Al salir de Barcelona volvió don Quijote a mirar el sitio donde había caído, y dijo:
—Aquí fue Troya, aquí mi desdicha, y no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias.
—Aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas.
—Aquí se oscurecieron mis hazañas.
—Aquí, finalmente, cayó mi ventura, para jamás levantarse.
Al referir la famosa aventura del barco encantado, dice el famoso historiador del no menos famoso Hidalgo: «Si no fuera por los molineros, que se arrojaron al agua, y los sacaron como en peso á entrambos, allí había sido Troya para los dos.»
Dios quiera que no se nos venga encima la consabida maldición de la historia, y que no se diga jamás:
—¡Aquí fue España!
IMAGEN: EL COMERCIO
Pinchando en la imagen para ir al índice
No hay comentarios:
Publicar un comentario