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InMemoriam
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Más de un millón de muertos
Y lo más lamentable, sanguinario y criminal fue que se siguió matando a tiro de fusil después de acabada la guerra. Era la ordenanza del exterminio.
San Salvador de Cantamuda
Uno recuerda de San Salvador de Cantamuda: un rollo al aire, una iglesia, que durante muchos años no consiguió ver más que por fuera, y un puentecito de belén casero. Y por tenerlos tan lejanos en el tiempo y en la memoria, vuelve al lugar para acercárselos . Demasiado, ¿no? No, señor, que los hay que vuelven por un botón de la camisa al corral en que lo perdieron. También es verdad, oiga. ¿Y lo encontró igual? Me refiero al pueblo, claro. Sí, pero más triste. Todo era y no era. Hasta la carretera parecía más ancha que ya, si te cruzaras con la policía, no tendrías que hacerte a la cuneta, como en aquel cincuenta y tantos en que había gente que se había echado a sus montes y bajaba hasta Perazancas, que ya es bajar, por comida para resistir.
Por Marcelino García Velasco
In Memoriam
No ha desaparecido la Venta Campa, pero es otra o, al menos, preparada para otras gentes. La última vez que entré en ella, parecía una ermita donde alimentar la añoranza de algunos devotos por un ayer de firmesaltos camaradas, felizmente arrumbado, para quienes, como si fueran exvotos en vitrinas y colgados de las paredes se ofrecían llaveros, vinos, licores, usurpando colores nacionales, dijes y falsos relicarios en que guardar recuerdos prestados, o vividos, de un hombre Salvador nacido un primero de octubre de un año triunfal cuando ya contaba con 40 años o así.. Antes en la Venta Campa se reunía con otra cordialidad alrededor del vino, que se sabía de Becerril, por más que lo llamaron manchego o de tierras de Peñafiel o de la copa del genuino orujo de Potes, según horas, mucho antes de que Potes sospechase siquiera que iba a llegar a ser lo que hoy es.
Eran años de compras y venta de alimentos necesarios por aquello del racionamiento y sus secuelas, y que hacían que el dinero corriese y se gastase a ríos, decían, en Cervera y Potes, por más que el manantial tuviera su hueco y turbulencias en San Salvador, más que nada por su estratégica situación en el puerto de Piedrasluengas.
La antesala de San Salvador, apenas se abría en mayo, era, dejado atrás el Vallegón, una sucesión de prados verdes, amarilleando lirones, mientras en las laderas cercanas alguna bocamina señalaba su oscuridad y sus escombros. Estarían llenos de vacas, ¿no? Me refiero a los prados, oiga. Pues mire, no, nunca vi una vaca en ellos, aunque sí que las había, y buenas, por aquellos lugares, sobre todo hechas filetes. Pues ahora se llegan hasta la iglesia y pastan en la pradera sobre la que se alza, y no creo que sea por la devoción del dueño. Qué tiempos ¿verdad? Que ya ni siquiera el ganado guarda compostura ni respeto, ni sabe distinguir un prado de una iglesia. Verde veo, verde como, y si está cercano, mejor que mejor, que hasta los animales se han hecho cómodos. Aunque también tendrán derecho, ¿no cree usted? De todos modos aquí se han perdido muchas cosas, hasta el verdadero nombre, oiga, que por mucho que lo pregone el que usamos hoy, ni canto una muda ni nada de nada, sino que como resultaba muy largo el de San Salvador de Cantamuradales de Pernia, los de dentro y los de afuera le fueron quitando sílabas hasta dejarlo tal y como suena hoy. Qué bonito, oiga, hasta ganaba en sílabas y en música a ese otro de Segovia, tan cantarín: Santa María, la Real de Nieva, o al pomposo de Ávila, mis ojos, Madrigal de las Altas Torres.
Actualización Sep2025 |💥💥1729👀
A la memoria de José Miguel Prieto, “El Capitán”
Muchos momentos de su vida los ha pasado en su segunda
vivienda de San Salvador de Cantamuda.
Querencia del silencio
IN MEMORIAM
Marcelino García Velasco
Es que por aquí no hemos sabido conservar lo nuestro tal cual. ¡Como la gente se iba de la tierra, que esa es otra, pues, velay! Los palentinos es que somos muy despeinados, oiga, y poco cariñosos con lo que encontramos de herencia. Y es que no le damos importancia nada hasta que vienen de afuera a valorarlo. Entonces sí, oiga, nos deshacemos en alabanzas y defensa. ¿Se ha fijado en la iglesia de este pueblo?
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Colegiata San Salvador, siglo XII | @Estalayo |
Parece como si la hubieran colocado en un sitio para ver mejor a Dios: abierta a un valle, sosegada por el cantar de un río niño y cerrada por montañas, que verdean los robles a su tiempo. ¿Y se sabe quién la puso en este lugar? Los documentos cuentan de una doña Elvira, mujer del conde Saldaña, Munio Gómez, que fundó una iglesia en este sitio, pero no debía ser la que vemos hoy, pues la tal doña Elvira vivió mucho antes de cuando se data este templo; pero bien pudo ser carne de aprovechamiento, porque la traza recuerda fácilmente a esas que llaman prerrománicas y que tanto abundan en Asturias.
Para mí que hay aquí dos iglesias. Una, la que se alza, tosca, de piedra arenisca y roja, con su perfecta espadaña, calada por cuatro ventanales para campanas, paralelos dos a dos, y un gran arco insinuado en su primera mitad por albergar la puerta, y sobre ella otra ventana que da luz al coro. Y otra iglesia, o lo que queda de ella, que se conserva hoy como mesa de altar sostenida por siete columnas completas, con sus bases, sus fustes y capiteles labrados, todos distintos y perfectos, fruto de un cincel maestro y que nunca tantos, en ningún sitio, sostuvieron la mesa de un altar. Desde luego, que si no son de épocas distintas, si son de artistas diferentes. Y como el paraje en que se alza es casi el vestíbulo para la felicidad, hubo un tiempo en que amaneció Colegiata, con canónigos y todo, y con un abad que el obispo de Palencia, a la vez conde de Pernía, nombraba, según guisa y criterio, y que, a mediados del siglo XVI consiguió jurisdicción civil y Criminal del lugar como lo atestiguo el rollo.
Pero todo esto es ayer. Hoy es solo belleza. Y no sé si este esplendor para la paz y el ojo tendrá mañana, por mucho que los políticos se aseguren que creer y decir esto es derrotismo. ¿Será por derrotismo por lo que estos lugares están cada año más silenciosos, y ya no saben dar de comer ni al cuerpo ni al espíritu de sus gentes, que se van, querido Juan José cuadros, de estas tus solas, desoladas tierras? Y mira que hay verdor para los ojos.
Estas tierra se están acostumbrando a ser gula del ojo, querencia del silencio, algo así como un museo vivo por el que, como museo, pasa la gente y no puede quedarse. Oiga, ¿y esto es bueno?
Pero todo esto es ayer. Hoy es solo belleza. Y no sé si este esplendor para la paz y el ojo tendrá mañana, por mucho que los políticos se aseguren que creer y decir esto es derrotismo. ¿Será por derrotismo por lo que estos lugares están cada año más silenciosos, y ya no saben dar de comer ni al cuerpo ni al espíritu de sus gentes, que se van, querido Juan José cuadros, de estas tus solas, desoladas tierras? Y mira que hay verdor para los ojos.
Estas tierra se están acostumbrando a ser gula del ojo, querencia del silencio, algo así como un museo vivo por el que, como museo, pasa la gente y no puede quedarse. Oiga, ¿y esto es bueno?
Para saber más:
Actualización Sep2025 | 579👀
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Marcelino era Académico de la Tello Téllez y poeta. En nuestro blog pueden encontrar un homenaje a su quehacer e interesantes textos publicados en nuestra Revista Literaria Pernía.
Carta a Don Miguel Frechilla
Conocemos a las personas a través de sus actos.
In memoriam

No pude más, recogí los libros y salí llorando de aquel aula. No me avergüenza reconocerlo.
Bajé las escaleras y me senté en el descansillo con la cara entre las manos; trataba en vano de controlarme. No quería bajar a la calle en aquel desconsuelo.
Entonces una mano se apoyó en mi hombro y oí su voz, tranquila y dulce, diciéndome:
-“Cálmese”. Y añadió: ¿Necesita Ud. aprobar por algún motivo de trabajo?...
- No señor, contesté, únicamente estudio porque me gusta...
- Bien, dijo, cuando llegue setiembre llame a este teléfono, unos días antes del examen. Veré cómo lo lleva en mi casa, quizá así se templen sus nervios-.
Lo hice y en la calle Teresa Gil, bajo la mirada de unos ojos negros que pintara Romero de Torres, toqué los estudios y la sonatina que Don Miguel me iba pidiendo. ¿Por qué estaba serena en aquellos momentos? Don Miguel hablaba quedamente con mi marido, a la vez, no perdía detalle y corregía mis errores. Su voz era la de un buen amigo que aconsejaba. Me examiné a los pocos días y aprobé. Sigo de alguna manera con la música, toco, pero no me examino. Mis hijos terminaron estudiando piano, ambos profesores y, a pesar de las dificultades, viven y sienten la Música como una vocación. Creo sinceramente que Don Miguel ya está en el Cielo dando conciertos para ángeles y santos. Hasta el Padre Dios se habrá alegrado de tenerlo tan cerca para deleitarse con su música.
Don Miguel, querido Don Miguel, que la paz llegue a todos los suyos y que su memoria siga acompañando nuestros días. Emocionadamente...
Gonzalo Ortega Aragón y su carta a Ruanda
Fue redactor jefe de Diario Palentino entre 1985 y 2007, año de su jubilación · Mantenía aún sus secciones de 'La Solana' y 'Palencia Insólita'
Unas palabras para mi padre
Como aquel del soneto que Violante le demandaba a Lope de Vega, mi madre me anima a que escriba unas líneas a la memoria de mi padre en esta semana que, a modo de homenaje, le dedica el Curiosón. Hace aproximadamente siete meses, un autor muy querido y admirado por mi padre (que tenía muchos), el leonés Tomás Sánchez Santiago, escribía que su muerte era la que más le había impresionado al conocerla (y coincidió con la de Sánchez Dragó) y que aquélla se había producido discretamente, sin hacer ruido. Y aquellas palabras me traen a la memoria una característica suya que sobresalía por encima de las muchas y buenas que en su persona atesoraba: la humildad, me corrijo, la HUMILDAD.
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ALVARO RUBÉN GARCÍA ARROYO
Noviembre de 2023
Pues como él bien sabía, tirando de aquellas palabras de Marco Aurelio, “pronto lo habrás olvidado todo, pronto todos te habrán olvidado”, la poesía, que es una de las artes más excelsas, seguramente una de las que más pueden conmover las pasiones del alma (con tanta inmediatez y fuerza como la música), es también, como aquélla, una de las más minoritarias (me refiero tanto a la buena música como a la buena poesía). Un día le preguntó su peluquero cuál era la utilidad de la poesía, y su respuesta fue clara e inmediata: “pues cuando tienes una depresión es casi lo único que te puede sacar de ella”. Y aquella respuesta pareció convencer al bueno de su peluquero.
Mi padre bien sabía que en este mundo nuestro lo que más abunda es la vanidad, y que cuanto más mediocre es una obra, más alardea el autor de su arte. Recuerdo no hace demasiado tiempo una reunión de “artistas” en una terraza de un bar y cómo alguno que se tenía por tal parecía llevar la voz cantante mientras su grupo de corifeos le escuchaba, asentía y adulaba. Sabía también que, como indicaba Machado, esto que para nosotros es tan necesario y vital como el aire que respiramos, para el común de los mortales no significa nada y así es tenido en poca o ninguna estima. Por eso no es infrecuente que vayas a un acto cultural y observes que los políticos de turno sigan con más atención los mensajes de su móvil e incluso respondan con voz potente a una llamada mientras se interpreta una pieza de un tal Bach, de un Beethoven o de un Chopin, quiero decir, gente totalmente intranscendente y que no aportaron gran cosa a la humanidad, o se pronuncia una conferencia sobre unos tales Blas de Otero y Gabriel Celaya, que vaya usté a saber quiénes fueron y además “total, a mí qué narices me importa”.
Sabía mi padre (o tal vez yo, que fue quien lo encontró y no dijo nada) que un día, en una casa familiar, te puedes encontrar uno de tus libros, publicado por la nada fácil circunstancia de haber obtenido un premio en un concurso de poesía, tirado por el suelo, pisoteado y deslustrado, o bien en otro lugar -donde también me lo encontré yo- uno hecho trizas y convertido en papel de notas sobre el que escribir cualquier necesidad perentoria de la vida -que por supuesto tiene más valor para el destinatario del libro- o, pongo por caso, encontrarte que el libro que en su día dedicaste a un conocidísimo personaje público se lo puede acabar encontrando otra persona -de nuevo fui yo- al adquirirlo por internet. No sabemos si por falta de interés o de espacio en su biblioteca, el caso es que aquel personaje se había deshecho del mismo, es decir, que ni siquiera valoraba el hecho de que otra persona se lo hubiera dedicado, y no por compromiso, precisamente.
Recientemente me decía uno de los mejores alcaldes de nuestra provincia, tras un día en el que se podía sentir merecidamente orgulloso por el logro obtenido para su pueblo, que me agradecía mi felicitación pues, según él, era una persona comprometida con la cultura. A lo que le contesté que lo había tenido fácil con el ejemplo recibido en casa, siendo precisamente palentinismo y compromiso las dos palabras -junto con la que abría estas líneas- que primero me vienen a la cabeza al pensar en mi padre. A veces tengo que escuchar la recriminación de mi querida madre, que me dice que los frutos de mi labor los cosechan otros, que ni siquiera mencionan mi nombre. Y siempre pienso lo mismo, mi padre seguramente lo habría hecho así. La gente sabe de sobra quién es el que hace esto o aquello, o lo de más allá, suelo responder. Como alguno dijo un día, “alguien tiene que hacer las cosas”. Anhelar la palmadita en la espalda, la foto en la rueda de prensa, etc., son vanas flores de un día que uno no busca cuando tiene claro que eso son “vanidad de vanidades y nada más que vanidad”, como diría Kempis. Lo contrario, por desgracia tan habitual en toda época, es alimentar el ego, creerte más importante que los demás, buscar la felicidad donde no se encuentra.
Todas las artes son de un modo u otro efímeras, como lo es la propia existencia humana. Mi padre lo sabía seguramente desde que decidió consagrar su vida a la poesía. Y eligió la opción correcta: la humildad, la cual tuvo por bandera hasta el final. En ella residía su grandeza, porque era auténtica.
El Álbum
Al vuelo de su nombre
Conocí a Marcelino en su casa de Palencia, el 12 de octubre de 2022, el mismo día que, en compañía de Julián, José Antonio y Alfonso, llegamos a Palencia para visitar la Muestra Renacer con la que se celebraba el 700 aniversario de nuestra catedral.
Hoy enebro la aguja del recuerdo, porque encontré al poeta por casualidad, por un poco de suerte, tejiendo todavía versos, conjugando al unísono con Julián, -que se fue de maestro a León-, en su cocina, frente a Carmen Arroyo -que se contagió de su poesía y de su amor-, los recuerdos de aquellos primeros años entrevías.
Me hice mayor un día
en el que todas las palomas,
zureaban tu nombre con el timbre clavel de sus vocales,
y al conjuro del frescor de tomillo de tu lengua
me acercabas al sol.
A nosotros como seguidores y amigos, solo nos queda ahondar en el reproche hacia quienes ocupan puestos de responsabilidad en nuestras instituciones, porque no hay libros de nuestro aclamado poeta en las librerías, que es una forma de dar a conocer su obra, de llevar bien lejos su pintura poética. Carmen que se ha implicado tanto para llevar a buen puerto este homenaje, me recuerda en una grabación las palabras de Marcelino que fueron recogidas en el libro “Una manzana para comérsela a versos”: “Si el árbol pierde sus ramas, ¿Quién lo llamará árbol?; si le arrancan al hombre los brazos del trabajo, ¿Quién lo llamará hombre?; si se van de la tierra las gentes que la cuidaron, ¿Quién la llamará tierra? Y añado y concluyo: si no se expande la poesía de quien amó tanto a esta tierra, ¿Cómo conoceremos en todo su esplendor tierra y poeta?
A nosotros como seguidores y amigos, solo nos queda ahondar en el reproche hacia quienes ocupan puestos de responsabilidad en nuestras instituciones, porque no hay libros de nuestro aclamado poeta en las librerías, que es una forma de dar a conocer su obra, de llevar bien lejos su pintura poética. Carmen que se ha implicado tanto para llevar a buen puerto este homenaje, me recuerda en una grabación las palabras de Marcelino que fueron recogidas en el libro “Una manzana para comérsela a versos”: “Si el árbol pierde sus ramas, ¿Quién lo llamará árbol?; si le arrancan al hombre los brazos del trabajo, ¿Quién lo llamará hombre?; si se van de la tierra las gentes que la cuidaron, ¿Quién la llamará tierra? Y añado y concluyo: si no se expande la poesía de quien amó tanto a esta tierra, ¿Cómo conoceremos en todo su esplendor tierra y poeta?
Ver también en Diario Palentino
In Memoriam
Recordar a los amigos es una obligación y, como palentinos, también lo es nunca olvidar a aquellos ilustres paisanos que engrandecieron nuestra cultura y tradiciones. Por ambas razones, me adhiero gustosa a la iniciativa de Froilán de Lózar de dedicar un número monográfico de su blog a nuestro querido Marcelino García Velasco. Intentaré escribir sobre su obra con la necesaria distancia del crítico literario, pero confieso que me va a resultar muy difícil hacer abstracción del cariño y el respeto que siempre he profesado a Marcelino. Espero la comprensión de los lectores.
CARMEN CASADO LINAREJOS
Su espacio vital se concentró en tres vértices definitorios: La poesía, el magisterio y Carmen. No sé si ese es el orden correcto, ya que es imposible separarlos y tampoco importa. Como maestro ejercerá en varios pueblos de nuestra provincia hasta que en 1964 obtiene plaza en la capital. Para entonces ya se había forjado su vocación poética, pues había publicado su primer libro en 1961, titulado Tristeza, amor acaso... A ese título le seguirán nada menos que otros catorce y cinco más en prosa. Es bien conocida su activa participación en la creación del movimiento Rocamador integrado por jóvenes poetas que iniciaban su andadura en el difícil territorio de la creación lírica en Palencia durante la posguerra. En el estudio que de esta época hace Víctor García de la Concha, los poetas que se dan a conocer en aquellos difíciles años, tenían como referentes a los escritores del 98 en su vertiente regeneracionista y, más tarde, fueron guías en el paso a la poesía social. Por otra parte, tampoco hay ruptura con la generación del 27, a la que consideran modélica en el proceso de rehumanización de la poesía pura de los años veinte.
De 1947 a 1952 los poetas españoles evolucionan hacia un existencialismo social que propone la superación de una problemática histórica, tendencia que culmina hacia 1955 en la llamada poesía social. Estos poetas plantean una visión realista de una sociedad abocada a la destrucción. Esa tendencia social va evolucionando hacia una interiorización subjetiva que los va alejando del prosaísmo de la poesía social y del realismo crítico hacia la que es conocida como “poesía de la experiencia”. Dentro de esta tendencia, Marcelino enlaza con la llamada “poesía ruralista” que cuenta con nombres tan destacados como su admirado Claudio Rodríguez, Eladio Cabañero, Jesús Hilario Tundidor o Juan José Cuadros.
En su primer libro “Tristeza, amor acaso...” ya aparecen los temas que van a predominar en toda su obra posterior: el paisaje castellano al que humaniza y con el que se identifica. El poeta traslada su tristeza al paisaje en una naturaleza áspera y poco amable. Otro de los elementos del libro es el descubrimiento del amor. Eterno tema de la poesía en cuyo tratamiento el poeta se aleja premeditadamente del tono dulzón falsamente romántico en el que no consigue alejar su tristeza. El tono es grave, quizá demasiado grave en un joven que está empezando a descubrir la vida y que asume su tristeza sin resignación ni amargura. A este primer libro le seguirán otros títulos, como “Ebriedad de tristeza”, de 1961, “La jornada”, de 1968, con el que se inicia la abundante lista de premios al recibir el accésit premio Vizcaya del Ateneo de Bilbao. El libro está dedicado “a Carmina, compañera”. Este libro bien planteado, introduce temas como la soledad, la nostalgia o la infancia concebida como el paraíso perdido. El libro se estructura en forma de un viaje vital que le permite presentar una galería de tipos con los que nos cruzamos en la vida que el poeta utiliza para ahondar en temas de corte social como la pobreza y la soledad que evoca el sobrio paisaje castellano.
En 1969 publica “Tiempo atesorado”. La estructura del libro viene marcada por las tres partes en que lo divide coincidentes con tres ejes temáticos: la infancia, la juventud y el paisaje. El libro se convierte en el testimonio de un tiempo vivido en un paisaje muy concreto. Todo lo demás se subordina a esto. Será el libro “Memoria de un tiempo más o menos temporal”, que obtendrá el premio “Bahía”, en Algeciras, en 1975 con el que se inicia un importante giro en el lenguaje poético. Aparece también el tema de la muerte asociado a la infancia junto con los elementos paisajísticos “el río, los árboles, los trigales, el adobe o la piedra” llenos de la tristeza del ambiente en que transcurrió su infancia y que ya no abandonará en el resto de su obra, que tendrá como característica principal el personalísimo tono de tristeza de su poesía.
La colección ROCAMADOR publicará, en 1979, uno de sus libros fundamentales, Alada cuna de la libertad, también dedicado a Carmen. Es un libro en el que paisaje y gentes que lo pueblan están perfectamente hermanados. Pobres gentes humildes del campo de los que se siente parte. El hombre esencial es el auténtico protagonista directo rodeado de una Castilla abierta, pobre, pero rica de pueblo y anhelante de libertad, que ya estaba presente en sus anteriores libros, aunque en ellos el sentimiento de dolor y tristeza impregnaba su visión castellana. El título lo dice todo. Uno de los rasgos característicos de la poesía de Marcelino es su riqueza y originalidad léxica tan exacta para expresar el mundo poético, personalísimo de su autor.
Las dos últimas décadas del siglo XX verán la plenitud poética de nuestro poeta. Superados el compromiso y la preocupación social tan en boga en las décadas anteriores, su poesía adquiere un tono de intimismo y una mayor densidad intelectual. También su técnica ha alcanzado una mayor calidad expresiva y mayor depuración estilística. Sus versos adquieren una calidad musical más expresiva. El poeta logra una unión consustancial entre contenido y ritmo poético que manifiesta la plenitud alcanzada por un poeta importante. En esta etapa de su poesía se observa ya una tendencia clara hacia la abstracción. Ya no son tan frecuentes las alusiones al paisaje castellano, son raras las descripciones paisajísticas así como las alusiones a la naturaleza. Aquí el mensaje participa más de preocupaciones existenciales. Toda su obra poética representa las tendencias de la poesía española de su tiempo, es decir, la segunda mitad del siglo XX. Como poeta llegó a publicar quince títulos. Menos conocida es su obra en prosa, a pesar de su importancia, especialmente para los palentinos, ya que es Palencia el centro de la misma. Su libro Palencia, ayer obtuvo el premio Miguel Delibes. Es una obra amplia que recoge la historia y tradiciones palentinas. La culminación de estos estudios se condensa en Calle Mayor, su último libro. Su lectura nos invita a recorrer nuestra calle principal a través de los recuerdos del poeta. Paseamos bajo los soportales recordando lo que famosos escritores dejaron dicho de ella en sus obras en la segunda mitad del siglo XX, el tiempo vital de Marcelino, que es quien nos conduce, con sus amigos siempre presentes, a través de su juventud y madurez. En los XIX capítulos en que se estructura el libro de amable lectura, que recoge recuerdos vitales, literarios y sentimentales acumulados en la Calle Mayor y vividos por tantos personajes que se pasean por las páginas del libro con la calle como eje narrativo en torno al que gira la biografía sentimental del poeta como una especie de memorialismo. La elección de un espacio público como escenario de su recorrido vital y sentimental tiene como resultado la fusión de la calle Mayor con sus ciudadanos que la transitan. De ese modo, Marcelino se presenta como el testigo y el cronista de ambos. Deambulan poetas, pintores, profesores, periodistas y, sobre todo, amigos. El libro se inicia con la peña Nubis en el desaparecido bar La Reja, que fue su sede. Continua con Rocamador, en la rebotica de Fernández Nieto y concluye con las jornadas poéticas de la Fundación Díaz Caneja que Marcelino dirigió con tanto éxito y entusiasmo durante tantos años. En el libro asistimos con Marcelino a los desfiles procesionales, a funerales multitudinarios, como el de Victorio Macho, descritos con la vigorosa mirada del poeta. Nos divertimos con las jugosas anécdotas que recrea, como la del frustrado encuentro entre Picasso y Marcos de Celis, o las del pintor Cesteros y su afición al Clarete de Cigales. La de Bardem y la película que nunca se rodó en nuestra Calle Mayor y otras tantas que nos hacen presente el pasado, no tan lejano, de nuestra querida ciudad. El libro está escrito en un estilo directo, muy vivo, tanto que es como charlar con Marcelino. Recoge nuestra habla palentina que hace que nos reconozcamos en giros y términos que nos son propios, lo que hace muy agradable su lectura.
Marcelino García Velasco, maestro, escritor y promotor cultural de Palencia. Amigo inolvidable a quien los palentinos no debemos olvidar. El mejor modo de recordarlo siempre será leer sus libros que nos lo hacen siempre presente.
De 1947 a 1952 los poetas españoles evolucionan hacia un existencialismo social que propone la superación de una problemática histórica, tendencia que culmina hacia 1955 en la llamada poesía social. Estos poetas plantean una visión realista de una sociedad abocada a la destrucción. Esa tendencia social va evolucionando hacia una interiorización subjetiva que los va alejando del prosaísmo de la poesía social y del realismo crítico hacia la que es conocida como “poesía de la experiencia”. Dentro de esta tendencia, Marcelino enlaza con la llamada “poesía ruralista” que cuenta con nombres tan destacados como su admirado Claudio Rodríguez, Eladio Cabañero, Jesús Hilario Tundidor o Juan José Cuadros.
En su primer libro “Tristeza, amor acaso...” ya aparecen los temas que van a predominar en toda su obra posterior: el paisaje castellano al que humaniza y con el que se identifica. El poeta traslada su tristeza al paisaje en una naturaleza áspera y poco amable. Otro de los elementos del libro es el descubrimiento del amor. Eterno tema de la poesía en cuyo tratamiento el poeta se aleja premeditadamente del tono dulzón falsamente romántico en el que no consigue alejar su tristeza. El tono es grave, quizá demasiado grave en un joven que está empezando a descubrir la vida y que asume su tristeza sin resignación ni amargura. A este primer libro le seguirán otros títulos, como “Ebriedad de tristeza”, de 1961, “La jornada”, de 1968, con el que se inicia la abundante lista de premios al recibir el accésit premio Vizcaya del Ateneo de Bilbao. El libro está dedicado “a Carmina, compañera”. Este libro bien planteado, introduce temas como la soledad, la nostalgia o la infancia concebida como el paraíso perdido. El libro se estructura en forma de un viaje vital que le permite presentar una galería de tipos con los que nos cruzamos en la vida que el poeta utiliza para ahondar en temas de corte social como la pobreza y la soledad que evoca el sobrio paisaje castellano.
En 1969 publica “Tiempo atesorado”. La estructura del libro viene marcada por las tres partes en que lo divide coincidentes con tres ejes temáticos: la infancia, la juventud y el paisaje. El libro se convierte en el testimonio de un tiempo vivido en un paisaje muy concreto. Todo lo demás se subordina a esto. Será el libro “Memoria de un tiempo más o menos temporal”, que obtendrá el premio “Bahía”, en Algeciras, en 1975 con el que se inicia un importante giro en el lenguaje poético. Aparece también el tema de la muerte asociado a la infancia junto con los elementos paisajísticos “el río, los árboles, los trigales, el adobe o la piedra” llenos de la tristeza del ambiente en que transcurrió su infancia y que ya no abandonará en el resto de su obra, que tendrá como característica principal el personalísimo tono de tristeza de su poesía.
La colección ROCAMADOR publicará, en 1979, uno de sus libros fundamentales, Alada cuna de la libertad, también dedicado a Carmen. Es un libro en el que paisaje y gentes que lo pueblan están perfectamente hermanados. Pobres gentes humildes del campo de los que se siente parte. El hombre esencial es el auténtico protagonista directo rodeado de una Castilla abierta, pobre, pero rica de pueblo y anhelante de libertad, que ya estaba presente en sus anteriores libros, aunque en ellos el sentimiento de dolor y tristeza impregnaba su visión castellana. El título lo dice todo. Uno de los rasgos característicos de la poesía de Marcelino es su riqueza y originalidad léxica tan exacta para expresar el mundo poético, personalísimo de su autor.
Las dos últimas décadas del siglo XX verán la plenitud poética de nuestro poeta. Superados el compromiso y la preocupación social tan en boga en las décadas anteriores, su poesía adquiere un tono de intimismo y una mayor densidad intelectual. También su técnica ha alcanzado una mayor calidad expresiva y mayor depuración estilística. Sus versos adquieren una calidad musical más expresiva. El poeta logra una unión consustancial entre contenido y ritmo poético que manifiesta la plenitud alcanzada por un poeta importante. En esta etapa de su poesía se observa ya una tendencia clara hacia la abstracción. Ya no son tan frecuentes las alusiones al paisaje castellano, son raras las descripciones paisajísticas así como las alusiones a la naturaleza. Aquí el mensaje participa más de preocupaciones existenciales. Toda su obra poética representa las tendencias de la poesía española de su tiempo, es decir, la segunda mitad del siglo XX. Como poeta llegó a publicar quince títulos. Menos conocida es su obra en prosa, a pesar de su importancia, especialmente para los palentinos, ya que es Palencia el centro de la misma. Su libro Palencia, ayer obtuvo el premio Miguel Delibes. Es una obra amplia que recoge la historia y tradiciones palentinas. La culminación de estos estudios se condensa en Calle Mayor, su último libro. Su lectura nos invita a recorrer nuestra calle principal a través de los recuerdos del poeta. Paseamos bajo los soportales recordando lo que famosos escritores dejaron dicho de ella en sus obras en la segunda mitad del siglo XX, el tiempo vital de Marcelino, que es quien nos conduce, con sus amigos siempre presentes, a través de su juventud y madurez. En los XIX capítulos en que se estructura el libro de amable lectura, que recoge recuerdos vitales, literarios y sentimentales acumulados en la Calle Mayor y vividos por tantos personajes que se pasean por las páginas del libro con la calle como eje narrativo en torno al que gira la biografía sentimental del poeta como una especie de memorialismo. La elección de un espacio público como escenario de su recorrido vital y sentimental tiene como resultado la fusión de la calle Mayor con sus ciudadanos que la transitan. De ese modo, Marcelino se presenta como el testigo y el cronista de ambos. Deambulan poetas, pintores, profesores, periodistas y, sobre todo, amigos. El libro se inicia con la peña Nubis en el desaparecido bar La Reja, que fue su sede. Continua con Rocamador, en la rebotica de Fernández Nieto y concluye con las jornadas poéticas de la Fundación Díaz Caneja que Marcelino dirigió con tanto éxito y entusiasmo durante tantos años. En el libro asistimos con Marcelino a los desfiles procesionales, a funerales multitudinarios, como el de Victorio Macho, descritos con la vigorosa mirada del poeta. Nos divertimos con las jugosas anécdotas que recrea, como la del frustrado encuentro entre Picasso y Marcos de Celis, o las del pintor Cesteros y su afición al Clarete de Cigales. La de Bardem y la película que nunca se rodó en nuestra Calle Mayor y otras tantas que nos hacen presente el pasado, no tan lejano, de nuestra querida ciudad. El libro está escrito en un estilo directo, muy vivo, tanto que es como charlar con Marcelino. Recoge nuestra habla palentina que hace que nos reconozcamos en giros y términos que nos son propios, lo que hace muy agradable su lectura.
Marcelino García Velasco, maestro, escritor y promotor cultural de Palencia. Amigo inolvidable a quien los palentinos no debemos olvidar. El mejor modo de recordarlo siempre será leer sus libros que nos lo hacen siempre presente.
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Regresó a Palencia para desempeñar la Cátedra de Lengua y Literatura Españolas en el Instituto “Jorge Manrique”, hasta la jubilación. Entre sus publicaciones: La sociedad peruana en las novelas de Ciro Alegría. Tesis doctoral publicada por el servicio de publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid; Antología comentada del relato hispanoamericano, publicado por Ámbito en Valladolid; La poesía de Marcelino García Velasco, Diputación de Palencia; La poesía de José María Fernández Nieto, Diputación de Palencia; La poesía de Miguel de Santiago Rodríguez, Diputación de Palencia.
Carmen es autora de prólogos a poemarios de distintos autores y es colaboradora de "El Norte de Castilla" y "Diario Palentino".
Actualización Sep2025 | 604👀
Jesús Meneses, acuarelista, in memoriam
El mejor acuarelista español de la segunda mitad del siglo XX
Marcelino García Velasco, In Memoriam
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Imagen: Carmen Canduela |
MARCELINO GARCÍA VELASCO, In Memoriam | Curiosón
📘 Escritores, amigos y familiares que intervienen en este homenaje de Curiosón al poeta palentino.
📕 Beatriz Quintana Jato | catedrática de literatura
📕 Carmen Casado Linarejo | Catedrática
📕 Carmen Arroyo | Profesora, escritora, esposa de Marcelino.
¬ Marcelino García Velasco: el hombre, el poeta
📕 José Javier Terán | Colaborador de Diario Palentino y de Curiosón
📕 José Javier Terán | Colaborador de Diario Palentino y de Curiosón
📕 Julián González Prieto | Maestro, Escritor, desde León
📕 Froilán De Lózar | Escritor, Publicista, desde Bilbao
📕 Alfonso Santamaría | Colaborador de Curiosón
📕 Álvaro Rubén García Arroyo | Hijo de Marcelino
📘 Hemeroteca de Marcelino García Velasco
¬ Juan Ruiz Peña | Angel Leiva |
Diario de Burgos, /La Estafeta Literaria
📘Libros publicados
📙 Tristeza, amor acaso || Col. Rocamador. Palencia |||| 1961
📙 Ebriedad de tristeza || Ed. Club de Prensa. Barcelona. |||| 1966
📙 La jornada || Col. Poesía Ateneo de Bilbao. Accésits Premio Vizcaya de Poesía. |||| 1968
📙 Tiempo atesorado || Col. /Álamo. Salamanca. |||| 1969
📙 Tierra arrumbada || Ed. Caja de Ahorros de Zaragoza y La Rioja |||| 1973
📙 Memoria de un tiempo más o menos personal |||||| 1976
📙 Memoria y desclamor del tiempo || Premio Bahía. Ed. Bahía. Algeciras. |||| 1978
📙 Alada cuna de la libertad || Ed. Rocamador. Palencia. |||| 1979
📙 Elegía mayor sobre los trigos || Col. Ángaro. Sevilla. Accésit Premio Ángaro. |||| 1984
📙 Tratado de Castilla || Ed. Caja de Ahorros de Palencia. Palencia. |||| 1985
📙 Tratado de Castilla || Ed. Caja de Ahorros de Palencia. Palencia. |||| 1985
📙 Memoria y Desclamos del tiempo || Ed. Ayuntamiento de Toledo. |||| 1987
📙 Voces de aquí, Palencia |||||| 1988
📙 Ellos me dan su luz || Premio Hnos Argensola. Ediciones Libertarias. |||| 1993
📙 Voces de aquí, Palencia |||||| 1988
📙 Ellos me dan su luz || Premio Hnos Argensola. Ediciones Libertarias. |||| 1993
📙 Palencia vista por sus artistas || Ed. Ayuntamiento de Palencia. |||| 1993
📙 Ellos me dan su luz || Ed. Libertarias Madrid. |||| 1994
📙 Palencia ayer || Premio Miguel Delibes de Narrativa. Palencia. |||| 1996
📙 Libro homenaje a Victorio Macho || Con la colaboración de Casilda Ordóñez. Palencia. |||| 1997
📙 Antología Fernández Nieto || Ed. Cálamo. Palencia. |||| 1997
📙 De la muerte y otros caminos || Premio Fray Luis de León. Ed. Maravillas. Valladolid. |||| 1997
📙 Palencia hoy |||||| 1997
📙 Palencia ayer || Premio Miguel Delibes de Narrativa. Palencia. |||| 1996
📙 Libro homenaje a Victorio Macho || Con la colaboración de Casilda Ordóñez. Palencia. |||| 1997
📙 Antología Fernández Nieto || Ed. Cálamo. Palencia. |||| 1997
📙 De la muerte y otros caminos || Premio Fray Luis de León. Ed. Maravillas. Valladolid. |||| 1997
📙 Palencia hoy |||||| 1997
📙 Al vuelo de tu nombre || Premio Rafael Morales, Col. Melibea. Talavera de la Reina. |||| 1998
📙 Palencia, una ciudad para poetas |||||| 1999
📙 19 poetas: antología de poesía palentina del siglo XX || Ed. Aretusa. Palencia. |||| 2000
📙 Palencia, una ciudad para poetas |||||| 1999
📙 19 poetas: antología de poesía palentina del siglo XX || Ed. Aretusa. Palencia. |||| 2000
📙 Poema, Poetas y Palencia. || Con la colaboración de Ángel L. Barreda. Palencia. |||| 2006
📙 Memoria del mirar || Ed. Fundación Jorge Guillén. Valladolid. |||| 2006
📙 Memoria del mirar || Ed. Fundación Jorge Guillén. Valladolid. |||| 2006
📙 ¿Estás contenta? || Cres Sanz Ruipérez. Ed. Cuatro Cantones. Palencia. |||| 2007
📙 Lo traigo andado: campos y pueblos de Palencia || Ed. Tello Téllez de Meneses. Palencia. |||| 2008
📙 Fechas retenidas || Ed. Cuatro Cantones. Pequeña Antología. Palencia. |||| 2009
📙 Lo traigo andado: campos y pueblos de Palencia || Ed. Tello Téllez de Meneses. Palencia. |||| 2008
📙 Fechas retenidas || Ed. Cuatro Cantones. Pequeña Antología. Palencia. |||| 2009
📙 Cierta cantidad de silencio || Joaquín Galán. Ed. Cuatro Cantones. |||| 2010
📙 Entrar en la Catedral || Ed. Asoc. Amigos de la Catedral de Palencia. |||| 2013
📙 Calle Mayor || Inst. Tello Téllez de Meneses. Palencia. |||| 2018
📙 Cartas viejas: Vicente Aleixandre - Marcelino García Velasco || Ed. Tello Téllez |||| 2019
📙 Calle Mayor || Inst. Tello Téllez de Meneses. Palencia. |||| 2018
📙 Cartas viejas: Vicente Aleixandre - Marcelino García Velasco || Ed. Tello Téllez |||| 2019
📘Publicaciones con otros autores:
📙 Corona poética a Miguel de Unamuno || Recogida por Manuel G Blanco. Salamanca. |||| 1964
📙 Coplas a la muerte de Jorge Manrique || V Centenario. Diputación. Palencia. |||| 1979
📙 Corona poética a Vicente Aleixandre || Taller de Poesía. VOX. Madrid. |||| 1979
📙 Palencia, piedra a piedra || Antología de Jesús Castañón. Ed. Caja de Ahorros. Palencia. |||| 1983
📙 Premios "Villa de Guardo" || Cuentos. Diputación. Palencia. |||| 1985
📙 Poesía Navideña || Guardo, 1979-1987. Guardo. |||| 1988
📙 Poemas de la Primera Convección || 10 poetas palentinos. Diputación de Palencia. |||| 1991
📙 Palencia, tiempo aprehendido || Ed. Forcal. |||| 2009
📙 En el Centro de la Ciudad || Una casa de 500 años. Ayuntamiento de Palencia. |||| 2012
📙 Palencia, palabra y luz || En colaboración con otros autores. Ed. Cálamo. |||| 2012
📙 Ursi, el escultor de la madera || Fernando Caballero y VV.AA. Ed. Muriel. Palencia. |||| 1979
📙 Prólogo del libro Garón, Garón || Juan Martínez Pastor. Ed. Punto Rojo. Sevilla. |||| 1979
📙 Victorio Macho: apuntes de una vida || En colaboración con Gonzalo Alcalde. Ed. Cálamo. Palencia. |||| 2016
📙 Prólogo del libro Castilla Ancha y Eterna || Julio César Izquierdo. MAR editor, Madrid. |||| 2018
📘Forma parte de los libros
📘 Diez poetas palentinos |||||| 1991
📘 Poemas, poetas y Palencia |||||| 2006
📘 Palencia, tiempo aprehendido |||||| 2009
📘 Palencia, palabra y luz |||||| 2012
📘Artículos de las “Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses”:
📗 Rocamador: revista de poesía y crítica (1955-1968), nº 86, pág. 167-183
📗 El deber cívico en la poesía de Gabino Alejandro Carriedo, nº 75, pág. 309-336
📗 Palencia, un amor de Francisco Vighi: algunas consideraciones acerca de la poesía con materia palentina de este autor, nº 74, pág. 221-246
📗 De la memoria campesina y el lenguaje rural en la poesía de César Muñoz Arconada, nº 72, pág. 251-272
📗 El Rabí Don Sem Tob, judío de Carrión, visto por un poeta a través de su obra “Glosas de sabiduría” o “Proverbios morales”, nº 73, pág. 225-243
📗 Dos madrileños, Ramón Gómez de la Serna y Francisco Vighi, estudiantes en el Instituto “Jorge Manrique “ de Palencia, nº 80, pág. 341-378
📗 Las coplas a la muerte de Don Rodrigo Manrique, Maestre Santiago de Jorge Manrique, como canto a la vida, nº 77, pág. 5-28
📗 El río Carrión en la literatura, nº 78, pág.369-390
📗 La Puebla Vieja: algunas peculiaridades características, nº 78, pág.457-471
📗 La poesía de Juan Manuel Díaz-Caneja, nº 71, pág.447-454
📗 Un poema manuscrito de Vicente Aleixandre para la revista de poesía “Rocamador”, nº 72, pág. 419-429
📗 El encanto de los poetas tardíos: aproximación a la poesía de Isaac Oliva y Cres Sanz Ruipérez, nº 70, pág.495-515
📗 José María Fernández Nieto y su poesía, nº84, pág. 397-408
📗 Blas de Otero y Palencia, nº 85, pág. 135-149
📗 Lo social y lo político en la poesía de Juan José Cuadros, nº
📗 Victorio Macho en Rocamador, nº 87, pág.267-278
📗 Manuel Carrión Gútiez: (17-VI-1930/ 03-VI-2016), nº 87, pág. 285-288
📗 Andanzas por la nueva China de César Muñoz Arconada, nº 89, pág. 271-278
📘Publicaciones de Marcelino en la Revista literaria Pernía:
📗 Palencia Insólita II de Gonzalo Ortega | 1443👀
📗 Ángel Cuesta en la Poesía de Marcelino | 1142👀
📗 La Aventura de Rocamador | 666👀
📗 Fernando Zamora in memoriam | 822👀
📗 Catedral y luz: 700 años | 824👀
📘Publicaciones relacionadas o dedicadas a Marcelino en Curiosón
📗 Un poeta en el camino | Froilán De Lózar | 727👀
📗 Cartas Viejas | Publicaciones | 611👀
📗 Marcelino García Velasco, poeta y maestro | Fernando Martín Aduriz | 846👀
📗 Memoria del mirar | Homenaje póstumo al poeta (dic 2023) 235👀
📘Premios que ha recibido:
🔰Alcaraván
🔰Ciudad de Palma
🔰Amantes de Teruel
🔰Eladio Cabañero
🔰Bahía
🔰Villa de Guardo de Cuentos
🔰Círculo de Escritores y Poetas de Nueva York
🔰Nacional de Poesía del MEC
🔰Francisco Vighi
🔰Rodrigo de Cota
🔰Hermanos Argensola
🔰Rafael Morales
🔰Pastora Marcela
🔰Río Un Gria
🔰Villa de la Roda
🔰León Felipe
🔰Diario de León
🔰Fray Luis de León
🔰El Ciervo
🔰José A. Torres
🔰Jorge Guillén
🔰Miguel Delibes”.
📘 Inéditos, premiados o distinguidos
🔰Tierra de Campos. Finalista Premio Boscán
La catedrática Carmen Casado, es autora de un estudio de la obra del poeta Marcelino García Velasco, considerado uno de los mejores poetas palentinos.
🔰Vagón de Tercera. Finalista Premio Boscán
🔰Soledad tengo de ti. Premio Ciudad de Palma
🔰Castilla es una luz sobre los trigos. Accésit al Premio Villalar, del Consejo de Castilla y León
🔰Memorial de derrotas. Premio León Felipe. Junta de Castilla y León.
📘 La obra del poeta en el estudio de Carmen Casado
La catedrática Carmen Casado, es autora de un estudio de la obra del poeta Marcelino García Velasco, considerado uno de los mejores poetas palentinos.
📘Otras notas a tener en cuenta:
¬ Marcelino figura en las Antologías Anuales de Poesía de la editorial Aguilar, en las que fue incluido por Rafael Millán y L- Jiménez Martos.
¬ José Albi lo incluyó en ANUPE y trabajó con él y Miguel Casado en la antología de Poetas Castellanos ESO ERA Y NO ERA.
¬ Lo estudiaron Joaquín Galán, Miguel Casado, Ramón de Garciasol, Luis Jiménez Martos, Juan Ruiz Peña, José María Fernández Nieto y J.M. Parrilla, Miguel de Santiago, Moro Benito y Carmen Casado.
¬ Promovió la publicación de la segunda edición del libro de poemas CORRIENTE Y MOLIENTE de Isaac Oliva por la Institución Tello Téllez de Meneses.
¬ Por capricho del Pintor Cuadrado Lomas está junto a otros poetas castellanos en el libro bibliófilos TIERRAS.
¬ En dos convocatorias sucesivas fue finalista último de los PREMIOS BOSCÁN Y MARINA.
¬ Fue finalista de los Premios: ÁLAMO, ADONAIS, RAFAEL MORALES, LEONOR, IRÚN y ESQUÍO.
¬ Gracias a premios, accésit y menciones ha podido publicar gran parte de los libros que escribió.
📘Tiene inéditos, premiados o distinguidos, los siguientes libros:
📘TIERRA DE CAMPOS, Finalista último premio Boscán.📘VAGÓN DE TERCERA, Finalista Premio Boscán (Año siguiente)
📘SOLEDAD TENGO DE TÍ, Premio Ciudad de Palma.
📘CASTILLA ES UNA LUZ SOBRE LOS TRIGOS, Accésit al Premio Villalar de los Comuneros.
📘MEMORIAL DE DERROTAS, Premio León Felipe. Juna de Castilla y León.
Actualización Agosto2025 | 745👀
Homenaje a Marcelino García Velasco
El pasado jueves falleció en Palencia, nuestro colaborador y amigo Marcelino García Velasco. Es verdad que perdemos su presencia pero su trabajo es un patrimonio que nos acompañará siempre. DEP
Curar como Zamora
Vivimos en un constante balbuceo. ¿Qué es lo que más nos preocupa ahora mismo? ¿El anuncio de una recesión sin precedentes? ¿El encarecimiento de las cosas? ¿Los combates políticos? Nos inquieta un poco todo y cada uno lo ordena según la situación por la que atraviesa.
Gonzalo Alcalde Crespo, mi recuerdo, reconocimiento y aplauso en su segundo aniversario.
En recuerdo del gran escritor e investigador Gonzalo Alcalde Crespo escribo mi segundo artículo, cuando se cumplen dos años de su fallecimiento.
Ángel Cuesta, exposición antológica
El gran pintor palentino Ángel Cuesta
Fernando Zamora, in memoriam
In memoriam del cirujano, pintor y poeta
Ángel Cuesta en la poesía de Marcelino
En la mirada de Marcelino García Velasco
Ángel Cuesta, In Memoriam
El pintor de nuestra historia
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