💨 Naika, la joven desaparecida durante once años, continuaba sin contar nada a sus padres tres años después de su regreso a León.
💨 Las preguntas siguen en el aire. ¿Por qué se fue de casa?, ¿Por qué vuelve once años después?, ¿Por qué no hay respuestas?
Como la revisión de la historia que hoy traemos a portada es de lo más abstracto que he llegado a ver nunca, sopesé corresponderle con un título que lo abarcara todo: "¿quién sabe qué?". A primeros de Noviembre de 2003 regresa a su casa, en el pueblo leonés de Magaz de Arriba, Naika Méndez Pestaña. Pero no viene de una fiesta, ni de un paseo, ni de un fin de semana. Regresa después de once años, cuya desaparición fue tratada en aquel programa que dirigía en la primera de Televisión Paco Lobatón: "¿Quién sabe dónde?"
«Si tu hija regresa a casa después de haber estado desaparecida y no quiere contarte nada de su pasado, sólo puedes hacer una cosa: respetar su decisión». declaró Enma, su madre. «Cuando no estaba todo era un sin vivir, una continua agonía y sé que la gente pensará cómo puedo aguantar sin saberlo, pero cuando la tienes delante no te hace falta nada más. Sólo los padres que han pasado por lo mismo que yo pueden entenderme», dice Enma. Su madre sigue sin saber si estuvo secuestrada, capturada, torturada o se fue por su propia voluntad. Naika dijo que el pasado prefería «dejarlo atrás», y en su casa, simplemente, han decidido no hacer preguntas.
A SABER:
Sólo se resuelven la mitad de casos de adolescentes que no vuelven a su casa por circunstancias extrañas, según la Policía. En España, hay 1.873 denuncias de menores desaparecidos. Sólo cuatro de ellas son calificadas de «inquietantes»: chicas adolescentes que sin motivo aparente no regresan a casa.
Sólo en el 50 por ciento de los casos se encuentra el cadáver.
Pueden pasar años sin hallar una pista.
Los expertos aseguran que la desaparición de un hijo es superior a la pérdida.
"Con el tiempo -asegura alguien que ha pasado por ello- te conformarías con una nota que dijera: "sigo viva".
Angustias, viuda de 76 años, no quiere irse de su casa. «Sé que antes de que muera, ella va a llamar a la puerta». Su hija desapareció con 13 años. Era también domingo. Se fue al baile y nunca más regresó.
Juan lleva desde 1996 sin saber nada de Cristina, su hija.
Muchos aseguran que desean la llamada que les confirme la muerte de los suyos para calmar su duelo.
Flor Bellver, psicóloga, explica que es tan insoportable no saber qué le sucedió que «es legítimo desear poder cerrar esta situación para dar descanso a los muertos». Bellver asegura que no debe hablarse en términos de volverse loco o no. «Esa expresión no es acertada, sí sucede que la vida de los padres queda completamente afectada. No hay ningún ámbito, ni el profesional, ni el de las creencias, ni la vida en pareja, que quede a salvo. No hay tregua, ni descanso, ni escondite. La tensión mantenida durante mucho tiempo se vuelve insoportable», puntualiza. Lo único que les queda es la esperanza.
Hay familias que recurren a videntes, dejan sus trabajos, hipotecan sus vidas para buscar, aunque sean las palabras que desean oir.
Para saber más
samuraisarea
diario de león
Imagen: blogperiodistadigital
3 comentarios:
Si ese es su deseo no que otro remedio que respetarla pero aunque la angustia de su ausencia pasó, siempre quedará la duda de por qué pasó y si volverá a repetirse (al no saberse los motivos).
Recuerdo este caso cuando lo sacaron en Quien sabe donde... Y me llamó la atención aquella chica tan vistosa y la zona donde ocurrieron los hechos, ya que la he visitado con frecuencia y tengo amigos por alli. Afortunadamente la chica regresó al cabo de 11 años y esta de nuevo con su familia, que es lo importante. Y si no quiere contar nada, pues sus motivos tendrá y deben ser respetados. Un saludo y mis mejores deseos para Naika.
Pues yo si pienso y creo que al menos su familia merece una explicación.
Sufrieron mucho por su ausencia y por la incertidumbre de saber qué había pasado con ella. Pero claro, no pueden forzarla a hablar, es Naika misma quien debe tomar la decisión de sincerarse con ellos
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