Sin embargo, considero que debiera haber también una cuarta, basada en el principio de la coexistencia de las dos primeras, pero de manera completa e independiente y no debiendo acudir a la figura que propone la tercera. Esto pareciera “a priori” contradictorio. Pero no lo es. Conozcamos pues los principios de esta cuarta teoría que acepta de manera simultánea la coexistencia de las dos primeras.
La teoría cuántica plantea que si en algún lugar cae de un árbol una manzana dicho evento no habrá ocurrido si no hay alguien que lo haya observado, escuchado el sonido que produce, etc. Es decir que el hecho en sí requiere de la experiencia vivida por alguien sobre el mismo para poder aseverar que éste se ha producido. Siguiendo los mismos principios de la mecánica cuántica, Shrödinger intenta explicar en su conocido experimento sobre el gato, que dentro de la caja éste se encontrará simultáneamente vivo y muerto, según si la ampolla se rompe liberando el veneno mortal o no y mientras no abramos la caja para observar. Pero poca gente entiende y comparte las deducciones de los ejemplos vistos.
Pareciera que cada uno de los seres vivos vivimos una infinita cantidad de destinos conformados de momento a momento y de acuerdo a nuestras grandes y hasta las más pequeñas decisiones posibles. Todas las opciones se dan, a cada instante. Pero sólo nos enteramos de las que tomamos en uno sólo de los destinos. El que nos toca vivir y en la dimensión en la que nos encontramos viviendo. Los demás “nosotros mismos” viven la suya según su propia decisión pero tampoco se enteran de las que concomitantemente vivimos en otras dimensiones paralelas. Sería como una especie de desdoblamiento infinito de nosotros mismos en tantos seres como situaciones creamos, puesto que cada una de ellas crea un nuevo destino por más pequeña que ésta sea. Esta actitud de tomar decisiones constantemente crea innumerable cantidad de situaciones, todas ciertas, todas vividas al mismo tiempo por el mismo ser, sólo consciente de una de las tantas decisiones y sus resultados causa-efecto que se producen de manera constante pero que condicionan su sensación de estar viviendo una única vida con un sólo destino. Así, “A” se casa con “B”, pero en otra vida queda soltero, en otra, inválido y en alguna también muere. De esta manera habrá tantos “A” como situaciones puedan ser creadas y sin que un “A” sepa la vida que lleva o lo que ocurre con los demás “A”. La vida de cada ser viviente sería pues como el enorme tronco de un árbol del que surge una constante e innumerable cantidad de ramas tomando diferentes direcciones y creando sus propios destinos.
Es por ello que decíamos al principio que en esta cuarta teoría cohabitan las dos primeras. Puesto que, por un lado, debido a todo lo expuesto, cada uno de nosotros iría formando su destino a medida que toma sus decisiones, pero por el otro y a la misma vez, esa infinita cantidad de opciones que se encuentra a nuestra disposición, ha estado siempre allí ya escrita. Ésta es al menos mi interpretación sobre los principios y algunas de las consecuencias de la aún controvertida teoría cuántica. Todas las opciones se dan pero no estamos capacitados para captarlas en su totalidad. En vez de ser “nosotros” materializando nuestros sueños, serían ellos los que nos crean y condicionan a nosotros.
Imagen: @José Luis Estalayo