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Conocer el Cerrato en bicicleta IV | Curiosón

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Conocer el Cerrato en bicicleta IV

 Conocer el Cerrato en bicicleta es descubrir una comarca con identidad propia dentro de nuestra provincia.



El Cerrato es un territorio que me hechiza por sus parajes, por su gran legado artístico, además de la relevante historia de sus poblaciones, y el carácter acogedor, amable y sincero de la gente que las habita. Quiero trasmitir a los aficionados al cicloturismo, y a quienes no conozcan esta zona, mis vivencias en una serie de rutas en bicicleta que pretenden poner en valor esta comarca. Dedico estas Rutas a los muchos amigos ciclistas que durante muchos años transitaron conmigo por estos maravillosos parajes.


RUTA IV


73 Km


Alfonso Santamaría Diez
Cicloturista, Fundador del Grupo de Amigos del Pabellón, y del Grupo de Amigos del Pabellón Veteranos.

PALENCIA-SOTO-VALLE-CEVICO DE LA TORRE-ALBA-POBLACIÓN-CEVICO DE LA TORRE—TARIEGO-VENTA DE BAÑOS-CALABAZANOS-VILLAMURIEL-PALENCIA.


Se inicia esta ruta al igual que las Rutas 1, 2 y 3, en la rotonda del Pastor, en la Vía de Servicio de la Autovía de Magaz, con dirección Soto. Pedalea conmigo mi amigo El Pretor, entusiasta como yo de estas marchas cicloturistas por el Cerrato.

Tras el descenso del Muro de Gramón nos dirigimos a Soto de Cerrato, y al pasar el Canal de Villalaco se echa en falta la desaparecida Planta de Butano, convertida en un solar abandonado. Cruzamos la pasarela elevada del ferrocarril y entramos en la vega del Pisuerga por el puente nuevo, junto al puente viejo, inutilizado desde hace años por su estrechez, aún conserva su encanto, y nos recuerda las muchas veces que en bici pasamos por él. Fincas de recreo y terrenos de regadío nos aproximan a Soto de Cerrato, el depósito de agua oculta la ancha, pero poco alta torre de la iglesia. El pueblo es un vergel de manantiales, huertos, chales y ajardinados parques.


De Soto a Valle


Tras el descenso de la pasarela del AVE, observamos los cerros erosionados y aislados del monte, las Derrumbadas, la fábrica de cemento, su cantera, el torreón de Tariego, y las bodegas de Soto. Comienza el ascenso al Portillo, interesante subida, con cristales de yeso en los cortes de la ladera, plantada de pinos. Al coronar el portillo sorprende el encuentro con el valle, en el que sobresalen antiguos corrales de adobe, y próximo al monte un palomar redondo y casetas de barro, junto a un edificio de piedra y ladrillo, al que misteriosamente falta el tejado. El descenso del portillo es un placer para el ciclista, curvea las faldas de la ladera en un paraje excluido del tráfico, con buen asfalto. Solo se escucha el canto de los pájaros porque estamos en el Cerrato silencioso, oculto y olvidado en el que dos ciclistas tenemos el privilegio de dar pedales por esta apartada zona, en la que solo habita la naturaleza. Termina el valle y ascendemos al monte, en el que los agricultores roturaron las encinas a favor del cereal y girasol, poco antes del paso de los tres generadores eólicos. Aquí la carretera se transforma en un camino de cabras. Mal estado del pavimento que nos obliga a circular por el medio del asfalto, pero el atractivo paraje hace olvidar el tercermundista estado de la carretera.

El descenso del monte de Valle es aún más lamentable, bajar frenando y despacio, nos permite encontrar en una loma una vieja lápida que recuerda que el 21 de diciembre de 1934, falleció accidentalmente en este lugar un vecino de esta villa a la edad de 33 años. Tras la última curva divisamos Valle de Cerrato, que nos recibe con un viejo corral con su portonera derribada, donde se encuentran viejos útiles de labranza, y los Ojos del Cerrato nos observan desde la carretera de Baltanás. Seguimos en el Cerrato Profundo, oculto, apenas conocido. El pueblecito de Valle tiene atractivo y merece una parada, aunque solo sea para contemplar los miradores desde su atalaya. Su ermita protege con una amplia cubierta su entrada, y su iglesia está en un otero, donde se asientan las bodegas.


De Valle a Cevico de la Torre


La carretera en este tramo está arreglada y desciende desde el altozano de Valle, descenso rápido en el que el asfalto se ciñe al cerro, lo curvea hasta que desaparece la altiplanicie. Encontramos un paso de ganado donde las ovejas depositan en el asfalto hierbajos y cagalitas, en su tránsito hacia los pastos. Si elevas la vista verás el balcón natural que forma la localidad de Valle. Camino de Cevico aparecen tierras de cereal, algún majuelo, alfalfas y girasoles junto al arroyo.


Cevico de la Torre


Antes de llegar a Cevico, lo primero que se divisa es su cementerio. Nos adentramos en su camino de cemento, arropado por arbolitos que dan encanto a esta vereda. Sorprende la monumentalidad de la capilla, antigua ermita de finales del siglo XII, con restos románicos en ábside y portada. Un acierto parar y admirar este edificio de transición del románico al gótico, a pesar de su remodelación. Desde el cementerio se divisa Cevico, su majestuosa iglesia que domina el pueblo. En el recorrido por la población llama nuestra atención el edificio del Cuartel de la Guardia Civil, y una Casa Etnográfica, la Casa del Abuelo, interesante para ver vestigios y utensilios del pasado, desaparecidos aperos de labranza y la arquitectura popular. Un placer es también contemplar las casas blasonadas del XVII y XVIII, las calles empinadas, y las bodegas. Posee Cevico la fábrica de quesos con mayor tradición del Cerrato, Quesos Crego, el queso de oveja de los más puros de Castilla y León, y la panadería de la Virgen de Rasedo, pan cerrateño que podemos encontrar en la capital. Paramos en la fuente de Cevico, antiguo pilón y manantial, que data de 1895, construido a expensas de un benefactor del pueblo D. Pedro Monedero. Esta fuente de D. Pedro tiene una escultura de hierro fundido, curiosa pieza esculpida en Francia por un escultor galo.

De Cevico de la Torre a Alba del Cerrato


Circundamos Cevico y cruzamos el arroyo Maderao, que da paso a las eras, con aperos en desuso, cercanos gallineros, corrales, viejas tenadas, tapiales de piedra y adobe. En el camino a Alba encontramos algún majuelo, impresiona el valle, a lo lejos Vertavillo, y en el monte la Ermita de la Virgen del Rasedo. Nos espera la subida del Portillo de Alba, que por este lado es más tendida que si se sube desde Alba. El descenso es rápido, ajustado a la ladera y con una interesante panorámica de Alba, con el pueblo y su iglesia unida a las bodegas.

De Alba a Población


Llanea por el valle esta cuidada carretera provincial con vistas a los cerros aledaños, a los campos de cereal y girasol, en otros tiempos de remolacha. A medio camino asoma el campanario de la iglesia de Cubillas, y a la derecha el monte donde se cobija el Alto de los Pinos, uno de los mitos del ciclismo palentino, tanto de competición como cicloturista. Estamos en el Cerrato profundo y oculto, y divisamos Población, su ermita mozárabe, la iglesia y la torre de ladrillo del ayuntamiento, además de las bodegas apartadas del pueblo, en la falda de un cerro.

De Población a Cevico


El Alto de los Pinos nos espera tras el paso del arroyo, desniveles del 6 al 11%, que se hacen duros en las dos primeras curvas, pero que una vez que te integras en el bosquecillo de pinos, te atrae y percibes agradables perfumes resineros. Curvea la subida ganando la falda del cerro, y termina en un pequeño desfiladero abierto a las rocas del páramo. Este paraje es, para el cicloturista, una de las maravillas del Cerrato.

Los aires del páramo recuperan del esfuerzo, desaparecieron las encinas, que salpican los terrenos de pedregales, y a lo lejos un chozo de pastor. Lo que más sorprende es ver la Montaña Palentina, que, raras veces, se deja ver, en una distancia que recorre la provincia en toda su amplitud, de sur a norte. Cerca tenemos la Ermita de Ntra. Sra. del Monte o del Rasedo, poco antes del descenso vertiginoso, que se adapta a la ladera. Se embala la bicicleta, hay dos curvas cerradas en las que es necesario retener la bici, hasta que aparece Cevico. La panorámica del pueblo desde esta zona es majestuosa, inconfundible, única. Entramos en Cevico atravesando el arroyo, por una ancha calle que finaliza frente al gran jarro de vino, situado junto a las bodegas, poco después cruzamos la calle mayor porticada, con atractivo cerrateño.


De Cevico a Tariego


En el tránsito al Murallón, divisamos el paraje del Aguachal y la prisión de Dueñas, y a la derecha el cementerio y su hermosa capilla. El Murallón, es un viejo conocido, muchos años subiendo y disputando su cima. Un concierto de chicharras nos anima, y emite sus sonidos en todo el ascenso. Al fin vencemos al coloso cerrateño, y nos recibe el páramo con aires que nos recuperan del esfuerzo. Nos vuelve a asombrar la visión de la Montaña Palentina, poco antes de descender el mítico Alto de Valdecín, que nos lleva con rapidez a Tariego, hay que vigilar el tráfico y controlar la bicicleta hasta la última curva. Tras esta curva se recrea la vista con la visión de Dueñas, La Trapa, Venta de Baños, Villamuriel y Palencia. En Tariego nos reciben las bodegas, y el torreón, nos embriaga el olor a lechazo asado al paso por el Mesón del Cerrato.

De Tariego a Venta de Baños, Calabazanos y Villamuriel


El puente de Tariego es frontera de ambas localidades. Nos recibe Venta de Baños con buenas fincas, chalets y urbanizaciones. Pasamos junto a su ayuntamiento, descendemos el túnel, y frente a La Venta y la Locomotora de Vapor, buscamos el paso subterráneo de peatones que nos comunica con la carretera de Palencia, frente a los desolados terrenos de la Azucarera. La carretera a Calabazanos es estrecha, con tráfico, pero la limitación de velocidad hace que se respete a los ciclistas. Desde el puente de la autovía divisamos el Monasterio de las Clarisas de Calabazanos, bello monumento con amplios tapiales en todo su recinto, escoltados por numerosas urbanizaciones camino de Villamuriel. En Villamuriel nos recibe el viejo puente sobre el Carrión, y nos llama la atención la imponente iglesia de Santa María la Mayor, a la que nos acercamos por la cuidada calle mayor que da valor al casco viejo. El Canal de Castilla, las bodegas y cuevas son otro de los atractivos de Villamuriel, repleto de urbanizaciones y chales.

De Villamuriel a Palencia


La vieja carreterilla tiene tránsito de vehículos, pero resulta atractiva. Nos acerca a Palencia, entre fincas, granjas, tierras de regadío, campos de fútbol, mientras divisamos los montes de Villamuriel y Palencia, la urbanización Los Olmillos, la vieja azucarera y el Monte el Chivo. La Casa Pequeña del monte de Palencia es visible desde cualquier punto de la carretera. Entramos en la capital, entre chalés y fincas y escoltados por pinos, antes de llegar a la rotonda decorada con el milenario olivo.

Finalizamos este duro recorrido, de unos 73 Km. que de nuevo me hizo disfrutar del Cerrato, territorio con hechizo para el ciclista.
 

   PALENCIA EN BICICLETA 
    Una idea de Alfonso para "Curiosón"

    Alfonso Santamaría es Fundador del Grupo
    de Amigos del Pabellón y del Grupo de Amigos
    del Pabellón 60/70.




33 comentarios:

Unknown dijo...

Esa ruta está genial, para los enamorados de la bici q se animen hacerla.

Anónimo dijo...

��������
Cómo siempre admirable la narración de la ruta.

Las veces que se circula por estos parajes y no nos damos cuenta de lo que no vemos y nos perdemos por ir mirando el culo o la rueda del de delante que es importante para ir en grupo pero nos perdemos lo que nos has descrito.��������

Muchas gracias.

El Lehendakari dijo...

Alfonso, muy bien y detallada la cuarta marcha de Conocer el Cerrato en Bicicleta, además con buenas vistas fotográficas, buen trabajo.
PACO “EL LEHENDAKARI”

Alicia, hermana del Lehendakari dijo...

Aunque no hemos hecho esta ruta, la explicas tan bien, que parece que hemos participado en ella.

Primitivo Yzara dijo...

Te estás superando. Excelente descripción de ese largo recorrido, por este no muy conocido y poco valorado paisaje palentino.

Herminio Revilla dijo...

Buenas tardes, Alfonso
He leído tu reportaje sobre El Cerrato y me ha encantado. Siempre me atrajo esa zona. Tiene mucho que valorar. ¡Ojalá puedas recibir mi humilde escrito!
Un abrazo

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Contesto a los seis comentarios que dicen que esta Ruta es ideal para los enamorados de la bici y que se animen a hacerla, sin dejar de contemplar su paisaje. Dos amigos, Enrique El Heredero, y Paco El Lehendakari, conocen bien el recorrido, pero a veces en grupo no se disfruta lo mismo, ni se aprecia el paisaje, monumentos y pueblos cerrateños. Mi amiga Alicia siente con la lectura que ha participado en la Ruta, al igual que Primitivo que valoran el escrito.
Por último, un amigo que conocí hace una semana, el gran Herminio Revilla, cuya Casa Museo en Villabellaco recomiendo. A finales de diciembre se publicará en Curiosón una Crónica de mi visita al Museo de Herminio.
Muy agradecido a todos por vuestros comentarios.

Osbarba dijo...

Alfonso 'el gran reportero cerrateño', como siempre sigue asombrandonos con su narrativa sencilla, cercana, atractiva y examinadora, pues es capaz de ver aquello que el humano de a pie no somos capaces de ver, mientras el 'cabalgando' en su 'caballo de fibra' a velocidad de crucero con un simple vistazo y en un instante, es capaz de desmenuzar cada lugar, cada hito del camino, cada paisaje,...
Enhorabuena por tus escritos y te doy las gracias en particular por este, ya que me haces recordar el lugar que mis progenitores vieron por primera vez,... la comarca del CERRATO.

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Qué bonitas palabras me dedicas amigo Oscar, rayan la emoción, las gracias te las doy yo a ti por analizar de esa manera la IV RUTA POR EL CERRATO.
Un abrazo.

Máximo Cid dijo...

Tu descripción de esta IV Ruta es increíble, por momentos me sentía en esas carreteras. Un abrazo juglar de la semántica.

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Amigo Maxi, cuantos recuerdos me vienen de aquellos años cuando recorríamos la Ruta de los Pantanos, o diversos parajes de la Montaña Palentina dando pedales con la fuerza de nuestras piernas. Surgía la rivalidad sana, pero en la ida o vuelta en el autobús, o en el almuerzo, surgía la amistad y admiración. La bici nos hacía disfrutar de la semántica de la naturaleza que nos transmitía la belleza de los parajes. Gracias por tu comentario.

Mercedes dijo...

Me ha dado envidia leerlo en día de lluvia y no poder coger la bici. Como siempre me ha encantado.

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Que una atleta de la bicicleta y montañera de tronío valore lo que escribo es para mi una satisfacción. Gracias Mercedes.

El Trauma dijo...

Buen artículo Alfonso. Además de ser la Ruta más ciclista por su dureza y a la vez al alcance de muchos, describes detalles que suelen pasar desapercibidos.
Muy bueno.

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Muchas gracias amigo por tus sinceras apreciaciones que me honran. Espero que la próxima temporada podamos recorrer juntos y disfrutar de estos parajes.

Ana Escudero dijo...

Cuanto honor recibir un escrito tuyo dedicado al Cerrato. Cuantos recuerdos me traes, recuerdos de mi padre que nació en Valle de Cerrato y vivió unos años en Soto de Cerrato, y también mis tíos y primos, que ahora son tus vecinos. Me encanta recorrer estos parajes y recordar mi pasado.

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Cuanto honor recibir un comentario de tan importante amiga, muy querida por mi señora y por mi, y por un íntimo amigo. Me traes recuerdos de este verano cuando paseamos los cuatro por el Cerrato. Os llevé por Tariego-Cevico de la Torre, Vertavillo, Castrillo de Onielo, Baltanás, Hornillos, Torquemada, Villamediana y Valdeolmillos. Recuerdo lo mucho que os gustó Cevico, Vertavillo, Baltanás, Torquemada y Villamediana. Gracias Ana

José Luis Gregorio dijo...

Que bien describes en este bonito artículo esta ruta cerrateña que tantas veces hemos recorrido sin duda alguna muy dura y sobre todo si se hace a buen ritmo.
Como otras veces en este tipo de artículos, es cierto que dejamos atrás mucha historia de los pueblos por donde pasamos y que no conocemos. Por lo menos con lo que nos describes nos damos cuenta de lo que dejamos atrás.
Muchas gracias y mi enhorabuena una vez más, solo me ha faltado hacer este recorrido en bici, pues si lo he hecho mentalmente según he ido leyendo.

El Pretor dijo...

Un concierto de chicharras nos anima". Buen artículo, amigo Alfonso; el escrito siguiente supera al anterior. Bien documentado, no se escapa a tu pluma la observación detallada del paisaje; tanto es así, que al leerlo revivo con intensidad aquella marcha y lugares entonces transitados: el camino arbolado del cementerio de Cevico y su capilla, el alto de los Pinos o la ermita de Rasedo. El paso del tiempo y la edad van borrando los recuerdos del pasado, que con habilidad y destreza sabes traerlos al presente.
No tendremos el vigor de entonces, pero si la capacidad de disfrutar con calma de nuevo, el paisaje de los valles y páramos del Cerrato.

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Amigo José Luis "Aúpa" y "Pretor", cuanto honor, satisfacción, orgullo y amistad me trasmiten vuestras palabras, que arropan mi caminar por esta bella Ruta, que tuve el honor de pedalear con el Pretor, un amigo de los de siempre. Cuanto me alegra que José Luis haya recorrido virtualmente esta IV Ruta.
Estaré siempre agradecido por vuestras palabras, amistad y tantos recuerdos en una vida dedicada al pedal, y a otras cosas maravillosas en las que el predominio de la amistad fue el motor de tantos buenos momentos, y sentir vuestra compañía en los días amargo. Gracias amigos.

El músico frustrado. dijo...

Un buen rato llevo buscando donde dejar mi sello en este rincón de vida y cultura donde encuentro a varios plumillas conocidos y con inquietudes vitalistas y literarias.
Un soneto no me mandó Biolante si no un comentario Alfonsillo y tal sí me atrevo reticente.
Enorme elogio haces encumbrado en tu bicicleta de esta noble comarca palentina que por cercana y austera se hacía desconocida a pesar de creerme palentino de pro.
Gracias por acercarme tanto al Cerrato como al Curiosón para adentrarme en mi Palencia nativa de mano de un castreño adoptado.
He leído algunos elogiosos comentarios de tus amigos y compañeros de saludables y placenteras fatigas por esas tierras que tanto admiras y exploras.
Llegas con tu dialecto cercano, deportivo y personal a encender la curiosidad del lector desde la velocidad de tu "compañera", por lo que solo te permite rascar el alma de ess bendita tierra y describir con mesura la objeción de tu mirada rápida, cariñosa y placentera. Nos embriagas, nos cautivas con tu lexico coloquial y cercano y nos creas la inquietud de ahondar un poco más en la historia y las gentes de esos campos;pero la compañera deportiva requiere de brío para sostener equilibrio y el paso admirante y descriptivo se me hace flugal y el comentario escrito se me hace preciso, elogiable, cariñoso y altivo desfe la bici, pero anémico y reducido desde la pasión por saber del terruño querido.
Por esto te pido que cuando dejemos el biciclo, ya por riesgo o por despido, vuelvas por estas tus adorables tierras con la ternura e inteligencia de un adorable y paseante abuelo a caminar e investigar mucho más sobre la entraña de éste tu austero y terrícola cielo.

Se me acabó la pila y como dicen que además, de hoy tu Alumno, ayer fui maestro, ahí te dejo los deberes para que te ocupes en el resto.

No quiero mas esfuerzo pero me siento feliz de cumplir tu deseo.
Un abrazo cariñoso cargado de reconocimiento por tus inquietudes culturales, deportivas y divertimento.

Agustín Rodríguez García dijo...

Me he recreado leyendo tu precioso Curiosón del recorrido que nos relatas por las rutas del Cerrato. Qué recuerdos más bonitos tengo de toda esta Ruta, que nos ilustras con tu fina pluma, y nos hacer vivir como si estuviéramos montados en la bicicleta. Me he emocionado recordando este recorrido de tiempos muy recientes, aunque los años pasan muy rápido, y más aún cuando estás jubilado. Me ha encantado todo lo que escribes en tu crónica hasta he recordado las cagalitas de las ovejas churras y de los pastos de estas tierras cerrateñas que dan fruto a unos extraordinarios lechazos.
Un fuerte abrazo ilustre escritor.
EL COMANDANTE EN JEFE

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Cargas Magister de tinta tu pluma y me recitas y dedicas un poético comentario, que no hace sino halagar lo que escribió este Plumilla, y lo haces de original manera, cosa que no está al alcance de cualquiera, ni tampoco conseguir la difícil rima.
Me siento agradecido, en deuda y te pido que ese bonito poema que me dedicas lo des forma en una cuartilla, en el que vea tu firma.
Gracias amigo Unknown

Alfonso Santamaría Diez dijo...

No puede ser más agradable, mi Comandante, tu comentario lleno de recuerdos que son tuyos y míos, y de tantos otros que nos siguieron, y cumplieron tu Calendario.
Te emociona el Recorrido, tan duro, pero cercano, no hace falta ir muy lejos para disfrutar de unos parajes únicos como estos, incluidas las ovejas y sus cagalitas.
Siempre estaré agradecido por todo lo bueno que hiciste, y que tantos disfrutamos durante tantos años.
A sus órdenes mi Comandante.

Jose I. dijo...

Alfonso, en estos días de puente sigues incansable y nos acercas otra ruta, con lugares cercanos a Palencia y a la vez con rincones que son desconocidos para muchos. Seguro que te quedan cientos de estas rutas en tus piernas y en tu memoria.
Nuevamente, es todo un placer leer esta pequeña crónica de viaje

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Gracias José Luis, este escrito está redactado hace tres años, cuando se publicó en el Diario Palentino, mi serie Conocer el Cerrato en Bicicleta, que se publicó todos los domingos del mes de julio, agosto y septiembre. Todo un honor para mí que he querido recuperar para Curiosón, el Blog en el que ahora escribo, por sentir de cerca el calor de los lectores y amigos, a través de sus comentarios.
El próximo 2 de noviembre se publicará en Curiosón mi Crónica sobre mi visita a la catedral, que realizamos el pasado12 de octubre. Espero que guste y al ser un tema cultural y patrimonial espero que interese y tenga bastante repercusión.

Jesús Hernández (Itu) dijo...

Completísima descripción de la ruta a la que no le falta detalle. Dan ganas de escaparse un día y hacerla, aunque de momento me tendré que conformar con leerlas y disfrutarlas por aquí. Gracias Alfonso, un abrazo

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Amigo Jesús,Cuanto me alegra que disfrutes desde Bilbao de estas Rutas por el Cerrato.Muchas gracias por tu inalterable fidelidad. Un abrazo

Julián González Prieto dijo...

Aquí me tienes, amigo Alfonso, el último en llegar, como solía hacerlo montado en mi recordada vieja bici de carrera, acompañado de antiguos amigos. Con ella hicimos rutas por los alrededores de Palencia como la que ahora, tan expresiva y sugerentemente nos recreas. Me alegra mucho que sigas teniendo tanto ilusión por tus viajes y tus relatos.

José Antonio Marcos dijo...

He estado varias horas, no en bici sino sentado frente al ordenador y consultando a través de Google Maps todo el recorrido de esta cuarta ruta del Cerrato palentino. Me anima a hacerla en coche, yo ya no tengo "piernas". Invitas de una manera apasionada al conocimiento de nuestra tierra. Sé se que disfruta mucho más de todo el paisaje cuando vas andando o en bicicleta que con el coche, y no digamos de los descansos al finalizar cada tramo ¡qué bien viene un refrigerio, un zumo o un simple café!.

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Ni más ni menos que 30 comentarios tiene este relato, incluidas mis respuestas, que serán 31 cuando se añada esta. Ilustres personas y amigos que avalan mi escrito.
Los dos comentarios finales son también de dos buenos amigos: Julián González Prieto, extraordinario y ya famoso escritor, amigo de hace poco que surgió por Curiosón y Froilán De Lozar; el segundo José Antonio Marcos Marcos, buen pintor, cuya amistad surgió en el instituto. Un placer contar con todos y leer vuestros agradables comentarios. Muchas gracias amigos.

José Antonio Marcos dijo...

¡Tan lejos y tan cerca!
Parece mentira que, para los que somos más de coche que de bicicleta, teniendo nuestra cultura al pie de casa, no hayamos puesto los pies en la mayoría de estos pueblos, de ahí la paradoja de cercanía-lejanía.
Leer este artículo, la cuarta ruta del Cerrato, no te deja indiferente, te invita a tenerlo en cuenta para no dejarlo pasar; para que no se me pasen detalles me llevaré apuntado el recorrido.
La gran diferencia para los que no pedaleamos es que el que conduce en coche no disfruta del paisaje.
Entre los detalles del camino (ruta), antes de llegar a Valle de Cerrato, Alfonso veo que te fijas en una lápida por alguien que falleció en accidente en ese lugar, me hace recordar que he visto alguna más en otras carreteras y que últimamente no se ponen.
Me he fijado también en el comentario sobre la ermita del cementerio de Cevico de la Torre o en la de la Virgen del Rasedo, que muy posiblemente son vestigios que quedan de antiguas poblaciones diseminadas por el campo.
He visto como en Alba de Cerrato, junto a la iglesia de Ntra. Sra. Del Cortijo y las bodegas está la calle de la Mota, denominación que existe en muchos pueblos que, aprovechando un cerro, allá por la edad media se hacía una fortificación y el camino o calle aledaña se le llamaba “de la Mota”.
Interesante pareja por su monumentalidad, en Dueñas el botijo, en Cevico de la Torre el jarro de vino, en su sitio, frente a las bodegas.
Quiero apuntar algo que no está en tus comentarios y que me parece interesante, al menos curioso, en el camino de Cevico de la Torre a Tariego, a poco más del medio recorrido, donde empieza la bajada hacia Tariego, en un cruce de caminos que no sé si habrá sido cañada real, hay un monumento en piedra, muy resistente, lo llaman el Zahurdón, al estilo de las construcciones celtas y que servía como refugio de pastores.

Alfonso Santamaría Diez dijo...

Creo José Antonio que nadie ha hecho nunca un comentario tan extenso en Curiosón, más parece un artículo del que se extraen buenas conclusiones, como que los capitalinos del coche no visitan estos pueblos. Interesante que pretendas hacer el recorrido apuntando los detalles. Has hecho un estudio exhaustivo de la Ruta a través de Google. En efecto hay varias lápidas en las carreteras, en concreto en la subida de Valdecín, de un joven que se salió de la carretera. En Amusco hay un bello busto en piedra, cerca de la antigua carretera de Santander, de un pastor que murió en una tormenta. El monumento en piedra a que te refieres es un chozo de pastor que se ha levantado no hace muchos años, y está en el camino de la Cantera de Cementos Hontoria, muy cerca de la Cañada Real Burgalesa, y en el descenso de Valdecín a Tariego. Gracias por tu pedagógico comentario.

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