Ajuares
Decíamos ajuares a los "atropos", a las malas pintas que llevaba alguien. También "alamares", que en Camporredondo suele entenderse por purrela o trastos de poco valor. Quien se alampaba, se quemaba: "¡Quema, que alampa!", acepción muy usada en Pernía. En cambio, yo nunca había oído la palabra "lastrada" como la mencionan en Santibañez de Resoba cuando aluden a una tierra que después de labrada se moja y queda superficialmente agrietada. Algunas palabras aparecen en el Diccionario de la Lengua Española con significados diferentes.
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Aviñante de la Peña | Imagen de José Luis Estalayo |
Aunque las casas ya se han ido acondicionando, en el pasado siglo la mayoría no tenía cuarto de baño o tenía uno como mucho en el piso de abajo. En las habitaciones se utilizaba el orinal. Este recipiente de vidrio, loza o barro en Ventanilla se le conocía como "Albañal". No podemos abandonar este apartado de la a sin mencionar la "albarca" o "almadreña", zapato o zueco de madera muy utilizado en la montaña. En Ventanilla precisamente se recoge una frase que complementa bien esta palabra: "En Tosande solía matar el tiempo haciendo machorras para las albarcas, cachavas, badajos y otros útiles para el trabajo y, cuando bajaba al pueblo, los mostraba con orgullo." Las machorras eran unos tacos de madera que iban encajados en las patas de las albarcas, donde por norma general se colocaban unas gomas. En Dehesa de Montejo, se conocía esa parte de la albarca, como "pezguera", saliente, en la parte bajera, donde se colocan las machorras o gomas para protegerla. Y toda esta historia relativa a este calzado, tan corriente en nuestra montaña palentina, lo saben bien los de Vidrieros, que hablan de los mejores artesanos y los inigualables albarqueros. Otra palabra muy curiosa es alicuéncano, que en Barruelo se utilizaba para definir al sinvergüenza y a la ventosidad. Y por situarnos en la sintonía y echar una risa, quien no recuerda la palabra "alicate", no referida, naturalmente, a la herramienta, esa especie de tenaza metálica diseñada para realizar múltiples funciones. Nos referimos a ese niño guerrero, a ese niño travieso, al que en la mayor parte de los pueblos de la montaña, le consideraban un pieza de cuidao, un alicate.

LA MADEJA
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6 comentarios en el blog:
En la Madeja de hoy, Froilán, nos rescata del olvido palabras en desuso que se utilizaron en Camporredondo, Santibáñez de Resoba, Ventanilla, Tosande, Dehesa de Montejo, Vidrieros, Barruelo, pero no añade ninguna de San Salvador de Cantamuda, su pueblo. Palabras olvidadas, como ajuares, atropos y alamares, alampa, lastrada, orinal y albañal, albarca o almadreña, machorra para albarcas, cachavas, badajos, pezguerra alicuéncano, alicate y pezguera.
Algunas de estas palabras las conocemos, y aparecen en el Diccionario de la Lengua Española con significados diferentes, otras no son conocidas en Tierra de Campos, donde existe un rico diccionario, al igual que en la zona de Saldaña y en el Cerrato, palabras que se mantienen gracias a la labor del gran Joaquín Diaz, Gonzalo Alcalde, Carlos Porro, Carlos Vielva, o el propio Froilán de Lozar.
Este ramillete de palabras usadas en el pasado en los pueblos de nuestra Montaña palentina, que hoy nos muestra Froilán en su “Madeja” de Diario Palentino, resulta que a los que ya “peinamos canas” nos suenan también, aunque no seamos naturales de ese territorio, sino de alguno limítrofe, como es la Comarca saldañesa, por ejemplo.
Y al escucharlas, nos sentimos plenamente identificados con ellas, hasta tal punto que nos trasladan por momentos a aquellos lugares y situaciones; recordando en ocasiones a las personas con las que las compartíamos. Habiendo pasado algunas de ellas a nuestro Diccionario; lo que quiere decir que no resultan para nada raras ni trasnochadas. Forman parte del acervo cultural de nuestro pasado; todo un lujo ahora en el presente.
Amigo Froilán: Me has transportado a mi ya muy lejana infancia en mi calle de San Juan palentina y sobre todo en mi querido terracampino Villafrades, donde utilizábamos muchas de esas preciosas palabras, que nos evocas. Gracias por retornarme a aquellos felices días.
Pues sí, algunas de estas palabras son muy conocidas para mí, pero con significado distinto. También hay palabras que tienen sus variantes, la misma raíz pero ligeramente distintas. Es increíble cómo cada zona, pueblo o lugar emplea un vocabulario tan diferente.
Curiosas palabras, algunas en mi pueblo, Autillo, con significado diferente, como albañal, que era el canalillo evacuatorio de las aguas sucias, que iban a parar a la calle. Gracias Froi.
Interesante artículo Froilán, sobre todo para todos los que nacimos en el mundo rural, y más en nuestra zona. Muy importante por el nombre de esas palabras.
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