de corral en corral iba saltando
a favor de la noche, en una aldea
oye al gallo cantar: ¡Maldito sea!
Agachada y sin ruído,
a merced del olfato y del oído
marcha, llega, y oliendo un agujero:
-Este es, dice, y se cuela al gallinero.
Las aves se alborotan, menos una
que estaba en cesta como niño
en cuna enferma gravemente,
mirándola la zorra astutamente,
le pregunta: ¿Qué es esto, pobrecita?
¿Cuál es tu enfermedad?¿Tienes pepita? Habla.
¿Cómo lo pasas, desdichada?
La enferma le responde apresurada:
muy mal me va, señora, en este instante,
muy bien si usted se quita de delante.
¡Cuántas veces se vende un enemigo,
como gato por liebre, por amigo!
Al oir su fingido cumplimiento,
respondiérale yo para escarmiento:
muy mal me va, señor, en este instante,
muy bien si usted se quita de delante.
2 comentarios:
¡Ajá! Así se muestra, más o menos, la doblez de quien, hablando del beneficio ajeno, sólo piensa en el propio.
Si pusiéramos nombres a la zorra, nos hartaríamos.
Tiene razón Juan Carlos, si pusiésemos nombre a la zorra seguro que nos hartaríamos...
Me encantan las fábulas siempre tienen un doble sentido, una lección.
Besote Froi,
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