Un momento de la vida
El homenaje de Carmen Arroyo a Pedro Quintanilla Buey
“Un momento de la vida”. Así contestabas, Pedro, en una entrevista, a la pregunta de qué significaba, o era, para ti, un cuento. Tú que escribías -con calidad bien probada- cuentos, y que por ellos fuiste premiado muchas veces, quisiste dejar en tu respuesta la palabra idónea, precisa. Quizá, por ser poeta y prosista, introducías en tus relatos la poesía de la vida, la inevitable necesidad de trascender lo cotidiano hasta hacerlo capaz de penetrar en nuestro corazón. Y por eso, precisamente, Pedro, amigo entrañable, de cordial sonrisa y mirada profunda que regalabas cada mañana de tu vida, ya fuese primavera joven y gozosa o invierno de dolor y sufrimiento, conseguías hacer liviano el dolor para quienes te rodeaban y te querían. Hoy, cuando escribo estas líneas, conservo aún la imagen de tu nieta que lloró al darle un abrazo y al pequeño Pedro que permanecía agarrado a su madre para consolarse de tu ausencia. No podremos olvidarte porque en tus cuentos seguiremos encontrando la gran verdad, “un momento de la vida”, cada uno de tu vida ejemplar. Es lo que siempre queda cuando una buena persona inicia ese recorrido en el que te precedieron otros poetas: Carlos, Andrés, Jose María…Todos enamorados de la vida a la que supieron cantar para encantarnos. Lo mismo que tú, Pedro. Es invierno y, ¡quién sabe!, si los poetas elegís fecha para la despedida, tú este 29 de diciembre, Carlos un seis de enero y José María, el diecisiete.
Y se cumplen en ti los versos que escribió Jorge Manrique:
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