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140 aniversario de Diario Palentino

Crónica de un lector


Diario Palentino, fundado el 15 de mayo de 1881, cumple 140 años. Son muchos años los que celebra el decano de la prensa palentina, pero a pesar de su avanzada edad este veterano de la información no se ha hecho ni viejo ni mayor, y cumple los mismos años que el periódico La Vanguardia.


Última actualización, 27 agosto 2023 | 1777👀

Nuestro Diario Palentino durante un siglo y cuarenta años ha narrado día a día lo más cercano, lo acontecido en nuestra capital y provincia, largo itinerario que lo convierte, por méritos propios, en biógrafo oficial de nuestra historia local y provincial, fedatario de información, hechos, noticias, sucesos, y comentarios, que llegaron a los lectores a través de los quioscos, a los domicilios y establecimientos de los suscriptores, o se vendió en la calle. Cuantas fueron las personas que durante un siglo y cuarenta años tuvieron en sus manos El Palentino, distintas generaciones, nuestros antepasados, progenitores, nosotros y nuestros hijos lo ojearon, leyeron, disfrutaron, o sufrieron del acontecer diario de la ciudad, de la provincia, de la región, de la nación, y del mundo.

El longevo Diario Palentino rejuvenece cada día, se adapta a la tecnología y sobrevive a los difíciles tiempos que nos está tocando vivir, se transforma, y nos informa en papel, o en edición digital. Sus trabajadores, artífices de su elaboración, correa de transmisión del periódico con los lectores, prevalecen en mi memoria. Rebobino el recuerdo de los que conocí a lo largo de más de cuarenta años, entre ellos Pilar Bandajo, mujer menuda, enlutada, que vendía El Palentino por las tardes en la esquina de la Calle Mayor y Barrio y Mier, en los años 70, y con peculiar y enérgica voz, gritaba: ¡¡El Diario…!! ¡¡El Diario!!…El Diario!!... Su vozarrón con pedigrí resultaba familiar a quien pasaba por allí; se oía desde los Cuatro Cantones a los Jardinillos, y silenciaba el murmullo y conversación de los transeúntes de la Calle Mayor. A Pilar le sucedió su hijo Tasio, que no heredó de su madre el vozarrón, pero Tasio fue un todo terreno del Diario, capaz de trabajar en los talleres del periódico, hacer su reparto por la ciudad, descargar, en plena Calle Mayor, el camión de las bobinas de papel para imprimir el periódico, y hacer de recadero con su carrillo de dos ruedas. Tasio no fue vocero, pero tenía otras cualidades como su apreciable bondad, genio de pobre, inconfundible presencia, y su servicial disposición. La Carrionesa, Don Jamón, y La Bota, eran sus lugares de contactos, y de tomas de algún bocado y vinillo. Tasio era uno de los personajes peculiares y entrañables de la ciudad, casi siempre con sus periódicos bajo el brazo, y el cigarrillo en la otra mano. Portaba americana que engullía su peculiar figura menuda y delgada, con rostro en el que destacaba su nariz aguileña, su pálida mirada, su barba de la semana, y su pelo descuidado más bien largo.

Hasta la década de los años 90 el Diario salía por la tarde en la capital, y llegaba por la mañana a la provincia. A lo largo y ancho de la provincia El Diario Palentino tenía corresponsales repartidos por las cabeceras de comarca, eran los embajadores de los pueblos que acercaban a los lectores las noticias del entonces poblado mundo rural. En Alar del Rey, la maestra, poeta y más tarde concejala, y entrañable persona, Aurora Merchán. En Osorno la pluma inconfundible de Sabas Plaza, nos deleitaba con los aconteceres de esta zona terracampina. Había muchos más corresponsales, y muy buenos, repartidos por El Cerrato, Saldaña, Guardo, Cervera y Aguilar. Algunos venían personalmente a traer sus escritos al antiguo edificio del Diario Palentino, en cuya planta baja se encontraba su acreditada librería, atendida por Pizarro y Goyito, con un gran mostrador y en el centro la oficina de anuncios, a cuyo cargo estaban dos hermanas, y una señora que era una institución en el Diario. A los talleres y redacción se accedía por un amplio portalón, aledaño a la librería, con parte cubierta donde se guardaban las gigantescas bovinas de papel, y el patio en el que llamaban la atención las viejas linotipias en desuso. En la parte baja se encontraban los talleres y la imprenta, en la que se imprimía el Diario, y se editaban libros, cuando El Diario tenía una importante y conocida editorial. En la parte superior, a la que se accedía por una escalera, se encontraba la redacción y el despacho del director. Allí conocí a los directores, José María Ruíz de Gopegui, y a su sucesor Mariano Valero, y después a Antonio Mencía. También conocí al redactor jefe Gonzalo Ortega Aragón, y a Pedro Miguel Barreda, que se encargaba de la sección deportiva, y al gran fotógrafo Luis Caña, a quien sucedieron sus hijos Enrique y María Luisa. En la redacción conocí al joven redactor y polifacético José Benito Iglesias Muchas charlas tuve con Gonzalo Ortega, a quien entregaba mis articulillos y me animaba a escribir. Me encantaba ver disfrutar al de Mazariegos al ojear los gigantescos tomos del Diario de hace 125, 100, 75, o 50 años, para contar después en El Palentino anécdotas y sucesos de aquellos tiempos. Barreda me conquistó con sus libros sobre el atletismo y el ciclismo palentino, era más conversador que Gonzalo, ambas buenas personas, al igual que Luis Caña, que tenía un don especial para contar historias, era elegante y señorial. Con Mariano Valero también tenía, y tengo una relación especial, hombre pulcro, elegante, detallista y muy observador, dialogante, tenaz. Sus ojillos parecían querer desnudar tu pensamiento, mientras cruzábamos opiniones sobre personas conocidas por ambas partes. También tengo amistad con Enrique Caña, que marcó una época en el Diario, capaz de estar en todos los acontecimientos, deportivos, políticos, de sociedad. Con su máquina recorrió la capital y provincia, sus interesantes fotografías muchas veces tuvieron más repercusión que la propia noticia.

A partir de su compra, en 1998, por el Grupo Promecal, El Diario Palentino tomó nuevos rumbos, cambió de cabecera, formato, sede y director. Carlos Martín Santoyo cogió las riendas del periódico, asistido por su Redactores Jefes: Gonzalo Ortega Aragón, Jorge Cancho y Carmen Centeno, y Alberto Moreno se hizo cargo de la sección deportiva. Aquel Diario de toda la vida, de vieja escuela, de vetustos talleres con linotipias de museo, se convirtió en un periódico moderno, con las últimas tecnologías. Nuevos redactores se unieron al director y a los redactores jefes y ocuparon, y ocupan las redacciones del Diario. Son Alberto Abascal, David del Olmo, Carlos H. Sanz, Laurencio Merino, Saturnino Laso, Jorge Liébana, Alberto Esteban, Rubén Abad, Andrea Benito, José Benito Iglesias y Noelia Tadeo, capaces de comentar cada día la noticia, y regalarnos cada año un anuario, y excelentes revistas, como la publicada poco antes de Semana Santa: “Un lugar para viajar”. El Palentino no sería igual sin las fotografías de reconocidos profesionales, como Oscar Navarro, Sara Minosguren, Juan Mellado y Jesús Sevillano, ni sin las maquetas de sus grandes diseñadores, José A. Martínez Mota y Alberto Olano. A destacar también los magníficos editoriales del Diario, radiografía y escáner de la realidad nacional, al igual que los comentarios de importantes firmas colaboradoras, periodistas de la prensa nacional. Es un lujo leer a Julia Navarro, Pilar Urbano, Aurelio Marín, Antonio Casado, Antonio Pérez Henares, Fermín Bocos, Charo Zarzalejos, Fernando Jauregui, Diego Izco, Carmen Tomás, Fernando Lussón, Francisco Pérez de Iscar, Ilia Galán, Isaías Lafuente, Javier Santamarina, Pedro Calvo Hernández, Rafael Monje, Luis del Val, Juana Samanes, Victoria Lafora, Oscar del Hoyo, Rafael Torres, Víctor Arribas, o Juan José Laborda.

También es un placer leer los artículos de los colaboradores palentinos del Diario, que la mayoría no son periodistas, pero bordan sus escritos. Me admira especialmente la veterana Toyi Marcos Sosa, y también mi maestra preferida, la entrañable Carmen Arroyo, me motiva mi poeta predilecta Carmen Quintilla Buey. Jesús Mateo Pinilla es genial, demuestra maestría, memoria prodigiosa, y es un portento como comentarista taurino en directo. Tampoco me pierdo la lectura de los artículos del escritor de la Montaña Palentina, Froilán de Lozar; ni lo que escribe la inteligente y valiente Elisa Docio, y Javier Terán en su Rincón Palentino. No me pierdo leer al campesino ilustrado, José María Ruiz Ortega, al locuaz terracampino, Julio César Izquierdo, y aún menos al mecenas canejiano de Torre de los Molinos, Javier Villán; ni a mi vecino el comedido César Merino. Conozco menos a Antonio Álamo, Javier San Segundo, M.ª Ángeles de la Torre Bujidos, Mariti Vela Prieto…, pero no me pierdo la lectura de sus artículos. Mención especial merece también la sección Cartas de los Lectores¸ en la que se publican sus opiniones.

Es un lujo para Palencia tener su propio Diario, que está en manos de jóvenes y acreditados profesionales, capaces de trabajar con entusiasmo y dedicación para que cada día nos llegue El Palentino, en papel o digital. Trabajo reconocido por sus lectores, trabajo reconocido también por las instituciones, que dieron al Diario su merecido premio en el año 2006, al cumplir el 125 aniversario, con la entrega al Diario Palentino de las medallas de oro de la ciudad, de la provincia y de las Cortes de Castilla y León. No estaría mal que en este 140 aniversario el Ayuntamiento reconociese al Palentino con una calle o una avenida, bien merecida después de glosar en sus páginas durante tantos años la historia de la ciudad. No estaría mal que la Diputación diese el nombre del Diario a algún certamen o evento referente de la provincia, después de tantos años glosando la provincia de Palencia en sus páginas. No estaría mal que la Junta de Castilla y León hiciera lo mismo. No estaría mal que, en la esquina de la Calle Mayor con Barrio y Mier, o en los soportales frente a la sede del Diario, como homenaje a sus trabajadores, se colocara una estatua que represente a Pilar Bandajo, la vocera eterna del Diario, la voz del Palentino, que tanto se recuerda.

Imágenes:
Rotonda de Pío XII, dedicada al Diario Palentino, De Sara Muniosguren en la Cadena Ser.




PALENCIA EN MIS RECUERDOS
Una idea de Alfonso para "Curiosón"


3 comentarios:

Froilán De Lózar dijo...

Me faltaba una sección que tocase la capital y sus recuerdos, que a partir de hoy, periódicamente, nos llegará de la mano de Alfonso, lector incansable, deportista y amigo.
Gracias, Alfonso, por este ramillete de voces que van tomando cuerpo en tus recuerdos y nos traen la historia de gentes que no llegamos a valorar en su justa medida. Como de ía tu padre, “Llega un momento en la vida que solo vivimos de los recuerdos”. Un abrazo.

Carmen Arroyo dijo...

El 9 de abril publicaba Alfonso Santamaría, Tribuna Abierta, Diario Palentino, un magnífico trabajo que es la historia real de este querido periódico desde sus comienzos hasta hoy. Su prodigiosa memoria y cuidada pluma nos embarcan hacia un viaje que ilusiona, pues valorar lo nuestro nos une en ese sano orgullo de sabernos palentinos que caminamos codo a codo y queremos que Palencia brille dentro del panorama de la cultura, la letra escrita, en numerosos libros que nos ofertan ese plantel de escritores, de primera línea y en las páginas de este periódico amigo, porque sus profesionales buscan y consiguen, poner al alcance de todos nosotros lo que ocurre alrededor. Sí, Alfonso, paso a paso me fui adentrando contigo en aquel primer local donde cada persona subía o bajaba para dejar sus colaboraciones. Era impresionante la concurrencia en aquella escalera que llevaba al lugar adecuado. Y, mientras, desde abajo, el olor a tinta, a papel limpio, a ilusión que se mascaba eran compañeros en un ramillete de
palabras que saldrían de las manos de los hombres que componían el cuerpo y la carne del periódico. Me has hecho recordar a personas con quienes compartí vida, amistad profunda. Y como un recuerdo llega atado a otro, quiero contarte una anécdota: Cuando mi marido se jubiló en 1.996, los compañeros quisieron darle una sorpresa. Y con la amabilidad que caracterizaba a Pizarro y a Angelines, estos le dedicaron el escaparate lleno con todos sus libros y publicaciones. Yo lo sabía. No así mi familia. Después de la comida nos dimos un paseo, ¡cómo no!, por nuestra calle Mayor. Al llegar al escaparate de Diario Palentino, alguna compañera dijo: “¡anda!, mira Marcelino lo que te han puesto.” Mi hijo mayor que había grabado en la comida las palabras afectuosas que nuestros compañeros le
habían dedicado, siguió haciéndolo, también, con lo que aparecía en el escaparate. Unos días más tarde, nos dio la cinta de la grabación. Al oírla, apareció la conversación de dos compañeras. Una hacía esta pregunta: ¿Sabes que Carmen escribe en el periódico? ¡Bah, contestaba la otra! Será sobre cosas sin importancia…
Aquello me dio pie para, pasado algún tiempo, y sin citar nombres, igual que ahora, escribir una colaboración en la que me permitía el lujo de decir que las cosas pequeñas pueden tener valor mientras que algunas veces, la opinión ensalzando plumas en la crítica de amigos suele llevarnos a descubrir que no es oro todo lo que reluce.
Y perdona que me haya apartado de la finalidad a la que iban destinadas mis palabras: Agradecerte sinceramente el que los buenos tiempos vividos buscasen en el rescoldo de la memoria y, en ellos, encontrarme con Antonio
Álamo y Gonzalo Ortega, insustituibles amigos con quienes compartí cariño profundo. Gracias por tu trabajo de entrega al poner interés y maestría en, este artículo Diario Palentino, 140 años de información.
También por tus cariñosas palabras. Gracias y un fuerte abrazo, Alfonso.

ALFONSO SANTAMARÍA DIEZ dijo...

En mi bautizo en la pila bautismal de este Blog, no he podido tener mejores padrinos: Froilán De Lózar y Carmen Arroyo, a quien admiro desde hace años. Padrinos que no han sido "roñosos" con el bautizado, sino todo lo contrario. Muy emotivo y cariñoso me ha parecido el comentario de Carmen Arroyo, lección magistral que al bautizado le ha provocado "pucheros" propios de la emoción de quien se dirige a ti de esa manera. Tienen magia, Carmen, tus palabras, que me traen el recuerdo de tu marido el gran Marcelino García Velasco, a quien conozco, leo y admiro desde hace muchos años. Lo conocí en el Hospital San Telmo, cuando estaba ingresado su padre, que coincidió en la misma habitación con mi hermano, así que mira si hace años.
El detalle de los empleados del Diario, Pizarro y Angelines, cuando se jubiló Marcelino es fantástico. Que sepas que cuando escribí el artículo me acordaba de Angelines, que todavía la pongo cara, pero no me acordaba de su nombre y por eso no la mencioné. Angelines era muy atenta, se preocupaba por todo de manera especial, y hablaba con voz con acento extremeño o andaluz, que cautivaba al cliente. Cuanto me alegro Carmen que leyendo mi artículo hayas recorrido conmigo el edificio del Diario. Y descubrir que tu humildad provocó la ignorancia en alguna compañera tuya que dudó que escribieras en el Diario. Me encanta saber que fueron grandes amigos tuyos Antonio Álamo y Gonzalo Ortega, ambos grandes escritores y amantes de esta tierra. De Gonzalo, tengo que decir, que cuando escribí el artículo me corrigió el antiguo director, Marino Valero, que me dijo que Gonzalo no era de Mazariegos, sino de Cubillas de Cerrato. Lo sabía, pero lo había olvidado, porque de Mazariegos es la esposa de Gonzalo. Me sigo regocijando, Carmen, con las palabras que me dedicas, si cariñosas fueron mis palabras, emotivas son las tuyas. Creo que tu comentario es para enmarcar y publicar como artículo en el Diario, o en este Blog, muy agradecido quedo muy satisfecho de este mi bautizo, recibo tu fuerte abrazo y te devuelvo otro más grande.

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@Froilán de Lózar, desde 1983.. Imágenes del tema: Bim. Con la tecnología de Blogger.
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