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La historia nos traslada a cuando, preadolescentes todavía en el pueblo, pasábamos la mayor parte del día en la calle, aunque en ocasiones las circunstancias debido al frío, la lluvia o la nieve, no fuesen las mejores. Y como recorríamos el pueblo cientos de veces al cabo del día de acá para allá, casi siempre estábamos al tanto de lo que acontecía a nuestro alrededor. El caso es que, de pronto, un día de aquellos, allá avanzados los años 60, nos llamó la atención cuando nos dijeron que en breve se iba a producir en el pueblo un gran acontecimiento, pocas veces visto hasta entonces: el acto conocido como cantamisa o primera misa de un nuevo sacerdote oriundo del pueblo.
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| Año 2020 en San Juan de Redondo. Había un jamón arriba | @JL Estalayo |
Y, en efecto, no tardarían mucho en iniciarse los preparativos de tal acto; siendo el izado del “mayo”, un palo alto que se levantaría en una de las tierras colindantes al casco, el que más expectación causaría entre nosotros los chavales y entre las gentes del pueblo en general. Y así, ayudados de unas cuantas cuerdas atadas a diferentes alturas del palo y tirando de ellas en varias direcciones se consiguió depositar el “mayo” sobre el hoyo previamente excavado en el terreno e izarlo convenientemente. Luciendo éste en su parte más alta una banderola de color blanco como señal de que en aquel pueblo se estaba de fiesta por esta primera misa de uno de sus hijos. La verdad que fue todo un acontecimiento en Velillas del Duque aquel acto. Todo el pueblo se vistió de fiesta y acudió a la iglesia aquella mañana a presenciar y compartir el momento con el nuevo sacerdote. Los chavales que eran monaguillos en aquella circunstancia y les había tocado ayudar a misa, estaban nerviosos por el novedoso acontecimiento y porque no querían cometer ningún error durante la celebración. Desde la capital se desplazó el Sr. Obispo con toda la pompa que le acompañaba, así como varios sacerdotes más, además de los titulares de las parroquias cercanas, poniéndose la iglesia de bote en bote. Nosotros los chavales, ubicados en el lugar de costumbre, tuvimos también nuestro protagonismo, porque habíamos formado un pequeño coro y acompañamos el acto con nuestras canciones en varios momentos de aquella misa de gala.
Los familiares de quien iba a ser ordenado sacerdote ocuparon un sitio preferente; y éste, una vez realizados los actos centrales de las promesas, votos y renuncias de rigor, y entre la expectación de los allí presentes, sería ordenado a continuación nuevo sacerdote por parte del Sr. Obispo, que le cedería a partir de entonces todo el protagonismo en el desarrollo del resto de la misa.
Tras la ceremonia, seguida del correspondiente besamanos, todo el pueblo, junto con los celebrantes y el propio protagonista del día, nos dirigimos hasta las inmediaciones del lugar donde se había izado el “mayo”, para continuar con las celebraciones. Hubo a continuación música y un pequeño refrigerio; con el “mayo” siempre allí en medio como signo y representación de que en el pueblo había sido ordenado un nuevo sacerdote. Un acontecimiento nada habitual por sus particulares características, que impactó muy gratamente entre los habitantes del pueblo y de otros de los alrededores. Y nosotros, los chavales, aquel día y los sucesivos durante las semanas siguientes, centraríamos mayoritariamente nuestros juegos en las inmediaciones de aquel “mayo” que tanto nos había impactado.
8 comentarios:
Otra de las tradiciones que se han ido perdiendo es la de pinar el mayo, aunque leo esta mañana en un diario digital que el Ayuntamiento leonés de Sariegos volverá a pinar los mayos, haciendo alusión a modos de vida y actividades que han sido clave para el desarrollo y el crecimiento de este municipio. Pues qye cunda el ejemplos con cantamisas o sin él, ya que su cometido era anunciar la primavera el primero de mayo.
Gracias, Javier, por evocar momentos de nuestra historia.
Amigo Javier, qué capacidad la de nuestra memoria que graba profundamente todo aquello que se vivió de niño y joven. Es como si, al cerrar los ojos, una hermosa película se desplazase ante nosotros, en este caso de dentro afuera. Y lo verdaderamente importante es que cualquier mínimo detalle se expone antes nosotros con tal nitidez que recordamos pequeños detalles a los que quizá no dimos tanta importancia. Yo "abuso" del recuerdo cuando estoy desvelada y doy vueltas sin que el sueño llegue. Pienso en algo hermoso que sucedió durante la vida que Dios me dio y lo evoco con fuerza. Muchas veces la placidez del sueño llega sin tardar y descanso en calma. Tampoco es una regla de oro. También me ayuda la lectura y al apagar la luz, rememoro lo leído. Es mejor que cualquier pastilla. Sigue contando. Hoy escucharé la magnífica disertación de Antonio Porro que será recibido en La Tello como académico. Un buen fichaje para la Institución. Aportará mucho y bueno. Abrazos
Yo he conocido esa ceremonia en mi pueblo de Laguardia (La Rioja) tres veces.
Aquí en el valle de Santullàn hay un Santuario dedicado a la Virgen del Carmen, en el cual se centrealizaban una serie de personas venidas de todos los pueblos de la comarca, claro hablo de los pasados años 50 y 60 que los pueblos estaban repletos de gente. Aunque era aún un niño, jamás olvidaré lo espectacular que fue un Cantamisas de un nuevo Sacerdote y encima Misionero, se reconcentro toda la gente del valle, fue todo un gran acontecimiento.
Buenos días Froilán
El implante del "mayo", una tradición perdida que se va recuperando. La nostalgia, quizás, de las tradiciones antiguas disfrutando de tantas cosas que, con escasos recursos económicos pero con alegría y sentimiento, compensabas con creces. En mi zona, en la cima del tronco bien, engrasado y resbaladizo, ponían un premio (muchas veces dinero tan necesitado entonces) para quien logrará alcanzarlo. Por cierto, nunca logré pasar de algo más de la mitad...
Nuevas historias y tradiciones nos cuentas Javier, de tu pueblo, que en esta ocasión no viví yo, aunque oí hablar de cantamisa de algún nuevo cura, pero nunca asistí a ninguna. Si que he vivido la “pina del mayo”, un gran espectáculo que no se ha perdido, al menos en Velilla del Río Carrión, Vertavillo, Magaz de Pisuerga, Villamuriel de Cerrato, y en otras tantas poblaciones ha da desparecido la costumbre. Hay un pueblo en el Cerrato Burgalés, Tortoles de Esgueva, por el que pasé muchas veces en bicicleta, y siempre paraba a admirar su mayo. Ahora cuando paso en coche siempre me fijo que esté el mayo, siempre está de un año para otro, hasta que se pina el nuevo. Interesante como siempre tu historia de cuando eras un chaval. Seguro que algún escaramujo, o "tapa culos" cogiste, igual que yo.
Me alegro de que, por lo que dejáis constancia en vuestros comentarios a mi relato, estas líneas os hayan hecho revivir una serie de recuerdos en torno al tema, que tenéis todavía muy presentes de vuestros respectivos lugares de nacimiento o de donde pasasteis vuestros años de niñez y adolescencia.
Agradezco muy mucho vuestros comentarios, Froilán, Carmen, Ma Asun, Herminio, Antonio y Alfonso, que me animarán, sin duda, a seguir buceando en algún aspecto más de este ayer un tanto remoto ya, pero que forma parte –como dice Froilán- de nuestra historia común. Saludos.
Precisamente este acontecimiento lo he vivido yo en mi pueblo dos veces, una allá por los años 80 y otra muy recientemente, en el año 2019, cosas raras porque cada vez hay menos vocaciones, pero recuerdo bien la bandera blanca en la espadaña de la torre que significaba lo que acabas de contarnos, una ceremonia especial. Como curiosidad, aquí el mayo se pone cada año a las afueras para significar la época de los quintos. Tradiciones todas muy bonitas que conviene recordar. Gracias por traérnoslas.
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