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Rudy-Spillman
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La terminación del ciclo
Se miran, se tocan, palpan los mismos vientos que los atesoran. Concentrados están en las mismas ideas, sus sinfonías tararean las notas que los emocionan. Los cactus se alejan y quedan fuera de su alcance, sus espinas se ensartan en todo y en todos pero a ellos no los tocan. Parece un juego de alegorías.
La ecuación filosófica
💨 Deberemos partir del principio cierto que dice que todo lo que deseamos lo podemos lograr. No podemos dejar de lado el hecho de que no siempre resulta sencillo saber qué es lo que se desea.
Descubriendo nuestro diluvio
Se escuchan los sonidos de las sepulturas. Rabian los corazones que aún viven. Pero ya no laten, sólo mantienen el color de la esperanza. El ridículo emblema que nos mecía con sus falsas caricias ya no está. El lodo va cediendo a la noble lluvia y... llega el diluvio. Hasta el aire fresco empieza a respirarse a sí mismo debido a su abundancia, su pureza, su magnanimidad.
El ocaso de la maldad
El ocaso de la maldad se aproxima en retazos de hipocresía que malgastan sus últimas ironías. Quebradas las olas de quienes lloran, los rayos de luz asoman por entre montañas de burguesía. La ropa bien planchada de la estúpida última moda de quienes desfilan por las pasarelas de las sociedades corrompidas.
Somos energía sin control
El ser humano funciona como la batería de un coche. Aunque deberemos tener en cuenta ciertas diferencias relevantes. Nosotros no sólo acumulamos y gastamos energía. Somos energía. Pero existe una desventaja en relación con el pequeño accesorio automotriz debido a que mientras un vehículo sabrá siempre cuándo y cuánta energía utilizar, nuestros índices de referencia serán manejados generalmente por nuestro temperamento y no siempre en nuestro favor. Un vehículo estacionado sabe que no necesita utilizar energía. Sabe también que deberá emplear mayor cantidad de la misma a los efectos de poner en marcha el motor, que la que requiera para encender los faros. Sabe exactamente de qué manera repartir el uso de su energía y cómo acumularla para contar siempre con la necesaria a la hora de ser usada. Comparando, nosotros invertimos energía sin ningún tipo de control. Nos movemos de manera automática, manejados por impulsos que nos llevan a gastar demasiadas energías en situaciones irrelevantes. Ello nos ocasiona la falta de las mismas cuando nos encontramos frente a situaciones en las que realmente las necesitamos. Por ejemplo, cuántas veces nos vemos involucrados en interminables discusiones que no nos llevan a ningún lugar ni traen beneficio alguno a ninguna de las partes participantes. Pero sin advertirlo quedamos atrapados en una especie de inconsciente necesidad de “convencer”, movidos por nuestro ego.
"Siempre dispondremos de la posibilidad de ofrecer nuestra opinión. Pero debemos saber respetar la de los demás, de manera tal que a la vez que expresemos respeto hacia otras opiniones estaremos reservando importantes cantidades de nuestra energía para ser utilizada en los casos de verdadera necesidad”.
"Siempre dispondremos de la posibilidad de ofrecer nuestra opinión. Pero debemos saber respetar la de los demás, de manera tal que a la vez que expresemos respeto hacia otras opiniones estaremos reservando importantes cantidades de nuestra energía para ser utilizada en los casos de verdadera necesidad”.
* Miembro de la Asociación Israelí de Escritores en Lengua Castellana (AIELC).
* Miembro de Escritores Club (Agrupación de Escritores Independientes de Habla Hispana).
* Asesor de la Academia Filosófica Hebrea "Sinaí".
* Miembro de Escritores Club (Agrupación de Escritores Independientes de Habla Hispana).
* Asesor de la Academia Filosófica Hebrea "Sinaí".
Actualización Agosto2025 | 540👀
Rudy Spillman desde Israel
Nuestra infinita cantidad de destinos
Conocemos dos teorías tradicionales que describen el destino. Una dice que éste está escrito y no hay nada que podamos hacer al respecto para cambiarlo. La otra expresa lo contrario, es decir, que cada uno de nosotros va forjándolo, lo va haciendo al andar y es responsable absoluto de su resultado.
Rudy Spillman
* Miembro de la Asociación Israelí de Escritores en Lengua Castellana (AIELC).* Miembro de Escritores Club (Agrupación de Escritores Independientes de Habla Hispana).* Asesor de la Academia Filosófica Hebrea "Sinaí".
La teoría cuántica plantea que si en algún lugar cae de un árbol una manzana dicho evento no habrá ocurrido si no hay alguien que lo haya observado, escuchado el sonido que produce, etc. Es decir que el hecho en sí requiere de la experiencia vivida por alguien sobre el mismo para poder aseverar que éste se ha producido. Siguiendo los mismos principios de la mecánica cuántica, Shrödinger intenta explicar en su conocido experimento sobre el gato, que dentro de la caja éste se encontrará simultáneamente vivo y muerto, según si la ampolla se rompe liberando el veneno mortal o no y mientras no abramos la caja para observar. Pero poca gente entiende y comparte las deducciones de los ejemplos vistos.
Pareciera que cada uno de los seres vivos vivimos una infinita cantidad de destinos conformados de momento a momento y de acuerdo a nuestras grandes y hasta las más pequeñas decisiones posibles. Todas las opciones se dan, a cada instante. Pero sólo nos enteramos de las que tomamos en uno sólo de los destinos. El que nos toca vivir y en la dimensión en la que nos encontramos viviendo. Los demás “nosotros mismos” viven la suya según su propia decisión, pero tampoco se enteran de las que concomitantemente vivimos en otras dimensiones paralelas. Sería como una especie de desdoblamiento infinito de nosotros mismos en tantos seres como situaciones creamos, puesto que cada una de ellas crea un nuevo destino por más pequeña que ésta sea. Esta actitud de tomar decisiones constantemente crea innumerable cantidad de situaciones, todas ciertas, todas vividas al mismo tiempo por el mismo ser, sólo consciente de una de las tantas decisiones y sus resultados causa-efecto que se producen de manera constante pero que condicionan su sensación de estar viviendo una única vida con un sólo destino. Así, “A” se casa con “B”, pero en otra vida queda soltero, en otra, inválido y en alguna también muere. De esta manera habrá tantos “A” como situaciones puedan ser creadas y sin que un “A” sepa la vida que lleva o lo que ocurre con los demás “A”. La vida de cada ser viviente sería pues como el enorme tronco de un árbol del que surge una constante e innumerable cantidad de ramas tomando diferentes direcciones y creando sus propios destinos.
Es por ello que decíamos al principio que en esta cuarta teoría cohabitan las dos primeras. Puesto que, por un lado, debido a todo lo expuesto, cada uno de nosotros iría formando su destino a medida que toma sus decisiones, pero por el otro y a la misma vez, esa infinita cantidad de opciones que se encuentra a nuestra disposición ha estado siempre allí ya escrita. Ésta es al menos mi interpretación sobre los principios y algunas de las consecuencias de la aún controvertida teoría cuántica. Todas las opciones se dan, pero no estamos capacitados para captarlas en su totalidad. En vez de ser “nosotros” materializando nuestros sueños, serían ellos los que nos crean y condicionan a nosotros.
* Miembro de la Asociación Israelí de Escritores en Lengua Castellana (AIELC).
* Miembro de Escritores Club (Agrupación de Escritores Independientes de Habla Hispana).
* Asesor de la Academia Filosófica Hebrea "Sinaí".
* Miembro de Escritores Club (Agrupación de Escritores Independientes de Habla Hispana).
* Asesor de la Academia Filosófica Hebrea "Sinaí".
Actualización Agosto2025 | 496👀
Rudy Spillman desde Israel
Explicar sin haber sido preguntado
Pareciera ser lógico el dar explicaciones sólo cuando uno ha sido interrogado. Pero esto no siempre sucede así. No es lógico que siempre suceda lo que es lógico. La vida está repleta de ilógicos.
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