Canción de otoño
Durante 24 años fui maestra en el Colegio Modesto Lafuente. Y, siempre, en primavera, otoño e invierno, salíamos al parque del Salón. Lo primero que hacían mis alumnos era acercarse a la escultura de Pilar Herrero para acariciarla, luego intentaban trepar por ella y se sentían felices si unos llegaban más arriba.
Observo la ampliación de la cafetería. No conozco para qué, con seguridad. Dicen que para eventos… Sí he visto crecer un gran muro que deja arrinconada la escultura. Ahora , ocupa un mínimo espacio en un rincón al lado de dos bancos de piedra ya existentes y, en consecuencia, apenas tendrá visibilidad pues, desde la Avenida con la serie de contenedores, que privan de disfrutar hasta de la belleza del olivo, ocultándolo, ya me dirán… Recuerdo lo que nos dijo Chema Hernández cuando quitaron los puestos de los hortelanos y pudo quedar la Diputación exenta luciendo palmito «Qué ocasión se ha perdido». Sigue la vida.
SOBRE ESTA BITÁCORA

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Hoy Carmen Arroyo nos trae la melancolía del otoño, de las hojas caídas, de un pasado con cultura, con respeto, con embellecimiento de parques y rincones, esculturas que resaltan y no se encierran y con risas y alegrías infantiles que se van perdiendo. Carmen nos trae sus recuerdos de maestra en todos los sentidos, enseñando conocimientos, maneras de vivir y convivencia. Con su "palabra sentida" vamos conociendo su corazón y lo que ha ido regalando.
ResponderEliminarEntrañables recuerdos, Carmen, de tus labores como maestra en el Colegio Modesto Lafuente, frente al Salón, que en todas estaciones era lugar de recreo, y en concreto esa escultura en granito negro de Pilar Herrero en la que también jugaron y se deslizaron por ella mis niños. En la actualidad no veo a ningún niño jugar en ella porque como bien dices está arrinconada y no tiene visibilidad, las obras de la cafetería se la han comido, por lo que debiera cambiarse de lugar, o emplazarla en la Huerta de Guadián.
ResponderEliminarRecordando tu etapa de maestra en el Colegio Modesto Lafuente de Palencia y tus salidas al parque del Salón con tus alumnos como clases prácticas en contacto con la naturaleza. Y relatándonos también, aprovechando la escultura de Pilar Herrero, muy próxima al Colegio y que visitabas con tus alumnos, otra serie de esculturas que también decoran la ciudad haciéndola más bella. Un bonito paseo, sin duda, por esta zona de nuestra Palencia querida. Saludos.
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ResponderEliminarA la escultura del parque del Salón de Palencia
Escucha el silencio y el canto de los niños ¿les escuchas? ¿Te ofreces por azar a ellos? ¿o eres tú, piedra rota, el primer motivo de su rumbo?
En ti habita su nombre y silencio.
¿Eres parte de su propia conciencia
o el vuelo entre sus manos?
Luz, agua, aire viajero, ¿reconoces en su forma tu antiguo corazón?, ¿tu memoria y tiempo en su materia?
En la señal de tu rotura te escondes piedra, modificas tu aspecto, penetras en la tierra cantas al aire con los niños y desapareces.
Pili Herrero
Debería ocupar el mejor lugar de EL SALÓN y, por supuesto, en lugar visible donde se pueda admirar como es debido. No está bien al lado de un bar por mucho cambio de nombre, siempre será un lugar donde se apaga la sed...
ResponderEliminarMira Carmen: casi estoy segura de la sensibilidad que tiene el grupo de urbanismo y Miriam alcaldesa de Palencia.
EliminarLa escultura del parque del salón a la que subíamos a la salida del colegio la quitarán el castigo "mirando al paredón de eventos"etc., etc., etc…
Dices a Pilar Herrero que siga dando vida a los sueños que alimentan el alma a niños y mayores, a los que amamos su obra.
Ánimo que los Palentinos estamos con el Arte.
Por supuesto que ella lo leerá y tu comentario le va a gustar. La poca sensibilidad hace que cosas como esta ocurran. Una pena. El problema es que la cultura resbala. Si fuese fútbol, fiesta, ruido, restauración, ya se habrían alzado voces en defensa de la escultura. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarHola Carmen, me alegro que muchas personas, además de mí, celebren tus escritos. Eres una pensadora jubilosa de lo cotidiano, que aporta reflexión y alegría. Un enorme abrazo desde otro continente.
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