Como intuyen mis fieles seguidores, en esta serie de viaje por Castilla faltaba Soria, una provincia que no decepciona ni con lluvia. Ahora con el navegador llegas en un pis pas a cualquier parte y uno de muestros platos fuertes para ese largo fin de semana era el Cañón de Río Lobos. El río Lobos nace en Pinilla de los Barruecos (Burgos) y desemboca en el Ucero, río de la localidad soriana del mismo nombre. Curiosamente, esta villa es continuidad e imagen del poblamiento que los repobladores realizaron en el siglo X, bajo el mando de los Condes de Lara y de Castilla.
Dejamos para otra ocasión el recorrido estrella, donde se menciona la ermita en honor a San Bartolomé, y se citan las pinturas rupestres en la Cueva Grande, muy cerca de la ermita. También la Cueva de los Candelones, donde las estalactitas crecen hacia los lados. El primer objetivo estaba ya cubierto. Tocaba llegar al apartamento en el centro de Soria, reponer fuerzas y adentrarse el segundo día en la capital, con tantos lugares anotados en la agenda. El sábado, a primera hora, teníamos previsto recorrer varios pueblos, para llegar a medio día al yacimiento de Numancia. Y nada nos detuvo, ni la lluvia, ni la nieve, ni la temperatura que marcaba 2 grados. Pero ya les recuerdo en la próxima entrega la razón de Numancia, que agotó varias veces al poderoso ejército romano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario