La supuesta farsa de
Frederick Cook
No importa que haya pasado mucho tiempo. Creo que a día de hoy nadie ha despejado la duda acerca de su verdadero descubridor, si es que puede llamarse así a un tío que va caminando y se encuentra de pronto con una tierra nueva y enseguida le clava la bandera de su país.
"Está claro que no se trata de un descubrimiento científico, sino de una torpe superchería".
La irritación de los yanquis, que tan orgullosos se habían sentido con el supuesto descubrimiento, sobrepasa todos los límites, y, si el doctor apareciera en estos momentos, es posible que lo pasara muy mal...
Las muchedumbres querrían lincharle.
Cook prudentemente se oculta, y acerca de dónde está corren los rumores más diversos. Algunos le suponen en Brooklyn, refugiado en su casa, y otros afirman tener noticias ciertas de que el doctor ha llegado a Marsella, donde se propone embarcar con rumbo desconocido. Los periódicos neoyorkinos publican largas informaciones del asunto. El interés y simpatía que en los primeros momentos despertó el supuesto descubridor del Polo Norte fueron inmensos. Dio conferencias, que se le pagaron espléndidamente; colaboró en los periódicos; hizo publicar, con diversas firmas, folletos que el público arrebataba. En resumen, consiguio el doctor en pocos días, según parece, improvisarse una fortunita de 30.000 libras esterlinas. Sólo por dos conferencias cobró 2800 libras.
Ya que no descubriera el Polo Norte, descubrió el secreto de hacerse rico.
Los entusiasmos de ayer truécanse hoy en denuestos y las simpatías en furores. La superchería ya no deja lugar a dudas. El comandante Peary, el famoso rival del doctor Cook, está resplandeciente de júbilo, y no cesa de recordar que desde el primer instante proclamó que se trataba de una farsa indigna.
Los amigos de Cook, tratan de quitar importancia a lo ocurrido, y afirman que su ídolo se rehabilitará pronto por obra y gracia de nuevos documentos que se dispone a enviar a la Comisión Científica encargada en Dinamarca de dar el fallo definitivo. El público londinense está interesadísimo por este asunto. Entre los telegramas de Copenhague, hay uno que ha producido gran sensación, en el cual se da cuenta de una interviú celebrada con Knud Ramussen, uno de los miembros más influyentes de la Comisión.
Ramussen sabía por los esquimales el detalle que hizo Cook de Svartevage a Etah, y de ahí que en los primeros tiempos fuera decidido defensor del doctor y le diera entero crédito. Hoy Ramussen se ha referido a la evidencia y señala que todo ha sido una farsa intolerable, un grave atentado contra los respetos que merece la ciencia.
"Los últimos documentos enviados por Cook son de tal índole, que ni un estudiante de la Universidad pudiera dejarse engañar por tan burdas supercherías".
En París, el escándalo por el descubrimiento de la farsa del doctor Cook es grandísimo. Se ignora dónde se ha escondido el falso descubridor del Polo Norte, pero la mayoría de las opiniones coinciden en suponer que está en Francia. El editor del libro que Cook tenía anunciado para referir detalladamente su viaje al Polo, ha estado a punto de ser víctima de una verdadera estafa. Cook le había pedido 50.000 libras por los derechos de la obra. Por fortuna para el editor, pudo ganar tiempo y no soltar el dinero. Y en este prudente aplazamiento le ha sorprendido la noticia de haber quedado demostrada ante la comisión danesa la superchería del doctor.
Diario "La Tarde"
Palma, 28 Diciembre de 1909
1 comentario:
Sic transit gloria mundi...
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