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100 estampas de Salamanca
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| Cerdos ibéricos en montanera | Acuarela | Francisca González del Castillo |
Al sur de Salamanca, en la comarca del Campo Charro, en una zona sinuosa entre la llanura de Alba de Tormes y la comarca montañosa de la Sierra de Béjar se encuentra situada la localidad de Guijuelo. No es un destino turístico al uso, ni es un pueblo bonito, ni tampoco presume de serlo, pero de lo que sí presume es de ser uno de los destinos gastronómicos más importantes de España. Guijuelo es el paraíso del jamón ibérico de pata negra, con denominación de origen desde 1986, que le convierte en una de las principales zonas de España de producción de jamones. Nada menos que desde del siglo XIX comenzó su industria chacinera, cuando era un trabajo artesano y rudimentario que se realizaba en plena calle.
Hoy en día, Guijuelo se ha convertido en el núcleo principal de la zona, liderando la industria del sacrificio, despiece y transformación de los productos del cerdo ibérico, donde se ubican más de 200 industrias cárnicas. El jamón ibérico de bellota, de excelente calidad, que se obtiene de los cerdos criados a base de montanera, se ha convertido en su producto estrella, sin olvidar los diversos productos embutidos como el lomo o el chorizo.
Son considerables los controles que realiza el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Guijuelo para garantizar la calidad del producto y varios los requisitos, que Guijuelo cumple a la perfección, para ofrecer un producto de extraordinaria calidad, como es la crianza de los cerdos en libertad en dehesas repletas de encinas y alcornoques cuyas bellotas son el único alimento en época de montanera.
Otra de las cualidades, origen de la gran calidad de los productos de Guijuelo, es que es un pueblo ubicado a más de mil metros de altitud y orientado a los vientos de la sierra, que, al igual que otras localidades aledañas, son un enclave ideal para el curado de los jamones, es por ello que una de las atracciones de la localidad es la interesante “ruta del jamón” que hace un recorrido por dehesas de encinas, con el fin de apreciar el proceso y las distintas etapas de la elaboración de este manjar culinario.
Si nos acercamos a Guijuelo, aparte de degustar su estimado producto, podremos dar una vuelta por su Plaza Mayor con algunos soportales y, visitar El Torreón, que tampoco es un torreón al uso, sino los restos del ábside central de una iglesia gótica inacabada, pero todo un símbolo para Guijuelo junto con el jamón de pata negra.
CIEN ESTAMPAS DE MI TIERRA
Una idea de Paqui para Curiosón
9 comentarios:
Comen los cochinos las bellotas caídas de las encinas, lo suyo no es otra cosa que comer a todas horas, buena manera de engordar, para que los chacineros con su carne elaboren manjares culinarios salidos de esos cuerpos tan divinos. Están tranquilos los marranos, pisan nieve, mientras el bello colorido de los encinares se refleja en esta bella estampa de la dehesa salmantina.
Jopé, Paqui, pues nos has dejado con tu post de hoy, con el sabor en la boca, tratando de degustar unos pequeños entrantes de ese jamón de bellota, "jamón pata negra", que tiene su origen en esa localidad salmantina de Guijuelo. Y es que nos lo has acercado en tu comentario hasta la propia mesa, deseando llegue el momento para su degustación. Un arte del jamón de esa extraordinaria catgoría, que se da sólo en esa Comarca salmantina. Gracias por acercárnoslo mucho más de lo que ya conocíamos, y ese detalle de más de 200 industrias cárnicas ubicadas en la Comarca y relacionadas con el cerdo ibérico, que resulta impactante. Saludos.
Jamón de Guijuelo pata negra y Paqui Glez. Del Castillo, dos productos salmantinos de auténtico lujo...! Muchas gracias Paqui por tanto arte.
Hoy Paqui nos trae, con su expresiva acuarela, una verdadera estampa en todos los sentidos. El cerdo ibérico y el toro bravo son identidad de la ganadería salmantina. Estás adquiriendo tanto arte en la acuarela, Paqui, que me gustaría ver cómo son sus distintas técnicas en tus manos !!!. Esta serie del blog está siendo un éxito del binomio que hacéis el intuitivo Froilán y tus distintas facetas artísticas. El dia que lo recopiléis en un libro será un éxito seguro !!!
Paqui ,lo as definido a la perfección ,solo faltaba unas lágrimas de esa aceitilla que suelta el jamón cuando lo vas fileteando.paso varias veces al año por Guijuelo y si es verdad que el frío seco de la Sierra de Bejar,es el idóneo para la cura de sus productos
Tienes la impresión de que te acercas a la última acuarela, que ya no queda mucho que contar, que estás al límite de la historia que vamos acogiendo cada sábado en este humilde blog. Pero nada de eso. Amanece otro sábado y llega otra historia sin desperdicio, que te mueve los sentidos y te invita a viajar por Salamanca adentro, arriba, abajo, Salamanca infinita. Algo se huele nuestro amigo Riaza, que ya menciona un libro, el mismo en el que pensamos nosotros para presentar en la ciudad dorada, si hay salud y fuerza, en cosa de un año. Que así sea.
Aparte de ser paraíso del jamón casi desde sus orígenes como localidad charcutera en el siglo XIX, Güijuelo
mantiene en la actualidad esas 200 industrias relacionadas con los productos del cerdo ibérico. Esa actividad económica es la forma de vida de sus habitantes, por lo que ha definido la arquitectura del pueblo y su urbanismo, alejado, quizá, de los cánones tradicionales de los pueblos históricos, más bonitos.
Los pastos de montanera influyen de raíz en la calidad de esos productos, sin duda. Es el periodo en el que los cerdos viven en las dehesas, en libertad, alimentándose principalmente de bellotas y pastos. Una maravilla para su alimentación y su posterior degustación. Me gustaría volver por el Campo Charro y disfrutar de los vientos de la sierra y la ruta del jamón entre encinas adehesadas y abundancia vegetal.
Muy buen artículo, Paqui. Gracias por compartirlo.
Cuando vi que la localidad está semana era Guijuelo, enseguida pensé en jamón, pero regañé a mi estómago y me dije que la estampa sería de otro precioso pueblo histórico lleno de monumentos. Imagina mi sorpresa al leer que Guijuelo no presume de arquitectura ni de monumentos, que su orgullo es la industria chacinera y, sobre todo del jamón. A veces, la primera impresión es la buena.
Ya en otra ocasión salió una estampa de la montanero y dije que me recordaba a la infancia de mi padre, a esas historias que mi hermana y yo llevamos escuchando desde pequeñas sobre la vida en el campo. Historias llenas de anécdotas como que los cerdos son muy sibaritas y cómo tenían que tostar un poco las castañas porque si no, no se las comían.
Guijuelo sabe bien cual es su punto fuerte, su riqueza y hace bien en presumir de ello.
Gracias, Paqui, por la preciosa acuarela y los recuerdos que me evoca. Besos.
Muchas gracias por vuestros comentarios. Es este un tema muy interesante, la industria chacinera de Guijuelo y por extensión de los pueblos de alrededor y las Dehesas del Campo Charro. La primera vez que fui a Guijuelo me sorprendió gratamente el olor, parece una obviedad, pero no imaginé que en las propias calles oliera a jamón, y es que Guijuelo está lleno de sótanos donde se curan los jamones. Un verdadero paraíso.
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