Mujeres en la historia
Plasencia (1507)-Santiago de Chile (1580)
Su vida y la de Pedro de Valdivia se cruzan en este punto y la atracción que sienten ambos los lleva a convertirse en amantes. Este hecho era conocido, y la iglesia no estaba de acuerdo porque Valdivia tenía mujer legítima en España: Marina. Bajo las órdenes de Francisco Pizarro, y tras once meses de dificultades sin límite, Pedro fundó Santiago de Nueva Extremadura y durante todo el tiempo que llevó la lucha contra los indios y la fundación, pidió a Pizarro que Inés permaneciese a su lado, aparentemente como sirviente y ayudante. Inés cuidaba de los heridos, consolaba a quienes iban a morir y, además, luchó con energía contra los indígenas que atacaban con denuedo. Sus compañeros la respetaban y consideraban como “una mujer de extraordinario arrojo y lealtad; discreta, sensata, y bondadosa, y disfrutaba de una gran estima”. Era aceptada la relación existente entre Pedro de Valdivia y ella, que duraba más de diez años. Pero la autoridad religiosa, La Gasca, obispo que también lo fue de Palencia y que en Valladolid su blasón llena la fachada de la iglesia de La Magdalena, alzada para su futuro enterramiento, decidió cortar aquel mal ejemplo y obligó a Pedro de Valdivia a traer desde España a su legítima esposa y le ordena, además, que case a Inés.
Valdivia obedece, pide a Marina Ortiz de Gaete que se reúna con él; ella accede y viaja acompañada por sus hermanos. Casa a Inés, que tenía 42 años, con uno de sus mejores capitanes: Rodrigo de Quiroga. Muere Valdivia a manos de los indios antes de que llegue Marina desde España. La vida de nuestra protagonista, Inés, cambia radicalmente: lleva con su esposo una vida “honesta y tranquila y se convierte en persona muy religiosa pues junto a él mandó dineros para que se edificara el templo de La Merced y la ermita de Montserrat”, ambos en Santiago. Murieron con poca diferencia en el tiempo. Isabel Allende novela su vida en Inés del alma mía. También su vida fue llevada al cine. Una Ópera del compositor José guerra lleva su nombre. Lo mismo que un parque y una línea de metro, en Santiago. Plasencia, su lugar de nacimiento, puso su nombre a un colegio. Inés Suárez fue una gran mujer en la Historia.
2 comentarios:
Froilán: Me gusta mucho tu blog. Pero me fastidia hacer comentarios porque, casi siempre, se me pierden en este inmenso Internet. Cosas que pasan y sobre las que escribiré un cuento algún día. Puedes creer que mis amigas entran siempre que les digo que sale algo mío. Imagino que luego, siguen.
En rehabilitación, Recoletas, algunas fisios se han aficionado. Ya les digo que pasen la dirección del blog a sus amistades o familiares. Desde Argentina te siguen Marta Mallo, sus hijas y amigas. Desde Venezuela, Carmen García Guadilla, que en su Universidad se mueve mucho. Por cierto, su libro El silencio de los abedules, es una delicia. Es palentina
profesora y un montón de cosas más, nació en Palencia, precisamente en la zona en la que estuvo nuestra primera Universidad, gracias a los dineros generosos del obispo don TelloTéllez de Meneses. Su abuela le decía: por aquí estuvo la Universidad. Esa idea creció con ella y, en este libro, describe magníficamente una época de gloria para Palencia e inserta en su novela unos personajes que, entre ficción y realidad, enganchan.
Un cordial saludo a todos los amigos de tu blog. También le di la dirección a Almudena Álvarez, de la Agencia EFE, quien me hizo, hace unos días, una entrevista que sale en La Gaceta de Venta de Baños, de Esther Duque. Un cordial saludo a todos los amigos de tu blog.
Carmen: Tú eres parte importante de este blog que tanto te gusta.
La verdad es que lo mimo, me entretengo cuatro horas diarias en decorarle con las mejores galas. A veces te equivocas, pero vamos saliendo a flote con nuevas y curiosas historias.
Yo también aprovecho para agradecer la visita de tantos amigos como llegan a diario a esta bitácora.
Un abrazo.
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