—Amanecerá Dios y medraremos.
Sancho lo emplea también en el pasaje siguiente: "Si los escuderos fuéramos hijos de los caballeros a quien servimos, o parientes suyos muy cercanos, no fuera mucho que nos alcanzara la pena de sus culpas hasta la cuarta generación. Pero ¿Qué tienen que ver los Panzas con los Quijotes? Ahora bien, tornémonos a acomodar, y durmamos lo poco que queda de la noche, y amanecerá Dios y medraremos.»
Maese Pedro, refiriéndose al mono que se le había escapado, modifica el refrán de ese modo: «Ninguno lo podrá decir mejor que mi mono; pero no habrá diablo que ahora le tome, aunque imagino que el cariño y la hambre le han de forzar a que me busque esta noche, y amanecerá Dios y verémonos.»
Cita también Cervantes este adagio en la Ilustre fregona. Expresamos con él, no solamente nuestra resignación y conformidad , sino también la esperanza del remedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario