Quienes lo narran, lo juegan al nivel más alto. Del desencanto a la emoción más grande. Del barro al cielo. Casi al final, cuando ya solo se entienden los milagros, el defensa Marcos Rojo desataba la euforia en el país argentino, donde allí se vive de otra manera el fútbol. Allí, el fútbol se ve en la radio. Pablo Giralt, Rodolfo de Paoli, o Sebastián Vignolo desde la televisión se convirtieron en protagonistas al llevar la narración a lo más alto, emocionados, desquiciados, ajenos casi a la emoción que estaban despertando.
«Tengo ganas de gritar hasta morir, señores».
«¡Carajo! ¡Nunca hay que dejar de creer! ¡Nunca, nunca hay que darse por vencido! ¡Hay que intentar siempre todo! ¡Nunca jamás en la vida, carajo! ¡Nunca!»
«¡Siempre hay que creer!»
Fuentes consultadas:
www.abc.es/play
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