En 1925, cuando la torre atraviesa por una difícil situación económica, Victor Lusting, un famoso truhán que engañó hasta Al Capone, aprovecha para realizar uno de los timos más sonados de la historia. Reúne a seis comerciantes (otros dicen que 5) de la industria metalúrgica y haciéndose pasar por un representante del gobierno les habla de la dificultad de seguir con el proyecto, haciéndoles ver las ventajas que reportaría en cambio a una empresa privada. Anré Poisson le hizo entrega de un maletín lleno de dinero a cambio de la Propiedad de la torre y cuentan que el susodicho vivió a cuerpo de rey en Viena durante un tiempo.
Pero como la primera persona a la que timó, no lo denunció por miedo a quedar en ridículo, Lusting volvió a vender la torre a un segundo industrial y al parecer éste armó tal alboroto que aquí se terminó el juego.
Wikipedia
Mitos y leyendas urbanas
El Correo
Andinia
Dónde viven tus vacaciones
10 comentarios:
A mi los timos me encantan.
Será que tengo muy mala leche.
Y me encantan porque el timador se aprovecha de la mala fé del timado.
El timado se dejar cegar por su propia avaricia y luego al quejarse, él mismo se pone en evidencia.
Y yo pensaba que estas cosas sólo pasaban en las películas...De nuevo la realidad se queda un par de pasos por detrás de la ficción.
Estooo...te vendo un submarino para cruzar la ría :-D (es broma)
Salu2
Yo ignoraba el timo de Lusting hasta el otro día, a raiz de un comentario que hicimos en el blog sobre Al Capone. Resulta que el famoso ganster había sido timado por un tal Lusting. Seguro que este sacó las pistolas o le hizo algún tipo de señal porque enseguida se lo devolvió todo. Jajaja. Gracias, Markos, te estoy haciendo asíduo de las curiosidades. Buen fin de semana
Hombre, markos, en el caso este no se aprovecha de la mala fe del timado. Simplemente de la ignorancia. Supongo que el timado valoraría en términos comerciales el asunto de la chatarra y echaría sus cuentas.
A mí, el que me gusta es el de la estampita, y que todavía sigue dándose. Siempre me acuerdo de Tony Leblanc, con la boina, haciendo de retrasao, en la estación de Atocha. No recuerdo en título de la peli pero es cojonuda
Tengo uno muy bueno para la próxima ocasión: el de "pago yo, pagas tú". Jajaja.
jejeje. Y mira que aqui tenemos nuestra buenas historias de pícaros....
Carpe Diem
lolllllll. que grande ese tipo!!! 1 es un exito, pero venderla dos veces no tiene precio!
Esto me recuerda alguna broma cuartelaria, pero apunta, sobre todo, al hecho de que muchos emprendedores y muchos magos de las finanzas son capos y se desenvuelven muy bien en la salsa de la falsía. De todas formas, ya sabéis: "Quien roba a un ladrón..."
También me recuerda, no sé por qué, aquello de que si la mierda valiese dinero, los pobres nacerían sin culo, con perdón. Y es que por comprar y poseer hay gente capaz de todo.
Bueno, amigos, da gusto buscar historias para vosotros. Para tamaña empresa también hay que ser vivo.
Vaya timador, me recuerda a quién vendió a un empresario de Londres, el Puente de la Torre de Londres, claro que no era la famosa sino un puente que se llama así xD
Saludos amigo Froilán
Este amigo vendió la Torre dos veces y en su acta de defunción le pusieron: "Profesión: ¡Aprendiz de vendedor!, eso fue el colmo. Jajaja.
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