AdSense

Los nietos de la memoria histórica


"
 
El franquismo dio una ley por el año 44 en el que da orden de enterrar cristianamente a toda persona que apareciese enterrada en cunetas o fincas. Los hijos no lo hicieron y ahora ¿quien lo hace? Los políticos. ¿Los nietos? Me río yo de los nietos. Si yo hubiese tenido un padre que estuviese enterrado en una cuneta o finca y lo supiese, habría ido a desenterrarlo en época de Franco. Si se hubiera empezado a hacer lo mismo por la derecha que por la izquierda, aquí habrían salido ganando los de izquierdas. Porque aquí los franquistas mataron 12.000 y los republicanos a 2.642. Si la memoria histórica se aplicase lo mismo por un bando que por otro me habría parecido buena. Yo lo hubiera hecho sin dar publicidad. Pero están utilizando a los muertos para politizar a los nietos, que no quieren saber nada de política.

José Luis Gutiérrez Casalá

Historiador

Última actualización, Ene2025 +356👀
Ver entrevista completa a José Luis Gutiérrez en Hoy.es

SOBRE ESTA BITÁCORA

Author image

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.564.200 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +753.100 consultas y +6100 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!

3 comentarios en el blog:
Francisco Galván dijo...

Esta entrada debía ir sin comentarios. No son precisos. El texto ya define al autor

Javier dijo...

Hay temas que no se deberían tratar en el ámbito de la política, siempre son susceptibles de tergiversarse o manipularse.

Juan Carlos López dijo...

Iba a soltar un exabrupto.

¿Los hijos?: ¿los cerca de 30.000 niños robados o desaparecidos?

ADSENSE

EN PORTADA | PUBLICACIONES | DE NUESTRO COLABORADOR EN ALMERÍA MANUEL GILA | ☻ +1173👀

El tiempo agotado

Hubo un tiempo que se medía con los latidos de nuestros corazones infantiles o ya no tanto, de adolescentes embarcados en el autobús de ida...