Primera desgracia: Enseña un ayo mugriento la lección a un descuidado niño. Encomiéndasela a la memoria y como potencia vil pásasele y jugando, olvida y en pena de lo que pecó la memoria abre el culo a azotes.
Segunda: Va un estudiante un madrugón a una viña, vendimia la mitad de ella, lleva un lagar en el estómago, topa con una fuente y porque se lo pide el gusto bebe hasta hartarse; pícase la sed y deshácese en cámaras y págalo el ojo del culo.
Tercera: El otro mesurado o engullidor miserable, por comer de balde llenó tanto el estómago que se ahitó movido del apetito y págalo el culo a puro jeringazos.
Cuarta: Tiene un mal curado enfermo modorra y porque el humor se le ha apoderado de los sentidos y los descuidos que tuvo el poco prevenido médico, lo paga el culo a puro sanguijuelas que lo sajan vivo.
Quinta: Sábese, según doctrina de muchos filósofos, que el regüeldo es pedo malogrado y que hay algunos tan desdichados que no se les permite llegar al culo, así lo enseña Angulo que no ha acabado de salir por la boca cuando le dicen todos: ¡Vaya a una pocilga!, y cuando sale por el ojo del culo todo es aplaudido y cuando más le dicen cuerno, como otro tenía costumbre de decir cuando uno se peía: ¡Cuerno!, por ahí comas carne, y por la boca mierda, y papá te vea la madre que te parió porque te vea más medrado; en las sopas te lo halles como garbanzo, con esa música te entierren, sabañones y mal de gamones, coz de mula gallega, por donde salió el pedo meta el diablo el dedo, la víbora el pico, el puerco el hocico, el toro el cuerno, el león la mano, el cimborrio del Escorial y la punta de mi caracol te metan amén.
Sexta: Da el otro extranjero en caballerear, bizarrear y servir a damas y traer mucha bambolla y fausto, falta a los negocios y pierde el crédito y lo que pecaron los miembros genitales lo paga el inocente culo. Pues al punto dicen: Fulano ya dió de culo.
Sèptima: Va el otro narciso, pisaverde a pie por la calle en tiempo de todos y por más cuidado que pone en las chinas o piedras que están descubiertas para asegurar los pies y andar de guija en guija, resbálase el pie y hace pedazos el pobre culo y de más a más se hace una plasta de todo lo que le coge de pies a cabeza.
Octava: Da el otro pobre a la media noche en tiempo de invierno una correncia o evacuación de tripas y porque con la priesa que tiene no se acuerda bien hacia donde quedó el brasero o barreño de la lumbre tropieza con él y hace pedazos las piernas y el culo, cobrando con esta desgracia enfermedad para muchos días.
Nona: Tan desgraciado es el culo que hasta los animales les muerde el lobo por él y en las monas se ve que porque quieren descansar y sentarse a menudo se llenan el culo de callos y por eso han dado en decir: Fulano tiene más callos que culo de mona.
Décima: Viene el otro picarón a sentir el calor del verano y porque yéndose a rascar la comezón de una ladilla frisona le estorbó el matarla una horrenda población de pendejos que topa hacia el culo, determina de matarlas con unas tijeras y teniendo las manos torpes y no ver lo que hace ni poder sufrir más el ser puerco abre a tijeretazos el pobre culo.
Undécima: Viene la otra pobre casada o doncella a descubrir más de lo que fuera menester su natural inclinación de ser puta, tiene celos de ello el galán y causa cuidado al marido y por dar a entender que conocen la fragilidad y imperfección del sujeto, dicen: «de res que se mea el rabo, no hay que fiar».
Duodécima: Dale al otro una apretura en la calle o cógele en la comedia, sale con priesa a buscar dónde desbuchar, y porque no llegó tan presto a las necesarias o le embarazó algún nudo ciego, emplástase o embadúrnase de mierda el pobre culo.
Decimatercia: Viene el otro estudiante o platicante de medicina y al ir a ordenar un medicamento a la cocina topa a la criada que se había hecho del ojo, y ella por darle gusto y apagar el fomex de la concupiscencia y titilaciones venéreas, empieza sus cernidillos y bamboleos, diviértese con el gusto y acribilla a golpes el pobre culo de escalón en escalón.
Decimacuarta: Vienen las Carnestolendas, alégranse las gentes en diferentes festines y por no más de antojo de muchachos o pasatiempo de hombres ociosos pagan los culos de los perros atándoles a la cola mazas diferentes.
Decimaquinta: Vese el otro pobre condenado toreador de a pie embestido del toro, vuélvese para huir, túrbase o no salen los pies con presteza y por no salir ellos presto desgárrale el toro al pobre culo.
Decimasexta: Va una vieja a echar una ayuda a un enfermo, ve poco, no la ha templado bien, encájasela dos dedos del culo, y dale entre las nalgas con ella, escáldale el culo que paga el pobre el descuido de la vieja borracha.
última desgracia: Finalmente, tan desgraciado es el culo que siendo así que todos los miembros del cuerpo se han holgado y huelgan muchas veces, los ojos de la cara gozando de lo hermoso, las narices de los buenos olores, la boca de lo bien sazonado y besando lo que ama, la lengua retozando entre los dientes, deleitándose con el reír, conversar y con ser pródiga y una vez que quiso holgar el pobre culo le quemaron.
Para saber más sobre Quevedo
Wikipedia
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