AdSense

Vidas cruzadas





Froilán De Lózar





Uno se entrega a los demás por algo. A veces, uno encuentra en el otro un atractivo que los demás no entienden. Con cuánto desconocimiento criticamos la actuación de los otros. Pasamos por la vida lanzando miradas de reproche y sólo cuando nos acercamos a las historias de los demás, aquello cambia nuestro enfoque. En nuestro papel de observadores quisiéramos comprender algunos gestos que todavía no podemos. Los casos se multiplican. Una joven que habla del sentimiento que la unía a su mejor amiga. Aquello era más que una amistad. Se lo dijo, y la perdió; un hombre quiere adoptar un hijo, pero la ley le pone infinidad de trabas porque está unido sentimentalmente a otro hombre; un hombre que se siente atraído por dos mujeres, o la mujer que se siente capacitada para entregarse por igual a dos hombres: El poeta, el escritor, el artista que a una edad avanzada, vive unido sentimentalmente a una muchacha joven que bien pudiera ser su hija.

¿Ocurría esto antes? –nos preguntamos. Posiblemente, pero las cosas han cambiado, si bien a nuestro parecer nunca terminan de encajar ciertas posturas y actitudes.

Observamos a una pareja de homosexuales. Nos avergüenza su conducta. Calificamos su pasión de enfermiza. Hace unos días, desde mi puesto de observación, atendí la experiencia de un matrimonio de mediana edad. Su hijo, de veinticuatro años, les había contado que era homosexual. "Esperabas que te partiera un rayo. Lo esperabas todo, menos aquello". ¿Y qué haces para impedirlo?¿Y cómo le cuentas eso a tus amigos para que te comprendan. Te espera, sin querer, la crítica más ácida de la sociedad, que tiene otros problemas mayores, pero que no perdona el tuyo, si es que lo tuyo es un problema. Porque no se trata de un enemigo, ni de una amenaza nuclear. No va a afectarle a tus vecinos, ni siquiera tú sabrás a qué sabe su cariño, ni qué tienen que decirse de mágico dos personas del mismo sexo, ni cómo puede entenderse a finales de siglo una reivindicación donde, entre otras cosas, se pide la igualdad. Unirse a él de por vida ante la iglesia y recibir en adopción unos hijos como las vidas ricas y famosas.

Usted, señor, sí, el que me está leyendo por descuido o porque le agrada reflexionar conmigo; usted que se considera muy macho y liberal, se imagina mañana ante el espejo después de conocer por boca de su hijo que quiere con locura a otra persona, que se muere de amor por otro hombre?
Puede que no sea nuestro caso, pero meditemos un poco antes de lanzar improperios. Seamos más comprensivos con los otros. No enturbiemos la vida que a nuestro entorno nos sorprende cada día con una historia nueva.






CRÓNICAS FIN DE SIGLO

Diario Palentino


SOBRE ESTA BITÁCORA

Author image

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.573.600 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +755.500 consultas y +6.100 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!

2 comentarios en el blog:
María Pilar dijo...

Me has recordado algo que me pasó hace tiempo e intenté reflejarlo en esta entrada: http://mpmoreno.blogspot.com.es/2010/12/el-sida.html
Sentí lo que no puedo describir al ver la impotencia, el dolor y la seriedad de aquella mirada que luchaba más que por su enfermedad porque esta sociedad no la rechazara. No lo logró.

CURIOSON dijo...

Breve y concisa. Suficiente para reflejar el gran dilema que nos rodea y que nos acompaña. ¿Sabes? Lo que no experimentamos en nuestra propia carne siempre nos da motivo para criticar a los demás, sobre todo para no comprender nada de lo que los demás sienten.
Un abrazo

"El Sida"

ADSENSE

EN PORTADA | LUGARES | ☻ +1.614👀

Liébana en el inicio de la Reconquista

La comarca de Liébana Por aquel entonces abarcaba también el valle de Polaciones y la actualmente llamada Montaña Palentina. | Miguel Vic...