Ahora recordamos, con ciertas dosis de incredulidad, muchas de las costumbres que marcaron las pautas en el entorno montañés. Muchas historias se han ido recogiendo en los libros, otras se transmitieron de boca en boca y, algunas no han trascendido porque quienes las conocían no consideraron oportuno divulgarlas.
Antes de la boda, los padres de la novia recibían la pedida del novio. Llegó a mis oídos por varias fuentes una curiosa historia. El novio pidió a los futuros suegros el prao que lindaba con el suyo. La primera vez no llegaron a un acuerdo. El novio le pedía calma a la novia: "Tú no te preocupes, que aunque tu padre no me ceda el prao de las angas, yo me casaré contigo". Y cuentan que se casaron y vivieron felices. La poetisa del lugar elaboró la copla que explicaba el asunto:
Gracias al prao de las angassino, no tenemos boda.Ese es el amor que tieneel señor novio a la novia.
Las imágenes datan de la primera y segunda década del siglo XX, del periodo 1905-1918, y a través de ellas podemos recrear la dureza del invierno, las tradiciones, las vestimentas, los antiguos edificios… Se trata de imágenes estereoscópicas, realizadas con una cámara de dos objetivos.
Froilán de Lózar, Primeras imágenes de Pernía, Editorial Aruz, Julio de 2010.
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