Según recoge Froilán de Lózar en su libro "Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", su historia, sus pueblos y sus gentes (7), a la localidad se la cita como "Bañes" en el Cartulario de Liébana en 1001. En 1118 aparece en la documentación de Alfonso VIII como la villa de "Bannes" y en el Becerro de las Presentaciones de León es "Vanes".
PUBLICACIONES | MARTA REDONDO
Algunos autores, como Roberto Gordaliza y José María Canal, creen que Vañes puede ser una palabra prerromana relacionada con ibai (río), siendo entonces ibai-ni-aitz, lo que se traduciría por "el lugar de la peña del rio", una peña que existía al lado del Pisuerga en el antiguo emplazamiento de la población.
Pascual Madoz, por su parte, señala a mediados del siglo XIX que la localidad pertenecía al partido judicial de Cervera y a la Diócesis de León. Describe que la antigua población, que posteriormente fue trasladada al lugar en el que se encuentra en nuestros días, estaba a orillas del río Pisuerga y contaba con un clima sano, ya que "no se conocían más enfermedades comunes que los catarros". En ella moraban 104 almas repartidas en una veintena de hogares. Según el censo de población de 1877 del Gobierno Civil, Vañes era cabecera de un Ayuntamiento que incluía varios pueblos y que sumaba 599 vecinos. Tenía el edificio del Ayuntamiento, una escuela a la que por aquel entonces asistían 25 niños y una iglesia parroquial dedicada a San Salvador. Además, contaba con la ermita de Santa Lucía, situada a cien pasos al Este del pueblo. Detalla también Madoz que allí había varias fuentes de exquisitas aguas e innumerables minerales de carbón de piedra. La mayor parte de su terreno era montuoso poblado de robles, hayas y otros arbustos que se aprovechaban para construir cubas y toneles.
De Lózar afirma que en el pasado siglo Vañes contaba con médico, un negocio de telas que fue trasladado a Urbaneja y dos tiendas de ultramarinos. Tenía además baile, donde se reunían los jóvenes del pueblo y donde tocaba un gaitero asturiano. Un relato que corroboran dos de sus antiguos habitantes, Fidel Ramos y Eutiquio Torres, ambos nacidos en Vañes. Afirman que era un pueblo grande y muy alegre, ya que había mucha mocedad, "sobre todo porque había mucha gente trabajando en la construcción de los puentes de la zona". Vivieron su niñez en un Vañes que estaba ubicado en la otra orilla del pantano y que en sus últimos tiempos -en los años treinta del pasado siglo- habitaban unas cincuenta personas. Dicen que en el pueblo había tres barrios: La Barriada y los barrios de Arriba y Abajo, dos cantinas, un buen molino y una tienda de ultramarinos, además de maestra y cura. La gente vivía de la ganadería de vacuno y del cultivo de centeno, trigo, patatas, guisantes y cebollas. También gozaba de buenos recursos piscícolas, truchas y cangrejos abundaban en el río Pisuerga, además de cinegéticos, con la caza de liebres y jabalíes. Los domingos y festivos había tiempo para el baile, que se hacía en el edificio de la Casa Concejo, "entonces no había orquestas, se tocaba la pandereta y el tambor".
Editorial Aruz
Colección Historias de la Montaña Palentina
Julio de 2009
De la sección de la autora en "Curiosón"."Una mirada al pasado" @MRedondo2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario