Humillado a tus ruedas te decimos:
¡Para!¡Para, por Dios, la bicicleta!
Tu anuncio hemos leído; en él nos nombras
¡qué honor, en cuarta plana, el que nos prestas!
En ese anuncio cómico-satírico,
inspiración del astro que te alienta,
nos incluyes. ¡Qué honor!¡Nos esponjamos!
y hasta la ropa se ha quedado estrecha,
pues la satisfacción, ¡ay!, que sentimos,
no puede ser descrito por lo inmensa.
¿Que eres ya popular por el invento?
¡Es un error! De antiguo ya lo eras.
¡Que lo digan las cintas que has ganado
con flecos de oro y con bordadas grecas!.
¿Que pagas los reclamos que te hagan
y que acoges, gustoso, las endechas
que de tus urinarios compongamos?
¡Tu magnanimidad es casi regia!.
¡Venga la inspiración, Musas divinas!
¡Venga la lira de doradas cuerdas!
¡Para poetizar las mingitorias
broten quintillas, madrigales, églogas!...
¡Dios te lo pague, edil! Eres espléndido.
¡No hay duda que enriqueces a la prensa!.
pues, como es el primero, va de muestra.
Cádiz por dentro | 6 de Mayo de 1908
No hay comentarios:
Publicar un comentario