LLEIDA
Monasterio de Sant Joan
Habíamos paseado por este
pueblico precioso del valle ilerdense de Aneu y ellos no podían pasar sin ver románico.
Me introdujeron en el coche y emprendieron camino por una carretera estrecha junto al cauce del río Noguera Palleresa.
Perdidos, frenazo en una curva a la derecha y arremetidos en un pequeño ensanche, el monasterio románico lombardo de Sant Joan de Isil.
Accedimos a él por un cementerio
Dos ventanales góticos en el muro
porque su ábside está lamido sempiternamente por las aguas saltarinas y alegres del río. Y es que como no lo hizo ningún arquitecto famosillo actual, aún resiste desde el siglo XI.
El lienzo meridional se encuentra la entrada con portada de tres arquivoltas de medio punto de las que la intermedia tiene representaciones geométricas.
Guardapolvos decorado e intradós estrellado.
Arquivoltas descansando en ábaco vegetal que amparan capiteles. El de poniente, con cabella de larga callera como vimos en el templo anterior, el de Isavarre. Le sigue otro con cabezas de aves reposadas en bola y un contorsionista.
Los del lado opuesto, contorsionista y batracio.
Columnas que sostienen curiosas basas decoradas.
En lo alto del muro sur, arquillos ciegos sustentados en ménsulas con caras, monos, toneles, y motivos estrellados.
Friso repleto de decoración
animalística y sierpes protagonistas.
Y dos losas repicadas por la censura ignorante y fanática porque creyeron que se trataba de la representación de Adán y Eva desnudos en el Paraíso, cuando en realidad no son más que la representación funeraria de los comitentes: Arnal y Piker, tal y como os los presenté en aquel 19 de diciembre de 2019 cuando os hablaba del templo de Sant Lliser en Alós D´isil.
Y en vista de lo cual, tras estudiar y leer a expertos, siempre seguiré preguntándome: ¿Ven lo mismo los ojos que miran lo mismo? ¿Acaso no es cada hombre objeto de diferentes interpretaciones por quienes lo contemplan? Eso es intentar acercarse a comprender el románico: humildad.
Recolocados, un personaje burlón
que remeda el buey que bien se lame
y el batracio que vive en el río aledaño...
Temporalidad, mensaje eterno de la fugacidad de la vida.
4 comentarios en el blog:
Desde el cielo de Almería me escribe Mongui cada martes, que mueve el rabo como loco y da volteretas por las nubes para expresar de la mejor manera su emoción, por más que despotrique contra sus parientes humanos. Su mapa del románico, abierto a primeros de septiembre, hoy marca un número de visitas nunca imaginado, 182.149.
Gracias a todos muestros seguidores y amigos.
Ante todo, destacar que las fotos de tu reportaje son preciosas. Apunto el valle de Aneu entre mis destinos turísticos más cercanos en el tiempo.
Desearía cruzar con mucha calma ese puente sobre el río Noguera y desde tal atalaya recrearme en la construcción pétrea de las casas.
Para colmar mi deseo de descubrimiento, detendría mi recorrido en el monasterio románico lombardo de Sant Joan de Isil.
El hecho de que se acceda a él por un cementerio añade intriga y un indiscutible sabor que evocan lugares perdidos en nuestra memoria y en el tiempo.
Los ventanales góticos y el ábside “lamido sempiternamente por las aguas saltarinas y alegres del río” rematan mi apasionada visión imaginaria.
Frisos, ménsulas, muros y columnas desfilan por mi mente cuando admiro las imágenes que has publicado.
Gracias por hacernos disfrutar de unos minutos de lectura y contemplación que recargan de energía el espíritu.
Un cordial saludo.
Lérida tiene lugares preciosos, recomiendo el Valle de Aneu. Las imágenes son muy bonitas y atrayentes. El recorrido es excepcionalmente bello. Un abrazo
Queridos amigos Marcos y Nuria y socio Froi. Gracias por vuestras palabras y por dejaros entusiasmar por estos templitos excepcionalmente bellos donde comprender que un arte para merecer la calificación de sacro ha de reunir arquitectura y emplazamiento (piedra y agua, lugar telúrico). Me siento alagado desde ese Edén que disfrutéis lo que tuve ocasión de vivir y conocer en mi "vida de perro" aguantando a una mascota humana. Lametoncitos y ¡ Guaaaauuuuu!.
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