Historia de un Emperador
En el siglo XIII, en China, el emperador Shi Guang Ti quiso borrar la historia de su país. Deseaba que nadie conociese el nombre de sus antecesores, sus hechos gloriosos, las batallas ganadas, los magníficos palacios que habían ordenado construir y que, ni tan siquiera, recordasen el amor despertado en el pueblo por su buen gobierno. Y como se dio cuenta de que todo quedaba reflejado en los libros, ordenó quemar cuantos habían sido escritos antes de que él se hiciese coronar emperador. De este modo, pensó, que la historia había sido destruida y que, a partir de ese momento él inauguraba una nueva dinastía en la que se consideraba y sentía el dios emperador.
Cervantes nos relata en El Quijote cómo, unos personajes de su gran obra, esta vez por ignorancia, queman algunos libros de Caballería porque, según ellos, habían causado la locura de su señor. Y, el cura, va separando algunos porque `son dignos de ser salvados´. Vale la pena profundizar en este capítulo, no es muy largo. Y, por supuesto, leer el libro entero, mejor que mejor. Después de la guerra civil española, `incivil´, decía mi marido, la lista de libros prohibidos fue enorme. Muchos escritores se autocensuraban para poder publicar. Hay un libro de Manuel Rivas que relata cómo después del 36, en La Coruña, en El Parrote, se apilaron miles y miles y se hizo con ellos una gran hoguera. No olvidemos el placer que proporciona la lectura de un buen libro. Los libros son buenos compañeros, nos hacen más felices y sabios, tolerantes y, por supuesto, más libres.
Gracias, Miguel de Santiago, por esa delicia de La música en el alma que dedicas a Carmen Casado Linarejos, ilustre profesora y escritora, amante de la buena poesía y de la buena música. Y añado: La persona que mejor conoce y valora tu obra. Y agradezco tus palabras: Para Carmen, que habita un hogar en el que la música siempre ha estado presente. Las buenas bibliotecas están repartidas por todo el mundo. Cuanto más rico y culto es un país, más libros leen sus habitantes. Hace poco oí que en España se lee poco y que algunos de sus habitantes no habían leído un libro en toda su vida. Con gusto les envío una recomendación: Un libro al año, no hace daño. El tacto del papel es agradable, su peso liviano y sus palabras, un tesoro. ¿Nos animamos a cambiar la estadística?
SOBRE ESTA BITÁCORA

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.883.000 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +852.000 consultas y +6.100 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!
Desde luego, Carmen, un libro es cultura en todo momento, es saber, es conocer de cosas y de lugares remotos sin ningún esfuerzo, más que el de tener entre las manos el libro y pasar sus páginas sintiendo lo que en ellas se dice. Así que me gusta esa recomendación que lanzas al respecto sobre el libro. Y más durante este tiempo del verano, cuando se goza de más tiempo libre. Saludos.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarVaya historia la del chino. Esperemos que no se repita el ejemplo.
Alguien decía, no recuerdo quién, más libros, más libres. Pues eso. Confiemos en que las generaciones venideras sigan disfrutando de la lectura y leyendo, de lo contrario, mal vamos.
Un abrazo. 🤗