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Iglesia de San Miguel
Estampas Palentinas
Imprescindible la visita a esta espectacular iglesia palentina de los siglos XII y XIII en el que se aprecia la transición del románico al gótico, en la que dicen que se casó el Cid Campeador, pero no se ha podido demostrar.
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Iglesia de San Miguel, acuarela, Francisca González del Castillo |
Su fachada principal está orientada al río Carrión y nos ofrece una puerta tardorrománica de medio punto con arquivoltas muy deterioradas. Maravilla cómo va ascendiendo la torre defensiva con grandes contrafuertes y ventanales de trazado gótico. Siguen los ventanales y dos troneras mientras la torre se eleva y termina en castilletes diferentes según estén orientados y sus almenas medievales. La torre en su parte norte tiene adosada una torrecilla almenada por la que se accede al campanario. El templo tiene acceso por dos puertas por las que, una vez cruzadas, se aprecia el espectacular interior de la iglesia, de tres naves separadas por arcos apuntados y pilares que sostienen las bóvedas de crucería. En su altar destaca el Cristo de Medinaceli, del siglo XVI, una talla muy popular en Palencia y que desfila en la Semana Santa Palentina, a hombros de la cofradía de su mismo nombre. Destacables también son los retablos renacentistas y barrocos, las sepulturas de la familia Rúa y Ribadeneira y la pila bautismal. El templo en su conjunto me parece de una peculiar belleza, con esa original torre y cómo se asienta en su perímetro, aparte de un interior de oscuras columnas que parecen levantar el templo hasta el infinito. La iglesia de San Miguel tiene el gran honor de que en ella se celebra el popular festejo del Bautizo del Niño, que proviene del siglo XVI y está declarado de Interés Turístico Nacional, primer festejo popular del año que tiene lugar en la capital palentina al celebrarse el 1 de enero, a las cinco de la tarde, en el interior del templo y en sus alrededores. Este ya famoso bautizo está organizado por una cofradía fundada en el siglo XVI, la Cofradía del Dulce Nombre del Niño Jesús. El año pasado tuve el honor de disfrutar de este bautizo y portar un rato las andas, un momento mágico que no olvidaré jamás.
Actualización Jul2025 | +707👀
Estampas Palentinas
Próxima. 8.-Románico en la Huerta de Guadián. Palencia.
Museo de Palencia. Casa del Cordón
Estampas Palentinas
El Museo de Palencia se aloja en el antiguo palacio de la “Casa del Cordón”, edificio de la primera mitad del siglo XVI y único inmueble de esta época que se conserva en la capital palentina.
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“Portada de la Casa del Cordón”, acuarela, Francisca González del Castillo. Texto: Alfonso Santamaría Diez |
El antiguo palacio de la “Casa del Cordón”, en el que se aloja el Museo de Palencia, es un edificio construido en la primera mitad del siglo XVI, único inmueble de arquitectura civil de esta época que se conserva en la capital palentina. Su fachada mantiene su trazado original, en la que destaca su cordón franciscano que decora de forma llamativa la puerta de entrada junto a dos escudos. La Diputación de Palencia adquirió en 1981 la Casa del Cordón y cedió el inmueble al Ministerio de Cultura para su transformación en museo, que fue inaugurado el 27 de octubre de 1997. Su gestión corresponde a la Junta de Castilla y León. En su interior ofrece unas instalaciones vanguardistas que ensamblan a la perfección con la fachada y alguna columna que se conserva de la antigua Casa del Cordón, un acierto del arquitecto Luis Arranz Algueró. El Museo de Palencia divide sus salas entre el Paleolítico y la Edad Moderna, y allí se alojan auténticas joyas arqueológicas prehistóricas, romanas y medievales de la provincia de Palencia, una pequeña sala se dedica al arte sacro. Dispone de salón de actos, locales para custodia, conservación y almacén de piezas, y una biblioteca especializada en patrimonio histórico, artístico y arqueológico, además de la Vitrina del Donante, en la que figuran los nombres de las piezas y quien las donó. Importante también es la sala de Exposiciones Temporales, que atrae al público interesado en visitar la exposición que puede aprovechar después para recorrer las plantas del museo.
El Museo de Palencia cuenta con la Asociación de Amigos del Museo, que tiene como fin acercar el Museo de Palencia a la sociedad, un museo que se puede considerar como uno de los mejores a nivel de la Comunidad, pero también una referencia a nivel nacional. Con los años va adquiriendo notoriedad en la capital y en la provincia, como referente de nuestra cultura arqueológica, además de dar cabida a magníficas exposiciones temporales. El Museo bien merece una visita, nos sorprenderá el edificio, en el que disfrutaremos del encuentro con una meticulosa distribución de valiosas piezas, todas ellas pertenecientes a nuestra capital y provincia.
Actualización, Jul2025 | +655 👀
Estampas Palentinas
Próxima: 6.-Iglesia de San Miguel. Palencia.
Puente Mayor
Estampas Palentinas
El puente Mayor, entrada habitual de la capital para los que vienen de la zona de Autilla del Pino, Paredes de Monte, Santa Cecilia, Ampudia, Villerías, Pedraza, Revilla, Villamartín, Castromocho, Villarramiel, Villafrades, Villalón, o de la zona de León, da cuenta de la importancia que tuvo Palencia en otros tiempos.
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Puente Mayor, pastel al óleo, Francisca González del Castillo. |
Se construyó en el siglo XVI en piedra de sillería, con reformas del siglo XIX. En sus orígenes tenía siete arcos de medio punto, pero fue necesario ensancharlo como se encuentra actualmente para permitir la fluidez del tráfico, con esos peculiares pilares en forma cilíndrica y esos especiales entrantes como si fueran balcones que le dan un aspecto de fortaleza para visionar tranquilo el paso del río Carrión, o de puente a puente por la cercanía de Puentecillas.
El puente Mayor atraviesa el río Carrión, un río que en el siglo XIX se le daban muchos usos: entre Puentecillas y el puente Mayor se podía encontrar un ejército de lavanderas, que lavaban ropa en sus orillas, y la extendían en su hierba, creando un manto blanco, y tendederos de árbol a árbol, en los que se secaban sus sábanas y ropajes. En el Carrión tenían lugar baños masivos, navegaban barcas de pesca, y en sus orillas bebían los animales. El río era también productor de energía en los pequeños saltos de agua para abastecer a las numerosas fábricas de mantas. Se temían sus grandes riadas, que anegaban los campos y el barrio de Allende el Río, y daban la sensación de que iban a arrastrar al viejo puente de nombre Las Puentecillas. Antes de cruzar el puente Mayor nos encontramos con la Dársena del Canal de Castilla, que recoge el agua que viene del Ramal Sur, un brazo que se hizo para que el canal llegase a la capital, aquí llegaban las barcazas y había dos almacenes, uno de ellos convertido en el Museo del Agua. El puente Mayor es uno de los objetivos preferidos de fotógrafos y pintores.
Junto al puente Mayor se encuentran dos casas antiguas, en los bajos de una de ellas se encontraba el Bar Pastor, un lugar de cafés, porrones y partidas con magnífica terraza desde el que se podía visionar toda persona o vehículo que entraba o salía de la capital, o bajaba o subía al Monte. El bar cerró el año pasado por jubilación y muchos lo echamos de menos por ser un lugar de encuentro y parada obligada de andarines y ciclistas, que también pasean por las riberas del Carrión.
Puentecillas
Estampas Palentinas
Emblemático puente el de Puentecillas, el más antiguo de la capital, cercano a la catedral, atraviesa el río Carrión y abre paso para ir al Paseo de los Canónigos y al Parque del Sotillo, o al barrio de Allende el río.
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Puentecillas con niebla, pastel al óleo, Francisca González del Castillo. Texto: Alfonso Santamaría Diez |
Con el nombre de Puentecillas se conoce a este puente de origen romano, pero en la actualidad su trazado es medieval, después de las muchas transformaciones y alteraciones, sobre todo en el siglo XVI, que hicieron desaparecer la mayoría de los trazos romanos. Puentecillas siempre fue un paso popular y un enclave importante que comunicaba la ciudad con la fábrica de harinas “Las Once Paradas”, con mucha concurrencia y actividad, con la zona de Viñalta, y con el popular barrio de Allende el río, segregado de la ciudad al otro lado del río, en el que vivían campesinos, labradores y sobre todo hortelanos, un pequeño pueblo a las puertas de la ciudad con su propia iglesia y cementerio.
Puentecillas es Bien de Interés Cultural, paso obligado para ir al Parque del Sotillo, por el bello paseo de los Canónigos, entre castaños y un brazo del río Carrión que se origina en la presa del río, en terrenos de antiguas huertas, en las que todavía se conserva la noria, también se encuentran las piscinas municipales. Al entrar o salir de Puentecillas sorprende una gran piedra de forma cilíndrica, el Bolo de la Paciencia, en el que las lavanderas posaban sus grandes cestos de ropa y allí se comentaba y criticaba todo lo ocurrido en la ciudad. Al otro lado del río lavaban su ropa y la tendían, y a la ida o a la vuelta se encontraban en Puentecillas. Al pasar por Puentecillas en dirección a la ciudad se contempla una vista que parece una postal, al poder observar el edificio del Noviciado y la inmensidad de la fachada occidental de la catedral de San Antolín, orientada hacia Puentecillas y la orilla del río Carrión.
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Puentecillas. Acuarela. Francisca González del Castillo |
Puentecillas es el objetivo y modelo para fotógrafos y pintores en cualquier época del año, al estar encuadrado en un paraje de los más bonitos que ofrece la ciudad, en el que tanto la primavera, como el verano, el otoño, y el invierno, transforman el paisaje desde su puente más antiguo.
Actualización Jun2025 | +628 👀
Estampas Palentinas
Homenaje a Antonio Machado en la Real Academia
El pasado 30 de abril, en la Real Academia Española, se realizó un homenaje a los hermanos Machado, y de manera especial a Antonio Machado, que fue elegido académico en 1927, pero por circunstancias políticas no pudo pronunciar su discurso de ingreso y ocupar su silla como miembro de la RAE.
Antonio Machado en el Café de las Salesas, diciembre de 1933. | Foto de Alfonso Sánchez Portela.
Antonio Machado “ingresa” en la Real Academia Española, casi cien años después de su nombramiento.
A Javier Marín De Vega, experto machadiano.
Aparte de los Hermanos Machado, cinco fueron los protagonistas de este acto: Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, quien ensalzó la figura de los poetas, el actor José Sacristán, que leyó un amplio fragmento del discurso inacabado escrito por Machado, el dramaturgo y académico Juan Mayorga, que leyó la contestación del discurso en nombre de Azorín, Alfonso Guerra, comisario de la muestra “Los Machado. Retrato de familia”, que en su intervención dio un mismo valor a Manuel y Antonio Machado, y, por último, el cantante Joan Manuel Serrat, que recitó y cantó poemas del autor de “Campos de Castilla”.
Los hermanos Machado. Alfonso Sánchez Portela
Abrió el acto el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado con una encendida evocación de los hermanos Machado, elegidos académicos en 1927 y 1938, con la diferencia de que Antonio no pudo tomar posesión, sí que la tomó en 1938 su hermano Manuel en el Palacio de San Telmo de San Sebastián. Contó Muñoz Machado las diferentes vicisitudes que sufrieron los hermanos antes de ser elegidos académicos y los posibles motivos por los que Antonio Machado no tomó posesión como académico. «Su ingreso no llegará, pero nada nos impide soñar con lo que no pudo ser, ni hay obstáculo para la esperanza». Para el director de la Real Academia Antonio Machado es "el poeta más celebrado y querido de los últimos 70 años, el pueblo no perdió su referencia, admirado como ningún otro, han sido continuos los homenajes que se le han dedicado".
Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española / RAE
Lectura, por José Sacristán, del discurso de Antonio Machado, el actor José Sacristán leyó una parte del discurso incompleto, nada menos que 94 años después de que Machado lo escribiera en 1931 para su ingreso en la Real Academia de la Lengua. Sacristán puso voz al poeta con estas palabras: “Perdonadme que haya tardado más de cuatro años para presentarme, ando muy flojo de latín porque me lo hizo aborrecer un mal maestro, mi memoria es débil, aunque mucho he leído, a reconocer esta deuda vengo a vuestra casa”.
José Sacristán dando lectura al discurso de Antonio Machado / RAE
Muy aplaudida fue la intervención del gran actor José Sacristán
Sacristán actuó ante las tablas del escenario de la RAE con su consabido oficio de maestro de la escena en su interpretación del papel de Antonio Machado, mediante la lectura de parte de la alocución que el poeta dejó pendiente. La entrega y sentida actuación consiguió la transformación, hizo parecer que verdaderamente era Machado quien pronunciaba su discurso. Se percibía en la puesta en escena la modestia, sencillez y timidez machadiana por parte de quien caracterizaba al poeta en el análisis crítico de las corrientes líricas del siglo XIX, que Machado consideraba superadas y reivindica a figuras como Marcel Proust y James Joyce, "poeta de la memoria", el primero y "poeta de la percepción", el segundo. Estas palabras de Machado, en boca de Sacristán hacen pensar y meditar: “Difundir la cultura no es repartir un caudal limitado entre los muchos, para que nadie lo goce por entero, sino despertar las almas dormidas y acrecentar el número de los capaces de espiritualidad".
Actualización Jun25 | +495👀Otras lecturas del discurso de Machado
José Sacristán ha tenido antecesores en la lectura de este discurso redactado por Antonio Machado, un grupo de poetas, entre ellos, Caballero Bonal, Celaya, Ferreiro, Rodríguez Puértolas…, en 1979, al cumplirse el 40 aniversario de la muerte del poeta, pretendieron leer en la Academia el discurso de ingreso de Machado, pero no fueron autorizados y el discurso lo leyeron en la calle, a la puerta de la Academia. En 1989 la Academia organizó una sesión especial en la que el poeta y académico García Nieto leyó el discurso con motivo del cincuentenario de la muerte del poeta, el director Manuel Albar dio lectura a la contestación que, como dijo Santiago Muñoz Machado, director de la RAE: "no es costumbre este tipo de respuesta por la crítica literaria al poeta", todo lo contrario que el poeta Ángel González en su discurso de ingreso en la Academia, que realizó un extraordinario análisis de Antonio Machado, y dijo:
Contestación de Juan Mayorga. Tras la lectura de Sacristán, llegó el turno del académico y dramaturgo Juan Mayorga, que eligió un texto de Azorín a quien puso voz y leyó el discurso de contestación a Antonio Machado. Según el director de la Academia, lo escrito por Mayorga “solo parcialmente procede de su pluma”. Azorín no contestó el discurso de Machado porque nunca fue leído, pero fue el académico que más se empeñó en el ingreso de Machado, y seguro que hubiera sido el elegido por la gran amistad y admiración que se tenían, y por ser uno de los firmantes de la candidatura de Antonio Machado que más insistió en su elección. Según Azorín: "Machado y yo coincidimos en la publicación de libros que tienen en común el asombro por lo castellano. Machado publicó 'Campos de Castilla'; yo, 'Castilla'". Mayorga destacó la sintonía literaria entre ambos autores, recitó alguno de esos poemas, analizó el papel de la poesía en un periodo de entreguerras como fue la década de los años 30, y defendió su “escasa inclinación a sacar consecuencias inmediatas de ciertas premisas catastróficas como la guerra europea, la conmociones sociales y políticas, que no son sino fenómenos de superficie”. Una intervención brillante la de Juan Mayorga, capaz de trasladarnos a la época que vivieron Antonio Machado y José Martínez Ruiz, dos grandes escritores de la Generación del 98. Muy aplaudido fue Mayorga que reclamó la presencia de Sacristán para recibir juntos el aplauso del público. José Sacristán y Juan Mayorga. / RAE
Finalizó Guerra su intervención con un bello poema de Manuel Machado, “comprobación hermosa del mucho amor que entre sí se daba entre los hermanos, Manuel toma un poema de Antonio Machado y lo repite en cada estrofa”:
Breves fueron las palabras de Joan Manuel Serrat, que agradeció a la Academia la invitación para participar en este acto de rescate a la memoria y homenaje a los hermanos Machado: “Benditos sean los que hacen de la poesía un arma cargada de futuro”. A continuación, el cantante, acompañado al piano por Ricard Miralles, recitó con su inconfundible voz poemas de Machado: Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla… Mi juventud 20 años en tierras de Castilla… y finalizó con “La saeta”.
Muy aplaudido Joan Manuel Serrat, que, a petición del director de la Academia, volvió al estrado para cantar y recitar el poema que pertenece a la sección "Proverbios y Cantares" del libro Campos de Castilla, publicado en 1912 “Caminante no hay camino”, un clásico de su repertorio que no podía faltar en este histórico homenaje a su autor.
Cerró el acto el director de la Real Academia manifestando que “recordaremos este acto histórico para esta Casa”.
Pocas referencias en la exposición he encontrado sobre Pilar de Valderrama, “Guiomar”, salvo un original del libro escrito por Pilar de Valderrama “Yo soy Guiomar”.
Muchos objetos llaman mi atención, como un retrato de Manuel Machado realizado por el gran pintor palentino Asterio Mañanós.
Junto a este retrato hay una vitrina con diversos escritos del poeta, su máquina de escribir y el citado libro de Pilar de Valderrama. ´La máquina de trovar' es una invención “indirecta” de Antonio Machado, debido a que su personaje apócrifo “Juan de Mairena”, en su inventada biografía, le dice que era discípulo de otro apócrifo “Abel Martín”, cuyas iniciales, AM, coinciden con las de Antonio Machado. A su personaje “Juan de Mairena”, profesor de Gimnasia y Retórica, le atribuye Machado la invención de una máquina de trovar, sueño nacido en la mente de Antonio Machado, que se hace realidad en esta muestra gracias a la inteligencia artificial.
"Ochenta años antes de que conociéramos la Inteligencia Artificial, Antonio Machado se adelantó a todos al concebir una máquina capaz de crear poemas.
Para saber más en Curioson:
“Traer aquí las palabras que fueron escritas para ser aquí leídas es un homenaje, si se quiere mínimo, que yo he querido tributar a quien considero el poeta español más importante de este siglo”.
Contestación de Juan Mayorga. Tras la lectura de Sacristán, llegó el turno del académico y dramaturgo Juan Mayorga, que eligió un texto de Azorín a quien puso voz y leyó el discurso de contestación a Antonio Machado. Según el director de la Academia, lo escrito por Mayorga “solo parcialmente procede de su pluma”. Azorín no contestó el discurso de Machado porque nunca fue leído, pero fue el académico que más se empeñó en el ingreso de Machado, y seguro que hubiera sido el elegido por la gran amistad y admiración que se tenían, y por ser uno de los firmantes de la candidatura de Antonio Machado que más insistió en su elección. Según Azorín: "Machado y yo coincidimos en la publicación de libros que tienen en común el asombro por lo castellano. Machado publicó 'Campos de Castilla'; yo, 'Castilla'". Mayorga destacó la sintonía literaria entre ambos autores, recitó alguno de esos poemas, analizó el papel de la poesía en un periodo de entreguerras como fue la década de los años 30, y defendió su “escasa inclinación a sacar consecuencias inmediatas de ciertas premisas catastróficas como la guerra europea, la conmociones sociales y políticas, que no son sino fenómenos de superficie”. Una intervención brillante la de Juan Mayorga, capaz de trasladarnos a la época que vivieron Antonio Machado y José Martínez Ruiz, dos grandes escritores de la Generación del 98. Muy aplaudido fue Mayorga que reclamó la presencia de Sacristán para recibir juntos el aplauso del público. José Sacristán y Juan Mayorga. / RAE
Alfonso Guerra, comisario de la exposición en el acto de homenaje celebrado en la RAE/Claudio Álvarez, El País.
Intervención de Alfonso Guerra
A continuación intervino Alfonso Guerra, comisario de la exposición Los Machado. Retrato de familia, que se inauguró ese mismo día por la mañana. Según Guerra, esta muestra ha sido concebida "para recuperar el amor por el verso y la poesía y darles a Manuel y Antonio Machado un mismo valor". "En estos días se han apagado las luces, pero no las luces del talento de los hermanos Antonio y Manuel Machado". Guerra sintetizó el contenido de la exposición y recalcó distintos aspectos de la relación de ambos hermanos “por la separación física por una guerra que ambos detestan, que desmonta el mito de enfrentamiento de los dos hermanos como representantes de los dos bandos en los que se divide España durante la contienda bélica”.
Explicó Alfonso Guerra que el objetivo de la exposición es un doble rescate: “el rescate de Manuel del ostracismo que había sido condenado por razones extraliterarias, y el rescate aún más dramático de Antonio con la muchedumbre desamparada que huía de la barbarie buscando el refugio en otro país, a pesar de que el poeta había expresado una premonición”:
Explicó Alfonso Guerra que el objetivo de la exposición es un doble rescate: “el rescate de Manuel del ostracismo que había sido condenado por razones extraliterarias, y el rescate aún más dramático de Antonio con la muchedumbre desamparada que huía de la barbarie buscando el refugio en otro país, a pesar de que el poeta había expresado una premonición”:
"Cuando pienso en un posible destierro en otra tierra tengo la certeza de que el destierro en el extranjero significaría para mí la muerte".
Su ultimo verso, dijo Guerra:
“Estos días azules, y este sol de la infancia, donde acaba el pobre río y la inmensa mar le espera. Ese último verso en la frontera acaba iluminando a toda su obra, su memoria seguirá ya siempre viva, vigilante, ardiendo el grano de pensar que él aportó en el amor”. “Hoy tenemos a los hermanos reunidos en su Academia para la historia y para la eternidad”.
Finalizó Guerra su intervención con un bello poema de Manuel Machado, “comprobación hermosa del mucho amor que entre sí se daba entre los hermanos, Manuel toma un poema de Antonio Machado y lo repite en cada estrofa”:
Chopos del camino blanco,
álamos de la ribera,
qué tiene este verso, madre,
que de ternura me llena.
Chopos del camino blanco,
álamos de la ribera.
Actuación de Joan Manuel Serrat en el homenaje a Antonio Machado / RAE
Joan Manuel Serrat
Tras Alfonso Guerra intervino el director de la RAE para hacer una bella presentación de Joan Manuel Serrat, de quien dijo:
“Ha contribuido a mantener el uso del catalán y ha hecho un servicio extraordinario al castellano, decenas de personas en el mundo se habrán iniciado con Serrat en su conocimiento. Gracias por tu gran trabajo de apoyo a la lengua española y por haber difundido los poemas de Machado por todo el mundo”.
Breves fueron las palabras de Joan Manuel Serrat, que agradeció a la Academia la invitación para participar en este acto de rescate a la memoria y homenaje a los hermanos Machado: “Benditos sean los que hacen de la poesía un arma cargada de futuro”. A continuación, el cantante, acompañado al piano por Ricard Miralles, recitó con su inconfundible voz poemas de Machado: Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla… Mi juventud 20 años en tierras de Castilla… y finalizó con “La saeta”.
Muy aplaudido Joan Manuel Serrat, que, a petición del director de la Academia, volvió al estrado para cantar y recitar el poema que pertenece a la sección "Proverbios y Cantares" del libro Campos de Castilla, publicado en 1912 “Caminante no hay camino”, un clásico de su repertorio que no podía faltar en este histórico homenaje a su autor.
Cerró el acto el director de la Real Academia manifestando que “recordaremos este acto histórico para esta Casa”.
Los hermanos Machado, Antonio y José con su madre y la esposa e hija de José en la terraza de Rocafort (Valencia)/ Joaquín Sanchís Serrano “Finezas”, diciembre de 1936.
'Los Machado. Retrato de familia'
El mismo día de la “aceptación” de Antonio Machado como académico, se inauguró por la mañana la exposición 'Los Machado. Retrato de familia' en la sede de la RAE, tras el éxito en Sevilla y Burgos. La exposición, que se podrá ver hasta el 30 de junio, pretende dar a conocer los antecedentes familiares de los Machado, y la vida y obra de los poetas y dramaturgos andaluces, interesante muestra para celebrar el 150 aniversario del nacimiento de Manuel Machado en 2024 y el 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado en este 2025.
La muestra nos adentra en la vida de la familia Machado, los abuelos de los poetas, sus padres, la infancia de los hermanos, su adolescencia, su traslado a Madrid, su formación en la Institución Libre de Enseñanza, un repaso por la obra de ambos y su estancia en París, además de los años de separación de los hermanos debido a la vida profesional, el alcance de la madurez, las bodas de Antonio y Manuel, y el posterior duelo de Antonio a la muerte de su esposa Leonor, la guerra y la repercusión en la familia con el exilio a Collioure y la muerte de Antonio Machado.
Se exponen paneles con las fechas de las diferentes épocas y los fondos machadianos de la colección de la Fundación Unicaja y la Institución Fernán González, que nos hacen vivir casi un siglo de la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, con sus aconteceres sociales y políticos, y propone rescatar del olvido a Manuel Machado, una gran figura eclipsada por su hermano Antonio.
La exposición consigue que se pueda observar con claridad la admiración y respeto que mantuvieron los Machado a lo largo de su vida, a pesar de que siempre existieron rumores de que había una mala relación entre ellos. Nos muestra la vida de los poetas sevillanos a través de manuscritos originales, textos inéditos escritos por su puño y letra, como el discurso original que Antonio Machado escribió para su ingreso en la RAE, tras el voto unánime de los académicos, y que no pudo leer, ni ingresar como académico por el estallido de la Guerra Civil, su exilio y muerte prematura. En cambio, Manuel Machado entró en la RAE en 1938 en la Palacio de San Telmo de San Sebastián.
Se muestran por primera vez al público efectos personales de los poetas, así como las primeras ediciones originales de los primeros libros publicados de ambos hermanos, ´Soledades´ de Antonio y ´Alma´ de Manuel. Resulta muy curioso observar el ábaco de letras con el que aprendieron a escribir los dos hermanos, así como una pitillera con cigarros de Manuel en perfecto estado. En la Muestra se unen los fondos machadianos de Sevilla y Burgos con el propósito de dar a conocer el legado de la familia Machado, una familia de casta intelectual, con raíces en Antonio Machado Núñez, abuelo de los Machado, sevillano ilustre, rector, alcalde y gobernador de Sevilla, médico, antropólogo, zoólogo y geólogo, además de ser uno de los introductores del darwinismo en España. Machado Núñez, casado con Cipriana Álvarez Durán, pintora y trasmisora del romancero y la literatura oral. Fruto de este matrimonio nació Antonio Machado Álvarez, más conocido por el seudónimo de Demófilo, que heredó de su madre el amor por el folclore, además de ser escritor y antropólogo, y padre de los poetas y dramaturgos Manuel Machado y Antonio Machado y del pintor José Machado.
La exposición es un encuentro con la familia Machado a través de documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a la familia, y la especial comunicación entre los hermanos Machado desde su infancia y su colaboración en obras teatrales, así como un recuerdo especial para sus abuelos y padres. Se exponen fotografías de ambas bodas y de los diferentes destinos de ambos hermanos. Es interesante también ver poemas manuscritos por parte de Antonio Machado, sus tachaduras y correcciones, o cuadernos escritos una página al derecho y otra al revés.
La proclamación de la República, y después la Guerra Civil, conduce a los hermanos a distintos destinos en frentes diferentes, Manuel en Burgos, al sorprenderle en esta ciudad el estallido de la guerra civil, mientras su hermano Antonio tuvo que abandonar Madrid, en noviembre de 1936 con diversos destinos durante su exilio: Rocafort en Valencia (hasta abril del 38), en Barcelona (de abril del 38 hasta enero de 39) y finalmente en Collioure (Francia) un pueblo de pescadores a 25 km. de la frontera con España, donde permaneció desde finales de enero hasta su muerte el 22 de febrero de 1939.
La muestra nos adentra en la vida de la familia Machado, los abuelos de los poetas, sus padres, la infancia de los hermanos, su adolescencia, su traslado a Madrid, su formación en la Institución Libre de Enseñanza, un repaso por la obra de ambos y su estancia en París, además de los años de separación de los hermanos debido a la vida profesional, el alcance de la madurez, las bodas de Antonio y Manuel, y el posterior duelo de Antonio a la muerte de su esposa Leonor, la guerra y la repercusión en la familia con el exilio a Collioure y la muerte de Antonio Machado.
Se exponen paneles con las fechas de las diferentes épocas y los fondos machadianos de la colección de la Fundación Unicaja y la Institución Fernán González, que nos hacen vivir casi un siglo de la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, con sus aconteceres sociales y políticos, y propone rescatar del olvido a Manuel Machado, una gran figura eclipsada por su hermano Antonio.
La exposición consigue que se pueda observar con claridad la admiración y respeto que mantuvieron los Machado a lo largo de su vida, a pesar de que siempre existieron rumores de que había una mala relación entre ellos. Nos muestra la vida de los poetas sevillanos a través de manuscritos originales, textos inéditos escritos por su puño y letra, como el discurso original que Antonio Machado escribió para su ingreso en la RAE, tras el voto unánime de los académicos, y que no pudo leer, ni ingresar como académico por el estallido de la Guerra Civil, su exilio y muerte prematura. En cambio, Manuel Machado entró en la RAE en 1938 en la Palacio de San Telmo de San Sebastián.
Se muestran por primera vez al público efectos personales de los poetas, así como las primeras ediciones originales de los primeros libros publicados de ambos hermanos, ´Soledades´ de Antonio y ´Alma´ de Manuel. Resulta muy curioso observar el ábaco de letras con el que aprendieron a escribir los dos hermanos, así como una pitillera con cigarros de Manuel en perfecto estado. En la Muestra se unen los fondos machadianos de Sevilla y Burgos con el propósito de dar a conocer el legado de la familia Machado, una familia de casta intelectual, con raíces en Antonio Machado Núñez, abuelo de los Machado, sevillano ilustre, rector, alcalde y gobernador de Sevilla, médico, antropólogo, zoólogo y geólogo, además de ser uno de los introductores del darwinismo en España. Machado Núñez, casado con Cipriana Álvarez Durán, pintora y trasmisora del romancero y la literatura oral. Fruto de este matrimonio nació Antonio Machado Álvarez, más conocido por el seudónimo de Demófilo, que heredó de su madre el amor por el folclore, además de ser escritor y antropólogo, y padre de los poetas y dramaturgos Manuel Machado y Antonio Machado y del pintor José Machado.
Fotografías de la boda de Antonio y Manuel Machado/ A. Santamaría
La exposición es un encuentro con la familia Machado a través de documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a la familia, y la especial comunicación entre los hermanos Machado desde su infancia y su colaboración en obras teatrales, así como un recuerdo especial para sus abuelos y padres. Se exponen fotografías de ambas bodas y de los diferentes destinos de ambos hermanos. Es interesante también ver poemas manuscritos por parte de Antonio Machado, sus tachaduras y correcciones, o cuadernos escritos una página al derecho y otra al revés.
La proclamación de la República, y después la Guerra Civil, conduce a los hermanos a distintos destinos en frentes diferentes, Manuel en Burgos, al sorprenderle en esta ciudad el estallido de la guerra civil, mientras su hermano Antonio tuvo que abandonar Madrid, en noviembre de 1936 con diversos destinos durante su exilio: Rocafort en Valencia (hasta abril del 38), en Barcelona (de abril del 38 hasta enero de 39) y finalmente en Collioure (Francia) un pueblo de pescadores a 25 km. de la frontera con España, donde permaneció desde finales de enero hasta su muerte el 22 de febrero de 1939.
Cuaderno de Antonio Machado
Pocas referencias en la exposición he encontrado sobre Pilar de Valderrama, “Guiomar”, salvo un original del libro escrito por Pilar de Valderrama “Yo soy Guiomar”.
Muchos objetos llaman mi atención, como un retrato de Manuel Machado realizado por el gran pintor palentino Asterio Mañanós.
Junto a este retrato hay una vitrina con diversos escritos del poeta, su máquina de escribir y el citado libro de Pilar de Valderrama. ´La máquina de trovar' es una invención “indirecta” de Antonio Machado, debido a que su personaje apócrifo “Juan de Mairena”, en su inventada biografía, le dice que era discípulo de otro apócrifo “Abel Martín”, cuyas iniciales, AM, coinciden con las de Antonio Machado. A su personaje “Juan de Mairena”, profesor de Gimnasia y Retórica, le atribuye Machado la invención de una máquina de trovar, sueño nacido en la mente de Antonio Machado, que se hace realidad en esta muestra gracias a la inteligencia artificial.
"Ochenta años antes de que conociéramos la Inteligencia Artificial, Antonio Machado se adelantó a todos al concebir una máquina capaz de crear poemas.
Para saber más en Curioson:
En las butacas de la Biblioteca disfruté de una representación única, maravillosa manera de vivir el momento, de deleitarse de la biografía y currículo de Javier Marín de Vega, contada con su peculiar forma y manera por Beatriz Quintana, que tiene la facilidad de meterte de lleno en el personaje.
🔖Cartas de amor, Antonio Machado- Pilar de Valderrama
Fue en Burgos donde Manuel tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermano Antonio, a los 63 años, por una carta que le llegó desde Colliure (Francia), donde estaba exiliado.
🔖Los Machado en Burgos
Machado se refugió de la contienda, como él dijo, “en la otra orilla”, en Colliure, un bello pueblo, a 26 kms. de la frontera, que el poeta no pudo disfrutar por su enfermedad, ya que murió el 22 de febrero de 1939, a la edad de 63 años.
🔖Ante la tumba de Antonio Machado en Colliure
🔖Cartas de amor, Antonio Machado- Pilar de Valderrama
Fue en Burgos donde Manuel tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermano Antonio, a los 63 años, por una carta que le llegó desde Colliure (Francia), donde estaba exiliado.
🔖Los Machado en Burgos
Machado se refugió de la contienda, como él dijo, “en la otra orilla”, en Colliure, un bello pueblo, a 26 kms. de la frontera, que el poeta no pudo disfrutar por su enfermedad, ya que murió el 22 de febrero de 1939, a la edad de 63 años.
🔖Ante la tumba de Antonio Machado en Colliure
Pilar de Valderrama llegó a firmar también sus obras con su propio nombre y a alcanzar un éxito imposible para una escritora en aquella España anterior a la guerra civil del 36.
🔖Pilar de Valderrama, memorias de un gran secreto
🔖Pilar de Valderrama, memorias de un gran secreto
Después de tantos y tantos fastos conmemorativos del 98, quiero sin embargo resaltar, a modo de pequeño homenaje, la fecha del 22 de febrero, en que se cumplirán setenta y siete años de la muerte de aquel poeta al que Unamuno denominó “el hombre más descuidado de cuerpo pero el más limpio de alma”.
🔖Antonio Machado
🔖Antonio Machado
La colección de manuscritos de los hermanos Machado fue adquirida en subasta por 625.000 euros en noviembre de 2003, por una persona que no quiso identificarse.
🔖El legado de los Machado
🔖El legado de los Machado
INFORMACIÓN DE VISITAS
La exposición «Los Machado. Retrato de familia» se podrá visitar en la sede de la Real Academia Española (RAE) desde el 30 de abril hasta el 29 de junio de 2025 en los siguientes horarios:
• Lunes. De 11:00 h a 19:00 h
• Martes. De 11:00 h a 19:00 h
• Miércoles. De 11:00 h a 19:00 h
• Jueves. Cerrado, incluidos el 1 y el 15 de mayo
• Viernes. De 11:00 h a 19:00 h
• Sábados. De 11:00 h a 19:00 h
• Domingos y festivos. De 10:00 h a 14:00 h
La entrada de los visitantes se efectuará por la calle Ruiz de Alarcón, 17.El acceso es gratuito y libre hasta completar aforo.
Cripta San Antolín
Estampas Palentinas
Si visitas la Cripta de San Antolín verás los orígenes de la catedral de Palencia y admirarás la belleza del arte románico y visigodo, el arte del siglo XI junto al del siglo VII.
Cuenta la leyenda referida a la cripta, recogida en el cantar de gesta las “Mocedades del Cid”, que el rey estaba cazando en Palencia y cayó en una hoya cuando cabalgaba. Vio una cueva y un epitafio que le informaba de que hace trescientos años ese lugar había sido derrumbado, que había un cuerpo santo en el lugar.
La cripta se construyó por orden del rey Wamba, que trasladó desde Narbona las reliquias de Antolín de Pamiers, visigodo perteneciente a la familia del rey Teodorico, que abrazó el catolicismo, a pesar de haber sido educado en el arrianismo, y acabó recibiendo el martirio en torno al año 506 en la ciudad de Pamiers.
Brillan los peldaños de piedra de las escaleras, desgastados por el paso durante siglos de miles de visitantes, sobre todo cada 2 de septiembre, día de San Antolín, patrono de la ciudad, en el que un impresionante número de palentinos cumplen con la tradición muy arraigada en la ciudad de bajar a la cripta a beber el agua consagrada, pedir al santo un deseo y arrojar una moneda en la parte visigoda pidiendo suerte.
Al entrar en la cripta sorprende cómo en tan reducido espacio nos encontramos con un escenario fantástico en el que se dan cita el arte románico y el visigodo. La cripta es, para mí, el espacio más mágico de la catedral, un lugar único que nos traslada a una ermita románica del siglo XI con cuatro tramos, cubierta de bóveda de cañón que soportan arcos fajones de dovelas irregulares apoyados en pilastras sobre zócalo corrido y ventanas de medio punto. Destaca el pozo con el brocal, decorado con elegante traza plateresca como la escalera de acceso a la cripta. Se tenía la creencia que el agua que se sacaba del pozo era milagrosa. Hace unos años el agua se sacaba del pozo, pero últimamente se sirve embotellada para evitar la infección por bacterias. Una estatua de San Antolín, apoyada en un pedestal, observa a los palentinos que beben el agua, tocan la estatua y piden al santo un deseo. En la parte visigoda de la cripta es tradición lanzar una moneda y pedir un nuevo deseo.
Durante años he bajado a la cripta a cumplir la tradición y beber agua del pozo, que depositaban en tinajas. También arrojaba una moneda en el hueco de la zona visigoda. Siempre que he entrado en la cripta he tenido sensaciones de estar en un espacio único dentro de una gran y bella catedral.
Actualización Jun2025 | 💥+1012 👀
Estampas Palentinas
El Trompicón
En una esquina, entre la calle Mayor Antigua y Marqués de Albaida, como si de un banco se tratara, y de un banco se trataba, banco de alimentos engrasados, se encontraba el Bar Trompicón, más conocido para unos como ´El Marrano´, y para otros como ´El Guarro´, posiblemente el bar más popular y con más solera de Palencia capital.
Para solera, su plancha, en la que se juntaban las delicias del marrano: torreznos, chorizos, morcillas y pinchos morunos, con las del vacuno: los pepitos de ternera, y los ecológicos champiñones. La tortilla de champi era de lo mejor del bar por sus mezclas de sabores a torrezno, chorizo y morcilla, pero muy rico. El Trompicón se impregnaba de olor a plancha, que no a fritanga, en el que la grasa deambulaba por igual en la barra, en los servilleteros, en las mesas, sillas y en la puerta del establecimiento.
Buenos recuerdos tengo del Trompicón. Recuerdo los buenos almuerzos en este bar, al que acudíamos al menos una vez al mes, siempre tomábamos un doble de torrezno de primero, y de segundo un bocata gigantesco de tortilla de champiñón, o un fabuloso pepito. Recuerdo a su primer dueño, José Luis, un hombre simpático y con don de gentes, alma del bar, como lo era Luis, encargado de la plancha que movía con maestría y atendía la barra. Recuerdo un día que la plancha se incendió y bien pensé que llamarían a los bomberos, pero con el tiempo comprobé que era un encendido de l a llama en su contacto con la grasa, que Luis solucionaba con rapidez y tranquilidad. Mucho ambiente en este bar, mayormente de “currantes”, pero también acudían gente de la banca y funcionarios de la Junta, Diputación y Ayuntamiento, y de Obras Públicas al estar cerca el Parque de Maquinaria. No he olvidado el último día de currelo de José Luis, su propietario, porque había traspasado el bar, ese día nos invitó a un carajillo que no olvidaré jamás, bueno no, lo siguiente, como se suele decir, tan bueno que repetí, a pesar de que yo no soy de carajillos. José Luis conocía bien a su clientela, tenía atenciones, buen humor e hizo dinero con el bar.
Buenos recuerdos tengo del Trompicón. Recuerdo los buenos almuerzos en este bar, al que acudíamos al menos una vez al mes, siempre tomábamos un doble de torrezno de primero, y de segundo un bocata gigantesco de tortilla de champiñón, o un fabuloso pepito. Recuerdo a su primer dueño, José Luis, un hombre simpático y con don de gentes, alma del bar, como lo era Luis, encargado de la plancha que movía con maestría y atendía la barra. Recuerdo un día que la plancha se incendió y bien pensé que llamarían a los bomberos, pero con el tiempo comprobé que era un encendido de l a llama en su contacto con la grasa, que Luis solucionaba con rapidez y tranquilidad. Mucho ambiente en este bar, mayormente de “currantes”, pero también acudían gente de la banca y funcionarios de la Junta, Diputación y Ayuntamiento, y de Obras Públicas al estar cerca el Parque de Maquinaria. No he olvidado el último día de currelo de José Luis, su propietario, porque había traspasado el bar, ese día nos invitó a un carajillo que no olvidaré jamás, bueno no, lo siguiente, como se suele decir, tan bueno que repetí, a pesar de que yo no soy de carajillos. José Luis conocía bien a su clientela, tenía atenciones, buen humor e hizo dinero con el bar.
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Mítico cartel de precios del Trompicón |
Lo malo del Trompicón era que cuando volvíamos a la oficina olíamos a plancha y las compañeras enseguida lo notaban, al menos las mías, ¡Alfonso, hueles a torrezno! me decían, ya sabían dónde había almorzado. Recuerdo también que en verano cerraban por vacaciones más de dos meses, de julio a vísperas de San Antolín. No había ningún bar en Palencia que cogiese dos meses de vacaciones. Una semana antes de san Antolín abría el bar y durante los Sanantolines era el número uno en almuerzos, meriendas y cenas, no había ninguna caseta, ni bares que tuvieran tanto jaleo, a veces había que hacer cola para poder comer un torrezno.
Los productos eran de alta calidad, servidos por Carnicería Antonio Emperador, de la plaza de Abastos. El bar Trompicón tenía tanta demanda y consumía tanto material, que no se atrasaban los productos. Gastaba más huevos que los que podía vender cualquier tienda, y más pan que muchas panaderías, José Luis me habló de 300 barras en un día de los de mucho jaleo.
En Palencia, El Trompicón tenía mucha fama, pero nadie le llamaba por este nombre, sino por ´El Marrano´ o ´El Guarro´, y fue cogiendo tanta popularidad que traspasó los límites provinciales, regionales y ascendió a categoría nacional, por el boca a boca, y las redes sociales. Al visitar Palencia era recomendable almorzar, merendar o cenar en el Marrano.
Se ha sentido tanto en Palencia su cierre que hasta han circulado esquelas por las redes dando el pésame, y como su anuncio ha coincidido con la muerte del Papa, solo ha faltado decretar también tres días de luto por la defunción del Trompicón.
El Trompicón, nacido en 1960, ha dado de comer a generaciones de palentinos, comenzando por los chavales de los dos institutos que no quedaban muy lejos y si querían comer un buen torrezno ya sabían dónde ir. También se juntaban cuadrillas de amigos para almorzar en este ilustre local que tenía grasienta la fachada, de la grasa que salía de un tubo que tenía el extractor de humos con salida directa a la calle, colgaban hilos de grasa de las mangueras del cable de la línea de electricidad general unida a la fachada, y en el mes de mayo se pegaban las pelusas de los chopos, por la cercanía del río Carrión, y a mí me parecían estalagmitas de grasa.
Cuando José Luis hizo el traspaso de su famoso Trompicón a quien regentaba el bar de la Plaza de Abastos, se habló de una buena cantidad, dado que este bar era una mina diaria, daba igual que fuera lunes, martes, o miércoles, cerraba los jueves y los viernes, sábados y domingos iba también mucha gente. Muchos palentinos que vivían fuera y regresaban a Palencia a pasar unos días de vacaciones, o un fin de semana, o por San Antolín, nunca se olvidaban de venir al ´Marrano´, un torrezno siempre era el entrante preferido, luego el chorizo, también tenían callos, riñones, jijas… El martes era el día del chicharro, que como decía mi madre “el chicharro solo tiene feo el nombre”. El pincho moruno era otra de las estrellas de la plancha, además de huevos fritos, lomo, chorizo y morcilla.
Una vez que José Luis traspasó El Trompicón, siguió en el bar la misma plantilla, pero se notaba que el torrezno ya estaba hecho y lo recalentaban en la plancha para ganar tiempo, se echaba de menos el exquisito torrezno de la época de José Luis, y de Luis al mando de la plancha, a pesar de que “el bigotillo” con muñequera era un personaje muy apropiado para atender la plancha y la barra con asombrosa rapidez y siempre con buen talante. Torreznos placenteros e inolvidables alegraban, y de qué manera, el estómago, y después un chorizo o un bocadillo de tortilla de champiñón. Durante años mirabas el cartel granate colgado en la pared de los productos y raciones, y poco subían los precios, te fijabas en las especialidades, pero siempre terminabas por elegir siempre lo mismo: el torrezno doble y el bocata de tortilla con champi, o un pepito de ternera. Un amigo mío era tan fan del torrezno que siempre se pedía un triple. Un conglomerado de currantes se juntaba en El Trompicón, los de las obras cercanas, algún fontanero, hasta el butanero paraba a tomarse un torrezno, profesionales variados, autónomos, obreros y empleados, y por San Antolín hasta con traje entraban allí. El Trompicón, no era tasca aconsejable para un escrupuloso, pero al resto nos importaba más la esencia de la plancha y sus buenos productos cárnicos, huevos y champiñón, que la guarrería que abundaba. Era un bar de mucho ambiente, de encuentro de amigos y conocidos, que mientras almorzaban dialogaban con el bocadillo en la mano, hacían risas con la boca llena, saboreando las delicias recién salidas de la plancha, no querían esperar a que el rico producto se quedase frío.
La desaparición del Trompicón es una tragedia para la capital palentina, creo que alguien se debiera preocupar de coger el traspaso, o el Ayuntamiento subvencionar el negocio, no estaría mal su reapertura como símbolo y culto del buen yantar en Palencia, una capital que va perdiendo su esencia. No es posible encontrar otro bar en España que con tanta guarrería tuviera tanta clientela, satisfecha de la grasa de la plancha, de la barra y del lugar, al que, en cuanto podían, volvían. Qué gran pérdida para Palencia de un negocio que era “oro en bruto”.
Y para finalizar este escrito, lo hago con un poema, de lo que para mí y muchos palentinos y clientes representó este bar.
CERRÓ EL MARRANO
Me entero que mataron al ´Marrano´,
y me dije, ¿Cómo así,
si todavía no es San Martín?
¡No, hombre no! me dijeron,
es que ´El Guarro´ cerró.
Vaya por Dios,
y ¿Dónde me como yo,
un torrezno doble,
un chorizo, un pepito,
o la tortilla de champi?
¿Dónde voy a ir,
sí cerró El Trompicón?
Todos vamos a sentir no poder volver,
carniceros, hueveros, panaderos,
distribuidores de café y bebidas,
Palencia entera echa de menos este bar,
de buen yantar, a pesar de su guarrería.
Cuaresma y penitencia eterna nos llegó,
pues no había nada mejor,
que tomarse un torrezno,
con sabor a chorizo y a morcilla,
o una tortilla con sabor a torrezno,
o una ración de champi,
que se cría en la cueva,
pero que, en el Trompicón,
sabía a tocino.
¡Pobre de mí,
cuánto voy a sentir
no volver a poder ir,
al ´Marrano´
ni por San Antolín!
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Notas
Significado de Trompicón:
1. Tropezón o paso tambaleante de una persona.
2. Porrazo, golpe fuerte.
Hace muchos años en la misma calle del Bar Trompicón (Marqués de Albaida) existía el Bar Trompadero. Del Trompicón al Trompadero, o del Trompadero al Trompicón.
1. Tropezón o paso tambaleante de una persona.
2. Porrazo, golpe fuerte.
Hace muchos años en la misma calle del Bar Trompicón (Marqués de Albaida) existía el Bar Trompadero. Del Trompicón al Trompadero, o del Trompadero al Trompicón.
Actualización: Jun2025 | +632👀
Palencia en mis recuerdos
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