No soy vegano. Yo nací, como quien dice, en una carnicería, y allí, entre las labores propias del oficio, con patatas de la abuela Ascensión y sopas de pan de la abuela Lorenza, fui creciendo ajeno al veganismo que, en la actualidad se define como un estilo de vida minoritario e incluso marginal, pero de rápido crecimiento. El asunto ya se ha normalizado tanto, ha ganado tantos adeptos por el mundo que no es extraño encontrarse un vegano en cualquier parte, pero que alguien abra un restaurante vegano en Santamaría de Redondo y pueda vivir de ello en aquel valle nos parecía casi imposible, aunque resultó cierto, y fue un ejemplo de que si hay voluntad se puede. Lo evidencia el hecho de llevar varios años abierto, ella nacida en Lebanza y, su compañero, mañico, enamorado de esta tierra.
Y cuando entras por primera vez pues parece que te metes en otra dimensión, vas a la expectativa, que no desentones con un menú que, en mi caso, nunca probé antes. Vamos a ser sinceros, porque donde se anuncia tanta carne de calidad parece un pecado meterse un plato de hamburguesas veganas o de ñoquis, pero la experiencia fue buena, seguro que repetimos y ya de paso nos damos un paseo hasta el Ribero Pintado o, si hay ganas y buen tiempo, podemos subir a Cueva Cobre.
En Santamaría de Redondo nace en 1796 Gregorio de Mier y Terán, y allí se conserva la casa con su escudo. Gregorio emigra a México en 1818, tenía 22 años, y va siguiendo los pasos de su tío Antonio, de quien recibe en herencia ranchos, haciendas y numerosas fincas urbanas, historia apasionante que pueden encontrar en la hemeroteca de este blog.
4 comentarios:
No eras vegano, pero te has hecho, si levantarán la cabeza tus abuelas, quien sabe si también se harían veganas por un día y estarías sorprendidas de que estos alimentos se condimentaran en Los Redondos. Gracias a la invitación de tu prima probaste la vegano manía en el Restaurante Las Encinas, probaste hamburguesas veganas y parece que no las cogiste manía. No sé si la comida vegana será un buen alimento, como un chuletón de ternera, para darse un paseo hasta el Ribero Pintado o la Cueva Cobre.
Emprendedores de éxito los del Restaurante Las Encinas.
Amigo Alfonso, seguro que si vienes y pruebas, repites. Y ya de paso conoces este rincón de Pernía con tanto encanto. Un abrazo.
Queda pendiente visitar San Salvador de Cantamuga, Los Redondos, Peñalabra y lo que salga, hace años que no voy a San Salvador, recuerdo mi ultima excursión en coche con mi perro, en Lebanza, y en bicicleta después de descender San Glorio, con lluvia y nebilina peligrosa y ascender Piedrasluengas con un sol imponente, un cambio de clima de Cantabria a la Meseta espectacular. Todo es bello en esas tierras, a las que tengo que volver. Me reclama Froilán, me reclama Herminio Revilla, no me puedo negar. Otro abrazo Señor de la Pernía.
Pues no te demores. Tú sabes lo que llena esta tierra mirada desde esos puntos que citaste. Y llama a nuestra puerta. Estaremos encantados de recibirte.
Gracias por tu visita y comentario.
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