100 estampas de Salamanca
Castro de la Yecla. Acuarela. | @Francisca González del Castillo |
Castro es el nombre que se da a los núcleos urbanos de las poblaciones que levantaron estas tribus, consistente en poblados fortificados, aprovechando terrenos altos sobre los cursos de los ríos. Los vetones eran conocidos como “pueblo de los guerreros”, una cultura de ganaderos y metalúrgicos, que conocían la forja del hierro. La mayor parte de los castros en la provincia de Salamanca datan entre los siglos IV y V a.de C. durante la Edad de Hierro, y tenían varias entradas. Sus muros se adaptaban al relieve del terreno para hacerlo inabordable a los ataques enemigos y constaban de dos secciones de un metro de grosor cada uno, así, cuando el primero caía en un ataque, el segundo aún seguía en pie. Una línea defensiva previa a los muros son las llamadas "Piedras hincadas" que son piedras de granito enterradas en el suelo con su parte puntiaguda hacia arriba, pretendiendo con esto frenar la velocidad del enemigo en el ataque al castro, tanto a la infantería como a la caballería.
El recorrido de los castros en la provincia salmantina puede realizarse a través de dos circuitos: El de Lumbrales, con el castro de “Las Merchanas”, considerado la puerta de entrada al Territorio Vetón, y el de Yecla de Yeltes. Este último es el que está mejor conservado de Salamanca, tiene completa la muralla y dispone de varias puertas. En Yecla de Yeltes, se encuentra el Museo del Castro de Yecla la Vieja.
También encontramos otros castros que no están tan bien acondicionados para su visita pero igualmente impresionantes como el de El Castillo de Saldeana, un emplazamiento espectacular en un macizo saliente del río Huebra, el Castro de Saldañuela y el de Irueña.
La ruta turística de estos castros nos adentra en un viaje hacia épocas remotas de nuestra historia y permite conocer la forma de vida de los pueblos prerromanos que habitaban la zona.
5 comentarios:
Piedras antiquísimas que colocaron los bretones de forma estratégica para la defensa de este castro salmantino de la Yecla, que la pintora hace bellas y enmarca una a una, adorna de arbustos, y colorea hierbas secas con fondo boscoso tras el muro. Esta bella acuarela consigue que conozcamos el castro, sin necesidad de movernos de donde estamos.
Me escribe hoy Antonio Riaza, un poco nuestro médico de cuerpo y alma, que Paqui está demostrando ser buena artista, pues escribe tan bien como si pintase uno de sus cuadros. Y no le falta razón. Ya lo advertimos al comienzo, que nuestra Paqui es pintora e historiadora. Seguimos recorriendo esta provincia hermana, impresionados por tantos y tan bellos rincones.
Otro bonito entorno de Salamanca, el que aquí nos muestra Paqui, aderezado con esa acuarela que nos ayuda a encuadrar mucho mejor las palabras llenas de tanto contenido, que la autora nos narra para ayudarnos a identificar el objeto o el paisaje al que se refiere en su pintura. Así todo mucho mejor, Paqui. Saludos.
Normalmente suelo leer la explicación antes de ver la estampa por la sencilla razón de que la imagen tarda un poquito en cargarse (el móvil y sus cosas). Me estoy acostumbrando a este modo de ver la sección, y creo que es la mejor forma de verla.
Cada vez me gustan más las explicaciones, las descripciones de los lugares y su historia. Soy fan de tus obras, lo sabes, y cada vez soy más fan de tus textos.
Hoy la acuarela es un bello paisaje de piedras y vegetación, pero con la explicación sabemos que es un viaje al pasado, a la época prerromana. Qué interesante la cultura de los castros vetones. En otras culturas utilizaban troncos de punta afilada para detener el avance del enemigo, es la primera vez que escucho lo de las piedras puntiagudas, qué ingenioso.
Gracias, Paqui, por esta lección de historia tan amena. Besos.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Parece que los castros o la cultura prerromana no es tan bien conocida y difundida como la romana. He tenido la oportunidad de ver varios castros vetones, ya desde la universidad fui a ver los primeros, el castro de la Mesa de Miranda y el de Ulaca en Ávila y me impresionaron por su monumentalidad, también por esas piedras hincadas puntiagudas previas a la muralla. Sin una explicación no sabes a cuento de qué están esas piedras. Todo lo concerniente a la pre y protohistoria es impresionante. Me alegro haber trasladado ese interés.
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