, no exenta de innumerables esfuerzos y problemas, y que sólo gracias a la habilidad y el buen hacer del que fue su comisario y realizador, Emilio García Lozano, pudo hacerse realidad”.
A su amigo poeta, Marcelino García Velasco, le dedica sentidas palabras y como gran admiradora transcribe sus versos:
De la autora resaltaría su deseo de convertir la literatura en auténtica necesidad para sus alumnos y, ahora, jubilada, para cuantos deseen aprender o recordar. El deseo se ve cumplido porque pone en el empeño su inmejorable profesionalidad. Beatriz Quintana enseña deleitando. ¡Ahí es nada! Si los personajes que desfilan por cada página de estos cuidados textos pudiesen hablar, sé que agradecerían la exacta meticulosidad con la que fueron leídos y trabajados por ella para acercarlos a nosotros como un regalo en día de fiesta. Esta mujer, académica de la Institución Tello Téllez de Meneses, inteligente y querida por sus alumnos del Instituto Jorge Manrique, y por cuantas personas la conocemos, busca la esencia de los personajes que ha elegido y nos muestra en la variedad de cada uno, las peculiaridades que definen su obra.
El libro es variado, está bien escrito, y capta el interés del lector. No les avanzo nada más. Los prólogos solamente abren camino. Son ustedes quienes deben disfrutar de esta joya. ¡Adelante!
NOTA DE CURIOSÓN
Como muchos de ustedes no tendrán la suerte de disfrutarlo les dejo el enlace a su cuaderno donde aparecen la mayor parte de los artículos que Beatriz ha publicado en este libro.
Cuaderno de Beatriz Quintana Jato
1 comentario:
Gracias a Carmen Arroyo y a Curiosón he conocido la figura literaria de Beatriz Quintana Jato, sus enseñanzas por Palencia, y de que es académica de la Institución Tello Téllez de Meneses.
Confieso que hasta hoy me había atraído todo lo que ha escrito Beatriz, desde que yo figuro como colaborador de Curiosón, pero a pesar de residir tantos años en Palencia, no recuerdo haber oído hablar de ella.
Gracias al enlace que introduce Froilán, me he podido maravillar de la figura de Beatriz Quintana, de su magistral y peculiar repaso de autores, a los que quita lentamente la ropa, y desnuda literalmente en su faceta humana. Maravilloso repaso de autores transcendentales, que pienso leer uno a uno, hasta ahora solo había leído la historia del palentino de Astudillo César Muñoz Arconada, y poco más. Como amante de la literatura me interesan todos los demás. El “Valor de la Memoria” tiene el éxito asegurado.
Gracias Carmen, Froilán y Beatriz.
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