(IV.6.2) SIMBOLOGÍA ZOOMÓRFICA.
Pero también es susceptible de lecturas positivas. Al despojarse de su antigua piel se convierte en alegoría del pecador arrepentido, que se deshace de su condición pasada por medio del Bautismo y la Penitencia.
En el Codex Calixtinus, la serpiente que protege su cabeza con todo el cuerpo, es símbolo de Prudencia : “stote prudentes sicut serpentes” ( Mateo 10.17)
Los símbolos mitológicos más antiguos que conocemos son el árbol y la serpiente. A partir del segundo milenio antes de Cristo aparecen dibujos y grabados de serpientes y de árboles; por ejemplo en un vaso sumerio de esa época, dedicado al Señor del Árbol de la Verdad, se representan dos serpientes erectas enroscadas de la misma forma que aparecen en el caduceo de Hermes. La característica de la serpiente de renovarse cambiando la piel llevó a la creencia de que era capaz de renacer, al igual que ocurre con la luna, que nace y muere cada mes. En grabados antiguos el símbolo de la luna aparecía cerca de la serpiente, y también, a veces, el sol. La serpiente aparece también, y con frecuencia, enroscada a un árbol frutal, por lo general una palmera cargada de dátiles; alguna figura femenina suele también aparecer en relación con esta palmera, ya sea sentada a su lado, como señora o recogiendo los frutos del árbol. La serpiente es un símbolo antiquísimo de la Sabiduría y de la Inmortalidad; “el más astuto de los animales” la llamaba el Génesis. Se creía que rejuvenece al cambiar la piel, secreto que en algunos mitos estaba destinado a los hombres, pero que por medio de engaños, la serpiente se lo quedó. Se relaciona con la tierra, y por tanto con la Tierra Madre, y con el Árbol. La serpiente que se muerde la cola es un símbolo gnóstico llamado úroboros, y rodea al mundo; también simboliza la Eternidad, o el eterno retorno. Es un símbolo usado en la alquimia y en las doctrinas herméticas. La gran serpiente germánica, Midgard, rodea la tierra y habita en las aguas primordiales.
La serpiente, a pesar de ser un símbolo fálico bastante poderoso, es andrógina en la concepción mítica, pues es a la vez uno de los símbolos de la vagina dentada, que se traga la vida. Este carácter se ve reflejado en la historia de Tiresias y la discusión entre Zeus y Hera sobre quién gozaba más en la unión sexual, si el hombre o la mujer. Sólo Tiresias, que había tenido los dos sexos podía responder a esta pregunta. Resulta que una vez se encontró a dos serpientes abrazadas y las golpeó con su cayado, fue inmediatamente convertido en mujer. Tras una semana de años, volvió a encontrarse a las serpientes en la misma posición, y haciendo lo mimo volvió a ser hombre. Las serpientes aparecen muchas veces enroscada en el árbol, pero muchas veces son dos serpientes que abrazadas se enroscan en un poste, como podemos apreciar en el símbolo de Mercurio (y de la medicina), entre otros.
En la historia de Moisés aparece la serpiente varias veces: cuando Yhweh le ordena arrojar su cayado al suelo este se convierte en serpiente, pero también la serpiente de bronce colocada sobre un poste que curaba a los israelitas de las mordidas de las saraf o serpientes aladas que Yahweh les había enviado como castigo. Esta serpiente vuelve a aparecer en el segundo Libro de los Reyes en donde se narra que el rey Exequias “rompió la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque los hijos de Israel le habían quemado incienso hasta aquellos días; se llamaba Nejustán” (XVIII,4). Si los antiguos israelitas veneraban la serpiente de tal modo, no es de extrañar que en el relato de la creación Yahweh la maldiga: “maldita seas entre todas las bestias y entre los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás y polvo comerás todos los días de tu vida. Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre su linaje y tu linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar”.
En la mitología hindú se cuenta que había un océano de leche en el que vivían una raza de serpientes gigantes. Vasuki, rey de las serpientes solía enrollarse a dormir en el monte Meru, que estaba en medio de este mar. Un día los dioses cogieron a Vasuki por un lado y tiraron de él; los demonios, por su parte tiraron del otro cabo. Tirando de uno y otro cabo hicieron que el monte girara ya en una dirección ya en otra, y así se formó un queso primordial del que salieron, al mezclarse con el veneno que vomitó la serpiente, varias cosas preciosas, entre ellas, la madre de todas las gemas, el árbol celestial y Lakhmi, la diosa de la belleza.
Sección para "Curiosón" del grupo "Salud y Románico".
No hay comentarios:
Publicar un comentario