Liliane Henriette Charlotte Schueller, es hija del fundador de la multinacional de cosméticos Eugéne Schueller, un químico de formación, hijo de un panadero de origen alsaciano que inventó en 1907 el tinte capilar, con el que hizo fortuna vendiéndolo a los peluqueros parisinos y que parece el origen del gigante mundial de la cosmética. Pero su invención no le impide ocultar el pasado donde se habla de la ayuda que presta en 1930 a un violento comando fascista, de nombre "Chubasquero".
Liliane se casa en 1950 con el político francés André Bettencourt, a quien conoció en un balneario suizo mientras se curaba de la tuberculosis.
Según la revista Forbes, en 2009, Liliane es la dueña de una fortuna estimada en 22.900 millones de dólares (16.500 millones de euros), cifra que le coloca en el puesto 17 de la lista de los más ricos del mundo
Resulta que la Hacienda gala quiere un poco del pastel y ya se ha puesto a investigar, alentada por su gestor Patrice de Maistre, que reconoció cuentas no declaradas en Suiza por valor de 78 millones de euros. Será su hija la que destape la caja de los truenos, denunciando al fotógrafo François-Marie Bannier, "por aprovecharse de la “supuesta” debilidad de su madre para conseguir dádivas por valor de 1.000 millones de euros.
Hasta su propia hija -¡qué demonios tendrá esto de manejar tanto pastel!- le acusa de despilfarrarlo entre sus amantes.
"Tengo los medios para ser libre de mis actos" -se defendió ella en "Le monde", lavando -como tantas folklóricas y damiselas nuestras-, sus trapos sucios en los medios.
el economista
wikipedia
expansión
el confidencial
mediapart
2 comentarios:
Si en todos los armarios hay esqueletos escondidos en los que se compran con indecentes fortunas caben muchos, muchos, muchísimos
Salvo casos excepcionales, una gran fortuna se hace, considero, ocultando mucho. Me da igual si los medios, debido a las circunstancias, han sido lícitos o no. Lo lícito no tiene que ver con lo ético.
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