GRAN GUÍA TEMPLOS ROMÁNICOS
Templo de San Miguel
De los numerosos templos que hubo en Ayllón quedan las ruinas de Santiago, los restos de San Nicolás, convertida en cementerio, San Juan, con añadidos góticos, hoy propiedad particular y parcialmente transformada en vivienda y ésta de San Miguel, cerrada al culto
El segoviano valle del río Riaza fue tierra de encrucijada, una de las pocas zonas en las que parece que se mantuvo una población visigoda, aunque fuertemente islamizada si tenemos en cuenta la pervivencia en la tierra de Ayllón de topónimos de tan evidente filiación árabe como Alquite, Villacadima o Almiruete, o aquellos versos del Poema del Mío Cid, probablemente apócrifos, que al describir la ruta del desterrado, marcan como hitos " de siniestro Sant Esteban una buena cibdad / de diestro Ahilon las torres de los moros" en la que pugnaron los intereses encontrados de diócesis y concejos.
En 1123, la bula de Calixto II creaba la diócesis de Segovia con Maderuelo, Montejo y Alquité, mientras que Ayllón quedó integrada en la de Osma hasta que en 1136 la perdió en favor de Sigüenza. Este carácter de cruce de caminos es perceptible en las obras románicas que han llegado muy deterioradas hasta nosotros pero en las que se pueden apreciar influencias burgaleses, aragonesas y sorianas.
Por ser cabeza de concejo y población fronteriza estuvo bien fortificada con castillo y murallas, aunque hoy solo podamos contemplar su bella puerta de acceso a la villa, muy alterada, y una fuerte torre con lienzos de muro desmochados, la Martina, construida al borde de la cuesta que domina el caserío.
De los numerosos templos que hubo en Ayllón quedan las ruinas de Santiago, los restos de San Nicolás, convertida en cementerio, San Juan, con añadidos góticos, hoy propiedad particular y parcialmente transformada en vivienda y ésta de San Miguel, cerrada al culto, que se alza en la porticada Plaza Mayor abriéndose al muro sur mediante portalada provista de arquivoltas de medio punto decoradas con zigzags, bolas y sogueado.
Su ábside pierde monumentalidad por el rebaje de su base inferior respecto al nivel de la calle
y se abre al exterior con sendos vanos rasgados entre columnillas de entrega adornados con remate de capiteles, historiados en uno
y encestados en el otro ventanal.
Bajo el tejaroz, una hilera corrida de canecillos con motivos costumbristas y cotidianos de la época, donde destacan juegos de lucha
Músicos y personajes ataviados
Y el conocido y popular cantero picando piedra junto al vecino grifo.
Comentaban entre ellos que el elemento característico del románico ayllonés es su riqueza decorativa en las arquivoltas de las portadas, que aparecen labradas con abilletados, sogueados, besantes, juncos quebrados, boceles y cintas que dibujan arcos entrelazados, en un esquema y hasta en un color de la piedra de sus sillares que guarda estrecha relación con el románico existente en tierras sorianas, y cuando ya empezaba yo a sentirme harto de pena y vacío de estómago, mira por donde que en lugar de acudir prestos al mesón reservado, van y se ponen a ver muros de piedra salpicados de cosas raras.
¡Santa María!. Intentaban aplacar mi cabreo justificándose que es que, mira tú por donde, en la única iglesia abierta al culto y que para mayor inri mío ni siquiera es románica en su actual construcción sino reconstruida en el siglo XVIII, existen encastrados unos relieves románicos que certifican el origen románico de aquella, en los que figura el león haciendo prisionero al hombre,
o circulo enlazado.
Y así hubiera seguido esta pandilla, dale que dale, si el mesonero no les hubiese dado dos voces previniéndoles de que el ternasco estaba en la mesa y el horneado enfriándose.
1 comentario:
Me entero de lo rápido que pasan los días por los martes. Mongui no falla nunca,y siempre acompaña su recuerdo con una explicación y un conjunto de imágenes que parecen meternos de lleno en esta imponente Guía de Templos Románicos, hoy por el segoviano valle del río Riaza.
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