Quienes tienen edad para recordar aquel 4 de agosto de 1930, fecha en la que se inauguró el pantano, reproducen aún hoy las escenas vividas aquella jornada. La prensa del momento no perdió la ocasión de alabar y dar trascendencia al acto. La revista El Duero y su cuenca, en el artículo titulado "La inauguración del pantano "Príncipe Alfonso", dice así:
"Tiene que ser una fecha señalada para Castilla porque desde ella quedará manando perennemente la nueva fuente de riqueza, cual es la vena líquida con que el pantano Príncipe Alfonso contribuirá a minorar la sed secular de una gran extensión de los campos castellanos y acrecentar las aguas del más importante de los canales de la meseta".
Príncipe Alfonso fue el nombre que recibió el pantano de Camporredondo, aunque en un principio se denominó Hoz de Alba, por ser éste el lugar donde se situó la presa. Supongo que a los vecinos de nuestros pueblos no les agradaría la vena poética del escrito anterior, cuando esas aguas anegaron sus mejores prados, las tierras, los puentes ... sin apenar ser indemnizados...
El rey se acercará a vosotros...
Siguiendo con el día de la inauguración, a las nueve de la mañana empezaron a llegar las autoridades a Cervera, siendo recibidas por el Ayuntamiento en pleno. A las once de la mañana, cuando más arreciaba la lluvia, llegó el automóvil del Rey, procedente de Santander. Conrado Sierra Ruesga, natural de La Lastra, recuerda así aquel día: "Como llovía tanto, los chiguitos nos tapábamos en alguna sobera y, de vez en cuando, alguno se asomaba a un terraplén y decía: ¡ya viene! ¡ya viene!. Pero muchas veces era mentira y así nos la dábamos unos a otros. Hasta que por fin llegó. Pero no se paró, si acaso saludaría con la mano." Me han contado que en Triollo una enramada de flores coronaba la entrada del puente, aunque tuvo que quedar bien despeluchada con toda la lluvia que cayó aquel día. El alcalde de La Lastra, que era el padre de Maria, la que está en Aguilar, sí estaba invitado a la inauguración, aunque no sé si le invitaron al convite. Algunos vecinos bajaron con la comitiva para asistir a la inauguración". Según las crónicas, de los pueblos de San Martín, Resoba, Santibáñez de Resoba, Triollo, La Lastra, Vidrieros, Cardaño de Abajo y de Arriba, Rebanal de las Llantas y otros concejos acudieron gentes a la carretera del pantano para vitorear y aplaudir con entusiasmo el paso del automóvil del monarca.
La prensa más entusiasta decía que Alfonso XIII se detenía donde veía a un alcalde con su vara representativa. En Alba de los Cardaños, el Rey se dirigió al alcalde y le preguntó: "Señor alcalde, ¿estáis satisfecho de esta obra magna que hoy se inaugura?", a lo que el alcalde respondió (las crónicas dicen que trémulo de emoción): "Señor, si se nos arreglara el asunto de nuestro puente, tan preciso después de haberse hecho el embalse, y se zanjara el asunto que ha motivado la expropiación de tierras, todos los vecinos quedaríamos contentos". Su majestad respondió al alcalde: "Me interesaré ahora mismo por vuestra petición". Y el monarca trasladó la petición al ministro de Fomento, en apoyo de los deseos del pueblo de Alba.
Tengo una versión con más enjundia de ese día. El testimonio es de Casimiro Redondo, maestro nacional reconocido en toda la Montaña Palentina y un informante con memoria prodigiosa. "Tenía doce años y entonces conservaba la memoria virgen y grababa todo: lo bueno y lo malo. Cuando el rey se acercó al tío Goyines [Gregario Cuesta], alcalde de Alba, para preguntar por las necesidades del pueblo, éste le dijo que necesitaban un puente para pasar al otro lado donde habían quedado muchas de las fincas. A esas fincas las llamamos Allende y, de esa forma, nos evitábamos dar un rodeo por Triollo. Te podías tirar todo un día para abonar una finca. El rey dijo: "ahora me encargo de eso" y llamó al secretario, que tomó nota.
Como hecho anecdótico quedó la invitación que le hizo el tío Goyines al rey. Le dijo "si quiere pasar y tomar unos huevos fritos, igual se los hace mi señora". No sé si realmente las cosas sucedieron así, pero de esta forma lo contaba la gente. El caso es que la víspera del viaje, el gobernador había visitado a cada uno de los alcaldes y les fue aleccionando, advirtiéndoles lo que debían decir. "El rey se acercará a vosotros y os dirá: "¿alcalde, cómo está? ", y vosotros debéis responder "bien, señor". Otros detalles que recuerdo es que cada varios kilómetros había una pareja de la Guardia Civil y que aquel día los peones camineros estrenaron un traje de pana negro.
Ese día, en Camporredondo, donde mi padre era alcalde, los chavales nos entreteníamos en medir con pasos los autobuses. Don Delfín, que era el maestro en Guardo, nos dijo:
"No os apuréis, que yo conozco bien al rey y, cuando llegue, diré: ¡viva el Rey! y vosotros repetiréis: ¡viva el Rey!. Pasaban coches y coches y nada. Pasaban hasta generales, incluso vino el entonces general Franco, pero el Rey no llegaba. Luego nos enteramos que el Rey no vestía de galas, como le veíamos en la escuela, sino con una gabardina que no era ni suya, pues como llovía tanto se la prestó un ayudante. Otra persona que recuerdo en el día de la inauguración era el cura de Guardo, Don Justo, que llevaba el incensario para que el obispo Parrado bendijera las obras del pantano. Mi padre se dirigió a él y le dijo: "siéntese ahí que yo no estoy invitado", a lo que el cura de respondió: "ni yo tampoco". Así que se coló de rondón como otros muchos. Si yo hubiese sido mayor, habría llevado el calderín y también me habría colado. Si he sido un tanto prolijo en el anecdotario de este día, ha sido porque para nuestros mayores supuso un día inolvidable. Quienes estuvieron presentes en la inauguración de la presa detallan con exactitud todo lo que presenciaron.
José Carlos Martínez Mancebo
Editorial Aruz, Julio 2010
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3 comentarios:
Sólo falta una Lolita Sevilla cantando, más o menos:
"Americanos,
vienen a España
gordos y sanos..."
Y, casi, casi, imagino a un alcalde diciendo: "Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación os la voy a dar porque os la debo."
Jajaja, y cómo han limpiado de repente las calles y han allanado los caminos... ¿Será para que los pueblos se vean limpios? ¿o será para que medren los gobernantes sin apearse del caballo?
Y tristemente, es una canción que se repite de generación en generación.
No se arregla aquello porque se necesita. Se arregla porque viene...
Saludos. Tu blog me intesa. al menos, lo publicado hasta ahora. Soy un amante de la historia y la tradicion de la Montaña Palentina.
Sobre todo, me interesa una próxima entrada sobre los nietos de la memoria histórica, si es que está relacionada con el municipio de Velilla.Estoy realizando un estudio sobre la Guerra Civil en Velila y me interesa leer cuanto mas, mejor. Si crees que puedes aportar algo a mi estudio, mi mail es robertoheras@hotmail.es Cuando lo tenga terminado, que me llevará mucho tiempo, podrás publicar en tu blog lo que te interese.
Saludos. Roberto Heras.
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