Edén en Olleros de Pisuerga
GRAN GUÍA TEMPLOS ROMÁNICOS
Templo rupestre de los santos Justo y Pastor
No es que la fe mueva montañas, sino que, a veces, en Palencia se horadan. Y allí llegamos aquel verano de 2010.
A unos 9 km al sur de Aguilar de Campoo y en la ribera del Pisuerga, nos encontramos el pueblo de Olleros, cercano al asentamiento de la antigua ciudad de Oliva. García Guinea infiere en las conclusiones de las excavaciones arqueológicas realizadas en Monte Cildá que durante la Alta Edad Media y desde los primeros siglos de la Reconquista debió mantenerse aquí un poblado, tal vez la Olovasio de la que hablan las fuentes medievales. Las referencias a la localidad de Olleros de Pisuerga resultan muy contadas. El nombre de Olleros aparece en la diócesis de Burgos desde mediados del siglo X, y el topónimo sin duda hace referencia a una actividad alfarera de fabricantes de ollas. En 1229, aparecen testigos de Olleros en dos documentos procedentes del monasterio de Las Huelgas de Burgos. En 1230 se produce una avenencia entre el concejo de Olleros y el abad Marcos del monasterio de Santa María de Aguilar de Campoo. En el Libro Becerro de 1351-1352, Olleros figuraba como lugar de solariego perteneciente al monasterio de San Andrés de Arroyo.
Se encuentra excavada en un promontorio de naturaleza arenisca orientado su lado vertical a poniente. Alrededor del templo y en la misma dirección sureste se extiende una necrópolis medieval que aún hoy en día se encuentra por excavar. Al final de dicha necrópolis se localiza el pueblo. En el mismo corte rocoso en que se excava la iglesia aparecen sepulturas antropomórficas, de bañera, trapezoidales y ovaladas, correspondiendo en su mayor parte a adultos aunque no faltan las infantiles.
Aunque sus orígenes no se conocen con precisión, se estima que tras la llegada de monjes mozárabes en el siglo IX, estos comenzarían a excavar la roca arenisca aprovechando así los recursos disponibles para construir una ermita. Sin embargo, esta sufriría distintas ampliaciones hasta el siglo XVIII, conformando el aspecto de la Iglesia actual.
En planta el edificio presenta algunas irregularidades debidas a las exigencias de la excavación en el suelo rocoso, aunque sigue la tipología habitual de iglesia con cabecera de ábsides semicirculares y dos naves, separadas en este caso por cuatro soportes de los cuales, el que se encuentra a los pies de la iglesia, es un pilar cruciforme, siendo los otros tres columnas; la primera aparece desviada respecto al eje central que siguen las demás en dirección a la epístola. Hay que reseñar que la segunda y tercera columnas son añadidos posteriores, de tipo toscano, que se colocaron hacia el siglo XVIII, sustituyendo a los soportes originales, aunque todos tienen el protagonismo de aparentar sustentar un falso abovedamiento.
La orientación también es atípica (sur-norte) forzada por las exigencias de la topografía. Los artífices de la iglesia intentaron imitar al máximo el volumen interno de una iglesia exenta dando a la bóveda forma de cañón apuntado. A cada una de las naves le corresponde un ábside en la cabecera, ligeramente desviados respecto al eje longitudinal del templo, ambos son de planta semicircular y culminados con un símil de cuarto de esfera irregular.
Al exterior, resalta la entrada elevada en altura bajo un gran pórtico o nártex edificado en 1753 y a la que se accede a través de una gran escalinata. Asimismo, se abren en la roca varios vanos que permiten la entrada de luz natural al templo delimitados por arcos de medio punto grabados en la propia roca, al igual que otras formas, como son "las cruces patadas". Sobre la gran fachada se alzada una pequeña espadaña de un solo vano construida en el siglo XVIII, sin decoración alguna.
El interior se organiza a través de dos naves separadas por tres columnas (una es original), cubiertas por dos falsas bóvedas de cañón apuntado reforzadas por arcos fajones, siguiendo las propuestas del románico y anticipando el gótico, aunque con una función puramente ornamental. Cada nave tiene su respectivo ábside: en uno se sitúa el altar con un ara romana y un Cristo Crucificado del XVII, y en el otro, un retablo plateresco del siglo XVI con las imágenes de los santos Justo y Pastor, a los que está dedicada la iglesia
Asimismo, a los pies se sitúa un coro de madera desde el que se visualiza todo el interior.
Consta, además, de dos capillas en la nave del evangelio: a los pies se ubica una que contiene la pila bautismal, mientras que en la en la cabecera se ubica la otra descubierta en 1931. Esta se abre mediante un arco de medio punto y en ella se pueden apreciar enterramientos bajo arcosolio, a modo de capilla funeraria de notables figuras, o bien se puede interpretar como el inicio de una tercera nave que no se desarrolló.
En el costado de la epístola se abre, a la derecha de uno de los ábsides principales, una sala cuadrangular separada en dos tramos por un tabique moderno, ligeramente irregular y abovedada en cañón que arranca desde el suelo, con dirección norte-sur, cumpliendo actualmente la función de sacristía. Ésta tuvo puerta con arco peraltado, hoy colgada y macizada para convertirla en el actual vano rectilíneo, dato que parece otorgarle antigüedad. En el costado opuesto se abre una pequeña capilla de planta cuadrangular y cabecera semicircular, con un falso arco triunfal que articula el espacio interior. Adosado al muro izquierdo de la nave vemos un enterramiento antropomórfico bajo rudo arcosolio, siendo su datación imposible de confirmar sin un estudio completo de todo el conjunto. Por el suelo del recinto cuadrangular del lado de la epístola discurre un canal labrado en la roca que pudo recoger las filtraciones de agua y que al exterior parece haberse convertido en fuente, aunque no hay elementos de juicio como para pensar en un canal de desagüe de un baptisterio; recuerda idéntico sistema observado en las iglesias rupestres yuxtapuestas del altiplano de Acre en Sicilia. En el mismo muro del evangelio, en el tercer tramo de la nave, se abre un habitáculo posmedieval de planta cuadrangular destinado a albergar la pila bautismal. La parca decoración escultórica de la ermita se centra en los capiteles dobles, toscos, de indudable factura tardorrománica labrados in situ que se encuentran en el tramo del coro actual.
En el lado de la epístola, se abren numerosos vanos que permiten la entrada de luz natural al templo, así como una gran apertura de entrada cuya posición viene dada por el solsticio de verano, cuyos rayos de sol penetran a través de esta y se proyectan en el ábside, creando una armonía que solo es posible gracias al perfecto estudio de su orientación. Asimismo, en la zona de la cabecera se abre un espacio de planta rectangular dónde se ubica actualmente la sacristía que, por sus rasgos más toscos y primitivos, pudo ser el espacio inicial de la ermita.
En cuanto a la decoración de la ermita se limita a imitar estructuralmente el estilo románico que estaba en boga cuando se produjo su ampliación, así como de dotar a las columnas de capiteles y basas, imitando el orden toscano. Asimismo, aparte del mobiliario ya mencionado, destacan los restos pictóricos situados detrás del retablo de época gótica y moderna, y dos pinturas que datan de los siglos XVII y XVIII: una cruz delimitada por entrelazos vegetales sobre el vano de la sacristía y un mural en el que se representan las nubes y los astros, entre otros signos asociados a la pasión de Cristo. No obstante, son las propias vetas y los tonos degradados de la piedra arenisca, los que deleitan al espectador con su calidez, envolviéndolo en un ambiente que la hace única.
Junto a la ermita se ubica una necrópolis rupestre con varias tumbas antropomorfas excavadas en la propia roca y otras bajo arcosolio. Dicho conjunto cuenta también con dos lauras o cuevas, que posiblemente fueron usadas por los monjes antes de comenzar a excavar la ermita.
Sobre la laura sur, que fue el primitivo baptisterio de la ermita, se ubica una gran torre-campanario exenta construida en sillería en el siglo XVII, pero cuyos orígenes remontan a una torre de vigilancia mucho anterior, pudiendo estar en relación con el cercano Monte Cildá.
🔖Iglesia Santos Justo y Pastor
En tiempos de la Reconquista y allí donde las características del terreno lo permitían, se fundaron monasterios e iglesias excavadas sobre la roca viva.
🔖Arte Rupestre de Olleros de Pisuerga
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Hace ya bastantes años que la visité por primera vez. He vuelto dos veces más a disfrutar de la que etiquetan como la Capilla Sixtina del arte rupestre en España , junto a la de Sta María de Valverde, aunque mi preferida sea San Miguel de Presillas. Interesante entrada e información, como siempre. Gracias.
ResponderEliminarBuenos días Froilán
ResponderEliminarHoy una iglesia rupestre para mi emblemática, pkr encima o igual a la den Centro de Interpretación de Valderredible.y una buena descripción pues no conocía yo que hubiera tenido tantas reformas.
Buen día. Un abrazo
Olleros siempre en el corazón de quienes ,como yo,tenemos el románico palentino a gala.
ResponderEliminarQué entrada tan detallada,Mongui,y qué buen trabajo!
Todo lo que rodea al templo,su ubicación y el trabajo de vaciado de la peña para construir el templo son impresionantes.
Muchas gracias,Mongui💚
Con el calor que hace ahora es un buen lugar para volver a visitarlo hoy mismo, seguro que estaríamos super fresquitos entre sus paredes. Pienso en el carácter que se nos forjaría si permaneciéramos ahí por todo el verano, eso sí, meditando y cumpliendo las reglas del buen eremita. Quién se atreve? 🤪
ResponderEliminarLeo con satisfacción la lección del maestro Mongui que nos enseña y describe la ermita de Olleros de Pisuerga por dentro y por fuera, con tanta precisión y detalle como si estuviéramos en el templo. Considerada una de las ermitas rupestres más grandes, mejor conservadas y mejores de España, enclavada dentro del Geoparque de Las Loras de la Unesco, a los pies del Monte Cildá, del Cañón de la Horadada y de las Tuerces, en un paraje incomparable.
ResponderEliminarRecuerdo visitarla en el mes de agosto con motivo de la celebración de la famosa "Paellada Ollerense". Un lugar privilegiado de nuestra incomparable provincia.