Es verdad que no reconocemos en la medida necesaria el encomio y la dedicación de tanta gente como pasó por esta tierra. Beatriz Quintana, amiga y colaboradora, nos recuerda la odisea que supuso traer desde Toledo, para una exposición, los trabajos de Victorio Macho. Pero no es solo Victorio, es Jorge Manrique, Ramón Carande, Gonzalo Alcalde, Antonio Álamo, Enriqueta, Marcelino García Velasco...
Luis Guzmán Rubio fue un amigo entrañable, que experimentó lo que implica vivir en la montaña ejerciendo como maestro en Tremaya y San Felices de Castillería. Hijo del insigne Guzmán Ricis, siguió con la tarea de recopilación que comenzó su padre y, con 90 años, recordaba desde Tarragona su trabajo en este campo como director de la bandas de Aguilar y Cervera, de los coros de Guardo y Cervera y de la Agrupación de bailes de Areños y Cervera entre 1949 y 1951. Su trabajo se verá en cierta forma reconocido con el triunfo por el mundo del gran compositor Claudio Prieto, natural de Muñeca de la Peña. Ímprobo trabajo que le lleva en aquellos años a una dedicación frenética, donde tomará apuntes de juegos y costumbres, canciones infantiles, tonadas de ronda, romances, canciones navideñas, danzas y bailes, a lo largo y ancho de toda la montaña palentina, con la intervención de centenares de vecinos que al calor de la trébede le irán desgranando historias y versiones, algunas expuestas muy bien en el libro que firma Carlos Porro con el patrocinio de la Diputación de Palencia.
Estamos de paso, pero conviene recordar y agradecer lo que supuso tantos años de investigación. Cuando a mediados de septiembre, invitado por Jesús González, yo recalaba en San Cebrián de Mudá para abrir con unas palabras las fiestas de la localidad, y a continuación asistía a la actuación de los Marceros de Cervera, yo me acordaba de su padre, que vino de Barcarrota y compuso el himno de Palencia, y dejó impreso para siempre aquellas canciones dictadas por Saray Plaza, Máxima Gaitón, Juliana Martínez, Pablo Martín Gaitón, y otros vecinos de Camasobres. Coplas y Canciones que todavía resuenan en pueblos y condumios:
En Camasobres la nieve
borra todos los caminos,
pero jamás borrará
tu cariñito y el mío.
LA MADEJA
Cada viernes en la tercera de Diario Palentino
5 comentarios:
En efecto, Froilán, es gracias a quienes, como las personas que citas en tu artículo de hoy en Diario Palentino, sintieron cariño y apego por esta tierra nuestra y por sus tradiciones tanto festivas como culturales, y que recogieron en sus muchos apuntes, que hoy podemos seguir tirando de todo aquello para que no se pierda. Así que bueno es recordarles de vez en cuando para que no permanezcan en el olvido. Y tú, Froilán, nos lo recuerdas hoy aquí. Saludos.
Buenos días Froilán
Entrañable La Madeja de hoy recordando la herencia que los hijos de la Montaña Palentina, también los adoptivos, nos van dejando con su cultura y arte. Es de agradecer, siempre, Froilán, tu desvelo por mantener viva esa región.
Gracias Froilán por tus interesantes comentarios y explicaciones sobre esta parte de nuestra montaña Palentina. Creo que es una zona muy diferente y cargada de historia, y que por cierto bastante desconocida incluso por los propios residentes que en ella habitamos. Tus conocimientos y artículos son muy valiosos por todo lo que transmites. Un abrazo
A mí me sorprendes los vastos conocimientos que tienes de las gentes de Palencia y de la montaña palentina en concreto. Por otra parte, estás gentes de los pueblos y quienes vivieron allí y se dedicaron a recopilar datos, costumbres, etc se merecen un justo reconocimiento. Es un bagage cultural que poco a poco se va perdiendo.
Parece mentira que las administraciones sean incapaces de homenajear y agradecer la valiosa aportación de las grandes figuras palentinas del siglo XX y XXI, claro ejemplo es Gonzalo Alcalde, que lo dio todo por la provincia, salvo Froilán y Alfonso, nadie se acuerda de él, menos mal que al menos el Museo del Cerrato le hizo un homenaje a los dos años de su muerte.
La semana pasada visitamos Froilán, Onecha y yo esta maravilla de Museo. Todo olía allí y recordaba a Gonzalo, su creador y director que supo convertir en símbolo de identidad de la comarca cerrateña en toda su amplitud
Veremos si no ocurre lo mismo con el gran poeta y escritor Marcelino García Velasco.
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