Darío I, el Persa
Muerto en el 485 a. de C.
—¿Cómo puedes estar tan loco por ella? Es más bien fea.
—Sin embargo, Señor, para mi es hermosa.
Insistió el rey en que fuera objetivo, a lo que contestó el enamorado:
—Señor, vos no la amáis, pues de hacerlo veríais en ella lo que yo veo.
H I S T O R I A S D E L G R I E G O
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