(III. 8.) SIMBOLOGÍA TERAMÓRFICA.
Origen cultural de un concepto:
En nuestra cultura, la creencia sobre los ángeles, nos llego vía el judaísmo, y fue delineándose en el pensamiento cristiano a partir del siglo III. Sin embargo, antes de que existiera el Nuevo Testamento, ya se creía en su existencia en China, Persia, Egipto y en India.
Su idea conceptual puede provenir del monoteísmo rígido israelí que, frente a la adoración pagana de los astros, pudieron contraponer a los ángeles como relación íntima entre ejército de los cielos (astros y ángeles),según la distinción veterotestamentaria contenida en Neh 9,6; Sal 33,6; Is. 40,26 y Jr 33,22).
No es de extrañar que en la mentalidad de los pueblos primitivos se confundiera la figura de ángeles y astros como forma de representar la providencia divina de AQUEL que todo lo ve y lo sabe, y de donde derivaría el culto de los pueblos paganos a los astros. Los textos bíblicos, pues, se limitarían a presentar a los ángeles como una “desdivinización” de los astros, dioses, paganos.
Ángel en griego, significa “mensajero”. Según Porter (1995), después del destierro, el concepto judío de Dios se tornó cada vez más espiritual, trascendente y universal, por lo que tras el exilio, el problema de comunicación entre Él y su Creación, se resolvió con la existencia de intermediarios y pasaron a representar y a concebir a Yavhwé rodeado de una corte de espíritus celestiales que eran sus agentes y mensajeros. Quizá por eso, la expresión genésica de “ hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” que tanto ha dado que hablar, pudiera tener aquí una posible representación.
Jerarquización y funciones:En épocas de espiritualidad, el cielo se concibió como un Palacio Divino y, a semejanza del terrenal, el Dios-rey tiene siervos y ministros para todas sus funciones. Pero, sin embargo, ninguna jerarquización se encuentra en la Biblia, sino en los libros judíos y especialmente en el Libro de Henoc, 29,2 en el que se refiere literalmentemente a la primera jerarquización celestial (“ yo crié los diferentes órdenes del ejército de los seres incorpóreos y todo el ejército de las estrellas, los querubines, los serafines y los ofanines”).
La Biblia, sólo hablará de los ángeles (en 40 ocasiones), de los Serafines y los Arcángeles en dos, y de los Querubines en unas noventa ocasiones. (Antiguo Testamento). Habrá que esperar a Pseudo Dionisio Areopagita en su tratado “ De la Jerarquía Celeste ”, que fue introducido en Occidente por el Papa Gregorio Magno y traducido al latín en el siglo IX por Juan Escoto Eriugena en 870, para poder estructurar el ejército de Ángeles en tres coros: 1º Serafines, Querubines y Tronos, 2º Dominios, Virtudes y Poderes, y 3º Principados, Arcángeles y Ángeles. Según este tratado, los ángeles están divididos en nueve jerarquías que forman tres Órdenes. En primer lugar, los Serafines, Querubines y tronos, siendo éste orden privilegiado por estar más cerca de Dios; estos tienen como misión vigilar su trono y cantar su gloria y origen. A veces, en sus funciones e iconografía coinciden los Serafines y los Querubines, si bien difieren por el color y el número de alas, pues mientras los primeros deben ser ROJOS y CON SEIS ALAS (excepto cuando se representan pictóricamente cubriendo el cuerpo desnudo crucificado de Cristo que serán blancas), los Querubines son AZULES y CON CUATRO ALAS.
Los Serafines (“ los que queman” en su acepción etimológica), se aluden en el texto de Isaías 6,1-7 ) texto que describe al Señor sentado en su trono alto y excelso con la orla de su manto llenando el templo. De pie, junto a él, “ había serafines con seis alas cada uno, dos para cubrirse el rostro, dos para ocultar su desnudez y dos para volar”.
Los Querubines, por el contrario, no sólo son los “guardas del trono de Dios”, sino que constituyen el propio trono (“ Pastor de Israel...tú que te sientas sobre querubines...”, Sal 80,2 y EZ. 10, 1-19). Son el trono móvil. El “dios-móvil” que permite trasladar al Supremo a todas partes como luego imitará el admirado Pontífice Juan Pablo II. Además, los querubines guardaban la entrada del Edén, del Arca y, por extensión, de los santuarios de los templos.
Figuración artística del concepto :Se les relaciona con los genios alados de los templos babilónicos
Se les representa con alas por influencia del Antiguo Oriente Próximo, donde los espíritus alados son habituales por adscripción a lo divino. Así, en el arte mesopotámico, las alas del león, toro y del caballo, eran expresión visible de su adscripción a lo divino, que luego tanta trascendencia tendría en la representación del arte cristiano de la figura del tetramorfos.
Hasta tal punto el arte cristiano va a retener la función simbólica de los seres sobrenaturales alados que, incluso también a los demonios, como ángeles caídos, les representará con ellas, si bien serán de murciélago, en contraposición a las de ave que portan los ángeles, que en sincretización transferida al arte sagrado románico por influencia de la patrística las relacionan con las protectoras de una clueca (Mateo 28,37 y Lucas 13,34).
Utilitarismo simbológico:Simbológicamente, son la Conciliación entre el Espíritu y la Materia. Siendo personajes espirituales, su función esencial será simbolizar la unión entre el cielo y la tierra, entre Dios y el hombre, entre lo material y lo espiritual. Es famosa la representación del sueño de Jacob en el que los ángeles subían y bajaban por una escalera que unía cielo y tierra para transmitir el mensaje del acontecer plausible para el ser humano de subir hasta un dios que, en reciprocidad, responderá descendiendo a la tierra hasta encarnarse con naturaleza similar. Sobre las volutas en Y, representa la alta cualificación espiritual del hombre (que ha conseguido alas), que ha acertado en la constante elección de caminos.
Los ángeles son portadores de la confianza en la misericordia divina .
El Ángel que lleva un libro representa la escena del Juicio Final como mensajero de Dios: “ Y vi a los muertos grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos libros, y luego se abrió otro libro que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros conforme a sus obras” (Apocalipsis, 20,12).Por tanto el libro que lleva el ángel es libro de la vida, pero también de la revelación que viene a cumplir el mensaje evangélico de salvación, pues en sentido amplio, el libro y el cuadrado, simbolizan la revelación venida del cielo y traída a los hombres para desvelarles los secretos del mundo y los designios de Dios sobre él.
Resumiendo, si entendemos el ángel bajo la tradición popular, los ángeles serian criaturas intermedias entre Dios y el hombre, así como el hombre es un ser intermedio entre el ángel y el animal, disponiendo los ángeles también, de una jerarquía establecida dónde el Serafín sería el máximo exponente de la pirámide, seguido del querubín para pasar por toda la graduación angelical hasta llegar al particular de cada uno de nosotros, al que gracias quizá a la inocente reminiscencia infantil, solemos llamarlo “ángel de la guarda”.
Según muestra la interacción entre nosotros y esa criatura angélica, diremos que nos protege un ángel o que nos acecha un demonio.
Sección para "Curiosón" del grupo "Salud y Románico".
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