En julio de 2018, me fui a Navarra en compañía de Garry, un compañero con raíces filipinas y Rocío, monitora del centro que venía de Argentina. El senderismo permite también estrechar lazos con personas que pasan por tu lado, que cuentan otras historias que enriquecen tu vida y, sobre todo, que sienten esa curiosidad de vivir con los cinco sentidos tantas sensaciones como nos aporta la naturaleza. Ha sido una premisa desde entonces y lo sigue siendo ahora con otros compañeros, lo que permite conocer y disfrutar de pueblos y rincones preciosos de España.
La luz que se filtra entre los árboles tiñe de verde lima el paisaje y el agua adquiere tonos verdosos en este lugar, reserva natural desde 1987 y uno de los enclaves más espectaculares de Navarra. A lo largo del recorrido encontramos numerosas pozas con agua de color turquesa, que tiene su explicación: el agua se va filtrando a través de las grietas de las rocas, de ahí su nombre "Urederra", que se traduce como "agua hermosa". El acceso es gratuito, sólo se cobra una tasa por el aparcamiento. Si todavía te quedaste con ganas de ver cosas, a once kilómetros del nacedero, en la cara sur de la Sierra de Urbasa, se encuentra el mirador de Ubaba, para disfrutar de bonito acantilado y unas impresionantes vistas del valle de Améscoa.
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