Escondido en el tronco
de un árbol esta un mochuelo,
y pasando no lejos un sapo,
le vio medio cuerpo.
-¡Ah de arriba, señor solitario!-
dijo el tal escuerzo:
-saque usted la cabeza,
veamos si es bonito o feo.
-No presumo de mozo gallardo-
responde el de adentro;
y aun por eso a salir a lo claro
apenas me atrevo;
pero usted, que de día su garbo
nos viene luciendo,
no estuviera mejor,
agachado en otro agujero?
¡Oh, que pocos autores
tomamos este buen consejo!
Siempre damos a luz,
aunque malo, cuanto componemos.
Y tal vez fuera bien sepultarlo;
pero, ¡ay, compañeros!
más queremos ser públicos sapos
que ocultos mochuelos.
1 comentario:
Muy bueno...
Besos de lindo fin de semana Froi TQM mi niño,
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