El ocaso de la maldad se aproxima en retazos de hipocresía que malgastan sus últimas ironías. Quebradas las olas de quienes lloran, los rayos de luz asoman por entre montañas de burguesía. La ropa bien planchada de la estúpida última moda de quienes desfilan por las pasarelas de las sociedades corrompidas. Lujuria mimada codeándose con la infectada pobreza, la mugre, la fétida alimentación que carcome desde dentro los frágiles estómagos de la infancia. Gritan las epopeyas pasadas que han parido monstruos desde sus arrepentidos vientres. ¿Sólo alimentarse de la pureza nostálgica nos queda?
San Salvador de Cantamuga | @Pumar |
Las copas de los árboles rezan al cielo, las focas entusiasmadas aplauden a los todavía hielos, el mundo de la humanimalidad pierde su rumbo y pide piedad. Las razas, los tiempos, las tradiciones, se unen en ritos imperecederos. Decididos a la orientación y los nuevos destinos. Las raíces del nacimiento explotan sus semillas.
3 comentarios:
Que bonito escribes, que bien expresas lo que sientes...como cala tu mensaje...Pura poesía, para poner patas arriba a una civilización en decadencia. Miedo me da.
La vida está cambiando en todos los frentes. Mucho. Muy deprisa. Se pierden o se olvidan muchas cosas. No sé si queda un poco de esperanza en el aire en el último párrafo.Rudy lo expone bien. A ver si se anima uno de estos días y deja un mensaje por aquí.
Mi estimado y muy querido amigo Froilán, somos acreedores de una larga amistad que difícilmente pueda ser olvidada aunque sean muchos nuestros espacios de silencio. Envío mi agradecimiento a Julius por sus palabras y un abrazo a ti, querido amigo.
Bendiciones para ambos y para todos tus lectores.
Rudy
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