El largo invierno
Pasan los días a una velocidad prohibida. Una de las madejas preferentes que me sirvieron para hilar estos años, fue la de la despoblación, como si aquello pudiera servir para cambiarlo. Porque, aunque escribamos por amor al arte, queremos que se muevan las cosas, que se tome partido por esas causas que inquietan y preocupan.
Es evidente que muchos de sus habitantes tienen que recurrir a otras actividades para mantenerse. Lo viví en casa del abuelo Clementino, oriundo de Olleros de Paredes Rubias, que atendía, ayudado por su familia, una docena de vacas y complementaba su economía como entibador de una de las minas del contorno. No había para todos. No llegaba. Una canción que ahora se repite en todas partes porque la vida ha subido tanto que no puedes relajarte con un sueldo. Lo que sucede décadas más tarde, con la llegada de la industrialización, es la pérdida de un 25% de población en localidades como Celada, Triollo y Santibáñez de Resoba y, al contrario, el crecimiento imparable de Velilla, Aguilar de Campoo y Guardo, que en 1950 alcanzaba la cifra de 7.531, llegando en 1969 a los 10.251 individuos.
Entre 1950 y 1960 en torno a un millón de personas de ambas Castillas, Andalucía y Extremadura abandonan sus hogares en busca de un futuro mejor, abriéndose un agujero que no se cerró nunca. Palencia toca techo en los años 60 con 237.777 habitantes y solo una década más tarde había perdido 35.000 efectivos. El 20 de diciembre de 1968 el Consejo de Ministros autoriza el cierre de las minas con lo que más de un millar de trabajadores perderán su empleo y cerrarán su casas en muchos casos para empezar desde cero la vida.
SOBRE ESTA BITÁCORA

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.791.000 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +833.000 consultas y +6.000 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!
Pues nada mejor, amigo Froilán, para explicar lo que ha pasado en nuestra Montaña palentina en estos últimos años en cuanto a la pérdida absoluta de población, que este estudio y esta comparación que haces en diferentes años del pasado reciente con respecto a algunas de las localidades más importantes de esos lugares. Ahí, con las cifras poblacionales sobre la mesa, es donde se ve la realidad. Que resulta muy triste de asumir, pero que es real. Saludos.
ResponderEliminarMuy curioso el estudio del éxodo de Eduardo Vielba en la Montaña Palentina (por cierto, una de las pocas veces que veo que lo pones con mayúscula). Los pueblos se quedaron vacíos, las fábricas del País Vasco y Cataluña llamaban a abandonar el mísero jornal del labriego. Sorprende que Celada de Roblecedo tuviera casi los mimos habitantes que Cervera y Barruelo cuatro veces más que Guardo y Aguilar y que Brañosera superase en población a Aguilar y tuviese la misma que Guardo. Vacas y minas era el mísero sustento, así que un 25% de la población lo abandonaba y en la década de 1950 y 1960 que abandonasen sus pueblos un millón de personas y para remate el cierre de las minas, un mazazo para Guardo, Barruelo, el norte y toda la provincia.
ResponderEliminar